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Amando de Nuevo por Serenamoon

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son de su creador.

Notas del capitulo:

El nuevo comienzo en la vida de Naru despues de un triste final.

Espero que les guste.

Voy a publicar este fic semanalmente hasta que acabe el PECADO DE SER DONCEL, luego aumentare la frecuencia.

CAMBIO DE AIRE

El dolor era insoportable, no podía creerlo, tanto amor que me juraba, las veces que me había prometido no dejarme jamás, todo había sido mentira, la más vil y cruel mentira y yo el mas idiota del mundo por haberle creído. Solo a un “dobe” como yo se le ocurría creerle a semejante bastardo. Sabiendo la clase de persona que era, orgulloso, egoísta, arrogante, insensible, ambicioso y manipulador. El ser mas narcisista del universo, y ahí fui yo de tonto enamorado a creerle que por mi cambiaria, que conmigo no sería frio, que si me amaba y no me estaba usando como objeto sexual. Fueron tantos los que me advirtieron, pero yo no los escuchaba, estaba ciegamente enamorado, es verdad eso que dicen que el amor nos hace idiotas, y pues a mí me dejo inconsciente, me volví un zombi, un titile del ser más despiadado de mundo…

Así fue, yo Namikaze Naruto, a mis apenas quince años, experimente la crueldad y el dolor de un corazón roto, todo por su culpa, por causa de mi supuesto mejor amigo, de aquel que prometió cuidarme y no dañarme jamás, Uchiha Sasuke. Y fue por ese desamor que jure no enamorarme jamás, el día que me abrieron los ojos habría saltado del último piso de un rascacielos sin pensarlo dos veces. Pensaba que morir era lo único que podría hacer que el dolor desapareciera, no tenía razones para seguir viviendo. Menos mal que alguien se cruzo, o que me lo lleve puesto, en mi carrera hacia la muerte, porque si no lo hubiera visto en ese preciso momento tengo que reconocer que hubiera tomado la decisión más cobarde y me habría quitado la vida. Doy a gracias al cielo, al destino o lo que fuera por haber puesto a ese pelirrojo en mi camino en ese instante, porque de lo contrario alguien estaría contando mi trágica historia, la del chico idiota que se suicido porque el “amor de su vida” lo dejo, pero déjenme contarles la historia desde el instante que todo cambio para mi, el día donde me hundí en el más negro de los abismo, solo para resurgir como el ave fénix luego.

Esa noche llegue a mi casa más temprano de lo que debía, pues mi profesor de piano había cancelado la clase, me sorprendió ver en la entrada de la mansión (porque mis padres eran asquerosamente ricos) el coche de  los padres de Sasuke junto al suyo, en realidad me emocione, pensando que por fin les hablaríamos de nuestra relación.

Llevábamos juntos más de un año y yo pensaba que debíamos decirles a nuestras familias, que eran amigas de toda la vida, motivo por el cual nosotros habíamos crecido prácticamente juntos. Sonreí como el idiota que era e ingrese silenciosamente para escuchar que decía mi teme, imaginaba que le estaría diciendo a mi padre lo mucho que me amaba y lo feliz que me haría, de solo pensarlo me había sonrojado. Me coloque detrás de una columna, tome aire para ingresar pero me detuve al escuchar a mi “suegro”.

- Un Uchiha no puede casarse con un doncel – pronuncio con su intimidante tono – lo sabes Minato – observe sorprendido que mi padre asentía, ¿por qué no podía casarme con Sasuke?, no lo comprendía, y ¿por qué mi padre y el no decían nada? – Naruto debe casarse con una mujer, como hará Sai – observe a mi cuñado, hasta hacia unos meses era tan alegre y risueño, pero desde que se había comprometido con Ino que era un amargado. El había dejado a su novio Gaara porque su padre no aceptaba que su apellido se perdiera, cuando le había preguntado por qué lo dejaba si lo amada, me dijo que solo había sido una aventura y que el sabia cual era su obligación. Pero la tristeza de su mirada me decía otra cosa, igual era su problema, si él era lo suficientemente cobarde como para dejar a su amor, que se la aguantara, yo tenía pensado luchar por el mío con uñas y dientes, que iluso era – Sasuke debe casarse con tu hija Karin, así unimos los clanes y nos aseguramos una descendencia digna – eso no podía ser posible, mi mente dejo de pensar con claridad, busque a Sasuke en esa sala, y él con su imperturbable actitud asentía tomando la mano de mi hermana, mi propia hermana estaba por casarse con mi novio. No escuche mucho de lo que dijeron, de mis ojos caían silenciosas lagrimas y me mordía el puño para no hacer ruido, dolía tanto que me sentía morir. Hacia menos de doce horas que me había hecho el amor, me había jurado fidelidad, compañía y todas las cursilerías que el sabia yo quería escuchar para no sentirme tan culpable luego de entregarme a alguien que no era mi esposo, pero lo hice porque estaba totalmente seguro que nos casaríamos. Tonto, tonto, de mí.

-Eso no pasara, mi relación con Naruto ha acabado – su voz me saco de mis pensamientos – creo que deberían comprometerlo con una mujer pronto para evitar que caiga en las manos de algún degenerado – lo dijo con asco, con odio, ¿acaso yo le producía eso? ¿Donde habían quedado todas sus palabras bonitas a mi oído? ¿Las promesas de amor? ¿Sus celos cada vez que alguien me miraba un poco si quiera? No pude escuchar mas y corrí fuera de la casa, los guardias de la entrada me llamaron pero ni los mire, quería alejarme, no podía soportar tanto dolor, tanta desilusión. Me sentía traicionado, abandonado, humillado y por sobre todas las cosas sentía mi alma hecha pedazos. No me fije por donde corría, el dolor y las lagrimas empañaban mi visión, solo quería huir, largarme lejos de este mundo para no sufrir más. Luego de varios minutos en mi carrera choque con alguien cayendo inevitablemente al piso.

-Belleza fíjate por dónde vas – esa voz, la recordaba pero no sabía de dónde, limpie mis ojos y lo enfoque, era Sasori sempai, el mejor amigo de mi desaparecido hermano mayor. No pensé mucho, creo que actué por puro instinto y me lance desesperado a sus brazos.

- Sasori-sempai sácame de aquí por favor, llévame con mi aniki – suplique desesperado, aferrándome a su camisa y llorando como un condenado a muerte, si mi hermano estaba muerto yo me iría con él y si vivía Sasori era el único que sabría como hallarlo. Sentí que él me tomaba en sus brazos, creo que me subió en su coche y al cabo de unos minutos me dormí.

- Buenos días belleza – cuando desperté lo tenía mirándome fijo desde el marco de la habitación, note que no estaba en mi casa y agradecí por ello – ¿te sientes mejor?

- Un poco – mentí sintiendo mi garganta seca y dolorida por tanto llorar – ¿puedo ir con Deidara?

- Primero responde algo – asentí y el se sentó en la cama a mi lado – ¿que paso?

- Era todo mentira – dije sintiendo como las lagrimas bajaban por mi rostro – el dijo que me amaba y ahora va a casarse con Karin – rompí a llorar de nuevo y él me estrecho en sus brazos.

- ¿Quien? – pregunto suavemente.

- Sasuke – susurre sollozando.

- Esos bastardos Uchiha – dijo con rabia – parece que disfrutan hacer sufrir a donceles rubios y hermosos – sonreí sin ganas por el halago – voy a llevarte con tu hermano – lo mire emocionado – pero tienes que olvidarte de tu vida aquí, vamos a desaparecer por mucho tiempo, ¿estás de acuerdo? – Asentí seguro – bien, come, tengo que hacer unas llamadas y comprar algo de ropa, partiremos pronto así no te encuentran – comí con ganas renovadas, a pesar del dolor, me daba una enorme alegría saber que Deidara no estaba muerto como afirmaba la policía y por sobre todas las cosas me alegraba saber que me ayudaría.

Pase dos días encerrado en casa de Sasori y a la madrugada del tercero partimos en un coche alquilado o prestado, algo así, llegamos a otra ciudad donde tomamos un tren, luego un micro, un coche y así hasta la frontera, la cual cruzamos de ilegales. Pues yo no solo era un menor de edad, si no un doncel perteneciente a una de las familias más prestigiosas y pudientes de Japón, motivo por el que salir del país sin ser visto era todo un reto, pero lo hicimos, Sasori lo hizo. Nos llevo casi un mes hasta que nos montamos, con documentos falsos, pero de muy buena calidad, en un avión rumbo a Estados Unidos, donde mi adorado aniki me esperaba.

Apenas salimos de la zona de embarque lo busque, el aeropuerto estaba lleno, pero lo distinguí rápido, sus largos cabellos rubios eran inconfundibles.

- Aniki – grite abrazándolo y comenzando a llorar nuevamente. Muchas emociones, la felicidad de verlos sano, el dolor de mi corazón roto.

- Ya estas a salvo Naru-chan – dijo con amor acariciando mis cabellos, yo tenía mi rostro oculto en su pecho y me aferraba a él como si fuera mi salvavidas, y es que lo era – Sasori, gusto en verte, gracias por traerlo.

- No agradezcas Dei, estaba esperando una excusa para venir a verte, Naruto me cayó del cielo – no lo vi pero supe que se sonreían.

- Bien vamos a casa, seguro tienen hambre y están cansados – asentí con la cabeza y abrazado a Deidara salimos del lugar, nos montamos en su coche, uno viejito pero era suyo y se lo notaba orgulloso por él. En más o menos una hora llegamos a su casa. Vivía en una estación de bomberos abandonada. Totalmente remodelada por él, con el tubo de bajada y todo. Si mis ánimos no hubieran estado tan bajos seguramente me habría lanzado por allí apenas llegar, pero no me apetecía nada más que dormir en esos instantes.

Notas finales:

La historia la cuenta Naru y nos va a mostrar como de poco comienza a sanar su corazoncito... la semana que viene el capitulo II


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