Para el mundo él odia al Patriarca de Yiling es recordado como un ser maligno, un hereje que solo provocaba muerte y destrucción por donde quiera que pasara, y por eso mismo, consideraban que muerto estaba mejor y que la forma en la que murió fue un castigo justo para él. Casi todos se olvidaron que un día el creador del cultivo demoníaco fue un muchacho admirable con el simple deseo de vivir sin arrepentimientos, pero aún hay alguien en este mundo que lo recuerda y anhela su regreso.

Fueron trece años los que Lan Wangji sufrió la pérdida de su alma gemela, sintiendo que su corazón se marchita con el pasar de los años, atesorando el recuerdo de ese chico sonriente y compararlo con el mundo sin color en el que vive desde que él ya no está. 

Siempre esperando.

“...para decirte lo que siento.

Se que es tarde, llegue tarde, no esperaba que el destino 

me persigue aquella imagen cada noche en cada grito.

Luchar conmigo mismo es una lucha sin sentido.

Eres el único amor que jamás he conocido...”

Minato era un chico hermoso de ojos azules y cabellos rubios, hijo de Tsunade la diosa de la agricultura; al ser un chico de gran belleza es el interés de muchos otros dioses, incluyendo a Madara el dios del inframundo.

Sin embargo su Tsunade no permitirá que nadie le arrebate a su hijo, pero eso no detendrá al Dios de los muertos de obtener a su rubia tentación.