—Naruto, es hora. —El mencionado observó al hombre que le hablaba y asintió. Observó a su jefe leer una carpeta con informes de diversos tipos y supuso que allí estaba su nuevo trabajo.
—¿Qué será ahora?
—Esta vez serás un inglés llamado John Stevenson, millonario empresario y quieres hacer negocios con Miata Wataru, serás el presidente ejecutivo de S.H.Q Enterprise.
—¿Cuál es el objetivo de la investigación?
—Necesitamos todos sus archivos, conversaciones, contratos para verificar la información de que él, junto con un grupo de mafiosos, quieren atacar al presidente y causar un golpe de estado. —Abrió un cajón y sacó otra carpeta la que lanzó a la mesa—. Ahí tienes todos tus documentos, pasaportes, id, todo lo necesario para que ellos verifiquen tu identidad.
—Entendido. —Tomó todos los documentos y los guardó en el interior de su chaqueta.
—Naruto…
—Dime Iruka.
—Ten cuidado.
—Hai… —El rubio salió de la oficina y se dirigió a su objetivo.
Llegó a un lugar, específicamente un edificio, se arregló el traje y entró hasta donde estaba la secretaria.
—Buenos días, señor. ¿Qué desea?
—Buenos días, tengo una cita con el presidente Miata. —Ella asintió.
—¿Me puede decir su nombre, por favor?
—Por supuesto, John Stevenson.
—Un momento, por favor. —La mujer revisó su computadora, luego tomó el teléfono y marcó a la línea directa de Wataru—. Señor Wataru, el presidente de S.H.Q Enterprise está aquí… si, por supuesto, muy bien. —La mujer cortó la llamada—. ¿Su id? Solo por control de seguridad.
—Claro, lo entiendo. —Naruto sacó su id falsa de su billetera y se la entregó
—Puede pasar, se la entregaré cuando se vaya.
—Gracias. —Naruto entró a la oficina que se le indicó era de Miata Wataru. Una voz profunda voz le saludó—. Buen día, soy…
—John Stevenson, sí, he oído de usted. —A Naruto le extrañó aquello, se supone que no lo conocían. Su rostro no demostró su sorpresa, por supuesto, pero aun así… —. ¿Qué es lo que necesita?
—¿Qué cree usted?... Solo negocios, obviamente —dijo con una sonrisa seductora.
-c-c-c-c-c-c-c-c-c-
—Sasuke, esta vez, serás Ricardo Rojas, eres mexicano, con herencia japonesa, debes conquistar a la hija de Hiroshi Haruno, el jefe de esa mafia. Como máximo tienes dos semanas. Debemos saber qué es lo que se tienen entre manos la mafia japonesa ahora.
—Está bien, Kakashi. —El azabache salió del lugar y tomó su celular marcando al segundo al mando—. Neji, necesito saber dónde se encuentra Sakura Haruno en estos momentos.
—Un segundo, Sasuke. —Pasó un minuto exacto antes de que Neji contestara—. Está en el Spa Mund en Hokkaido.
—Perfecto, busca toda la información respecto a Hiroshi Haruno. Estamos hablando. —Se subió a su lamborghini aventador e inició su misión.
-c-c-c-c-c-c-c-c-c-
Miata se reía en la oficina mientras conversaba con Naruto, alias John.
—Eres muy gracioso, John.
—No es eso, tú eres el que me sigues la corriente en mi aburrida conversación. —El rubio sonrió y se puso de pie.
FLASHBACK
Ambos conversaron de variados temas, no quedándose solamente en los negocios, en pocos minutos el rubio se había ganado toda la confianza del empresario. Estaban en medio de algún tema cuando el celular de Naruto sonó.
—Disculpa, es importante. —Se puso de pie alejándose un poco—. ¿Sí?
—Cambio de planes, elimínalo.
—Entendido —respondió sin perder su sonrisa y sin perder su semblante tranquilo.
FIN FLASHBACK
Se puso de pie y caminó lenta y seductoramente hacia Miata, sus ojos y su sonrisa hermosas e inocentes.
—Entonces, ¿trato hecho?
—Por supuesto, John. Me agradas y creo que… —Se paró y rodeó a Naruto de la cintura—… podríamos formar una muy, interesante relación.
—¿De verdad? —preguntó pestañeando sus ojos, fingiendo una mirada esperanzada.
—Por supuesto.
—Es una pena —susurró a su oído.
—¿Por qué? —preguntó Miata sonriendo ridículamente. En un movimiento rápido el rubio sacó una pistola de su cintura y la apuntó a la cabeza del empresario.
—Porque morirás —dijo sin dejar de sonreír—. Fue un placer, Miata —susurró antes de apretar el gatillo, el arma tenía un silenciador, por lo que no hubo sonido. Dejó el cuerpo en el suelo, un charco de sangre rodeando el cuerpo. Salió de la oficina y de la misma forma, disparó a la secretaria. Se puso sus guantes y comenzó a borrar archivos y en una memoria USB metió todos los informes, negocios, mensajes de Miata y la secretaria. Por último soltó un virus en el sistema que lo destruiría todo sin dejar rastros de nada. Tomó su id falsa y se fue de allí.
-c-c-c-c-c-c-c-c-c-
Dos chicas se asoleaban en la piscina del spa de Hokkaido, varios guardias estaban ubicados en diferentes puntos cuidándolas, sobre todo a una.
—Ino, ¿me pasas el bloqueador?
—Claro —dijo tomando el objeto y pasándoselo—. Dime, Sakura, ¿cuándo encontrarás novio? Hay varios chicos muy disponibles aquí.
—No lo sé, ninguno me parece interesante. Quiero algo que sea un reto. Además, en cuanto saben quién es mi padre salen corriendo o se pegan a mí para buscar meterse en sus negocios, es algo fastidioso. —Ino sonrió divertida mientras subía sus lentes de sol a la cabeza y buscaba a algún camarero que les llevara otro trago. Los ojos de la rubia se abrieron con sorpresa—. Oh-por-dios. Sakura, tienes que ver lo que acaba de entrar a la piscina.
—¿Algo interesante?
—Mucho más que eso amiga. —La pelirrosa se sentó y se quitó los lentes.
—¡Mierda! ¿Quién es ese Dios? ¿Lo habías visto antes?
—Claro que no, ¿crees que estaría aquí contigo si lo hubiera visto antes?
—Entonces, debo conocerlo. Quédate aquí, Ino. —Sakura se quitó el pareo y lo dejó en la silla antes de caminar seductoramente hacia la piscina, bajó los tres escalones y caminó hasta que el agua le llegó a la cintura. Recogió un poco de agua con su mano y la esparció por su brazo y pecho, lentamente se acercó hasta el azabache que estaba en la otra orilla de la piscina, bebiendo una cerveza. Cuando el chico de orbes oscuros le miró, ella sonrió—. Hola, guapo. —El chico la observó y sonrió de medio lado. Yummy.
—Hey, preciosa.
—No te había visto por aquí, ¿cómo te llamas? —Él alzó una ceja, sin dejar esa sonrisa seductora.
—Ricardo Rojas, y creo que si hubiera llegado antes no hubiera de perdido de mi vista a una chica tan bella como tú. —Sakura sonrió, si amaba algo más que sus carteras italianas eran los halagos. La subían al cielo, casi mejor que un orgasmo.
—¿Occidental?
—Ciudad de México específicamente.
—Vaya, uno de los lugares que me falta conocer.
—¿Viajes mucho?
—Bastante.
UNA SEMANA DESPUES…
—Y bien, ¿qué es lo que pudiste obtener?
—Nada que no sospecháramos, lo de siempre, esa gente quiere dar un golpe de estado. Supongo que quieren tener a alguien que les permita traficar tanto con drogas como con personas libremente.
—Sí, tienes razón. Era algo que temíamos, pero según mis fuentes esta organización tiene altas posibilidades de lograrlo.
—¿Qué fuentes?
—Sasuke, para esta misión nos aliaremos con otra agencia. El mejor equipo y su presidente están en camino.
—Eso no es necesario, con mi equipo es suficiente.
—No te confíes, esta misión no será como otras. Será más difícil y necesitaremos a los mejores y tanto tú equipo como el de ellos están a un gran nivel.
-c-c-c-c-c-c-c-c-c-
—No entiendo por qué debemos ir con Kakashi, ¿qué no tiene buenos agentes que nos piden a nosotros?
—Sí, los tiene, pero necesitan ayuda y se las daremos.
—Al menos espero que paguen bien.
—Será así, no te preocupes. —El auto se estacionó en un callejón sin salida, bajaron y un guardia los recibió.
—Su nombre e identificación, por favor.
—Iruka Umino. —El castaño mostró su id y Naruto hizo lo mismo. El hombre pareció sorprendido por un momento.
—Señor Umino, pase por favor. —Iruka asintió y junto a Naruto entraron a un largo pasillo alumbrado por suaves luces. Al final, había otro guardia custodiando otra puerta. El mismo procedimiento y entraron bajando inmediatamente unas escaleras que terminaban en otra puerta, cuando entraron por ella, se encontraron en una especie de balcón desde donde podían ver gente caminando de un lado a otro, otros sentados en escritorios, al final una serie de oficinas y arriba una gran ventana que dejaba ver otra oficina, evidentemente la más importante.
—Iruka… —Naruto abrió los ojos sorprendido—. Esto es la viva imagen de nuestro edificio.
—Lo sé, el arquitecto es un amigo que tenemos en común con Kakashi.
—Claro. —Caminaron entre la gente, todos saludaban a Iruka con una reverencia y respeto, ya que Naruto conocía muy bien su organización no le costó saber hacia dónde se dirigía. La oficina del presidente. Otro guardia abrió la puerta de la oficina y una gran sonrisa se dibujó en el rostro del rubio—. ¡Kakashi! —Naruto se lanzó a los brazos del mayor con familiaridad y cariño.
—¡Naru, tanto tiempo sin verte! Vaya, creciste mucho en los últimos 5 años.
—Pues claro, no me iba a quedar como el niño de 16 años toda la vida, ¿no crees?
—Por supuesto —dijo revolviendo los dorados del menor. Elevó su vista a Iruka, y su ojo visible pareció brillar—. Iruka. —Se dispuso a abrazarlo, pero el moreno lo esquivó.
—¿Cómo estás Kakashi?
—Que malo eres Iru-chan —dijo con lagrimitas en los ojos.
—Deja de hacer el tonto Kakashi —dijo otra voz desde el fondo de la oficina. Tanto Iruka como Naruto se voltearon a verle.
—Sasu —susurró Iruka con una gran sonrisa, se acercó al azabache y besó su frente—. Me alegra verte.
—Hola Iruka —dijo con una voz plana, observó al rubio que se dio vuelta para mirar por el gran ventanal a toda la gente de la organización que trabajaban sin parar.
—Es cierto, ustedes no se conocen. Naru, él es Sasuke Uchiha, el mejor agente de Kakashi. Sasuke, él es Naruto Uzumaki, mi mejor agente. —Ambos se miraron detenidamente, sin decir palabra alguna.
—¿Con él trabajaré? —preguntaron ambos al unísono sin quitar sus miradas del otro. Ambos adultos se miraron rodando los ojos.
—Sabía que algo así sucedería… —susurró.
—Sí, trabajarán junto y deben lograr conocerse, porque…
—Me niego —dijo de repente el rubio dándose media vuelta en dirección a la puerta—. Lo siento Kakashi, Iruka, pero no lo haré.
—Naru…
—Iruka, sabes lo que pienso del trabajo en equipo, tengo mi equipop y trabajo con ellos, nadie más. Permiso.
—Tsk… Dobe —susurró Sasuke. No le gustaba esa actitud, quizás porque era similar a la suya—. Solo para el registro, pienso igual.
—Sasuke, ¿podrías dejarnos a Iru y a mí solos?
—Ok. —Uchiha salió de la oficina cerrando la puerta tras de sí.
Continuará....