Vio su reloj, las 6:30 de la mañana, respiró profundo y bajó de la bicicleta estacionaria para irse a bañar, rutina que Hiroki tomaba todos los días antes de ir a la Universidad. Sin reparar en algo especial de hacer de desayuno, se limitó a comer lo de todos los días; tomando luego su saco del colgador a la par de la puerta, se la colocó y puestos los zapatos decidió dirigirse a trabajar sin mucho ánimo aunque fuese viernes.
Por otra parte, del otro lado de la ciudad, Usami Akihiko aventaba el teléfono hacia cualquier lado de la habitación con tal de que se callase; sin embargo, para su desgracia, el teléfono siguió sonando, sonando y sonando. Cuando reparó en que esa no era la alarma del celular, tuvo que levantarse y casi a rastras buscar entre todos los juguetes de su habitación hacia donde había lanzado aquel aparato aparentemente diminuto que se escondía y sonaba estrepitosamente. Tuvo que resignarse a pararse y encender la luz, pues se había arrastrado todo el tiempo desde que cayó de la cama, buscado a oscuras el teléfono. A penas lo encontró se percató de quien era la llamada insistente: Isaka.
-Más vale que sea importante- fue lo primero que contestó antes de tirarse de nuevo a la cama para dormir un poco más.
-Lo es, ven a mi oficina inmediatamente- Luego de eso, Isaka cortó la llamada haciendo sentir a Akihiko extrañado por el tono que había usado para con él. Sin ganas de ir se levantó de nuevo de la cama y después de una rápida ducha y sin siquiera comer, agarró el saco que estaba en el perchero a la par de la puerta y después de ponerse los zapatos vio su reloj; suspiró por lo bajo y se encaminó a su auto rojo
No era cosa fácil entrar a Marukawa Shoten para finales de mes, la gente corría como si el edificio se incendiase en llamas y los teléfonos sonaban insistentemente. Gente gritando, otros maltratando y algunos intentando no caerse por el montón de hojas que llevaban en las manos fue todo lo que alcanzó a ver Usami antes de recorrer el infierno de la sección en la cual se encontraba la oficina principal de Isaka. Tocó un par de veces y después de tres segundos, al darse cuenta que no estaba, se dio la vuelta para atravesar la multitud de gente e irse, pero apenas llegó a la mitad del pasillo cuando una mujer se le tiró encima haciéndolo caer de bruces.
-Qué caraj…- ¿Aikawa?—
-¡Y a dónde se supone que vas Usami!- Le gritó la mujer terriblemente enojada. Inmediatamente se abrió la puerta de la oficina de Isaka y sin esperar a que Usami se parara, Aikawa lo jaló con fuerza arrastrándolo hacia dentro de la enorme oficina de Isaka que al cerrar la puerta, se volvió totalmente silente.
-Llegaste, pensé que no vendrías- mencionó sonriente Isaka mientras marcaba un número de teléfono… -Onodera, regrésate y págale a los guardaespaldas la mitad, Usami milagrosamente vino por su cuenta.- Akihiko le frunció el ceño pero en cambió Isaka cambió su sonrisa por una mirada aún más seria que la del peligris.
-Estamos jodidos- fueron las palabras de Isaka mientras Eiri ocultaba su rostro con su mano.
-¡Y eso fue lo mejor que se te ocurrió decir!-gritó la editora al pensar que tal vez su jefe sería más sensato para anunciar la mala noticia.
-¿Estamos?- Los interrumpió Akihiko incrédulo ante la mirada de seriedad no tan común de Isaka quien de pronto cambió su semblante serio y comenzó a suavizarse de nuevo mientras le desviaba la mirada a Usami. –la verdad el jodido sólo eres tú-
-¡Bueno jefe, me voy!- empezó a despedirse Eri mientras caminaba apresuradamente hacia afuera de la oficina. Acto reflejo Akihiko inmediatamente le cerró la puerta.
-¡Tú te quedas! Y tú- señalo a Isaka- explícate- la mirada violeta de Akihiko ante el cambio abrupto de la conversación hizo que su mirada fría fuera de hielo ante Isaka que ya empezaba a sudar frío.
-Bueno Usagi-chan jeje emm- Isaka sonrió extrañamente mientras se rascaba la cabeza preocupado. -¿no quieres tomarte un cigarro?
-Umm- Akihko aún con la mirada fija en su jefe sacó un cigarrillo de su saco mientras extrañado miraba el cambio radical de Isaka, eso solo podía significar una cosa, y estaba seguro que no era nada bueno.
-Bueno veras ¿recuerdas cuando fuimos a la feria de estreno de tu libro en Seúl?- preguntó Isaka bajando la mirada.
-¿Te refieres a cuando me obligaste a ir a esa estúpida reunión en un viaje de cinco horas sentado a la par tuya?, cómo no recordarlo…- lo miró con cara asesina.
-Bueno entonces también te recuerdas que en ese tiempo no podías salir del país mientras se procesaba tu solicitud de visa-
-¿Eh? Jamás supe eso-
-¿Aikawa?- miró Isaka a su trabajadora que sólo asintió a sonreír.
-Akihiko, fue aquella vez que te desperté para que firmaras la carta de asistencia… ¿no te acuerdas?- Akihiko volteó su cara de enojo hacia Eri presintiendo hacia dónde iba la conversación.
-Bueno al menos firmaste la carta- respondió Isaka sonriendo. –Así que ya no me puedes culpar-
-¿y culpar de qué?-
-Bueno, hablé esta mañana con tu abogado de inmigración y… te denegaron la visa Usami-
-y entonces…-respondió Usami inmediatamente.
-Usami, vas a ser deportado- respondió Eri haciéndose unos cuantos pasos hacia atrás.
-Y también al parecer hubo unos papeles que no llenaste a tiempo- desvió la mirada Isaka. Akihiko dejó caer el cigarro que tenía en la boca al escuchar las palabras de Isaka mientras se dirigía con pasos firmes a matar al bastardo que le había pedido que fuera a la estúpida convención de libros y que ahora le estaba costando toda una vida en Japón.
-¡Aki-couhcgf-hiko!- intentaba gritar Isaka mientras el aludido apretaba más su cuello. De pronto sintió que Aikawa se le colgaba encima pero su determinación de matar a Isaka era más fuerte como para caerse.
-¡Detente Akihiko lo vas a matar!- intentaba gritar Eiri pero solo conseguía que Akihiko lo apretara mas fuerte
-Escoghcofpera hay u-un-a sa-sali-da- intentó articular y cuando aquello llegó a los oídos de Akihiko, éste lo dejó libre cayendo instantáneamente de espaldas por el peso de Eri en su espalda y aplastándola en el camino.
-¿Chicos?- Isaka aún lastimado vio sobre su escritorio para observar a Usami levantarse furioso del suelo mientras Aikawa a rastras se levantaba presa de haber sido casi asfixiada por el no tan pequeño conejo.
-¿A qué te refieres?-
-Pensamos en que reintentaras sacar la visa pero tendrías que estar afuera del país al menos un año- respondió Isaka componiéndose la corbata
-¿Eh?-
-Sí, migración es estricto pero no solo existe la visa residencial para que te quedes- respondió de nuevo Isaka.
-Ya que es imposible sacarla porque te la denegaron, Isaka, Asahina y yo pensamos en otra solución- sonrió preocupada Eri mientras miraba de reojo a Isaka haciéndole señales de que continuara.
-Si bueno… este es el asunto Akihiko- Usami respiró hondo y sacó otro cigarrillo de su chaqueta. Sabía que se arrepentiría de haber llegado a aquel lugar; ya desde hacía mucho se preguntaba por qué carajos había escogido la editorial de Isaka para publicar sus obras pero justamente en ese momento ya se estaba dando cuenta de su fatal error.
-por favor dime que no es estúpida tu idea o por lo menos no ilegal-
-Pues estúpida no es, ilegal… tal vez- respondió Isaka sonriendo torpemente mientras Akihiko fruncía más el ceño.
-Dícelo Eri-
-¡¿qué?! ¡¿por qué yo?!, ¡tú eres el de la idea, tú dile!-
-Las mujeres tienen más tacto-
-Te voy a castrar si no lo dices Isaka- Ryuchirou observó a la mujer que lo amenazaba aún siendo su inferior jerárquica en la empresa, supuso que lo del tacto de mujer no se le aplicaba a la loca que, si una vez casi mata a Usami, seguro no dudaría en dejarlo sin miembro.
-Bueno… Akihiko…-
-Escúpelo de una vez- se resignó molesto el aludido
-Te tienes que casar- Ni siquiera llegó a encender el cigarrillo que había sacado cuando éste se calló de sus manos dándole una mirada sorprendida a Isaka
-¿Eh?-
-¡Vamos no es gran cosa!- sonrió Aikawa -bueno ya que se supo la noticia me retiro…- comenzó a caminar hacia la salida cuando esta vez fue Isaka el que la detuvo en seco casi saltando sobre su escritorio para que la que había contribuido a esa gran estafa no escapara de su oficina.
-Tú, no te vas, prometiste que estarías aquí hasta que consiguiéramos a alguien-
-¿Qué?- volvió a preguntar Akihiko al escuchar la conversación de ambos. No sólo habían tomado la idea por sí mismos sino también ya estaban en plan de realizarla. –¿Y por qué creen ustedes que les voy a hacer caso?-
-Porque te van a deportar- gritaron los dos al unísono mientras que Usami intentó decir algo pero ninguna palabra salió de su boca al notar que aquello era verdad, prácticamente para ser un docto en palabras Akihiko se estaba quedando sin qué decir desde hacía ratos.
-Bien, ¿y con quien me caso?- se resignó a decir Akihiko mientras ambos se miraban con cara de preocupación.-
-Bueno fue algo en lo que habíamos pensado pero… no tenemos idea.- desvió la mirada Eri.
-¿Por qué no eres tú? No tienes novio así que no tienes nada que perder… es más ahora que lo pienso jamás has salido con nadie verdad- se quedó pensando Akihiko mientras se imaginaba si de verdad le tocaría ser Eri su esposa por un tiempo; pero sin siquiera poder pensarlo detenidamente se encontró con un dedo anular frente a su cara y una expresión enojada por parte de su editora.
-¡eres un abusivo Usami-san! Además, por si no lo habías notado, ¡tengo esposo!-
-¿Ah?-
-Ves, te lo dije es un distraído- remarcó Eri a Isaka quien irónico contemplaba la escena.
-Estás mintiendo- contestó inmediatamente Akihiko
-¿Ah?,¡ claro que no!-
-Yo he trabajado contigo desde hace cuatro años, si te hubieras casado al menos lo sabría-
-Akihiko… ¡llevó cinco años casada!-
-Es cierto, está casada con Kanade Mino, uno de mis empleados de la oficina, ¿no lo sabías?- respondió algo incrédulo Isaka al notar que lo que le decía Eri sobre Akihiko y su terrible distracción era cierto.
-Mmm la verdad no me fije en su anillo sino en los dientes afilados que saca cada vez que me grita- le dedicó una mirada enojada a Eiri que se la devolvió sin rechistar.
-Bueno, Eri y yo pensamos luego en Chibi-tan pero tiene 20 ¿verdad?- Ante aquella pregunta Usami sólo atinó a desviar la mirada y afirmar casi inaudiblemente; hacía casi dos años que no sabía nada de Misaki, ahora veía que por lo menos él no era el único distraído.
-También pensamos en Isaka aquí presente pero el señor jefe al parecer tiene un pequeño problema con su pareja.
-Espera ¿Isaka tiene novia?-
-Tienes razón Eiri, es distraído- respondió Isaka mientras Eri le hacía una mirada de reproche
-Por si no lo sabías, salgo con Asahina desde hace doce años, idiota-
-¿Y qué?, igual solo es fingir-
-Etto, ese no es el problema- Isaka comentó cabizbajo a lo que Akihiko se quedó extrañado y Eri casi suelta una risa de no ser porque aquel era su jefe y en cualquier momento sabía que podía despedirla.
-¿Qué? ¿están casados o algo así?- preguntó Akihiko comenzándose a desesperar por todas las vueltas que le daban al asunto.
-No, pero… él no tiene que enterarse de tu situación-
-¿Y se puede saber por qué?- cruzó los brazos Akihiko mientras esperaba una respuesta sensata de su jefe.
-Bueno… Asahina me prohibió que fuéramos porque sabía que eso probablemente haría que te deportaran-
-¡Tú…!- frunció inmediatamente el ceño acercándose directamente a Isaka
-¡espe-cofcof-ra! ¡Aki-hiko!,-
-Dile la verdad y asume tu responsabilidad, idiota-
-¡ja-más!- Intentaba articular Isaka mientras Usami lo ahoracaba con más fuerza
-Bueno chicos yo..-
-¡Te quedas!-
-¡Ok!-
-Dícelo a Asahina-
-¡No!-
-¡Dile la verdad!
-No cofcofpuedocof es mi mecofjor a-ami-go de la in-fancofcofcia- De pronto Akihiko dejó de ahorcarlo haciendo que Isaka cayera inmediatamente al suelo
-Repite lo que dijiste- le ordenó y mientras Isaka se componía la corbata y se levantaba aturdido Akihiko se quedó ido pensando.
-Me refería a que Asahina es mi mejor amigo desde los 8 y nunca le he mentido, no puedo dejar que se entere ahora-
-Hiroki-
-¿Ah?- preguntó Eri mientras Isaka se quedaba sorprendido de la respuesta obvia de Akihiko, en quien jamás había pensado.
-Claro si pasaron la infancia juntos, ¿todavía es tu mejor amigo?-
-Nos distanciamos un poco pero no deja de serlo, ahora que recuerdo, a esta hora todavía está trabajando en la Universidad Mitsuhashi-
-¡Bien!-
-¿Eso significa que encontraron a alguien? Preguntó Eri que había estado afuera de la conversación viendo la forma en cómo irse de esa oficina que estaba más tensa que todo el ajetreo de afuera.
-Sí- respondieron ambos hombres con mirada cómplice.