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Meeerryyy…¿Me enseñas? por Pity

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Notas del fanfic:

No hay muchos fanfics de esta pareja y tenia mono, y seguramente no sea la única. Así que me tuve que inventar uno. 

Por otra parte, me he tomado muchas libertades con las localizaciones y las distancias entre lugares.  Perdonadme l@s mas sever@s con la saga.

Notas del capitulo:

Tengo que decir que el fanfic me salió insipirado, entre otras cosas,  por el fanfic Pipesmoke, lo recomiendo, aunque está en inglés. 

Meeerryyy…¿Me enseñas?

 

Todos los hobbits al llegar a la veintena o mayoría de edad despiertan en dos sentidos: uno físico y uno mental. Experimentan por primera vez muchas cosas, aprenden y se vuelven adultos.

Los despertares de Peregrin Tuk no fueron lo que se dice…sutiles. Aún más cuando su gran amigo Brandigamo ya había empezado casi todo antes que él. Por ejemplo, cuando quiso aprender a fumar antes de tiempo:

-          Merry, Frodo, mirad, no es tan complicado…cof cof, COF COF- A lo que el joven se puso verde y se cayó semiinconsciente de la silla.

 

-          Anda, Pip, ya te enseño…- Le dijo Meriadoc Brandigamo, cogiendo la pipa, enderezando al aludido y explicándole paso por paso cómo disfrutar de buen material.

 

En mala hora. Desde entonces fue un no parar.

 

Capítulo 1.  Meeerryyy, ¿me enseñas a nadar?

 

Era un cálido día de finales de primavera en Los Gamos. Había  un río, la orilla era un pequeño prado con hierba alta cercado por árboles. En las lindes del río dos hobbits acalorados discutían.

 

-          Venga, sube a la barca. Al otro lado dicen maravillas de esa cerveza y no quiero ser el único que no la pruebe –. Merry estaba medio sumergido en el agua, aguantando su balsa para que subiera su colega.

-          Ni hablar, los Brandigamo estáis todos locos. Yo en el río solo me baño en la orilla, no quiero morir ahogado.

-          Pues aprende a fumar de una vez – dijo riendo el moreno mientras le tiraba  agua- Vamos Pippin, ¡que no se diga de un Tuk que le puede la cobardía! –

Pippin no estaba dispuesto a rendirse a esa provocación, así que iba a poner sus propias condiciones.

-          Me subiré sólo si aprendo a nadar. Esa tartana va a volcar y nos vamos a caer al agua, así que si me voy a comportar como una cabra de los Gamos, por lo menos enséñame a nadar como una.

-                     Nos va a llevar todo el día…- dijo el mayor de mala gana. Suspiró al ver que su amigo se sentaba en la hierba de la orilla, con brazos y piernas cruzados y una sonrisa socarrona en la cara.

-                     Pues  vamos, métete en el agua. – Se resignó Merry. Pippin cambió su expresión por una de triunfo y se levantó de un salto, pero se acercó poco a poco y con recelo al agua. Ambos hobbits se quitaron las camisas y Merry se metió en el agua hasta la cintura. Era remarcable que para comer tan copiosamente como un hobbit puede hacerlo, a los chavales no les sobraba un kilo gracias a sus correrías. Pippin apoyó su mano en el hombro de su colega y vadeó torpemente hasta donde estaba esperándolo su amigo. Entonces el mayor le enseñó los movimientos básicos de pies y brazos. Sin embargo, se acercaba la hora de la verdad. Merry puso un brazo como si llevara una bandeja invisible.

-                     Estira los brazos y apoya el pecho en mi mano. ¿Qué haces? Estira también las piernas, que si te quedas en cuclillas no hacemos nada…- Cansado de la actitud lenta del moreno, le puso la otra mano debajo del ombligo, obligándolo así a estirarse un poco más. Ahí pasaron dos cosas. A Merry se le dibujó una media sonrisa al ver a su amigo tan asustado y dependiente, sin saber bien por qué. Pippin abrió mucho los ojos al sentir un escalofrío extraño que surgía desde donde estaba la mano de su profesor. Pero no pensó más en ello y se concentró en estirar las piernas sin más soporte que el de su amigo. Un par de horas más tarde el jovenzuelo estaba chapoteando sin ayuda, alegremente, aunque de manera un poco torpe. Merry reía en la hierba tomando el sol bocabajo, un poco amodorrado. Estaba asombrado de que la inquietud de Pippin le ayudara tanto a aprender las cosas en un momento. Entonces el nuevo nadador salió y se estiró a su lado bocarriba, goteando. Estaba exhausto.

-                     Uff, pues es divertido y todo… digo, no está tan mal…Aunque tengo mucha hambre,¡¿Merry?!

El castaño, que seguía estirado bocabajo, levantó su brazo hacia las costillas de su compañero y lo dejó ahí.

-          Es que estás fresco…- dijo el aludido de manera somnolienta, con la cara tapada por la hierba y sus rizos.

Pippin no le dio importancia al hecho, ya que Merry estaba sudando por el sol, excepto cuando al extender su brazo, la mano del mayor rozó accidentalmente su pezón. Pippin pegó un pequeño respingo. ¿Desde cuándo era tan sensible en esa zona? Curiosamente, recordó su mano debajo de su cintura en el agua. En ese momento, por primera vez conscientemente, algo en Pippin despertó, y no fue mental.

Segundos después, unos metros más allá de un desconcertado Merry se volvió a oir un chapoteo.

-          ¿Es que no te cansas nunca?

Notas finales:

Oh, ¿qué les estará pasando a estos hobbits?


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