-Definitivamente has estado viviendo aquí.- Rió suavemente Aoba mientras sostenía la puerta del congelador y miraba su interior. Estaba llena de pizzas congeladas. -Aunque creía que habías cambiado tu dieta...- Siguió diciendo.
No obtuvo respuesta inmediata Noiz se encontraba en otra habitación. Al volver se estaba aflojando la corbata.
-Ya sabes que me gusta la pizza. No siempre tengo comidas de empresa.- Miro el interior del congelador y saco una, en concreto de cuatro quesos y se la mostró. Como si buscara su aprobación.
-¿Comeremos aquí?-
-Claro, a no ser que te apetezca ir a algún restaurante, que no habría problema.- Suspiro levemente mientras miraba que otra pizza podría coger.
-¿Eh? Bueno yo me refería a que... ¿Yo comeré aquí? ¿Me quedare en tu piso? Creí que luego saldríamos a buscar algún lugar para alquilarme y poderme quedar...-
Al escuchar aquello le miro seriamente, tal vez algo asqueado.
-Creía que habías venido a Alemania para estar conmigo, no para buscar un piso y vivir tu solo.-
Aoba se quedo callado, mirándolo con una expresión entre confundida y nerviosa.
-¿Quieres vivir tu solo?- Siguió diciendo el menor. Lo miraba intensamente, esperando una respuesta.
-Yo... no...no he dicho que no quiera vivir contigo..solo que...-Suspiro.- No quiero ser un aprovechado...Noiz...me da igual que tengas dinero..no pienso quedarme sin pagar nada en este piso.-
No iba a guardarse nada. Nunca mas quería dudar de él o hacerle creer que no estaba seguro. Le amaba y quería estar con él y valorarlo, tal y como le había pedido. Por eso mismo quería trabajar para así poder estar a su altura y saber lo que costaba pagar todo aquello.
-El dinero no es un problema.- Contesto roboticamente.
-Lo se y no me importa. Quiero ayudarte a pagar el alquiler.-
-¿Qué alquiler? Este piso es mio.-
-..Pero igualmente habrá que pagar el agua y la electricidad...-
-No hay pro...-
Le tapo la boca con la mano.-
-¡Cállate! ¡No viviré contigo si no me dejas ayudarte con los gatos!- Grito poniéndose rojo hasta la punta de las orejas.
El otro aun con la boca tapada afilo su mirada y lamió la palma de la mano ajena, cosa que hizo que Aoba la apartase.
-Entonces...-Le sonrió socarronamente, algo juguetona.- Hasta que no encuentres trabajo...¿qué tal si me pagas el agua y el gas con sexo?- Tomó su muñeca y tiro de él, pegándolo a su cuerpo.
-¿¡Eh!? ¿¡Pero qué dices!? ¡Déjame!- Le empujo aun con el color de los tomates en su rostro. -No me gustan los juegos de roles y por supuesto pagare cuando tenga trabajo...que..espero que sea pronto, por cierto...- Termino diciendo en un suave puchero.
-Tranquilo, tampoco debes preocuparte por esto. Seras mi secretario.-
-¡¿Qué?! ¿Secretario? ¿Y qué se supone que deberé hacer?-
-El lunes ya te contare...- Sin en algun momento cambiar su tono de voz, dejo el tema por zanjado fue desempaqueto la pizza para ponerla en el honro.
Aoba se sentó y suspiró, agotado cerrando los ojos.
-¿Contigo sera todo tan rápido y sencillo?-
-Quien sabe.- Contesto a la vez que unía en un dulce beso sus labios con los de él. -Solo déjame decirte.... Bienvenido a casa.- Siguió el rubio, sonriendo le lo mas sincero que pudo. Aoba el cual abrió los ojos se sorprendió. Aquella sonrisa lo tenia totalmente cautivado. Rodeo su cuello y también le sonrió. Sintiendo que únicamente con aquello todo el cansancio y agotamiento se había desvanecido por completo.
-Gracias Noiz.-
Fin del primer mini fic e introducción.