Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sugar Free por OhBany

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fic, para una chica linda Baekyeol shipper Aimé. espero te guste. Además es mi primer Baekyeol larguillo !Celebremos!

Había un antes y un después en la vida de Park Chanyeol.

Antes: amigos pseudos normales, llámese Kyungsoo alma negra, Kim Jongdae alma troller y Kim Jongin el objeto de los sacrificios de Kyungsoo.

Después: Byun Baekhyun y todo lo que éste representaba.

Lo conoció a través de Jongdae, quien era amigo de Joonmyun y este de Sehun y así iba la cadena hasta llegar a toda la humanidad de Baekhyun. Chanyeol no negaría nunca que la primera impresión que obtuvo de aquel muchacho de cabellos dorados fue que era hermoso. La brisa peinaba sus cabellos y la luz solar parecía darle vida a cada expresión facial en su aniñado rostro. Pero así como aquella impresión había llegado, la inminente realidad lo golpeó con la fuerza de un balón de futbol, literalmente.

Estaban todos esperando al famoso Baekhyun para completar el equipo de Sehun porque sólo faltaba uno, además de que él tenía el balón. De repente de la entrada se escuchó un estruendo exagerado que Chanyeol —Hasta el sol de hoy— confundió con una urraca, o un equipo de porrista haciendo su grandioso “¡Dame la...!” Baekhyun dijo algo de “Ya llegué, perras” dándole un punta pie al balón lanzándolo directo a la esponjosa cabeza de Chanyeol que —por más cabellos risos que tuviera— no pudo amortiguar el dolor y por consecuente el desmayo.

Antes de que Chanyeol cayera en su letargo inconsciente se escuchó el singular gritico de ese que más tarde se presentaría como Byun Baekhyun, Yah, estúpida tabla de surf, arruinaste mi fabulosa entrada.

Más o menos desde esa tarde la vida de Chanyeol dio un giro de 180ª acompañado de un terrible dolor de cabeza. Pero era el primero de muchos dolores de cabeza.

***

Para ser sincero Chanyeol no sabía cómo es que pudo ignorar la presencia de Baekhyun, es decir, él chico estudiaba en el mismo instituto sólo que una mención diferente, por ende un campus de separación. Tenía lógica no haber escuchado de Baekhyun ya que él tenía una vida social resumida a libros, polvo y los numerosos shuu de la bibliotecaria cuando Jongdae decidía hacerle "compañía" —casualmente porque Minseok era el hijo de la bibliotecaria—, pero esa lógica se iba por el caño porque era de Byun Baekhyun de quien se trataba, y tal vez no lo conocía por ese nombre, pero sí por “Tornillitos” que era su nombre de pila, tornillitos porque era lo menos que habitaba en su hueca cabeza si acaso en todo su cuerpo. "Tornillitos" porque le faltaba un tornillo a su cordura.

Tornillitos era vivaz, alegre, y la esposa de medio Escuela de Artes. Kyungsoo una vez había dicho Tengo ganas de hacerle tragar miles de tornillos para que después muera en el baño cuando intente hacer del número dos. Con temor Chanyeol había preguntado la razón de su odio y bueno todo radicaba en que Tornillitos le estaba haciendo ojitos a Jongin, y Jongin era una pieza invaluable de la colección bélica de Kyungsoo, sólo le pertenecía a él y a nadie más. Aquel ser que se atrevía a profanar aquel cuerpo moreno estaba condenado al odio eterno emanando de un ser de 1.64 centímetros de altura aka Do Kyungsoo.

Chanyeol en aquel entonces sintió pena de Tornillitos, pero ahora que le conocía sentía de todos menos pesar o lástima.

Y quizá ese era el problema después de todo.

Luego de lo que fueron semanas de convivencia para nada unipersonal, de noches de pizzas auspiciado por Joonmyun y tardes acuáticas en la casa de Sehun, Chanyeol tenía un criterio bastante definido de lo que era Baekhyun: Un ser brillante con un aura tan cegadora como el mismo sol, con el espíritu de mil porristas en La Copa de la Vida y capaz, muy capaz de embaucarlo con su flamante sonrisa. A veces cuando Baekhyun hablaba Chanyeol perdía el norte y tenía que ser Kyungsoo, con sus súper manotazos, los que lo traían al mundo real, con todo y el escozor del golpe.

Estando en casa de Joonmyun, un viernes. Una noche de pijamada. Chanyeol pudo sacar sus propias conclusiones.

—Entonces, todos ustedes estudian juntos ¿no?  —preguntó Baekhyun con un pedazo de pizza en la boca, importándole muy poco eso de que primero se mastica, se traga y luego se habla.

—Kyungsoo, Chanyeol y yo estudiamos lo mismo —respondió Jongdae, en vista de que, ni Chanyeol ni Kyungsoo respondían. Éste último por obvias razones.

—¿y Jongin? —preguntó ignorando la bestial mirada que puso Kyungsoo sobre él.

—Él y Sehun están danza.

Baekhyun musitó un quedo uhmm,  segundos después Kyungsoo estaba arrastrando a Jongin lejos muy lejos de Tornillitos, y apegándose a él como lapa porque Jongin hace frio, abrázame. Y Jongin encantado lo cerraba en un abrazo de esos mortales.

Jongdae rodaba los ojos mientras se disculpaba con Baekhyun y éste negaba con su gran sonrisa plantaba en los labios.

 —Oye cabeza de esponja  ¿Estudias rap, no? — El silencio que reinó en el lugar fue increíblemente gutural. Todos echaron su vista sobre Chanyeol porque ¿Quién más podría ser cabeza de esponja sino Chanyeol? Sólo él porque Baekhyun definía a Jongdae como cabeza de ramen, que era totalmente distinto.

—Chanyeol, allí te hablan —dijo Sehun, escondiendo una risa detrás de su puño y fallando en el intento.

Chanyeol levantó su vista del libro que tan diligentemente  leía para notar que Baekhyun tenía cara de Ah, ¿Te atreves a hacerme esperar por tu respuesta? y Chanyeol no sabía lo que le molestó más, si su actitud su mirada, su voz,  o todas las anteriores.

—¿Perdón? —inquirió, deslizando los gafas de marco grueso por el puente de su nariz.

—¿Eres sordo? — aludió Baekhyun—. ¿Pregunté si…

—Cuando alguien dice “Perdón” en el tono en el que yo lo dije es una clara señal de “Me molestó lo que dijiste, espero lo corrijas.

Las palabras de Chanyeol salieron espesas tensando el aire, incluso podía cortarse.

—Lamento informarte que no tengo intenciones de retractarme de mis palabras —siseó con desdén, tan natural como si estuviera diciendo que el sol sale en las mañanas.

Chanyeol suspiró, aún indignado por semejante actitud de aquel muchacho. Mucho hizo con pasar por alto el intento de asesinato con aquel balón. No lo haría dos veces, no lo haría esta vez.

Con todo la naturalidad de una persona que se va a las 12:00 am, tomó sus cosas y salió de la casa de Joonmyun dejando un Gracias por invitarme, hyung y disculpa las molestas ocasionadas revotado en las paredes del lugar.

***

A Chanyeol le encantaría decir que nunca más supo de Byun Baekhyun y que sus encuentros murieron en aquel episodio aparatoso.  Pero las cosas no eran tan fáciles cuando Tornillito resonaba en medio instituto y no conforme con eso era amigo de todo su círculo pseudo social. Además se unía el hecho de la persecución que montó Baekhyun para Chanyeol.

El fulano aquel había estado dando vueltas a su alrededor desde aquel momento, nunca para pedir perdón cabe destacar. La mayoría del tiempo eran comentarios de su vida ligados a sobrenombres contraproducentes que hacía que Chanyeol quisiera estrellar a su amada Sandara—guitarra— contra el rostro de Baekhyun, si no amara tanto —y si no la estuviera pagando todavía— lo hubiese hecho.

Baekhyun se pegaba a la humanidad de Chanyeol como una lapa o una rémora y luego mantenía un monólogo de preguntas y respuestas dichas y resueltas por él mismo mientras Chanyeol se repetía preguntas como una mantra acerca de qué había hecho mal en su vida anterior para merecer tan cruel castigo.

Todo era nuevo, ninguno de sus amigos, ni siquiera Jongdae y su crónico problema con la privacidad, había sido tan latoso como lo estaba siendo Byun Baekhyun, y lo peor era que cada encuentro, o terminaba con un nuevo sobrenombre o terminaba con Chanyeol en la enfermería. Y luego un Baekhyun angustiado musitando palabras como Palmerita, lo siento es que ese gatito, y luego la anciana y ¿Tú me entiendes, verdad? Eres tan altruista como yo—Hey señora ¿Es tan grave así? ¿Para qué es esa jeringa?

Chanyeol anhelaba su vida de regreso, por lo menos la parte en donde no había tantos gritos y articulaciones rotas. La otra secretamente se adaptaba a todo el torbellino que era Baekhyun, posiblemente eran los mensajes a las tres de la mañana diciendo Tengo miedo, vi una película de terror con Tao, y ahora me siento tan desprotegido. Aunque eran mensajes a horas irreligiosas de la noche no terminaban de disgustar a Chanyeol por completo.

 

Cuando quería olvidarse de Baekhyun, o al menos intentar, sus intentos se iban de picada para el momento en que Jongdae abría la boca, haciendo comentarios, de esos que lo caracterizan.

—Ayer Baekhyun estuvo preguntando mucho por  Ricitos de Oro —dijo, mientras todos estaban degustando sus almuerzos.

—Que bien, mientras no pregunte por Jongin — respondió un afanado Kyungsoo, dándole de comer a su pareja en la boca.

—No sé, yo pienso que Chanyeol le gusta —aludió Jongdae, unos segundos después de tragar el bocado de ensalada que tenía en la boca—. Me hizo un interrogatorio peor que los del Señor Jung en Historia de Corea,  escalofriante. Me preguntó si tenías pareja.

—Espero que le hayas dicho que Jongin es mío —acotó Kyungsoo.

Jongdae bufó.

—Oh vaya lo olvidé, ¡¿cómo pude hacerlo?! Ahora nunca lo sabrá porque no ES COMO SI SALTARA A LA VISTA QUE LLEVAS A JONGIN CON UNA CORREA PARA PERROS.

—Sólo quería poner los puntos sobre las íes.

Chanyeol rodó los ojos.

—Tiene a medio instituto a sus pies, Jongdae. No tengo nada de especial sólo lo hace para molestarme — demandó—. Además si así fuera, creo que pierde su tiempo. Los de su tipo no me gustan.

—¿Te refieres a demasiado bullicios? —inquirió Jongdae, con una risa burlona.

—Me refiero a demasiado Baekhyun.

La convicción con la que dijo aquellas palabras fue suficiente para dejar que el tema muriera allí, —esperaba Chanyeol— para siempre.

 

 

Pero una vez más las cosas no estaban saliendo como él las había imaginado, no cuando Baekhyun apareció en su sagrado altar, su lugar de relajamiento, oh su gran trono. La biblioteca.

—¿Qué haces? —Baekhyun se sentó a su lado. Tenía una paleta de sabor cerezo que hacía que su boca se pintara roja y sus labios brillaran producto de la misma. Además su olor y….

—Es una biblioteca y esto es un libro, así que…

Baekhyun chasqueó la lengua.

—¿Así te diviertes, Palmera? —Chanyeol asintió sin apartar la mirada de su libro—. Ven a mi casa esta noche, juguemos con mi consola.

—No soy de video juegos.

—¡Anda, poste ambulante!

—¡Y menos si me pones sobrenombres cada que respiro!

—Pero es que.. .¡Ay ¿Por qué siempre me rechazas?

Chanyeol lo encaró ante semejante pregunta. Ante su vista estaba un Baekhyun molesto, con las mejillas rosas, y el ceño fruncido. Un Baekhyun como nunca lo había visto.

—No sé, creo que porque desde que nos conocemos te has encargado de mandarme a la enfermería y me has puesto sobrenombres ridículos.

Baekhyun pataleó.

—Ay pero es de cariño.

—Oh perdón, pero tu cariño me abruma —respondió un sarcástico Chanyeol.

Chanyeol decidió hacer la labor que mejor se le daba, ignorar a Baekhyun. Pero éste, como siempre, tenía otros planes.

Se quedó allí, sentado al lado del gigante, recostado de su hombro y haciéndose el dormido. Chanyeol se tensó ante el contacto del muchacho. Era abusivo, confianzudo, creído y le gustaba… ésta persona tan distinta a él le gustaba.

—Soy como los niños de kínder — siseó más calmado el rubio—. Así llamo la atención de los que me interesan.

Chanyeol bufó, pero no pudo evitar la risita que se pintó en sus labios. Baekhyun manso era un Baekhyun completamente nuevo para él.

—¿Tienes algo en contra de cortejar como la gente normal? —preguntó, dejando una chispa de sarcasmo en su oración.

—Es aburrido — expresó, pero luego sólo dejó que sus palabras hablaran—. No sé cómo se hace.

De momento, el libro que Chanyeol amenamente leía dejó de importarle. Sólo tenía ojos para el Señor Demoledor de Paz, aka Tornillito aka Byun Baekhyun. Allí en la comodidad del suelo, bajo un silencio agradable y cómodo, deseaba congelar el tiempo.

Baekhyun alzó la vista para encontrarse con la mirada penetrante de Chanyeol sobre él. Subiendo un poco más, acercándose sólo un poco, quizá más cerca. Él sólo necesitaba acortar un poco más la distancia y…

—Ah Baekhyun dónd—¡MADRE DE DIOS, PERO QUE LE HACES AL POBRE CHANYEOL —Se escuchó de un alarmado Sehun y segundos después un…

—¡SALGAN DE MI SANTUARIO, URRACAS DEL DEMONIO, QUE EL SEÑOR LOS REPRENDA! —De la bibliotecaria.

***

—Baekhyun se ha propuesto acomodé lugar ganarse tu atención — canturreó Jongdae un lunes en la mañana, cuando iban de camino a clases.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó un curioso Chanyeol.

Jongdae rodó los ojos.

—¿En serio no has leído la tarjeta del cumpleaños de Baekhyun que se celebra el viernes? — indagó y Chanyeol negó. Jongdae sacó una tarjeta verde lima que aún tenía purpurina, como para un ejército de tarjetas creativas y leyó —. Te invito a mi fiesta blah blah blah, habrá barra libre blah blah blah, aquí, si un obsequio me quieres dar, en efectivo lo sabré apreciar, nota si eres Park Chanyeol no traigas regalo. Tu sola presencia me basta <3

Chanyeol se atoró con el aire que viajaba por su garganta en cuanto Jongdae había citado las palabras de Baekhyun en aquella tarjeta. Dios, a veces Baekhyun era tan impredecible como extraño y aquello le causaba tres infartos seguidos, no obstante no podía evitar el revoloteo en su estómago.

—¿Vas a asistir?

—¡¡Ni loco!!

Jongdae abrió la boca desmesuradamente grande.

—Oye no seas cruel — refutó—. Sé que es algo exagerado pero esta es su forma de llamar tu atención, dale algo de crédito.

—Dije que no, y es mi última palabra.

 

Chanyeol mantuvo su palabra, él ni se asomó por la fiesta de Baekhyun a pesar de los ¡Que cruel! De Jongdae e incluso un Deberías aprovechar, no es tan mal chico después de todo de Kyungsoo, de este último sí que se había sorprendido, prefería pensar que se trataba de Kyungsoo protegiendo su terreno, es decir Kim Jongin, y no de que Baekhyun también se había ganado la confianza de Kyungsoo.

Había una taza de café y montones de libros porque era un fin de semana largo, para disfrutar, o al menos ese era su plan hasta que su teléfono sonó con el típico tono que había asignado para Jongdae —por si alguna vez le daba por ignorarlo, justo como quería hacer en ese momento—. Si sus cálculos no fallaban, Jongdae debía estar en la flamante fiesta de Baekhyun.

—«Que sea importante, estaba a medio “Socialismo del siglo XXI»

—«¿Consideras los movimientos de HyoMin de T-ara muy sugestivo en Sugar Free?» — preguntó Jongdae de repente, su voz siendo opacada por un fuerte estruendo.

Chanyeol gruñó porque ¿Qué otra puede esperarse Kim Jongdae a las once de la noche?

—«¿Qué? —Jongdae estuvo a punto de repetirle la pregunta pero Chanyeol le interrumpió — . ¡Llama cuando te estés muriendo, y asegúrate de estar muerto para el primer repique!»

Estuvo a punto de cortar pero Jongdae fue lo suficientemente más rápido

—«¡Baekhyun tiene 5 botellas de soju encima y prometió bailar Sugar Free para todos sus invitados, está borracho y despechado, chao! »

 Y dicho eso, Chanyeol dejó sus libros sobre la mesa y voló a la casa de Baekhyun tan rápido como sus largas piernas se lo permitieron. Claro que antes tuvo que preguntarle a Jongdae dónde rayos vivía el rubio.

***

—Cuando te llamé eran cinco botellas, pero ahora son siete, uhmm, buena suerte —dijo Jongdae, tratando de poner a Chanyeol al día de los acontecimientos. Pese a eso, Jongdae lo había abandonado musitando un ¿Dónde estará Minseok—¡Ajá allá está! ¡Hey Minnie~ oye hyung no me huyas!

Chanyeol estaba solo, eventualmente el equipo Kaisoo no había asistido por obvias razones, así que él literalmente era una pequeña hormiga contra un inmenso y ebrio elefante. Pues, Dios lo bendiga.

Cómo se imaginaba Baekhyun estaba en el centro de la pista, Sugar Free resonaba en todo el lugar, y él estaba moviendo sugestivamente sus caderas, la imagen le hubiese nublado la mente si no fuera porque él estaba allí para evitar que Baekhyun se avergonzara a sí mismo el resto de su vida.

—¡Varilla humana, llegaste! —gritó en cuanto vio al más alto abrirse camino entre el mar gente.

Baekhyun comenzó a balbucear mientras bailaba y cantaba en alto y señalando a Chanyeol.

“¿Por qué haces que mi corazón duela más y más?” 

Chanyeol rodó los ojos ¡Dios, que canción más empalagosa!

La gente comenzó a aplaudir y aclamar, a Baekhyun y su baile de caderas y su Yeogi yeogi yeogi yeogi, cuando estaba haciendo el Meolli meolli meolli meolli y alguien desconocido tocó descaradamente el trasero de Baekhyun, Chanyeol decidió que era suficiente y con todas sus fuerzas lo jaló hasta llevarlo lejos del bullicio de su propia fiesta.

Ambos habían llegado a una habitación que, suponía Chanyeol, era la de Baekhyun, y lo decía por el enorme retrato de él cerca de la ventana con su afeminado perro. Chanyeol estaba ligeramente molesto, por el estado físico de Baekhyun, y porque se había dejado tocar.

—¡Estoy molesto contigo! —le gritó, Baekhyun se echó sobre la cama, tapando su rostro con sus manos.

—¡Bueno al menos sientes algo por mí!

Chanyeol estuvo a punto de volverle a gritar de no haber sido porque notó a Baekhyun llorando. Entonces todas sus defensas bajaron y tuvo que doblegarse ante el muchacho que hipeaba delante de él, era una imagen adorable aunque no le agradaba en lo absoluto que se debiera a él.

—¿Por qué haces esto, Baekhyun?

El mayor lo miró directo a los ojos, lágrimas cayendo de los suyo propios.

—Porque quiero que me mires, he hecho todo y nada parece funcionar. No te gusto.

Decir que a Chanyeol no le tocó la fibra aquellas palabras era mentir. Él no sabía que decir, no era como si fuera conveniente decir también me gustas, con todo y lo bullicio que eres. A Chanyeol estas cosas no se le daban muy bien, él nunca había tenido problema de todas formas. Nadie había estado interesado en él antes.

No dijo gran cosa, sólo abrazó a Baekhyun y éste entre borracho y despierto lo jaló hacia la cama que tenía debajo de él. Pasando toda su borrachera en los brazos del gigante.

***

Chanyeol despertó a la mañana siguiente con un dolor en el brazo, estaba completamente entumecido  y eso sólo tenía un nombre. Como siempre Baekhyun causándole dolores articulares.

—Buenos días, Chanyeol —saludó el rubio.

Chanyeol protestó un poco pero antes de ejecutar otro movimiento se percató de algo completamente inusual.

—¿Me dijiste Chanyeol?

—Así te llamas ¿no?

Chanyeol sonrió, debía confesar que su nombre en los labios, un tanto resecos de Baekhyun, era como la gloria de la mañana.

Por un momento hubo un silencio para nada incomodo entre los dos. Sólo la brisa del aire acondicionado y la luz que se filtraba de forma minuciosa por la ventana.

Unos segundos más tarde Baekhyun irrumpió la calma.

—Lamento haber arruinado tu viernes con mi drama —musitó y Chanyeol negó.

—Me alegra haber llegado, o allí estuvieras todavía, quizá haciendo el baile de todas las canciones del álbum Repackged de T-ara.

Baekhyun rió ligeramente y era el sonido más hermoso antes escuchado para Chanyeol, es decir, era una sonrisa calma y ordenada.

—Chanyeol…

—Está bien, Baekhyun — susurró Chanyeol quedamente—. Vamos a comenzar desde cero, como debió haber sido desde el principio.

Baekhyun asintió, sonrojado.

—Deja que yo lo haga primero —Chanyeol asintió y Baekhyun prosiguió—. Hola, mi nombre es Byun Baekhyun, me dicen “Tornillito” y me gustas, me gustas mucho, mucho, mucho...

Chanyeol no tuvo tiempo para presentarse adecuadamente porque ya Baekhyun besaba sus labios con impaciencia desmedida. Bueno al diablo los protocolos,  total, ya lo conocía. Él sólo se dejó hacer en aquel beso, marcado por la intensidad de los fogosos labios de Baekhyun, un apretón, una lengua escurridiza y ya Baekhyun había hecho como quería con él.

Algunas cosas no cambiarían nunca. La osadía de Baekhyun, por ejemplo.

 

Notas finales:

Aimé, espero te haya gustado y al que lo leyó de igual manera <33

 

Nos leemos *-*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).