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El chico de ojos grises por Keii-chan

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Notas del fanfic:

Bienvendos a esta historia, la cual creo yo, logrará cautivar sus corazones.

Es una historia que creé hace ya un buen rato. Originalmente, esta trae una secuela, pero ya dependerá de ustedes si será públicada o no, aunque eso es cosa del futuro, por ahora los invito a deleitar sus ojos con esta historia de fantasía, romance y drama.

Es la primera historia que comparto públicamente, Así que ansió que puedan compartir conmigo sus opiniones y pensamientos acerca de ella, sentir a quienes leen mis historias cerca es lo que le da vida a cada capítulo y me inspira a continuar.

Espero que el mundo escondido detrás de los ojos grises que posee nuestro protagonista logre cautivarlos y arrastrarlos dentro de la trama y lo más importate.... que la disfruten y se gozen cada capítulo de esta historia.

Con cariño,

 

Keii.

Notas del capitulo:

Bienvenidos al primer capítulo de esta historia!

De antemano quiero agradecerles por tomarse el tiempo y leer mi fic, realmente se los agradezco!

 

Ahora, para comenzar primero debemos conocer el incio de todo, y es de eso de lo que trata este capítulo.

 

Disfrutenlo!

-Keii.

Seres alados, una de las razas que se creía extinta desde la época en donde los seres mitológicos convivían con los humanos de la tierra. Se dice que mis antepasados formaban parte de una de las familias más prestigiosas, los Alae, pero no paso mucho tiempo para que el destino de cada criatura con alas fuera manchado con sangre y tragedia. Hmm… Bueno, esto es lo que está escrito en los textos antiguos de mi familia, los cuales he estado leyendo desde los cinco años, ya que son el nuestro legado. Mi abuelo suele decir que son textos dejados por nuestros antepasados y aquellos que sobrevivieron después de que se les fueran arrancadas sus alas y es por ello que debemos preservar nuestras raíces y aprender de nuestros inicios usando estos libros.

Entre ellos, hay una historia en particular que siempre me ha llamado la atención. Trata acerca de las últimas acciones del último ser alado, las cuales en gran parte explican por qué estoy aquí sentado un domingo en la mitad de esta biblioteca fría y lúgubre.

Al parecer el ser alado se había enamorado de aquel quien se había convertido en su guardia personal tiempo atrás debido a las constantes amenazas que recibía ya que pertenecía a dicha raza, y más importante, al ser el último de su especie que aún conservaba sus alas. Por lo tanto era cuidado como si fuera una reliquia o una flor que no debía ser tocada.

Una noche de verano, que aparentaba ser tranquila, donde el silencio reinaba y solo se escuchaba el cantar de los grillos, el castillo donde era protegido el último descendiente fue atacado por el reino vecino uno de los tantos que le temían de los poderes de los habitantes de los cielos además que aseguraban que su existencia en el mundo no traería nada más que destrucción para la raza humana terrestre.

Su guardia había prevenido el peligro que se avecinaba así que trato de sacar al alado del lugar que lentamente fue envuelto en llamas y sangre. A pesar de haber corrido por el bosque por varios minutos fue inevitable que fueran atrapados por el enemigo el cual los rodeo con rapidez. Aproximadamente  había unos 100 arqueros dispuestos a disparar sin piedad a esa criatura de apariencia humana que para ellos no era más un monstruo que debía desaparecer de la faz de la tierra.

Enfrentándose ante tal final que parecía no tener escapatoria alguna, un joven de cabellera blanca, ojos grises, piel tan blanca como la porcelana, conocido como el último de su raza, agarró entre sus manos el rostro de un pelinegro quien portaba ojos tan azules como el cielo mismo.

-Este es nuestro adiós, pero no un para siempre… te lo prometo, nos volveremos a ver.-Le dijo mientras juntaba sus labios contra los ajenos, sellando con tierno beso esos sentimientos que por muchos años había sentido por el otro.

El joven guerrero, sin demostrar ningún sentimiento de duda o tristeza, sabía perfectamente lo que su amante haría, y como había jurado varios años atrás, daría su vida si así fuera necesario con tal de que el ser alado cumpliera su propósito. Sin pensar no un segundo más, dio media vuelta, sacó su espada de su funda y se colocó en posición de ataque.

Los arqueros al ver este movimiento por parte del joven pelinegro, tensaron sus arcos listos para soltar sus flechas que matarían sin piedad a esos dos individuos que al parecer se oponían a morir. En ese momento el cuerpo del alado comenzó a brillar, poco después un par de alas blancas se desplegaron de su espalada, y sin esperar ni un segundo más, las agito rápidamente para poder emprender vuelo.

Los arqueros asustados liberararon sus flechas, las cuales desde hace un buen rato estaban deseos de soltar. Pero estas fueron más lentas que las alas del joven, ya que al llegar a su destino, el ya estaba en el aire y su guerrero ya había roto la gran mayoría al tiempo que atacaba al enemigo más cercano.

Ya en el aire, lo suficientemente alto para que las flechas no le alcanzaran por un tiempo, aunque si había sido alcanzado por algunas cuantas, evento que le provocaba hacer un mayor esfuerzo para no caer y concentrarse, extendió sus alas dispuesto a comenzar su última actuación.

-Yo, Aron, miembro de los Alae y el último de ella con alas, presentó ante nuestra diosa la luna, un último deseo.- Extendió su brazos frente a él en donde una pequeña perla plateada comenzaba a formarse.

- Nuestros poderes serán sellados, pero aquel quien porte mi sangre y sea digno de mis alas, romperá el sello en el momento indicado para traer consigo una vez más las plumas que nos levantaran y reclamar lo que nos corresponde como hijos del sol y la luna. Sus ojos llevaran el color de esta piedra y serán cristalinos como el agua. A cambio ofrezco a los cielos lo último que queda de mi elixir- Poco después la piedra y el joven desaparecieron lentamente como polvo, sus restos fueron arrastrados por el viento de la noche, siendo acompañados por una pluma, la última que tocó el cielo.

No es la primera vez que leo esta historia, pero aun no entendía porque cada vez sentía nostalgia y tristeza, siempre me era incómodo leerla aunque por alguna razón cada cuanto la volvía a leer. Cerré el libro suavemente, me levante de mi puesto y guarde en un estante el libro para finalmente salir de la biblioteca a la cual ya estaba acostumbrado a ir.

Me dirigí hacia el baño algo cansado ya después de varias horas de lectura, para refrescarme con agua fría. Al llegar a mi destino, abrí la llave y con mis manos atrape el líquido que salía del grifo. Me lo lleve a la cara, y como supuse, aquel frio realmente me relajaba por completo, luego dirigí mi mirada hacia el espejo que se encontraba al frente para encontrarme con unos ojos grises que me observaban silenciosamente.

Notas finales:

Bien, este es el fin de este primer capítulo.

¿Qué le pareció? ¿Les gusto?

En el siguiente, las cosas se ponen más interesantes, ¿Estan listos para comenzar a conocer a nustro jovén protagonista?

Espero compartan sus opiniones conmigo y claro, me hagan saber que estan allí! Saber que peinsan me motiva a seguir escribiendo, así que esperare por sus comentarios.

 

Nos vemos en el próximo capítulo!

 

-Keii.


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