Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encuentro Entre Dos Ex Amantes por LiNiS02

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos!

Bueno finalmente estoy aquí, luego de un periodo bastante apretado de trabajos de la universidad , proyecto de grado y demás cosas relacionadas con la finalización de una carrera universitaria. Aun así y aunque quizás muchos esperaban que a mi regreso actualizara los fics pendientes, aquí vengo trayéndoles una pequeña historia, bastante dramática y un poco intensa que surgió de esos pequeños momentos en clase o en casa donde podía escribir ideas y posibles escenas para este fics o los demás. Espero que les guste y me perdonen por no actualizar los otros fics (por favor tenganme paciencia ya me estoy haciendo cargo de ese asunto, aprovechando que tengo un par de días moderadamente "libres")

Agradezco infinitamente a M. Maroth Araya quien me colaboró con este capítulo y sus respectivas correcciones, espero en los próximos días retomar nuestros roles, ya me volví a conectar con este par de masoquistas ( :D los amo!).

Sin más por decir, espero disfruten tanto de esta historia que por cierto tiene mucho de mi, de mi corazón y de mis pensamientos.

Sekaiichi Hatsukoi y sus personajes son creación de Nakamura Shungiku, yo sólo los uso porque estoy obsesionada con Mino Kanade y Yanase Yuu y deseo verlos juntos.

ENCUENTRO ENTRE DOS EX AMANTES

 

Capítulo 1: Recordando Nuestro Amor

 

Lo que hubiese dado porque nuestra historia de amor hubiera tenido un final como el de los mangas que edito…

Aunque tampoco es como si pudiera quejarme, después de todo me diste los mejores años de mi vida y me enseñaste cosas que no conocía y no creía posibles… ¡No! No me arrepiento de todo lo que me llevaste a vivir, por más malo que haya sido en su momento. Ahora siento que pesan más los momentos felices… eso es lo que vale, lo que me hace sonreír con sinceridad.

 Pero… costumbre o amor, sin importar lo que haya sido al final, no fue suficiente para mantenernos juntos por más tiempo. Ni las palabras, ni los besos, ni caricias, ni mucho menos las miles de promesas que nos hicimos sirvieron, todo se desvaneció… haciendo que sólo queden los recuerdos, y que lo bonito se mezcle con la tristeza, la rabia, la frustración y quizás con algo de resentimiento.

/////

Continué mi largo camino hasta la estación de tren. Me detengo por un momento y miro al cielo mientras hago sombra con mi mano. Vaya que es un día bastante caluroso y soleado. Suspiro y continúo mi camino. Hace meses que no tengo una tarde libre como esta, por lo general tengo problemas con las mangakas y mi tiempo libre se reduce a unas pocas horas de descanso o simplemente a nada.

No quiero llegar a casa, sé que a veces hace falta descansar, pero para mí… aunque soy una persona solitaria, en ocasiones siento que estar en ese lugar es aburrido. ¡Ja! Ante mi queja sólo puedo sonreír y burlarme, porque es algo que yo mismo me he buscado. Suspiro con pesadez y miro detenidamente mi alrededor, entonces siento cómo un vacío de magnitudes que desconozco se forma en mi interior.

Mis ojos al igual que los suyos se abren de par en par, al tiempo que nos detenemos. Esto es tan inoportuno, tan inesperado y… ¿malo? Tomo un poco de aire e intento reaccionar, pero mi mente y cuerpo han colapsado y no responden. Yo no… es que justo aquí… en este lugar, a esta hora, el  destino te pone justo frente a mí. No puede ser… ¿Cuántos años no veo aquellos ojos de los que una vez me enamoré? Completamente confundido llega a mi mente unos pequeños y vagos recuerdos, pero no parecen claros. Lo único que recuerdo perfectamente es lo mucho que te amé, lo feliz que fui y que así como llegaste de repente a mi vida para salvarme del desastre que era, de repente te marchaste dejándome igual o peor de lo que era… ¿o acaso el que se marchó fui yo?

Con una sonrisa tímida te acercas a mí

— Kanade, hola. Qué sorpresa, ¿co-cómo estás?

Intento corresponder tu sonrisa. Es raro esto, pero puedo verte de frente sin sentirme mal; ya no hay odio, resentimiento, rabia, nada de eso. Vaya, Yuu, si te soy franco jamás pensé poder superar nuestra triste historia de amor.

—Hola, Yuu, yo estoy bien, ¿cómo estás tú? ¿Cómo va tu vida? —. Me da alegría que después de tanto tiempo pueda estar aquí junto a ti y no sienta terribles deseos de gritarte, insultarte o recalcarte lo mucho que te desprecio. Inclusive has vuelto a llamarme por mi nombre, supongo que yo  puedo hacer lo mismo.

Aún con esa tímida sonrisa afirmas con tu cabeza

— Todo va muy bien.

Me lo dices con notoria seguridad y yo no puedo evitar alegrarme, no falta preguntar porque lo dices ya que en una de tus manos cargas un bloc junto con un maletín ¡Jum! De pronto un pequeño, pero muy agradable recuerdo llega a mi mente.

***

Parece que esto de dibujar no es sólo un hobby… te beso de forma superficial mientras que mis brazos te abrazan por detrás cubriéndote del frío de esa noche. No voy a negarlo, te necesito un rato más en la cama, ¡bah! No me importa si de verdad somos una pareja adicta al sexo, sólo quiero amarte y sentirte cerca de mí.

—No lo es — dices mientras sonríes y me muestras aquello que te tiene desde hace unos minutos tan concentrado. Un nuevo retrato mío — ¿Te molesta que lo haga? — me preguntas mientras buscas mis labios y los besas con un poco de torpeza.

¿Acaso es posible no amarte como lo hago? Cada detalle, palabra y gesto tuyo me vuelvo loco. Te amo Yuu y quiero tenerte conmigo para siempre. Antes de notarlo estas sobre mí, besándome con locura y ansia, decidido a continuar aquello que tanto amamos, aquello que es tan íntimo y tan propio de días tan fríos como este.

***

Después de un momento en el que mi cuerpo deja de estar en shock, caminamos por aquel centro comercial hasta un café, uno muy conocido para los dos ¡Vaya! Que este día parece que va a ser largo y lleno de sorpresas, pero vale la pena… después de todo eres tú, la única persona por la que he arriesgado lo que tengo y lo que no sin temor a lo que suceda.

—Finalmente soy asistente de mangaka — dices mientras caminamos en dirección a la mesa —, no ha sido fácil, pero finalmente lo logré.

Con una mirada llena de alegría me dirijo a ti y te felicito, sé lo mucho que deseabas esto. En aquellos tiempos en los que éramos pareja soy testigo de las veces que fuiste donde varias mangakas con la esperanza de trabajar con ellas, pero parecía que no eras lo que buscaban y aunque no te rendiste, si pensaste en dejarlo y dedicarte a otra cosa.

—Sabía que tarde o temprano trabajarías en eso. Como editor de manga que soy puedo decir que tienes talento — comento mientras te guiño el ojo. ¡Oh! Yo también lo he logrado, aunque en mi caso, si fui cobarde y abandoné todo por un largo tiempo, lo que me llevó a hundirme en la perdición absoluta.

Hace sólo un par de meses he vuelto a Tokio, estuve viviendo en otro lugar un par de años. Mi vida ha estado llena de mucha inestabilidad, excesos y cosas que no aportaron nada bueno. Y aunque no lo escucho con frecuencia sé que soy un asco de persona. Qué suerte que pudiste alejarte de mí a tiempo.

— ¿Es enserio? — me preguntas emocionado, parece que tú al igual que yo, te has alegrado de ver como uno de mis sueños se ha cumplido.

Es curioso, pero ahora que veo toda la situación, no puedo evitar pensar… ¿de haber seguido juntos lo habríamos logrado, Yuu?

***

— ¿Qué sucede? me preguntas mientras dejas tu maletín junto con tus otras cosas sobre el sillón.

—Nada — respondo y me levantó, hoy no quiero ver a nadie y tú no eres la excepción —, estoy cansado… — miento y me dirijo a la habitación. Cada vez me siento peor, estoy harto, cansado y aburrido, los días pasan y yo no me siento convencido con nada de lo que hago. ¿Qué mierda pasa conmigo? Me pregunto mientras me recuesto. Odio mi trabajo, odio definitivamente el caos en el que se ha convertido la sección de manga shoujo de la editorial.

—Kanade…— me llamas mientras entras a la habitación — ¿hasta cuándo piensas seguir así? — eso mismo me pregunto yo, pero parece que no hay respuestas aún.

—Creí haberte dicho que estaba cansado. ¿Qué quieres? — pregunto con un poco de molestia.

—Entender por qué parece que ya ni lo nuestro te interesa… — me dices con seriedad — Sabes que haces días no te veo, y hoy ni siquiera tuviste la educación de decirme que no vendrías a cenar — comentas con un tono molesto y cansado —. ¿Sabes? No eres el único que trabaja. Yo también lo hago y me canso, pero aun así no ando de mal humor todo el día y de vez en cuando te llamo o escribo. Así sea sólo para hacerte saber que estoy bien.

¿Que esta discusión no fue la de la semana pasada? Mientras suspiro e intento no ser grosero te miro.

— Quizás sea… porque es más fácil ser sólo un asistente que un editor —digo antes de sentarme —. Además, cómo vas a estar de mal humor si pasas casi todo el día con él…

Me miras ofendido y sin decir nada te diriges a la puerta.

— Que descanses… — te despides dando un portazo.

***

— ¿Trabajas en Marukawa, entonces? — me preguntas mientras que el mesero pone nuestros pedidos sobre la mesa.

— Así es, en la sección shoujo — comento mientras le doy un sorbo a mi bebida sin perder de vista aquella mirada que me dedicas — ¿sucede algo? — es inevitable no preguntar cuando me miras como si estuviera diciendo quien sabe qué cosas.

— ¿Eh? No, nada, es sólo que suena un poco extraño que digas que eres editor de esa sección, digo, no es por ser cruel pero no encajas mucho en el perfil de esa sección — dices mientras ríes.

¡Ay, Yuu! Para mí también es extraño, pero no soy tan malo en cosas de amor. Bueno, sólo si no hablamos de mi vida personal. Era un fracaso antes de ti y soy consciente que una vez lo nuestro pasó, volví a ser ese ser tan poco amable y amoroso ¡Pffff! El amor se volvió un sentimiento pasajero.

—Quizás tengas razón, pero no es desagradable y me siento muy a gusto — aseguro con tranquilidad mientras parto la porción de pastel que ordené.

***

— ¿Qué sabes tú de mi vida laboral? — pregunté levantando la voz, realmente harto de toda esta farsa que se dice llamar relación, digo… ¿qué clase de relación es esa en la que hasta infidelidad de parte tanto suya como mía ha habido? — Digo, creo que ya ni sabes algo de mí realmente.

— Contigo ya no se puede ni hablar, Kanade. Todo lo vuelves un problema — dices antes de pasar tu mano por tus ojos limpiando las lágrimas que estaban por salir desde antes. Perdóname, Yuu, pero esto ya no tiene mucho sentido, sé que aún te amo pero seamos sinceros estamos camino a un precipicio. Bueno, si es que ya no estamos cayendo por él.

— El problema comenzó desde que tú me cambiaste por tu “amado Chiaki”, desde esa maldita vez que te le declaraste y como si con eso no te bastara entonces te revolcaste con él — digo aún dolido por lo ocurrido, sé que la culpa no es tuya del todo pero aún no puedo superarlo. Lo mío fue pasajero, pero no puedo perdonar lo tuyo, más cuando sé que aún sigues en contacto con él y trabajas con él. ¡Maldita sea! Sé que Yoshino fue tu amor en la escuela, por eso me molesta tanto, me vuelve loco que ese desgraciado se haya atravesado en nuestra relación. Tú eres mío y aunque ya no sé qué hacer, ¡odio toda esta mierda!

— ¿Cuántas veces debo decirlo? Yo nunca te he cambiado y no lo haré, además yo no me acosté con Chiaki. ¿Cuántas veces más debo decirlo? No tienes porque siempre sacar ese tema a relucir — tu voz… tu voz suena tan triste y aunque parece que no me importa, quizás yo estoy igual o peor que tú, sobretodo porque no soy capaz de expresarlo, de decirte lo mucho que te amo, lo mucho que te necesito. Temo perderte y no hago nada por demostrártelo —. Yo sólo te comentaba algo sobre tu trabajo ya que desde que lo conseguiste, todos nuestros planes juntos han pasado a segundo plano, además no pareces muy feliz. Me siento desplazado por tu trabajo y tus nuevos compañeros — sollozas un poco y me sonríes — Kanade, te amo… pero necesito que pongas de tu parte… yo no puedo solo y no quiero terminar…

Mis ojos se abren y te miro sorprendido, perdido y asustado. ¡Sálvate tú, por favor! Yo… yo soy un desgraciado, ¡no te merezco!

***

—Qué bien, eso es lo importante — dices y te llevas un pedazo de pastel a tu boca. Sabes, todo esto me hace sentir extrañamente bien, comparo el pasado con el presente y no puedo evitar pensar que a lo mejor y nos hicimos un favor, tú te ves radiante y al igual que yo has crecido y madurado, además de no parecer sentir ningún remordimiento hacía mí y todo lo que pasaste estando conmigo. Gracias, me has devuelto la tranquilidad, por un buen tiempo me martirizaba pensando en todos los sentimientos malos que te había hecho sentir. Lo admito, me dolía pensar que me odiabas y por muchos meses me sentí miserable pensando que realmente nunca merecí ni una pizca de tu maravilloso amor.

— Bueno, no llevo tampoco mucho trabajando en Marukawa… duré un par de años viviendo en otro lugar, mejor dicho en varios lugares — digo no muy seguro, vamos muy bien como para tocar temas que pueden acabar con tan agradable encuentro. Arrepentido aprieto mi puño.

— ¿Eh? — Me miras con extrañeza — ¿Regresaste donde tus padres?

— No, no exactamente, sólo digamos que… decidí probar suerte en diferentes ciudades de Japón — señalo y sonrío con desazón. Huí de Tokio porque todo me recordaba a ti, porque mi vida era un asco y no sabía cómo salir de la zanja en la que terminé por no saber cuidar de ti y de tu amor.

— Entiendo… — dices y enseguida guardas silencio como si quisieras preguntar algo más pero temes hacerlo — ¿Cuantos años… estuviste lejos de Tokio? — finalmente lo haces aunque no sin mirarme a la cara.

¿De verdad? Cielos, sin importar la situación sigues demostrando que tienes más valor que yo.

— 4 años — digo mientras sonrío con si se tratara de algo gracioso o algo muy tonto. Así es, mi querido “zorrito”, la misma cantidad de años que no nos vemos, la misma cantidad de años que nuestra historia de amor llegó a su fin.

***

Luego de un par de semanas regreso aquí, al lugar que siempre creí era mi hogar, pero que ahora no es más que uno de los lugares que más me recuerda a ti. Me dejo caer en el sofá e intento cerrar mis ojos y no pensar más, pero es imposible, las cosas buenas se mezclan con las malas y este horrible sentimiento me está matando, me quita las fuerzas, me ahoga y me destruye. Te necesito amor, te quiero conmigo. Un beso, una caricia, una palabra, algo que me devuelva la vida y calme mis caóticos pensamientos.

Me doy media vuelta y veo aquel lugar tan solo y frío, cada rincón de esta casa tiene un recuerdo, una historia de amor que me niego a ponerle fin. Mientras maldigo mi suerte y me hundo en este detestable hueco, vuelvo a sentir esa necesidad de escapar de este lugar.

***

Me miras por un momento y luego desvías la mirada haciendo un gesto de incomodidad.

— Bueno, eso realmente no interesa, no me dijiste en que editorial trabajas — comento en un intento por hacer que este incómodo momento pase rápido.

— ¡Oh! Si… no tengo mangaka fijo, soy asistente independiente, trabajo para varias secciones de Marukawa.

Te gusta jugar conmigo, destino, ¿no? No parece ser suficiente con hacerme verlo, sino que ahora también trabaja en la misma editorial que yo.

Te miro asombrado y no sé por qué pero en ese momento recuerdo que, aparte de Yuu, hay dos personas que me son totalmente desagradables y que, para mi desgracia, trabajan en la misma sección que yo: uno como editor, el otro como mangaka. Bueno, eso tendría sentido, después de todo fue esa persona quien le ayudó y por quien Yuu comenzó a trabajar como ayudante…. ¡Ah! Ya veo tu mentira. Cuando estábamos por terminar nuestra relación me aseguraste que habías cortado todo contacto con Yoshino, “por tu bien”, decías, pero ya ni eso logra molestarme tanto como debería. Vamos, ¿cómo era sentir amor por ti? ¿Acaso me he vuelto inmune a ti y ya no me interesas, ya ni celos hay?

— Esto ha de ser aquello que llaman una casualidad, ¿no te parece?

—Si — dices mientras terminas de masticar el último trozo de pastel y de inmediato recuerdo uno de los días más felices que pasé a tú lado, una tarde como esta, en esta misma cafetería…

***

— ¿Estás seguro de que no te gustan las cosas dulces? — pregunto al ver como devoras aquel pedazo de pastel mientras contengo la risa al ver como la parte la superior de tus labios termina llena de crema batida.

—Ya te dije que sí, pero tú eres quien parece olvidarlo cada que me traes a este lugar. Siempre pides lo mismo — me reclamas, sin darte cuenta que mi boca se acerca a tus labios y lentamente limpian de ellos los rastros de crema. — ¡Kanade! — Exclamas luego de disfrutar la cercanía y me empujas —, aquí no — haces una mueca de disgusto.

— ¿Eso quiere decir que me dejas continuar en otro lugar? — pregunto mientras sonrío —. Vamos, Yuu, deja de hacerte el tonto, sabes perfectamente que hay química entre los dos y que lo que ha pasado no ha sido un error — comento, mientras hago memoria de las veces que te he besado, abrazado y las cuatro o cinco veces en las que hemos terminado en la cama —. Ambos sabemos que soy alguien que nunca se ha enamorado, pero quiero intentarlo, contigo…

Me siento nervioso y cómo no estarlo si hace ya tiempo que conozco a Yuu y aunque somos buenos amigos, estoy enamorado de él. Completamente enamorado. Todo es nuevo, pero aunque no sé mucho sobre estos sentimientos, quiero aprender todo del amor, del amor verdadero y si es al lado de él, vale la pena tomar el riesgo

— Te amo… te amo de una forma que ni yo mismo sé describir.

Me miraste por qué motivo se yo, dos, tres, cuatro, hasta cinco minutos, no sé, pero sentí cómo te acercabas y sin importar si había o no gente a nuestro alrededor, me besaste de una forma tan tierna y agradable. Luego me miraste y aunque fuera extraño, abrí mis ojos, sólo quiero que la persona que amo vea su propio reflejo en ellos, y esa persona eres tú.

— Esperaba a que lo dijeras… eres un poco complicado con esto de los sentimientos, Mino Kanade, pero ahora que lo has dicho no pienso dejarte ir… — me sonríes y me vuelves a besar mientras susurras un “yo también te amo.”

***

— ¿Sucede algo? — preguntas mientras me miras fijamente y con la servilleta te limpias el rostro.

— Nada, sólo… recordé algo, algo sin importancia — aseguro con un suspiro en la garganta y agrego —. ¿Tienes algo que hacer ahora?

— ¿Eh? ¿A qué viene la pregunta?

Sólo quiero estar un rato más contigo, no sé si luego de esto habrá una próxima vez. Siempre pensé que no te volvería a ver nunca, así que quiero disfrutar de tu compañía un poco más, después de todo es la primera vez que nos vemos sin ser amigos, sin ser amantes, sin ser enemigos.

— A nada en específico, sólo estoy en mi día libre y no tengo mucho que hacer — estoy completamente seguro que mi antiguo yo no hubiera sido capaz de decir algo como esto, lo sé… lo recuerdo con más claridad y no me enorgullece.

***

Habiendo tantos supermercados en la ciudad, teníamos que encontrarnos aquí en la misma fila. Se te da muy bien ignorarme. ¡Ugh! Odio eso de ti, sobretodo porque es lo que menos quiero recibir de tu parte.

— Qué desagradable sorpresa… — digo con toda la intensión de lograr llamar tu maldita atención. Hoy tengo deseos de pelear contigo, te daré una pelea. ¡Ja! después de todo, necesito desahogar toda la ira, frustración y molestia de nuestra reciente ruptura.

Veo como tu cabeza se mueve de lado a lado, pero aun así continúas sin mirarme. Suspiré y apreté mi puño.

— Tener que encontrarme con la persona más detestable en la vida. De verdad, no sé cómo fue que pude durar tanto tiempo a tu lado, no sé qué pasaba por mi cabeza.

Diriges la mano a tu rostro y parece que te sobas la sien. Vamos, Yuu, di algo, quiero decirte lo mucho que te odio, que sepas lo resentido que estoy contigo y la rabia que siento porque, aún cuando lo niegas, sé bien que ese maldito amiguito tuyo y tú son algo más que eso… “amigos”.

Finalmente diriges tus ojos molestos a mí.

— “Mino-san”, perdón por molestarlo tanto, pero al igual que usted, no me siento muy cómodo viéndolo justo aquí, y prefiero no decir nada, ya que es un lugar público y nadie tiene que saber lo que pasa. Aunque sé que no conoce el término, intente ser “educado” y guárdese las cosas para usted; a mí ya me ha quedado más que claro su sentir y para que lo sepa, es totalmente correspondido. No sólo no sé… cómo pude fijarme en usted y haberle llegado a amar. Eres un ser insoportable, egoísta, inseguro y siempre andas a la defensiva. A parte de la infidelidad, me demostraste lo poco que realmente te importaba.

— ¡No hables de infidelidad! — Levanto la voz y siento cómo la ira aumenta — el que comenzó fuiste tú. Quien mando la relación a la mismísima mierda fuiste tú con tu declaración, seguido de aquella vez que terminaste revolcándote con él. No te hagas el digno, ni el delicado ahora, si el maldito que acabó con la confianza y todo fuiste tú. ¿No decías que me amabas? Pues vaya formita de amar.

Aquellos ojos rojizos que tanto amaba me miran con una mezcla de rabia, ira y desilusión, y eso dolía más que cualquier palabra ofensiva de él hacía mí. Enseguida te das media vuelta y sin comprar nada dejas la canasta a un lado y te diriges a la puerta.

***

Ese fue uno de nuestros encuentros en lugares públicos después de terminar, los demás fueron cuando entregamos la casa en la que vivíamos y cuando repartimos los enseres. Es por eso que quiero retenerte un poco más.  Así tenga el presentimiento de no ser lo mejor.

 Me miras un poco dudoso pero accedes a ser mi acompañante

— ¿Quieres que nos quedemos aquí? Si gustas podemos ir a otro lado.

— Vamos a caminar — sugiero de repente mientras le hago una seña al mesero para que traiga la cuenta. Tengo tantas cosas que preguntar, pero no sé si pueda… Hablar sobre nosotros sería tonto,  todo lo que había para decir ya se dijo, y aunque siento que las cosas han cambiado para bien, temo preguntarte sobre tu vida personal, no estoy seguro de si estoy preparado para saber sobre tu vida sentimental. Aunque… son 4 años, eres guapo, de seguro tienes a alguien en tu vida o lo tuviste, digo tú al igual que yo tuviste que vivir, no una vida loca y descarriada como la mía pero si debiste de haberte involucrado con alguien.

Con una sonrisa y una actitud tranquila y serena intentas pagar la cuenta pero yo te lo impido. Quiero invitarte, quiero que me dejes atenderte como te lo mereces, Yuu. Este reencuentro es algo que no estaba en mis planes pero quiero disfrutarlo tanto como me sea permitido.

— ¿Quieres ir a algún lugar en específico? — Preguntas antes de tomar tú celular — ¡Ah! Dame un momento, Kanade — dices y caminas enseguida hasta la puerta, donde comienzas a hablar.

Esto tampoco me molesta, pero si me causa curiosidad. Masoquista siempre he sido y aunque ya no hay sentimientos malos por ti, sé lo que significas, lo mucho que te amé, por eso y por muchas razones más, dudo que alguien ocupe tu lugar en mi vida. ¡Mierda! Esta clase de pensamientos me hace sentir ansioso, quiero saber si alguna vez lograste ser feliz, y si es así, ¿cuánto tiempo tardaste en lograrlo? 

***

Quien diría que me pondría a hacer algo como esto. Sonrío satisfecho al ver el apartamento decorado de velas y pétalos. No sé cuánto más demorarás en llegar, pero me siento desesperado. Miro el reloj de la pared una vez más. Vamos, Yuu, ¡llega ya!

Saco la cajita de mi bolsillo y pienso en todo lo que siento por ti mientras miro detenidamente el interior de ella. Una sonrisa verdaderamente sincera se posa en mi rostro. Definitivamente ya no concibo mi vida sin ti, por eso quiero comenzar otra etapa contigo.

— ¿Kanade? ¡Mi amor, ya llegué! — escucho tu voz sobresaltándome. Estoy temblando y… y estoy nervioso, intento respirar profundo sin poder articular palabra alguna, sólo escucho los pasos acercarse a la habitación — mi amor, ¿estás aquí? — preguntas mientras abres la puerta y al verme sonríes antes de quedar en shock por lo que encuentras en tu habitación.

— Hola, mi lindo zorrito — te saludo y camino hasta ti para tomarte del brazo y de un tirón acercarte a mí para comenzar a besarte con excesiva locura. Hoy mientras arreglaba todo esto, sentí que te necesitaba mucho, quería un beso, un abrazo, deseaba sentir tu aroma, tu calor, escuchar tu voz, ver tus ojos: te necesitaba a ti, porque este momento lo llevo planeando desde hace un tiempo y aunque lo tomaste en broma, lo logré, la casita aquella que terminamos conociendo por nuestros medios, aquel lugar que dejamos bien marcado por nosotros es oficialmente nuestro hogar.

— ¿Q-Que significa todo esto Kanade? — Preguntas mientras vuelves a mirar tu alrededor —, hoy no es nuestro aniversario ni nada que se le parezca.

Sonrío a tus confundidas palabras y te abrazo.

— No, no lo es, pero… — te suelto y me dirijo a la cama donde me siento y te invito a hacer lo mismo — sí debemos celebrar algo…

— ¿Eh? — me miras y enseguida te acercas, sentándote a mi lado, sin perderme de vista ni por un segundo — ¿Qué debemos celebrar?

—Sabes, Yuu… — me acerco y te tomo de las manos —, nunca antes me he sentido tan ansioso como hoy.

— ¿Q-Qué quieres decir? — Te noto preocupado e impaciente — ¿Qué sucede, lobito? N-No me asustes, sabes que no me agradas cuando te comportas así y no hablas.

— Si lo sé, perdóname —digo mientras me rio y te miro —, pero bueno, ya para no hacer más largo este momento yo… — tomó aire y comienzo a temblar —. Yuu, tú…tú eres mi vida, mi mundo… mi todo, eso lo sabes… jajaja, pero… — mientras me miras con tus ojos bien abiertos siento que mi corazón late tan fuerte que parece que fuera a salirse, mis pensamientos se enredan y ni se bien que debo decir.

—Kanade… — me llamas y colocas tu mano en mi mejilla — tranquilízate… lo que sea que debes decirme, lo escucharé y no te abandonaré… lo sabes— me sonríes y te acercas a besar mi frente — Estoy aquí, para escucharte, apoyarte y servirte de apoyo… Puedes decirme lo que sea sin miedo, ¿ya? Puedes relajarte y hablarme.

Esas palabras, ese abrazo, ese beso, ¡mierda, Yuu! Dame tu vida y quédate conmigo para siempre, yo no concibo mi vida sin ti…

Un poco más sereno vuelvo a mi postura y te miró a los ojos. Sólo debo pasmar mi sentir en palabras, lanzarme al vacío para que tú me recibas y comencemos una nueva vida.

— Por favor, Yuu… Por favor, mi vida, déjame ser todo para ti, prometo cuidarte y amarte hasta el fin de mis días, quiero darte mi vida por completo, y hacerte feliz, yo quiero que tú y yo… — te muestro la cajita y despacio la abro.

Poco a poco tus ojos se llenan de lágrimas y antes de poder siquiera terminar de hablar tu tomas la argolla, que tiene colgada una llave y comienzas a balbucear y a hablar.

— E-Eres un tonto Kanade… tú siempre tan… — niegas con tu cabeza y me miras con una expresión que mezcla la emoción y la confusión, pero terminas por sonreír de todos modos — No pensé que… ¡Lo hiciste! Jajaja y no creo que esta llave se dé…

— Esa casa ya tiene algo de nosotros… — sonrío y quiño el ojo — es el lugar perfecto para nuestra familia, Yuu, además de que es acogedora, grande y bonita, así que hice todo por alquilarla. Ahora que nuestra relación avanza a una nueva etapa, debemos hacer cambios y bueno yo... yo quiero que vivamos allí como una verdadera pareja de novios casi esposos y ser felices, ese es mi sueño — rápidamente me acerco y te beso con algo de brusquedad.

— ¡Cuidado, Kanade! Así duele — te quejas, pero en lugar de apartarme me abrazas y alargas más el contacto de nuestros labios y lengua.

— Te amo, Yuu… — susurro mientras que introdujo mis manos por entre tu ropa.

— Y yo a ti… — respondes antes de sentarte sobre mí para seguir con el beso y las caricias que con el paso de los minutos iban subiendo de tono.

Me encantas cada vez más. Mis manos comienzan a ponerse ansiosas, necesito todo de ti, amor.

— Te deseo… — susurro al tiempo que me deshago de tu camiseta mientras que una de mis manos se pierde dentro de tu pantalón. Quiero sentir tu cuerpo para saber que estoy vivo y que todo lo que pasa es real, quiero recorrer tu cuerpo, que yo sea tuyo y tú seas mío. Es lo único que pienso mientras tus gemidos escapan de tu boca y mi lengua se pasea por tu cuello.

Que importa lo que pase mañana, pasado mañana, en una semana, meses o en años, contigo soy capaz de enfrentarme a todo, contigo soy la persona más fuerte y valiente del mundo. Tú eres mi todo por eso te pido no me sueltes, no me abandones. ¡NUNCA!

***

Sin saber qué debo hacer comienzo a alterarme, porque a pesar de que ha pasado más de una hora sin discutir, ya no me siento tan seguro, ya ni se si es bueno que estemos juntos. No quiero lastimarte, Yuu, no deseo que pases un mal momento por mi culpa y tampoco quiero dejarte ir. Suspiro y me muerdo el labio, temo que mi autocontrol no vaya a alcanzar; mis manos comienzan a temblar, maldigo mi suerte y despeluco mi flequillo. Este encuentro no es más que el recordatorio de lo tonto que era en esa época y lo afortunado que eres al no tenerme hoy como pareja.

Trato de restarle importancia a tu sonrisa y lo que haces mientras hablas por teléfono, no tengo ningún derecho a molestarme, es tu vida y tu problema. Resignado bajo la mirada tomando un poco de aire. ¡Felicidades, Kanade, mira lo que conseguiste!

—Perdona la demora, era una llamada importante — indicas buscando mi mirada una vez regresas.

—No tienes por qué disculparte, es más, si tienes que trabajar lo entenderé — comento mirándote por breves segundos porque no quiero que veas mi rostro descompuesto—. Supongo que tú al igual que yo anda cerca a la mitad del ciclo, así que es normal que el trabajo comience a acumularse, más en tu lugar que trabajas con varias mangakas a la vez.

—Bueno, eso es cierto, aunque en realidad la llamada no era sobre trabajo — señalas con una sonrisa nerviosa —. Vamos a caminar, ¿sí?

—Entiendo… — digo sin poder fijar mi mirada en algún punto.

¡Diablos! Soy un idiota, aun no comprendo del todo que la vida de Yuu continuó, han pasado 4 años desde que estábamos juntos y es natural que no todo signifique trabajo, supongo que como ahora, siempre existe tiempo para distraerse y verse con amigos, conocidos ¿o con la pareja?

— ¿Kanade? — La cantidad de pensamientos e imágenes que he creado y he recordado parece que han hecho que mi expresión cambie y tú pareces notarlo — ¿Estás bien?

— Claro que sí — susurro y comienzo a caminar, buscando un poco de calma. ¡Ja! Vaya que soy demasiado iluso, en un principio me sentía seguro de mi comportamiento y sentimientos, te hablé normal y todo parecía no importarme, pero entonces te veo tan fresco y compruebo nuevamente que me has superado. Encontraste el olvido mientras seguías con tu vida y ahora de seguro, quieres a alguien más. ¡Mierda! ¿Lo quieres más de lo que me quisiste a mí?

— Ah… — te me acercas y me miras tratando de sonreír — Y por cierto, ahora que hablas de trabajo, ¿no se supone que esta es una etapa donde ustedes como editores tienen trabajo acumulado?

— Sí, eso es cierto — te correspondo la sonrisa tratando de ocultar aquello que me inquieta —, pero mi mangaka hizo su trabajo bien y a tiempo así que no tuve que torturarla, por el contrario ella ha quedado muy feliz porque puede descansar de mí y yo puedo pasear tranquilamente por la ciudad contigo — comento mientras noto como un leve sonrojo aparece en tu rostro.

— ¡Oh! Esto… ¿A qué te refieres con torturarla?

— A nada en especial. Yo sólo hago mi trabajo — me encojo de hombros y suspiro con normalidad.

— No es cierto… — frunces tu entrecejo y concentras tu mirada en mi —. Ya veo. Entonces eres tú el editor del que tanto se comenta — dices antes de comenzar a reírte.

— ¿Cómo? te miro confundido.

—Eres famoso, Kanade, jajaja, no puedo creer que fueras tú, aunque si lo pienso bien, tendría sentido… después de todo tu personalidad siempre fue retorcida  — ante tales palabras te ríes como si nada mientras yo guardo silencio, sin saber bien cómo reaccionar.

No esperaba que ese fuera tu pensamiento, no era exactamente lo que esperaba me dijeras, aunque a comparación del odio o resentimiento que pensé aun sentías por mí, debo decir que en parte me alegra y aunque quisiera defenderme no tengo los argumentos suficientes como para reclamarte.

En medio de tu risa, que por cierto había olvidado por completo, notas mi expresión y enseguida te callas.

— Lo siento, no debí…. Lo siento, Kanade —bajas la mirada mientras te disculpas, en un gesto que aún recuerdo perfectamente.

Mira, Yuu, lo que dices no me molesta, pero durante los últimos minutos, ya no sé qué está pasando conmigo, de repente me siento inseguro y todo aquello que pensé podía manejar ya no sé, siento una extraña sensación de querer dejarte y no dejarte ir al mismo tiempo, de abrazarte tan fuerte mientras siento tu calidez y puedo quizás descifrar aquellas palabras que comienzo a sentir se acumulan en mi garganta. Quiero estar contigo, pero al mismo tiempo quiero huir de ti. Mi vida vuelve a girar, mis sentimientos se han vuelto tan raros e ignorando aquello que dices, temo lo peor. Los recuerdos vuelven, lo bueno se mezcla con lo malo; las imágenes que mi mente se ha encargado de crear no son nada buenas. Estoy hecho un manojo de estupideces sin sentido.

No soy una persona estable emocionalmente y al ver a la persona que tanto amé o amo, ¡puffff! eso ya no lo sé, y lucho por no saberlo, me vuelvo débil y vulnerable a todo. Porque si bien es cierto que ha pasado el tiempo y aunque olvidar ha sido de las cosas más difíciles de mi vida, poco a poco lo he venido haciendo; el problema es mi subconsciente, que además de esforzarme en sacarte de mi vida, algo que traté de hacer a las malas, mucho de ti quedó en mí, tantos asuntos pendientes que nunca hablamos y que dudo hagamos ahora. Yo no te odio, ni te desprecio pero independiente de quien sea el culpable o quien hizo más daño, están las cicatrices y las preguntas sin contestar que se llenaron de especulaciones y respuesta obvias y dolorosas.

— Kanade… — escucho tu voz que parece me trae de regreso a la realidad. Aunque no te miro sí me detengo — ¿sucede algo?

— No, nada — con el rostro descompuesto y la ansiedad que se manifiesta hasta en el tono de mi voz, te sonrío tan falsamente que siento pena de mí mismo.

Luego de un largo suspiro te noto inquieto mientras miras alrededor.

— ¿Por qué… por qué me trajiste aquí? — preguntas mirando todo con expresión de sorpresa y ¿desagrado?

— ¿Eh? — sin entender nada miro todo rápidamente mientras siento mi corazón latir con fuerza. No puede ser…

***

— Ya, Kanade… ¡espera! — gritas mientras que me agarras del brazo para detenerme.

— ¡Suéltame! — Exclamo forcejeando — ¡No quiero escucharte! ¿No comprendes? — ya basta, estoy cansando de todo esto, déjame ir.

— ¡No! Nunca voy a comprenderlo — afirmas con desespero y me miras — Kanade, yo… perdóname…

Finjo no escucharte y aprovechando que bajas la guardia me zafo de tu agarre, decidido a irme tan lejos como pueda. Ya he escuchado suficiente, no quiero saber cómo carajos es que tú terminaste…  ¡Maldita sea! No quiero pensar más en eso, es más, si no fuera por Hatori, te juro que yo lo hubiera matado. Luego de un suspiro y de frotarme la sien sigo mi camino por ese largo callejón que estaba a un par de cuadras de casa. Las pequeñas gotas que habían comenzado a caer momentos atrás golpean con fuerza el suelo y se van a haciendo más grandes y consecutivas, este es un día de esos que deseo olvidar para siempre.

— Kanade, yo… no te vayas — susurras apenas gimoteando.

Aprieto mis puños y levanto mi cabeza al cielo. Como quisiera ser como tú y dejar que todo lo que me está torturando saliera, quisiera gritar, llorar, golpear la pared o el piso, para ver si de alguna forma logro que todo este dolor desaparezca. Si ya antes temía perderte, ahora con mayor razón, sobretodo porque si me siento mal no es debido sólo a lo ocurrido entre él y tú; el karma vino muy rápido y me está haciendo pagar lo que te hice con... ¡Ah! ¡Eso no importa!, el problema es que desde que nuestra relación comenzó a decaer, esta es la crisis a la que más le tenía miedo, existen motivos fuertes para terminar con esto.

— Kanade… — me abrazas por detrás — sé que fui un idiota, pero yo no lo hice… yo sólo me quedé dormido junto a Chiaki… — susurras con angustia — te lo juro… — tus brazos me aprietan con fuerza mientras que gimoteas y hundes tu rostro en mi espalda — Yo no me acosté con Chiaki… Hatori lo malinterpretó porque nos encontró semidesnudos en la cama, pero te juro que no lo hicimos, por favor… ¡créeme! ¡Kanade! ¡Yo te amo a ti!

Al encontrarme sin salida tomo tus manos y trato de acercarte más a mí.

— Confío en ti ciegamente… — aseguro en un tonto intento porque te tranquilices y por hacer que aquello que me remuerde la consciencia desaparezca. No tengo derecho a reclamos, ni a juzgarte, yo también te fallé.

Luego de sollozo susurras un “te amo” y te das la vuelta. Enseguida sonríes y me tomas de las mejillas y sin esperar nada me besas.

— Te amo, te amo tanto — murmuro en medio del beso, abrazándote.

***

Yo no… n-no sé qué hago aquí en este callejón, ni porqué parece como si me dirigiera a la casa en la vivíamos. ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué actúo como si fuera lo más obvio venir aquí contigo?

— Kanade… — me llamas y aunque no te veo, puedo saber que nada de esto te hace mucha gracia ¡Te entiendo! Créeme — ¿por qué haces esto? — Preguntas y te paras enfrente de mí con una expresión seria — Mira, si no fuera porque ya no veo las cosas como antes y porque me alegra este reencuentro, te dejaría aquí — indicas y te cruzas de brazos —. ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué estás así? Si tienes algo que decir o preguntar, este es el momento de hacerlo.

Mis ojos se abren y al mirarte no puedo evitar pensar que….

Uno no se enamorada dos veces de la misma persona, eso es seguro, a menos que jamás se haya dejado de querer realmente… y ante eso yo… miro mi alrededor y me encuentro cayendo por el precipicio de siempre, pero a diferencia de otras veces, estoy ahí y no me muevo, no caigo, ni nada, sólo estoy ahí.

Siempre quise guardar un mínimo de recuerdos de esa época tan lejana y tan amargamente bonita que vivimos, pero en este momento siento que cosas que había olvidado aparecen y sólo siento esas terribles ganas de revivir el pasado para sentir que mi alma está completa y que no es necesario luchar contra la corriente porque tú eres aquello que siempre soñé y lo único que necesito para vivir y por quien me arriesgo a caer al mismísimo infierno si allí estas tú...

Notas finales:

Oh! cierto ... pregunto así no más, a ustedes les gustan los finales tristes? lo digo porque aún no se si este par merece un final rosa, lleno de amor, sexo y locura. Comentenme muero por saber que piensan ;) a lo mejor y ustedes me pueden ayudar a definir si los hago volver o no.

Saludos.

Lini-chan


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).