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When the flower boys cry. por Nana-Sama

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Notas del fanfic:

¡Holi! Si, yo de vuelta xD Bueno, hace mucho que venía con la idea de hacer un fanfic High!SchoolAU, pero no encontraba un inicio que me terminara de cerrar. Entonces, vi un hermoso fanart HunHan de Windeer que me dio toda la inspiración que necesitaba. (http://data1.whicdn.com/images/100812235/original.jpg)

Tendrá un montón de cosas que seguramente son muy clichés, pero creo que son lindas *3* 

Espero que les guste >w<

Capítulo 000.

0 Amigos

Entonces, cuando lo percibo

Siento como dentro de mí

Mi corazón se pliega

—Le vie en rose (Edith Piaf)

 

Lu Han miró a su alrededor.

Al final del día, siempre era de la misma manera.

<<Estoy completamente solo>>

Caminó casi arrastrando los pies por los pasillos del colegio. Los adultos siempre piensan que las vidas de los jóvenes no son complicadas. Pero él nunca entendió como hacen los adultos para olvidarse de sus años de juventud.

Ambas manos estaban apoyadas en la correa de su morral y caminaba mirando el piso.

Escuchaba murmullos que hablaban sobre él. Veía de reojo a chicas y chicos sonrojarse y murmurar con su grupo de amigos lo guapo que él era. Siempre decían lo mismo: <<Parece salido de un manga shoujo>> Y él, nunca pensó en si mismo como esa clase de personaje. Pero así era su vida. La gente le hablaba para declararse y él, los rechazaba con cortesía, ofreciéndole su sincera amistad. Pero él era rechazado más tarde. Nadie quería ser su amigo. Todos querían usarlo para lucir más brillantes, cansarse de él y dejarlo. Lo sabía bien. En China le había pasado eso. Porque él era enamoradizo, aceptaba a los chicos que se le declaraban y les ofrecía todo de sí para que la relación durase. Su primer desengaño amoroso fue hacía tres años, a los quince.

Y él no dejaría que eso se repitiese.

Así que no dejaría que nadie entrase en su vida de esa manera. Reafirmó sus pasos, pero no levantó la cabeza, simplemente sacó su teléfono móvil y se puso los auriculares. El aparto comenzó a reproducir la dulce voz de Edith Piaf.

En cuanto llegó a la estación de trenes, se dedicó a juguetear con su celular. No es que como si el fuese muy habitué de aquello. Pero estaba tan mortalmente aburrido aquel día que decidió dedicarse a observar la pequeña pantalla. Revisó su lista de contactos.

C

[Casa]

M

[Mamá]

P

[Papá]

T

[Tutor Lee]

El contacto de su casa aparecía en un cuadradito naranja, el de su mamá en un rojo pasional, el de su papá en azul oscuro y el del Tutor Lee en un vibrante verde esmeralda. Nunca se había atrevido a pedirle a ninguno de ellos una fotografía para su lista. Tampoco le importaba mucho.  

<< ¡Menuda lista! ¿No se supone que soy el chico más popular de la escuela?>> Bufó. Milord sonaba fuerte invitándole a menear la cabeza ligeramente. En ese momento Lu Han pensó que sería fantástico haber nacido en Francia. Pero no. Había nacido en Beijing y ahora vivía en Seúl. No tenía la suerte de conocer el inmenso cielo de Paris. Sus padres, aunque eran ricos, nunca le habían permitido viajar.

Casi maldijo cuando notó que el tren estaba repleto, subió, pasó su ticket y se acomodó lo más alejado que pudo del resto de las personas. Aquello era casi imposible por lo repleto que estaba el vagón. Era casi irónico como la suave voz de la mujer francesa cantando Hymne à l'amour se mezclaba con el paisaje mudo y turbulento que se cernía frente a sus ojos. Justo cuando La vie en rose comenzó a sonar, algo se interpuso entre él y su paisaje.

Era algo oscuro, luego descubrió que era el saco negro de un uniforme de secundaria, por el escudo al costado de su pecho, descubrió que dicho individuo asistía a la misma institución que él, pero en los grados bajos. Sus ojos avellana se alzaron un poco más, con curiosidad.

Lo único que pudo ver fue una mandíbula afilada y un gracioso lunar sobre esta. Más allá, un gesto serio e imperturbable le recibía. Creyó visualizar unos mechones rubios, pero no lo supo a ciencia cierta.

Sabía, claramente, que ese chico alto y serio estaba sobre él en todo el sentido de la frase. Se sujetaba para no terminar del todo pegado a él con sus codos, pero eso solo los dejaba en una posición más incómoda. Y por incómoda se refería a intima. Creyó escucharlo gruñir, pero la pronunciación nasal de Edith no le permitió aclarar mucho el panorama.  

Se encontró pensando que la posición en la que estaban se asemejaba a un novio protegiendo con su cuerpo a su novia de los abusadores que solían haber en las horas pico de los trenes. Y cuando el vaivén hizo que sus cuerpos se golpeasen, no pudo contener el gemido que se le escapó de los labios que era fruto de una mezcla de dolor y placer que le recorrieron al mismo tiempo.

Lu Han estaba tenso y se sentía más que extrañado. Porque de todos los olores que podía encontrar en un tren en plena hora de transito, no esperaba encontrar uno a pintura fresca. Y estaba cien por ciento seguro que provenía de ese chico que lo rodeaba.

Y no le disgustó.

El problema se produjo cuando tuvo que bajarse en su estación. No sabía cómo hacer para que el chico –que parecía muy en su mundo, con sus propios auriculares y su propia música- se corriese.  

No tuvo otra opción que tocarle ligeramente el pecho. Se sorprendió porque para ser un niño de secundaria lo que tocó era considerablemente más duro que cualquier parte de su propia anatomía. Los ojos del más alto se abrieron. Y casi se quedó mudo con el intenso negro que le recibió en los orbes ajenos.

—    Esto… — se aclaró la garganta, pensando que sonó demasiado nervioso y débil — Verás — sus ojos señalaron la puerta a su costado.

El chico asintió, pero al intentar separarse un poco haciendo acopio de su fuerza, intentando separar sus codos de la pared, la multitud de gente a su alrededor, se lo prohibió. Le miró como diciendo: “No puedo correrme

—    Disculpa — murmuró abochornado y avergonzado por lo que iba a hacer.

El muchachito ladeó la cabeza, curioso. (Aunque su expresión no lo demostró) Entonces, el chico de último año de preparatoria se arrastró por la pared como un cangrejo. Fregándose por él. Cuando la puerta se abrió para dejarlo ir, se volvió sobre su hombro para lanzarle una mirada apenada al chico que lo miraba completamente neutral. Como si sus anatomías no se hubiesen rozado por completo instantes atrás.

Lu Han respiró con alivio cuando estuvo fuera del amontonado tren.

Miró por sobre su hombro, para ver el tren arrancar nuevamente, llevándose con él la figura del indiferente muchacho que lo tuvo hecho un manojo de nervios por quince minutos de un viaje lleno de sacudidas.

Recordó mentalmente los tres hangules que indicaban el nombre del chico. Los memorizó repasándolos una y otra vez, porque sí. Y cuando lo hacía, un escalofrío lo recorría y tampoco sabía por qué.

Caminó las tres cuadras de barrio residencial que lo separaba de su amplia casa. Al llegar, saludó a las cinco empleadas que residían constantemente en la casa. Estas, le habían preparado una deliciosa merienda. Agradeció una de ellas, la del cabello largo, oscuro y lacio, con rasgos finos llamada Krystal. Luego, con su merienda en una bandeja, subió a su habitación a hacer sus tareas.

Dejó la bandeja sobre el escritorio, puso música instrumental y se dispuso a hacer sus ensayos y resúmenes por adelantado. Abrió su cuaderno y lo primero que pudo escribir, casi sin querer, con distracción, fue lo único que tenía en su mente desde que llegó de la escuela.

오 세 훈

Oh Se Hun

Notas finales:

¿Que les pareció? ¿Muy malo? ¿No tanto? ¿Merece que lo continue? Bueno, espero sus opiniones ^^ En lo personal, me gusto más que mis primeros intentos asíq ue espero que a ustedes también les guste. 

¡Nos leemos! 


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