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Together... amor, verano y parejas por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Yugi-oh! No me pertenece (ni las canciones que uso) si fuera así esto lo estrían viendo como capítulos en televisión.

Pasarse por mi página de face, porfa, un like me ayudaría mucho  https://www.facebook.com/pages/DanyNeko/786629491430778?ref=hl

Por favor, cuando lleguen al final del cap, no se vayan sin leer las notas finales!!!  :*

Un leve palpito retumbo en los tres al mismo tiempo.

─ ¿Seguro que te sientes bien? ─la preocupada voz de Malik se escuchó en la parte trasera del avión de primera clase.

─Cálmate Malik, no estoy convaleciendo, solo tengo un poco de temperatura ─le tranquilizó Ryou con una leve sonrisa recostado en su asiento de fino cuero blanco que tenía totalmente reclinado.

─Eso no es para tomarse a la ligera, el sol de Egipto no es cualquier tontería podría ponerte peor, no quiero que te nos desmayes.

─ ¿No crees que estas exagerando un poquito, Malik? ─preguntó Yugi abanicando a Ryou con un pañuelo, el pequeño tricolor se mantenía recostado de perfil en su propio asiento que también tenía reclinado a la izquierda de Ryou, justo al lado del pasillo. El egipcio estaba en el asiento junto a la ventana.   

Yugi miró hacia la parte de adelante del avión, allí estaban Tea, Joey, Tristán, Duke, Serenity, Mokuba y Seto. El lugar parecía más un lobby de hotel 5 estrellas que un avión, frente a los asientos había varios sofás y mesas incluso una gran pantalla plana.

Las chicas conversaban sobre, sabrá RA qué mientras Joey, Tristán y Duke se disputaban un videojuego de carreras, se movían de un lado a otro como si fueran ellos y no los controles los que dirigían los autos (N/A: súper típico, no? xD) Seto estaba el pendiente de su laptop mientras que Mokuba jugaba con los chicos de vez en cuando, y a veces iba a echarle un vistazo a los pilotos.

─Ya vengo─ dijo Yugi levantándose de su asiento, fue al baño del avión a remojar el pañuelo que tenía en manos, sintió un nuevo estremecimiento por lo que aferró la cadena del rompecabezas ─espérame, voy por ti ─susurró dándole un beso a la pirámide dorada.

Lo que Yugi ni Ryou o Malik, sabían era que sus yamis habían sido enlazados a su alma desde el instante en que el avión se había acercado a Egipto, hace apenas unos momentos.

Yugi salió del baño y regresó a su asiento para poner la tela húmeda en la frente de Ryou.

─Ryou ─murmuró preocupado Bakura.

─Entramos a territorio Egipcio, llegaremos al aeropuerto del Cairo en un par de horas chicos ─anunció el pequeño pelinegro.

─Gracias Mokuba ─le sonrió Yugi antes de que el chico regresara al lado de Joey a jugar.

─Yo solo digo… deberíamos intentar descansar un poco ¿saben? ─dijo Malik, quien se removió en su sitio ─anoche dormimos lo que viene siendo entre poco y poquísimo ─dijo con algo de gracia.

─Olvídalo Malik, en un avión yo no te duermo por nada del mundo ─se negó Ryou acomodando el pañuelo de tal forma que le cubriera los ojos “solo dormiré cuando Bakura esté a mi lado de nuevo... sé que hoy será el día”

─Malik ¿tu podrías dormir ahora mismo? ─cuestionó Yugi con amabilidad.

Malik se ruborizó un poco y desvió la mirada ─dije intentarlo… yo tampoco lo tengo muy claro ─dijo acariciando el dije del cetro.

─Malik.

Yugi le sonrió, se acomodó en su silla al lado de Ryou, acurrucándose al costado del albino. El peliblanco suspiró y cerró los ojos. Malik se movió, acercándose más a ambos, pasándole un brazo a Ryou por sobre el vientre, cuya mano llegó hasta la cintura de Yugi.

Yugi comenzó a juguetear con el rompecabezas del milenio, cerró sus ojos pensando de nuevo en esa escena que aún le causaba escalofríos, se llevó los dedos a los labios recordando el día que había ido a Tomoeda como se lo había prometido al peliverde, el día de la exhibición artística… el día que Ukyo le robó un beso.

Flash Back

─Gracias por venir conmigo chicos ─le decía Yugi a sus amigos, la noche anterior al día de la exhibición artística de la escuela de Ukyo. Se quedaban a dormir en casa del tricolor, cosa ya bastante habitual.

─No es nada Yugi, sabes que no te dejaríamos solo ─le sonríe Ryou amablemente.

─Además, será interesante conocer una nueva ciudad ─comentó Malik, revolviéndose entre las sabanas ─siempre juntos ─estiró una mano hacia el centro siendo imitado por sus amigos.

-o-

A la mañana siguiente los tres hikaris iban en un autobús hacia Ciudad Tomoeda, lo que no sabían es que los yamis había sido llamados de nuevo a la prueba anterior, es decir, estaban con ellos en forma de espíritu con casi nula posibilidad de ser notados.

Ryou y Malik jugaban en una hoja al triqui (N/A: no sé cómo se llame en otros países http://cdn5.dibujos.net/dibujos/pintados/2011009/16182a57e62a6ae1bae65abe61b2d3d2.png ) mientras Yugi estaba concentrado en su móvil, mensajeándose con Ukyo.

─Gané ─dijo Malik pasando una raya en las tres cruces consecutivas que había dibujado.

Ryou sonrió mientras dibujaba otro tablero en una de las esquinas de la hoja ─otro ─pidió dibujando un circulo en la casilla de arriba a la derecha.

─Yugi ¿podrías dejar de ignorarnos? ─comentó con gracia Malik, dibujando una cruz en otra casilla.

─No los estoy ignorando ─respondió con una risilla ─ solo me cercioro de que Uky-nii este en la estación para recogernos ─dijo con una sonrisa bajando su móvil y mirando a sus amigos.

─Gané ─declaró Ryou rayando los tres círculos que dibujó.

─Eso es estar muy aburrido ─declaró Yugi viéndolos con una sonrisa, un nuevo mensaje desvió su atención ─llegamos a la estación en cinco minutos chicos.

─Me parece estupendo, ya estoy cansado de estar sentado ─se quejó Ryou, llevándose una mano a la espalda baja.

─ ¿Te gustaría que te cargue, Yadonushi? ─le murmuró al oído, acariciando el cuello de su luz con la punta de sus dedos, la piel de Ryou se erizó.

─Cierto ─apoyó Malik ─… gané ─sonrió, volviendo a rayar sus tres cruces.

Yugi los miró con cara de “¿enserió?” y una sonrisa divertida. El vehículo empezó a frenar.

Malik se estiró un poco, sentía algo extraño como un pequeño presentimiento que no se apartaba… probablemente era porque Marik se entretenía únicamente en acariciar sus cabellos y besar sus mejillas.

El gran autobús se detuvo en la estación de Tomoeda, los tres hikaris bajaron del vehículo.

─Vaya pereza que da este viajecito ─dijo Ryou, estirando los brazos al cielo.

─Totalmente de acuerdo ─concordó Yugi, imitando al albino.

─ ¡Yuuuugi! ─de la nada Yugi sintió un cálido impacto que lo rodeó y luego como lo levantaban del suelo.

─ ¡Uky-nii! ─gritó Yugi balanceando sus piernas, quejándose para que lo bajaran.

─ ¡Bájalo! ─gruñó Yami.

¡jajajajaja! ─se burlaron Marik y Bakura, haciendo que una vena saltara de la frente del faraón.

─Deja al chico, Ukyo ─Jun se acercó a darle un coscorrón a su amigo, para que soltara a Yugi.

─ ¿Cuántas veces te tengo que decir que NO me cargues? ─gritó Yugi molesto, cruzándose de brazos.

─Mooo, tesoro es que te extrañaba mucho ─ignoró a Jun, acercándose a abrazar y besar la frente al tricolor ─me alegra tanto verte Yugi ─bajó sus labios, dándole múltiples besos en el rostro, haciendo sonreír al menor y enfurecer más a Yami.

─Que meloso, por Dios ─se quejó Shon ─ ¿Qué tal chicos? ─saludó a los otros dos hikaris, dando un guiño.

─Bien, gracias ─Malik levantando el pulgar, Shon empuñó una mano y la chocó con la del egipcio.

─ ¿Cómo están? ─pregunto amablemente Ryou, sonriendo, mientras Yugi era envuelto por los brazos de Ukyo en un gran abrazo de oso.

─ ¿Fuera de los nervios y el estrés? Perfectamente ─le respondió Jun con una sonrisa ladina, encogiéndose de hombros. Ryou, rio por lo bajo.

─ ¿Estas nervioso por la exhibición? ─le preguntó Yugi a Ukyo quien lo abrazaba desde atrás, reposando su mentón en la cabeza del menor.

─Un poco sí, mi dulce estrella ─le respondió el peliverde ─pero ahora que estas aquí me siento muchísimo mejor, lindo ─le dio un sonoro beso en la mejilla.

Yugi se sonrojó ligeramente y rodó los ojos ─payaso ─le acusó.

─ ¿Por qué no me crees? ─lloriqueó Ukyo con gracia ─tu presencia me calma Yugi, adoro tenerte cerca.

Yugi volvió a rodar los ─ajá, lo que tú digas ─todos los presentes se echaron a reír.

─ ¿Vamos tirando para el cole? ─propuso Jun, metiéndose ambas manos en los bolsillos.

─Si, vamos, que Jun está desesperado por ver a Ikky ─se burló Shon, él y Ukyo rieron.

─Par de imbéciles ─reclamó con molestia, desviando el rostro pues sintió el ligero aumento de calor en sus mejillas que significaba su sonrojo.           

Tomaron un taxi para llegar a la escuela, la primavera se sentía en el aire, casi todos los árboles y arbustos estaban floreciendo, la temperatura era suave: ni frío ni calor, una suave brisa soplaba de vez en cuando y los rayos del sol eran suaves.

Los seis adolescentes iban conversando amenamente, a Ukyo no se le borraba la sonrisa… así como no dejaba de abrazar a Yugi, algo que a Yami no es que le agradara mucho.

─Gracias por hacerme el favor Yugi ─le dijo Ukyo acariciando las puntas de sus mechones dorados, de paso la oreja del menor, haciéndolo estremecer.

Yugi se encogió de hombros, ya había desistido de intentar de alejarse del peliverde ─no es nada Uky-nii ¿para qué necesitabas mi guitarra? ─consultó.

Ukyo le sonrió ─necesito una guitarra acústica para una de las presentaciones y personalmente prefiero la tuya, Yuu ─lo atrajo a su pecho, acariciándole el brazo derecho de arriba a abajo.

─No hay problema Uky-nii ─le sonrió Yugi, las mejillas de Ukyo se ruborizaron levemente.

-o-

─Esto sí que esta concurrido ─dijo Yugi en cuanto entraron al colegio del peliverde.

─ ¡Darling! ─apenas llegaban cuando Ikky ya se le estaba colgando al cuello de su pareja ─que bueno que llegas, my love ─le dijo al oído, provocando un sonrojo en las mejillas del pelirrojo.

─ ¡Shon-nii! ─por otro lado Kaoru llegó a engancharse del brazo de Shon.

─ ¿Cómo está mi pequeño ototo? ¿Llegaste sin problemas? ─Kaoru asintió, él se había ido solo con Ikky al colegio pues Shon y Jun se habían ido primero con Ukyo.

─Hola Ryou, Malik, Yugi ─saludó con entusiasmo el peli-azul, sonriéndole a los hikaris.

─Hola ─saludaron a coro los tres.

─Bienvenidos a la preparatoria Tomoeda ─dijo Kaoru, saludando también.

─Gracias ─les sonrió ─ ¿eso es parte su uniforme? ─preguntó Yugi viendo las chaquetas de color verde-azulado que Ikky y Kaoru llevaban amarradas a la cintura.

Ellos asintieron ─como es una ocasión especial, a la mayoría de los alumnos se nos permitió venir de manera informal ─respondió Ukyo, acreditando el hecho de que ni él ni sus amigos llevaban alguna prenda del uniforme. Ukyo vestía una elegante camisa blanca manga-larga con los dos primeros botones abiertos y un pantalón negro junto con unos botines color café.

Jun por su parte usaba una camisa color vino-tinto y un pantalón blanco con una cadena a modo de cinto y zapatos grises, mientras Shon tenía una camisa color crema, también con dos botones abiertos y un pantalón color chocolate con zapatos blancos.  

─ ¿la mayoría? ─preguntó extrañado el tricolor.

─Sí, quienes vayan a recibir a los visitantes deben usar el uniforme, ya saben tonterías del director ─le restó importancia mientras avanzaban ─bien Jun, Shon y yo tenemos que ir a ajustar unas cosas ─dijo afianzando la guitarra de Yugi a su espalda ─mientras Ikky y Kaoru les darán un tour por el insti ─los aludidos afirmaron con una sonrisa ─los veremos en veinte minutos en el salón de música ─se inclinó para darle un beso en la frente a Yugi ─me lo cuidan ¿eh? ─le dijo a sus amigos.

Yugi infló las mejillas ─no soy un niño pequeño, no me voy a perder, bobo ─le reclamó con molestia.

─Disfruten el recorrido ─dijo Jun jalando del cuello de la camisa blanca a Ukyo para que avanzaran ─Ikky ─el pelirrojo miró a su novio de una forma específica.

─Ya lo sé Darling ─rodó los ojos con cansancio ─ya váyanse ─le lanzó un beso con un guiño.

─Bueno, andando ─dirigió Kaoru con emoción ─empecemos por los puestos del jardín delantero, allí están las exposiciones de pinturas y esculturas ─los cinco se pusieron en marcha.

─Nee ¿Qué fue eso? ─curioseo amablemente Ryou con Ikky.

El peli-azul le sonrió ─Nah, no es nada ─se encogió de hombros ─simplemente me estaba diciendo como “compórtate” o algo por el estilo, Jun a veces es un poco celoso ─le guiñó un ojo ─ya sabes cómo son ¿no?

Ryou rio un poco por lo bajo ─sí, comprendo el sentimiento ─dijo con una risilla.

¿Qué se supone que significa eso Yadonushi? ─gruñó Bakura por lo bajo, cruzado de brazos y con un tic en el ojo derecho.

─Los chicos han estado trabajando y practicando mucho para este evento ─comentó Kaoru con una sonrisa ─las últimas dos semanas no pasaba un solo día en casa que no sonara el piano por lo menos diez veces ─comentó con gracia ─Ukyo también ha estado practicando como loco ─le sonrió a Yugi.

─No esperaría menos de él ─concedió Yugi cerrando los ojos con una sonrisa ─desde que éramos niños a Uky-nii le apasionaba más la música que cualquier otra actividad… claro fuera de jugar y hacer travesuras ─añadió con una suave risilla.

Ikky y Kaoru rieron ante esas palabras.

Siguieron paseando por el exterior del instituto viendo toda clase de exposiciones de arte, así como “artistas” disfrazados para representar alguna obra o dramatizado y otros más uniformados como para una danza o coreografía.

Siguieron su camino adentrándose en la institución, viendo a los estudiantes y algunos profesores ir de aquí para allá con toda clase de equipo y utilería, observaron algunos salones ocupados a tope con escenografía y otros donde estaban montados bazares, incluso los curiosos yamis desviaban su atención muy de vez en cuando con tantas cosas, luego de un rato compararon algunos bocadillos y siguieron hasta el salón de música.

Ikky tocó tres veces la puerta con un patrón específico, desde adentro se escuchó un ‘adelante’ de tres voces masculinas al unísono. Los menores abrieron la puerta, pasaron y la volvieron a cerrar con cuidado. Adentro Ukyo estaba sentado sobre un escritorio, afinando con cuidado su guitarra eléctrica, a su lado reposaba la de Yugi, Jun estaba jugando con sus baquetas y Shon leía una partitura frente a un piano electrónico.

─Te traje esto, Darling ─Ikky le extendió a su novio un par de panecillos y una botella de jugo con una sonrisa.

─Gracias koi ─le dio un beso en la comisura de sus labios, aceptando el bocadillo, Ikky le sonrió con una linda sombra rosa en sus mejillas.

─Ten Shon, debes tener hambre ─imitó Kaoru, dándole unos onigiris y también una botella de jugo.

─Uky-nii, te traje un bocadillo ─con una sonrisa Yugi le ofreció unos taiyakis que compró.

─Oh, muchas gracias mi dulce estrella ─visiblemente feliz Ukyo acepto el detallito de Yugi y empezó a comer ─están rellenos de crema pastelera, mis favoritos ─dijo con estrellitas en los ojos, Yugi amplió más su sonrisa ─te adoro ─le pasó un brazo por los hombros dándole un beso en la frente. Yugi soltó una risilla.

─Son tan monos ─dijo Ikky de pronto ─se ven como una linda pareja ─dijo con una risilla traviesa.

Ryou  y Malik se miraron entre si ante las palabras de Ikky, seguro con el mismo pensamiento, el faraón estaría hirviendo de furia.

Cosa no muy diferente a la realidad, Yami estaba con las manos empuñadas y la mandíbula tensa… claro, aparte de aguantarse a Bakura y a Marik, ese comentario no era exactamente bien recibido.

Yugi rodó los ojos mientras, de espaldas, apoyaba las manos en la mesa al lado de donde estaba Ukyo para impulsarse y sentarse con él.

─ ¿practicaban algo? ─consultó el tricolor, agarrando su guitarra.

─Ensayo de último minuto ─contestó sin más el peliverde, sonando descuidadamente las cuerdas de su guitarra.

─Yugi ¿por qué no tocas algo con Ukyo? ─propuso Ikky con carita inocente.

─ ¿eh?

─No es mala idea ─Jun dejó sus baquetas de lado y jaló la mano de su novio hasta sentarlo sobre su regazo, provocando una sombra roja en las mejillas del peli-azul ─a ver si este tonto se calma un poco, que anda de los nervios ─se burló de su amigo.

─ ¿Quién te pidió opinión? ─gruñó Ukyo con molestia, levantando una mano empuñada que tenía una venita saltándole.

Yugi lo miró atento, luego le dio un ligero zape en la mejilla, Ukyo volteó de inmediato hacia él ─deberías relajarte un poco, no ganas nada estando tan tenso antes de una presentación… pero eso ya lo sabes ¿no? ─le miró con una sonrisa divertida y una ceja arqueada.

─Lo sé ─soltó un suspiro ─es solo que…

─Nada ─le cortó Yugi sin cambiar su expresión, pero le dedicó una intensa mirada.

Ukyo le miró atento, detallando los ojos amatistas, luego sonrió ─tienes toda la razón Yuu ─con suavidad, atrajo al menor a un abrazo ─ ¿qué haría yo sin ti, Yugi? ─le dijo con cariño al oído.

Yugi le permitió el contacto unos segundos, luego se separó ─hasta tenido… ─se tomó un instante para sacar cuentas ─ ¿qué, seis años para averiguarlo?

─ ¿Alguno me explica que pasó ahí? ─consultó Jun, extrañado e inseguro de la escena que acababa de presenciar.

Ukyo y Yugi compartieron una risilla cómplice ─cosas nuestras ─dijeron al unísono, provocando otra risa de ambos.

Bakura y Marik pensaron con diversión, que Atem no podía estar más tenso o molesto aun si lo quisiera.             

-o-

Luego de un par de horas o así de dar vueltas en el patio y presenciar espectáculos de baile y dramatizados en la gran tarima que se había armado cerca de las canchas para aprovechar las gradas de las mismas a Ukyo, Jun y Shon se les dio aviso de que pronto le tocaba el turno a los de tercero. Los ocho chicos estaban en un lugar bastante privilegiado para ver las presentaciones; cómodos, bajo la sombra y con una agradable brisa primaveral soplando.

─Oye Ukyo ─le llamó Ikky.

Pero claro, siempre deber haber algo que irrumpa.

─ ¿Qué pasa?

─Parece que Zeo se está buscando ─dijo viendo su teléfono. (N/A: se pronuncia zio… por si acaso =P)

El peliverde soltó un bufido ─ ¡Bah! Me lleva el… ─se calló mejor.

Yugi, que estaba tocando una melodía con su guitarra a petición de Ryou se detuvo para ver a Ukyo. Yami estaba sentado a su lado abrazándolo, Bakura y Marik habían parado un rato de fastidiarlo y se encontraban recostados con sus hikaris.

─ ¿Quién es Zeo? ─consultó curioso al ver su reacción.

─Mi tormento ─respondió en un gruñido.

─ ¿Eh?

Ikky tomó la palabra ─ ¿sabes? Ukyo es uno de los chicos más talentosos de la generación que esta por graduarse ─inició el peli-azul ─todos en la escuela lo conocen y él se lleva bien con casi todo el mundo aquí lo cual es un punto a su favor… sin embargo Zeo, también de tercero tiene una gran habilidad para la música, también toca la guitarra eléctrica y desde un primer momento no pareció simpatizar mucho con Ukyo.

─Contrario a Ukyo, Zeo es peor que un dolor de cabeza por las mañanas ─retomó Kaoru ─no tiene buenas relaciones dentro de la escuela, es arrogante y prepotente. Esos dos ─señaló a Ukyo ─no pueden estar cerca sin que haya una discusión asegurada.

─ ¿Le hiciste o dijiste algo malo para que te tenga ese desdén? ─preguntó Yugi a su amigo.

─Te lo juro que no Yugi, ese niñito de mami, arrogante, caprichoso y con el ego por las nubes fue el que vino hacia mí de buenas a primeras con su actitud de “oh, soy el mejor del mundo y te hare arrastrarte a mis pies” ─fingió una voz de niñita.

─Esta vez hay que darle la razón a Ukyo ─apoyó Jun despreocupadamente ─Zeo es el problema, no él.

─Y hablando de problemas ─musitó Shon con desagrado.

─Ukyo, un dolor de cabeza llegando a las 2 en punto ─le acompañó Kaoru viendo a la misma dirección que su hermano.

Diagonal a la derecha de donde estaban venia caminando un muchacho de la estatura de Ukyo, el pelo castaño tirando a naranja, algo corto pero con un largo flequillo que tapaba su ojo derecho, dándole un aspecto algo rebelde, tenía la piel ligeramente bronceada y ojos celestes, fríos como el hielo y con un toque de arrogancia en su mirada. Vestía una elegante camisa manga-larga de color azul rey con detalles en blanco a la altura de los hombros que simulaban rosas, una delgada gargantilla negra y un pantalón negro ceñido junto con unos botines de color blanco con toques plateados, tenía varias manillas metálicas en su mano izquierda y un cinturón azul-negruzco ligeramente caído hacia la derecha de su cadera que llamó la atención de Yugi, pues era parecido al suyo ¿sería duelista el chico?
Sus pasos eran seguros y su postura altiva.

─Vaya, por fin te encuentro, Ukyo ─dijo el recién llegado con un tono ecuánime.

─ ¿Qué? ¿Estábamos jugando a las escondidillas? Lo siento, no lo sabía ─le regresó Ukyo en tono de burla, enfrentando su mirada sin siquiera levantarse.

─Jaja, tan gracioso como siempre ─le regresó mordaz ─pero qué más se puede esperar de un simple bufón.

Ukyo se tensó, entrecerró los ojos mientras se repetía a si mismo que debía mantener la calma mentalmente ─oh si, el nene ya hizo su broma del día, bravo ─dio una palmada ─ ¿se puede saber que quieres? Estoy teniendo un rato bastante agradable por aquí como para que vengas tú a meter la nariz donde no te llaman ─apresuró dándole la espalda. Yugi miró a Ukyo, parecía que iba a perder la calma en cualquier instante, le puso una mano en el brazo suavemente, intentando bajarle los humos.

─Por desgracia el profesor me dijo que les diera esto ─le pasó una hoja, aunque más bien la dejo caer frente a su cara, Ukyo la atrapó en el aire, era el cronograma de las presentaciones de su salón, a ellos les tocaba el quinto turno y a Zeo el tercero.

El -fastidioso- recién llegado fijo su vista en Yugi y sus amigos, particularmente en el contacto del tricolor con Ukyo, afiló la vista con molestia.

─ ¿Quiénes son ellos? ─señaló con su pulgar a los tres hikaris ─ ¿amigos tuyo? ─preguntó a Ukyo ─Les daré un consejo, cuando le toque la presentación a este imbécil ─señaló al peliverde ─asegúrense de conseguir tapones para los oídos, sus estruendos podrían dañarles la audición.

Yugi frunció el ceño, que persona para más desagradable, no le agradaba para nada la forma en que estaba tratando a Ukyo; gracias a su mano notó la tensión en el cuerpo del peliverde: iba a levantarse, seguro a plantarle cara al de ojos celestes, sin embargo eso no era bueno así que antes de que pasara algo más intervino.

─Uky-nii ¿escuchaste algo? ─ignorando las palabras de Zeo, Yugi se dirigió a Ukyo con su voz dulce de siempre, el peliverde lo miró extrañado ─un sonido fastidioso en mis oídos, no sé lo que sea ─Yugi le dio una sonrisa a Ukyo y este entendió lo que hacía.

─Tienes razón Yuu, un desagradable ruido, ignorémoslo a ver si desaparece ─le siguió el juego, mirando de reojo a Zeo a ver si captaba la indirecta.

A Ryou y Malik les sorprendió la respuesta de Yugi, pero no pudieron ahogar unas risillas ante aquello, igual que Kaoru e Ikky. A los yamis también les hizo gracia esa reacción por parte del pequeño tricolor, incluso a Yami dejo escapar una sonrisa.

Zeo se veía indignado ─ ¿Cómo te atreves mocoso? ─con furia y una tez molesta, Zeo fijó su mirada en Yugi dispuesto a desquitarse, pero Ukyo fue más rápido y se levantó ágilmente, plantándose frente al oji-celeste, sujetándole una muñeca con rudeza.

─Si te atreves a tocar un solo cabello de Yugi, vas a tener que ir a que te maquillen antes de tu presentación para ocultar el ojo morado que te voy a dejar ¿me entendiste idiota o quieres un dibujo? ─Zeo amplió sus ojos ante la amenaza, Ukyo nunca había reaccionado de una forma tan agresiva ni en sus más acaloradas discusiones. El peliverde lo empujó por la mano que le tenía sujeta, obligándolo a retroceder un par de pasos ─si solo viniste a entregar eso ya lárgate ─finalizó dándole una mirada de desprecio antes de volverse a sentar al lado de Yugi, sin dejar de mirarlo de reojo por si se le ocurría seguir con la disputa.

Zeo, sorprendido por el rumbo que había llevado la situación, se marchó sin decir una palabra más, esa reacción de Ukyo era algo que no habría imaginado jamás… ¿ese niño de peinado raro sería tan importante para él? Apretó la mano por la que Ukyo lo había sujetado, contra su pecho… iba a averiguar quién era ese niño y que relación tenía con Ukyo.

─ ¿Ese muchacho… es duelista? ─preguntó Ryou de pronto, la misma duda que se había hecho Yugi al verlo.

Malik asintió ─me pareció que tenía un porta-cartas en su cinturón ─apoyó a su amigo albino.

─Sí, para nuestra desgracia es bastante bueno, lo cual no hace más que inflar su, de por sí, muy grande ego ─les respondió Ikky.

Ukyo bufó ─ja! Apuesto a que no duraría ni dos minutos con Yugi ─dijo mirando con una sonrisa orgullosa al tricolor, el aludido lo miró unos segundos y luego bajó la vista sin decir nada al respecto.                

-o-

Al poco rato comenzaron las presentaciones de los de tercero, los primeros dos eran grupos de chicas y el tercero, como ya era sabido, fue Zeo.

El arrogante chico de ojos celeste interpreto la canción “Lovumba” (https://www.youtube.com/watch?v=IBRQoU2yX4U ) Había que aceptar que el chico sí que tenía talento, tocaba fantásticamente la guitarra eléctrica y al cantar su voz era muy agradable al oído.

Luego de su presentación, Zeo pasó intencionalmente por donde estaban Yugi y los demás, que se encontraban asentados en unas bancas de la cafetería, cerca del escenario ─ ¿Viste mi presentación? A eso se le llama talento niño ¿en serio piensas salir después? ─empezó a molestar a Ukyo ─aunque supongo que no conoces la vergüenza ¿Qué se le va a ser? ─se encogió de hombros levantando sus manos a la altura de su pecho con las palmas hacia arriba ─solo has el favor de no espantar a todo el público ─siguió con sorna.

Ukyo respiró profundamente tratando de contenerse ─solo ignóralo Uky-nii ─le sonrió Yugi poniendo una mano sobre el antebrazo del peliverde.

─ ¿Y tú que eres, niñito? ¿Su porrista? ─se burló con sorna mirando al tricolor, inclinados un poco hacia él con las manos en las caderas.

Yugi simplemente lo ignoró, tal como le acababa de decir─ Uky-nii, no me has dicho que canción van a tocar ─le dijo con una sonrisa, medio abrazando el brazo del peliverde.

─Ni te lo diré ─le respondió Ukyo con una sonrisa ─será una sorpresa ─le guiñó el ojo.

El castaño estaba iracundo, gracias al enano con cabello de puerco-espín Ukyo lo estaba ignorando, gruñó molesto, viendo las miradas de burla de Jun y Shon.

─Mooo ─Yugi hizo un puchero, quejándose por eso, luego le sacó la lengua con gracia.

─Oye ¿te largas o qué? ─se quejó Ukyo ─enturbias el ambiente, fastidioso.

─ ¿Qué te pasa hoy? ¿Quieres quedar bien con ese niño? ─se burló cruzándose de brazos ─que tristeza ─negó con la cabeza.

─ ¿Por qué no haces el favor de largarte con tu mala vibra a otro lado? ─dijo Ikky con su mejor cara de niño bueno y una dulce sonrisa.

─Tesoro, no te metas en esto ─le dijo Jun, lanzando un risilla.

─ ¿Necesitas que alguien más te defienda? Pobre nene ─siguió molestando a Ukyo, dirigiéndole una mirada envenenada al peli-azul, de reojo.

─Simplemente hoy no estoy de ánimos para gastar mi buen humor contigo, pesado de las narices ─le miró por sobre el hombro con una mirada despectiva.

─Bah! Simplemente eres un hablador.          

Zeo se marchó de con altivez, tal como Ukyo esperaba, los ojos anaranjados lo fulminaron tanto que si las más miradas mataran, Zeo ya estaría bajo tierra; finalmente el chico se perdió entre la multitud.

─Vaya arrogante ─suspiró Ikky, rodando los ojos ─que bueno que se fue ─el peli-azul se recargó en el hombro de su pareja.

─Ese imbécil a veces hace que me hierva la sangre ─se quejó Ukyo.

─Ya, tranquilo Uky-nii ─consoló Yugi, con una gotita bajándole por la sien, soltándole el brazo.

El peliverde suspiró ─vale… ¿vendrías conmigo un momento Yugi? Quiero enseñarte algo antes de que nos toque salir ─pidió.

Yugi ladeó su cabeza, curioso. Miró a Ryou y a Malik, transmitiéndoles una especie de mensaje solo con la mirada, ellos asintieron disimuladamente, luego Yugi se levantó del mesón, Ukyo le imitó y lo tomó de la mano para guiarlo a algún lugar del lado derecho de la cafetería donde estaban. A Yami esto no le dio buena espina, caminó al lado de Yugi pasándole un brazo por los hombros.

Ikky se levantó también ─voy a comprar un bocadillo ¿te traigo un jugo de moras, Darling? ─ofreció a su novio con una sonrisa, este asintió.

Ryou sonrió ante lo lindo que se veía ese nivel de entendimiento y unión que la pareja mostraba, no pudo evitar que un suspiro con el nombre de su yami escapara de sus labios, luego volteó a ver a Malik quien conversaba superficialmente con Shon y Kaoru, le rozó el pie con disimulo bajo la mesa para llamar su atención, en cuanto los ojos lavanda se posaron en los suyos cafés intercambiaron un asentimiento.

─Ya venimos ─habló Malik, levantándose.

─Vamos a dar una pequeña vuelta de aquel lado ─se excusó Ryou, levantándose con él.

─Vale ─aceptó Kaoru, intentado apartar la mano de Shon que no dejaba de picarle la mejilla para fastidiarlo.

Sigilosa  y disimuladamente, ambos hikaris siguieron el rumbo por el que Ukyo llevó a Yugi hace unos minutos.

Mientras con Yugi y Ukyo. 

El peliverde los condujo a una zona pacifica, algo apartada de la escuela, solo había un árbol allí más un alto enrejado marcaba el límite de la preparatoria, no había ni un alma.

─ ¿Se nota la diferencia, eh? ─comentó Ukyo, soltando a Yugi.

─Sí, eso solo demuestra todo la energía y el ánimo que le están poniendo al evento ─dijo Yugi con una sonrisa.

Ukyo también sonrió ─No me cansaré de decirlo Yugi ─le tomó una mano ─gracias por haber venido ─la levantó hasta su boca y la beso caballerosamente ─contigo aquí, siento que puedo dar mi 100 por ciento en lo que hago.

Yugi sonrió, no pudo evitar ruborizarse ─Eso es gracias a tu talento, Uky-nii, no es por mi ─jaló de regreso su mano pero el oji-naranja no lo soltó, por el contrario, con su brazo libre lo tomó por la cintura, acercándose lentamente, con un brillo extraño en la mirada ¿decisión? Yugi no lo supo.

Yami por su parte los observaba atento e impotente, ya conocía esa mirada en Ukyo, le había interrumpido varios momentos como ese antes, pero ahora no podía hacer nada… nada más que confiar en su aibou ─Yugi… no.

─Entonceeeeees… ¿qué era lo que querías decirme, Uky-nii? ─preguntó Yugi, separándose lo más posible de su amigo, haciendo énfasis en el honorifico de su nombre*, esperando que eso lo calmara un poco. A pesar del visible retroceso de Yugi, Ukyo no se detuvo, caminó dos pasos hacia el menor y con su mano derecha acarició el flequillo dorado, Yugi lo miró atento ─Yugi, mi dulce estrella ─le llamó con suavidad y ternura, avanzando un poco más, poniendo a Yugi contra el tronco del árbol cuando este retrocedió ─mi preciado tesoro ─acarició esta vez el rostro.

─Uky-nii, estas actuando muy raro ─le acusó Yugi, cuyas pupilas estaban temblando, poniendo ambas manos en el pecho de Ukyo por si acaso, en su mente solo resonaban dos palabras como una especie de alarma “Peligro, ¡Yami!”

En el pecho del inadvertido faraón resonaba el llamado de su pequeño, haciéndolo sentir aún más impotente ─Yugi, mi aibou ─empuñó las manos con fuerza y se mordió el labio inferior con tanta insistencia que si tuviera su cuerpo, estaría sangrando.

─Sabes que te quiero Yugi ─empezó el peliverde.

─Yoooo… también te quiero, Uky-nii ─interrumpió Yugi, insistiendo en el honorifico mientras apegaba su espalda al tronco, acorralado.

─Déjame terminar, pequeño ─dijo con una dulce sonrisa, tomándole del mentón con la mano que antes acariciara su rostro ─te quiero mucho Yugi, de verdad anhelo recuperar ese tiempo que no pudimos estar juntos ─le dice con los ojos brillando ─porque no te haces una idea de lo mucho que te extrañé, además… también me di cuenta o mejor dicho acepté la cantidad de cosas que siento por ti ─Yugi lo miraba atento, empezó a negar con la cabeza imperceptiblemente, sus ojos estaban brillosos por las lágrimas y sus labios temblaban, cosa que Ukyo tomó como una buena señal.

Malik y Ryou acababan de encontrarlos y miraban la escena con ojos como platos, habían alcanzado a oír lo que había dicho Ukyo, aunque estaban ocultos de sus vistas.

Bakura y Marik solo miraban con seriedad tal escena y alternaban su mirada en el faraón, la energía que emanaba del mismo empezaba a aumentar exponencialmente: esto podría ser peligroso.

─Yugi y-yo… ─Ukyo suspiró para tomar valor ─te amo mi dulce estrella ─soltó al final, mirando fijamente los ojos violetas.

─Ukyo, yo… yo ─Yugi quería llorar, esto era lo que tanto había querido evitar, no hallaba ni las palabras ni tan siquiera su voz para rechazarlo ─no ─murmuró bajito.

─Quizás esto ayude a que me des una respuesta ─aprovechando que Yugi parecía estar en shock, Ukyo afianzó su agarre en su mentón y luego juntó sus labios con los de Yugi.

Los ojos de todos se ampliaron al máximo -exceptuando a Ukyo-.

Pudo ser una casta unión de labios pero fue suficiente para que Yami explotara, la energía que acumulaba estalló de manera furiosa como una aura rojiza a su alrededor, todos sintieron un tenebroso escalofrío erizarles violentamente la piel. Bakura y Marik debieron actuar rápido para contener al faraón, pues este parecía una bestia desatada con sed de matar, su presa: Ukyo; el faraón soltó un grito, que más pareció un rugido mientras sus ojos destellaban con un violeta más rojizo de lo habitual.

Yugi se tomó 5 segundo para reaccionar a lo que ocurría, lo primero que hizo fue tensar su mano derecha e, instintivamente, la azotó en el rostro de Ukyo, logrando que este se separara de su boca tras el brusco e inesperado impacto.
Ukyo llevó su mano libre a su mejilla enrojecida, Yugi llevó la suya a su boca, sentía un sabor a menta en sus labios, en su cabeza se repetía “ese no es el sabor de Yami, no debería estar allí”

Ukyo volteó a ver a Yugi, este tenía la mirada baja, los tres yamis veían asombrados al tricolor menor, ninguno se esperaba tal acción del pequeño hikari pero a Yami le alegraba de sobremanera. Ryou y Malik bajaron los hombros, el albino soltó la cintura de Malik pues este estuvo a punto de ir a golpear a Ukyo.

─Yugi ─le llamó dolido.

─ ¿Por qué hiciste eso? ─le habló fríamente sin levantar la vista.

─Porque te amo, Yugi ─repitió.

─ ¡No! ─gritó el menor ─No lo digas ─Ukyo hizo amago de abrazarlo ─ ¡Basta! ─Yugi se revolvió para apartarse de él, logrando separarse del árbol y de los brazos de Ukyo ─lo siento ─Yugi realmente no sabía que decir, un par de lágrimas escaparon de sus ojos.

─No Yugi, no llores por favor ─Ukyo se apresuró a limpiar con sus manos los caminos de gotas saladas ─no soporto verte llorar, mírame Yuu ─le tomó el rostro para enfrentar ambos pares de ojos.

¡No lo toques! ─gritó Yami iracundo, con toda la intensión de abalanzarse sobre el peliverde. Bakura y Marik se esforzaron por contenerle.

─Nunca volveré a dejarte solo, no volveré a irme si es lo que te preocupa ─le dijo Ukyo ─voy a estar siempre contigo Yuu, porque quiero verte sonreír todos los días ─prometió.

─ ¡No! ─volvió a gritar Yugi, apartándose una vez más ─lo siento, esto simplemente… ¡No! ─con su mano limpió bruscamente sus labios.

─Yugi, te amo.

─ ¡Yo no! ─fue el grito desesperado que salió a fin de su boca ─yo no… lo siento ─su voz fue mermando hasta que se convirtió en un sollozante susurro.

Esta vez fue Ukyo el que se quedó pasmado ─Yugi, no voy a lastimarte, no tengas miedo ─trató de nuevo.

─ ¡No es eso! ─reclamó entre sollozos ─ ¡Ya tengo alguien a quien amo y que me ama! ─reveló al fin, volvió a bajar la vista, sintiéndose incapaz de verlo a los ojos luego de decirle aquello.

Yugi.

El borde inferior de los ojos anaranjados se empañó de lágrimas, sin embargo ni una sola escapó de los mismos.

─Hablas de ese chico… Atem ─dijo tenso.

─Sí… Atem es mi novio ─confesó.

─ ¡¿Qué?! ─rugió con fiereza, Yugi se sobresaltó, se abrazó a si mismo sintiendo el aura turbia que emanaba de su amigo gracias a las fuertes emociones que manejaba ─ ¿Cómo que son novios? ─gritó de nuevo.

Lo que oíste ─murmuró casi como un gruñido Yami ─ ¿podrían soltarme ya? ─cuestionó a los otros dos seres de oscuridad, que aún lo apresaban.

No hasta que esta situación pase ─determinó Marik, serio, mientras le tenía los brazos por debajo de las axilas hacia arriba, reteniendo los movimientos del torso para arriba del tricolor

No te dejaremos meter la pata cuando estamos a poco de acabar con esta estupidez de los retos y pruebas, Atem ─declaró Bakura, mirándolo molesto y desafiante, le tenía una mano sobre el hombro y otra en el pecho. Yami solo suspiró sin poder objetar nada más.

─Así es ─respondió Yugi.

Hecho una furia, Ukyo se plantó a dos pasos de distancia de Yugi, como asechándolo ─ ¿desde cuándo? ─exigió saber.

─ ¿Para qué quieres saber eso? No importa ya, nada puedes hacer.

─ ¿Por qué quieres saberlo?

─ ¡Dímelo! ─exigió de nuevo,

─Oficialmente desde Enero ─respondió, recordando la noche del cumpleaños de Ryou, cuando Yami se le había propuesto oficialmente ─pero ya llevábamos tiempo juntos ─reveló con los ojos cerrados, elevó una mano para limpiar de sus ojos unas cuantas lágrimas que aún se negaban a ceder.

Ukyo retrocedió un poco, apretó la mandíbula antes de regresar a tomar con firmeza el rostro de Yugi ─Yugi mírame ─habló  con seriedad ─hemos sido parte de la vida del otro desde niños, te conozco y me conoces ─alegó ─te cuidaré mejor que nadie ─afirmó también ─déjalo y dime que sí ─propuso al fin, relajando sus facciones, dándole una sonrisa.

─Que descaro ─murmuró Malik ─Ryou, déjame, yo lo mato ─intentó hacer que Ryou retirara sus brazos de alrededor de su abdomen.

─No te metas en esto Malik ─trató de calmarlo Ryou.

¡Maldita sea, para de una vez! ─gritó furioso Yami.

Solo se está dejando en ridículo ─afirmó Bakura ─el enano no va a ceder ─Marik estuvo de acuerdo con el yami albino.

─No es cierto Ukyo ─Yugi retiró las manos de su cara ─ambos cambiamos, no eres el mismo y yo tampoco lo soy, no me conoces como antes ─dijo negando lentamente con su cabeza ─no puedo creer lo que me pides, jamás dejaría a Atem mucho menos lo traicionaría… lo que siento por él no se compara a nada… lo siento Ukyo, nunca quise que las cosas pasaran así, te lo juro, pero no me dejaste opción ─lo miró con lastima, retrocediendo ─nunca quise hacerte daño.

─ ¡Yugi te amo! ¿Qué debo hacer para que lo entiendas? ─lágrimas empezaron a bajar de nuevo por las mejillas de Yugi, lo que menos quería era lastimarlo, jamás quiso que las cosas pasaran de ese modo, como acabó de decir.

─Te quiero como un hermano, eso no cambiará… pero eso es todo, lo siento ─finalizó entre sollozos, dándose la vuelta y corriendo regreso, Ukyo solo se quedó estático en su lugar, con la mirada gacha y decaída, oculta por su flequillo.

Bakura suspiró ─Vamos ─aún sin soltarlo, Bakura y Marik jalaron a Yami -sin nada de delicadeza, claro- por el camino que tomó Yugi.

A los pocos pasos, ya lejos de Ukyo, la carrera de Yugi fue interceptada por dos pares de brazos que lo rodearon. Sobresaltado, levantó el rostro para encontrarse con sus dos mejores amigos, Malik le contenía contra su pecho mientras Ryou los rodeó para abrazarlo por la espalda.

─Chicos ─sollozó, ellos lo miraron con ojos conciliadores y lo envolvieron en un cariñoso abrazo.

─Estamos contigo Yugi ─dijo Ryou con su voz suave.

Eso bastó para que Yugi estallara en llanto, siendo contenido y consolado por sus amigos.

Caminaron unos pasos hasta sentarse entre los matorrales en los que antes Ryou y Malik se ocultaran, allí Yugi se dejó caer de rodillas cubriéndose el rostro con las manos. Malik se sentó con él, abrazándole, brindándole apoyo; Ryou se arrodilló a su lado, acariciándole el cabello y murmurando palabras amables.

Recién en ese momento Bakura y Marik soltaron a Yami, no sin dejarle una mirada de advertencia a lo que el faraón se cruzó de brazos indignado, se sentía igual que cuando, de pequeño, Mahad y los guardias le impedía salir del castillo para ir al pueblo.

─Está bien Yugi, ya pasó ─le consoló Ryou acariciándole el pelo.

─Ahora mismo podría ir y darle una soberana paliza a ese atrevido ¿sabes? ─dijo Malik golpeando un puño contra su palma, intentando aligerar el ambiente.

─Malik, no es momento para ese tipo de comentarios ─Ryou le miró mal, mientras movía a Yugi para arrecostarlo contra su pecho ─ ¿estás bien amigo? ─cuestionó preocupado, Yugi no había dicho una sola palabra.

Cuando Ryou le acomodó unos pocos mechones rubios tras la oreja, Yugi recién alzó los ojos, estos estaban prácticamente desorbitados, húmedos y temblaban, su respiración era agitada y algo forzada.

¿Yugi? ─Yami estaba visiblemente preocupado por su aibou ¿el menor se estaba arrepintiendo de su decisión? No podía ser eso ¿Cierto? ¡¿Cierto?!

─ ¿Yugi, te sientes bien? ─preguntó Malik.

─ ¡Claro que no! Yo… él me… ─Yugi se llevó una mano a los labios.

─Lo sabemos, descuida, no tienes que decirlo ─la mano de Ryou subió y bajó también por la espalda de Yugi, tratando de calmarlo.

─Eso no debió… ¡Yami! ─le llamó en un sollozo, entonces empezó a frotar desesperadamente sus labios con el dorso de su mano.

Si me lo preguntan yo diría que lo azota la culpa ─comentó casualmente Marik, que recostaba la espalda contra un muro cercano, con las manos tras la nuca. Bakura asintió con la cabeza.

No Yugi, no es tu culpa… pequeño no creas que estoy molesto contigo ─murmuró Yami preocupado, arrodillándose frente a su aibou.

─Yugi, no… ─trató de detenerlo el de ojos café ─para ya ¡Yugi! Vas a lastimarte la boca ─le regañó ─ Yugi basta ─Ryou tuvo que sujetarle la muñeca para que dejara de frotarse la boca tan bruscamente, que en realidad estuvo a punto de hacerse daño a la delicada piel de sus labios.

─Yami, lo siento… te fallé ─murmuró para sí, soltó la mano que Ryou apresaba y se cubrió de nuevo el rostro intentando frenar las lágrimas.

No es así.

─No te atormentes Yugi, no fue tu culpa… sé que Atem lo entendería ─le alzó el rostro con las manos ─tranquilo Yugi, confía en que todo va a estar bien.

─Ryou ─le llamó en un sollozo, un poco más tranquilo.

─Eso es… tranquilo ─le habló entre susurros, como a un gatito asustado.

─Hay que admitir que el chico es muy maduro ─le dijo Marik a Bakura.

Lo sé ─aceptó con orgullo, elevando el mentón, Marik rodó los ojos con cansancio, convenciéndose de reservase ese tipo de comentarios desde ahora.

─Es enserio ¿Quieres que vaya a golpearlo? No me molestaría para nada ─propuso de nuevo Malik con una pequeña sonrisa.

─ ¡Malik! ─le reprochó Ryou ─para.

Una pequeña risa irrumpió en el regaño del albino, todos desviaron la vista hacia el tricolor menor, quien reía por lo bajo ante las palabras de Malik.

─Oye, le saque una sonrisa ¡punto para mí! ─se felicitó el egipcio, haciendo una graciosa pose heroica que hizo que Yugi riera más, Ryou le miró negando con la cabeza y sonriendo.

─Olvídalo Malik, no vale la pena ─pidió con una leve sonrisa.

─ ¿seguro? ─balanceó tentativamente el dije del cetro entre sus dedos, haciendo reír a sus amigos ─Como tú quieras ─se encogió de hombros antes de regresar a abrazarlo ─estamos contigo Yugi ─dijo ya serio.

─Gracias, son los mejores ─les sonrió con más ánimo, ya calmado.

─Para eso están los amigos ─afirmó Malik, pasando su brazo por los hombros de Ryou.

Luego de que Yugi se calmara y limpiara el rostro con un pañuelo que le ofreció Ryou, regresaron a la cafetería.

─Nee Yugi ¿dónde nos dejaste a Ukyo? ─le sonrió Shon, que seguía fastidiando a su hermanito.

─Amm, no lo sé, fue a hacer algo, no me dijo que ─mintió con la mirada algo desviada, el pequeño tricolor.

─Ese torpe, mira que ya casi nos toca ─se quejó Jun, que estaba acariciando el cabello de su pareja, a quien mantenía sentado en su regazo y estaba comiendo unas galletas con una ligera sombra rosa en sus mejillas.

─No te alteres Jun, aquí estoy ─dijo de la nada Ukyo, sobresaltando a Yugi, quien se apegó a Ryou se forma instintiva ─andando par de acomodados, hay que ir a prepararse ─dijo, viendo a los tres hikaris que regresaban a sentarse.

─ ¿Qué te ha dado de repente? ─dijo Shon con gracia, levantándose de su puesto, luego de darle un beso en la mejilla a Kaoru.

─Eso ¿qué mosco te ha picado? ─le siguió Jun, dejando a Ikky bien sentado en la banca para levantarse.

─Que graciosos, andando ─Ukyo fingía muy bien su ánimo, pero se podía notar un toque de tristeza, se acercó a la mesa para tomar la guitarra de Yugi, de paso inclinándose junto a la oreja del tricolor para susurrarle algo ─Déjame transmitirte mis sentimientos como mejor se hacerlo… con la música ─le dijo al tricolor al oído. Yugi se quedó callado.

─Mucho ánimo, sé que lo harás genial Darling ─lo apoyó Ikky, abrazándose a su cuello para darle un rápido beso en los labios.

─Les irá estupendo ─imitó Kaoru, dándole un beso en la mejilla y apretando una de sus manos entrelazadas.

─Gracias cariño ─Jun le dio un último beso en la frente antes de tomar sus maquetas para irse.

─Eres un amor, hermanito ─Shon le regresó el apretón de manos antes de seguir a sus amigos.

─ ¿Sabes a ciencia cierta que canción van a interpretar? ─le consultó Ikky a Kaoru, sentándose en la mesa.

─No exactamente, practicaron como tres canciones en especial, así que no sé cuál es la que eligieron ─le respondió imitando su acción.

Ikky movió su mano a los hikaris para que también se sentaran sobre la mesa, todas las personas a su alrededor también lo hacían, algunos incluso se ponían de pie en las sillas.

A los dos minutos Ukyo, Jun y Shon tomaron su lugar en la tarima. Ukyo empezó a cantar.

(Ukyo: bla, bla,bla /Jun: bla, bla, bla /Shon: bla, bla, bla /Los tres: bla, bla, bla)

Si es preciso te recuerdo que no fue mi intención, 
no haría nada para lastimarte, 
voy aprendiendo a amarte paso a paso, 
me equivoco porque a veces salto

te digo, no fue miintención 

─Esa canción es hermosa ─dijo Ikky con una dulce sonrisa y sus ojos fijos en su novio.

─Sí que lo es ─respondió Ryou, absorto en la música.

No sé cuántas veces puedas repararte la ilusión, 
sé que te estás sintiendo muy herido 
nunca he sabido cómo hacer las cosas
colecciono amores y derrotas, 
y hoy le doy nombre a tu dolor 

Baja la guardia, traes hielo en la mirada, 
sé que fui yo quien tropezó
 

Yugi apretó los puños, los ojos anaranjados de Ukyo, apenas y se desviaba de su persona para mirar y sonreír al público, sabía y sentía lo que el peliverde intentaba transmitirle… pero simplemente no podía dejar pasar así como así lo que había sucedido. Se acurrucó un poco al costado de Malik, quien le tenía un brazo por la espalda. 

Todo lo que soy, todo lo que he vivido 
ha sido el camino para estar contigo
y si por éste error te me vas de la vida 
firmas la sentencia de un alma perdida 

Perdona corazón, no me eches a mi suerte, 
para de llorar que yo no soy tan fuerte, 
regrésame la luz con la que me mirabas
dime que me perdonas  

Yugi suspiró, deseando que aquellos minutos hubieran sido una mera pesadilla, aun quería a Ukyo como el hermano que era para él, pero luego de eso no sabía si podría recuperar esa confianza que siempre le tuvo… “¿Por qué las cosas tiene que ser tan complicadas?” pensó con un ligero suspiro.

Si es preciso te recuerdo que no fue mi intención
fui presa de mis inseguridades 
es mi puñal el que se hunde en tu carne, 
mi conciencia naufraga en tu sangre
te digo, no fue mi intención 

Baja la guardia, traes hielo en la mirada, 
sé que fui yo quien tropezó

Trató de relajarse, miró a su alrededor solo para desviar sus ojos de Ukyo, Ikky y Kaoru miraban atentos a Jun y Shon respectivamente, con una cariñosa sonrisa en sus rostros y los ojos brillantes, de vez en cuando les hacían ligeras señas, cuando sus ojos se encontraban.

Yugi no pudo evitar empezar a mecerse de lado al lado al ritmo de la música, muy pronto Ikky y Kaoru le imitaron.

Todo lo que soy, todo lo que he vivido 
ha sido el camino para estar contigo
y si por éste error te me vas de la vida 
firmas la sentencia de un alma perdida 

Perdona corazón, no me eches a mi suerte, 
para de llorar que yo no soy tan fuerte, 
regrésame la luz con la que me mirabas
dime que me perdonas

La mirada que Ukyo, Yugi la sentía muy pesada sobre sí.


Todo lo que soy, todo lo que he vivido 
ha sido el camino para estar contigo, 
y si por éste error te me vas de la vida 
firmas la sentencia de un alma perdida 

Perdona corazón, no me eches a mi suerte, 
para de llorar que yo no soy tan fuerte
regrésame la luz con la que me mirabas
dime que me perdonas... 

Dime que me perdonas...

Dime que me perdonas...

Dime que me perdonas...

Casi le sentía decirle aquello al oído… simplemente cerró sus ojos, soltando un suspiró mientras aferraba el rompecabezas a su pecho.

Fin de Flas-Back.

Yugi salió de sus pensamientos al sentir movimiento a su lado. Ryou se había levantado.

─ ¿Te sientas mal? ─consultó, viendo al albino quitarse el pañuelo ya tibio de su frente.

─No, solo quiero estirar un poco las piernas ─le sonrió con amabilidad, parándose de su asiento ─regreso en un par de minutos ¿okey?

Yugi asintió y el albino caminó hacia la parte trasera del avión.

El tricolor soltó un suspiro, viendo a su lado a Malik con unos audífonos en sus orejas, sabía que no estaba dormido gracias a los pesados suspiros que soltaba de vez en cuando y que abría los parpados a ratos, para mirar al techo. Tomó su móvil y abrió la carpeta de mensajes soltando un nuevo suspiro,  no había hablado con Ukyo desde aquel día y tenía un montón de mensajes así como de llamadas perdidas del peliverde, no le había contestado nada no por estar molesto con él ni nada por el estilo, simplemente no sabía que decirle.

Bloqueó el aparato y fijo su mirada al techo, recordando cómo había terminado ese día.

Flash Back

Casi al atardecer, los hikaris se estaban despidiendo de todos en la entrada de la escuela Tomoeda, Ukyo estaba un poco apartado con Yugi, bajo la atenta mirada de Ryou y Malik.

Ukyo tenía la mirada ligeramente gacha y se tomaba el brazo izquierdo con la mano derecha, Yugi a unos cinco pasos de él desviaba la mirada a un lado, abrazándose a sí mismo, apegando el rompecabezas  a su pecho de paso.

─ ¿Sabes? Mamá me estuvo insistiendo en que te pidiera que fueras a la casa a visitarnos ─le dijo el peli-verde ─quiere verte… también te extraña ─comentó mirándolo.

Yugi suspiró ─discúlpame con ella por no ir hoy… y dile que vendré en Septiembre.

Ukyo se sobresaltó ante las palabras de Yugi, sus ojos se abrieron como platos ─ ¿vendrás… en mi cumpleaños? ─consultó asombrado.

─Sí ¿te lo había prometido, no?

─Ummm sí ─afirmó el peliverde. El ambiente estaba sumamente incómodo ─Yugi… yo…

─Será mejor que nos vayamos antes de que se haga más tarde ─le cortó el menor, dándose la vuelta para ver como los cálidos rayos de sol se colaban entre las hojas de un árbol de cerezos que había cerca suyo ─El festival fue un gran éxito ─comentó de la nada ─y tu estas a punto de graduarte ¡muchas felicidades! ─se dio la vuelta para ofrecerle una pequeña sonrisa sincera, entrelazando sus manos tras la espalda.

Ukyo abrió ligeramente la boca, como queriendo decir algo pero se contuvo, en cambio dio un par de pasos hacia el menor y Yugi retrocedió uno. Ukyo bajó la mirada ─ ¿puedo darte un abrazo?

No ─dijo Yami molesto, quien abrazaba a Yugi por los hombros.

Yugi lo miró unos segundos y luego suspiró ─solo un abrazo ─accedió, abriendo los brazos.

Ukyo le sonrió y se acercó lentamente hasta envolverlo entre sus brazos con delicadeza, como si se tratase de una muñeca de porcelana que se podría romper, enterró su nariz en el cabello tricolor y aspiró, depositando un beso en la frente del menor.

─No importa qué, siempre estarás en mi corazón ─le murmuró.

Yugi suspiró, apoyando su cabeza en el hombro del peliverde, levantando una mano para juguetear con la trenza del mismo, sintiendo la conocida calidez de quien una vez le cuido y fue de lo más importante para él.

─Y tú siempre serás mi hermano mayor… ─le contestó, separándose de él con lentitud ─salúdame a tu madre por favor... nos veremos después Uky-nii –sin más le dio la espalda para dirigirse hacia sus amigos ─cuídate.

─Cuídate mucho, mi dulce estrella ─murmuró el peliverde, viendo como Yugi se acercaba a sus dos amigos para también despedirse de los demás y abordar un taxi que habían pedido para regresar a la estación.

Una suave brisa primaveral movió los cabellos de todos, Ukyo puso su mano en su oreja para detener el bailoteo de sus cabellos y luego sus ojos se encontraron con las amatistas de Yugi. Hubo un choque de sentimientos allí antes de que el tricolor apartara su mirada para entrar en el vehículo.

─ ¿Seguro que todo está en orden? ─le preguntó Ryou, sentándose al lado.

─Tranquilos, estoy bien, lo juro ─les sonrió con más ánimo.

Fin de Flash Back

Yugi suspiró jugueteando con su rompecabezas, llevó una de sus manos a la boca, rozando levemente sus labios, no había podido siquiera soñar con Yami desde aquel día tampoco, el desagrado de ese beso aun persistía en su boca, lo único que quería era volver a estar entre los brazos de su amado faraón y olvidar aquel momento con sus besos.

─Yami… pronto estaremos juntos ─se arrimó a la ventana, viendo el extenso desierto debajo de ellos.

Yugi…                                 

…Continuara… xD  

Notas finales:

*Está recalcando el término ‘hermano’
1. Lovumba, de Daddy Yankee.
2. Baja la Guardia, de Santiago Cruz.

Dato Curioso: ¿sabian que un vuelo entre Japon y Egpito se demora más o menos 12 horas? Desde los aeropuertos de Tokio y El Cairo

¿Me extrañaron? Aquí estoy de regreso en esta loca historia con el primer cap de esta tercera -y al parecer ultima- temporada (tomando el one-shot ‘No es un adiós, sino un hasta pronto’ como la primera parte de esta trilogía)

Un largo capitulo para dar un gran comienzo ¿les gustó? ¡Díganme ¿qué les pareció?!  *w*  (los mira a la expectativa meneando la cola y agitando las orejas)

Díganmelo todo, ¿Qué esperan de esta temporada? ¿Cómo creen que será el reencuentro de los yamis y hikaris? ¿Cómo creéis que será la prueba que tendrán que hacer nuestros lindos hikaris?

Aquí estoy porque eh venido
Porque eh venido, aquí estoy
Y si no le gusta mi canto
Como eh venido. Me voy!

Nos leemos


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