Mucho se decía del mundo, de sus reglas y de sus maneras así como de sus placeres y tragedias.

Pero estas solas no forman o deciden el camino de este, hay mucho más... También hay ambiciones.

Y con esto llega el sentimiento y deseo de querer sobresalir y ser reconocido.

Esto crea separaciones, distinciones entre unos y otros, los nuestros y los otros. Los que no son dignos, carecen de virtud son inocuos y  vulgares, no son nada.  Son impuros.

Y por ende se debería evitar cualquier tipo de contagio o mezcla. Uno debe mantenerse puro por su propio bien y el honor de los suyos.

Sin embargo las opiniones y entenderes son tan diversos en el mundo como personas en el mundo.

Hay quienes no sienten igual.

No ven lo mismo.

Y no creen como los demás.

Crean intriga, molestia al tratar de romper barreras que los separan de lo indigno, pero no siempre creando puentes sino más rajaduras.

Sin atreverse a amar Dris, por el terror que le produce el entregarse a si mismo y a su raza a las menen, las cuales para el, son solo monstruos repugnantes. Sin embargo no es tan fácil como mantenerse alejado de ellas, ya que Hasel, de quien esta totalmente enamorado convive con ellas cada día y por eso cada momento que comparten solo lo lastima... literalmente.