Miro la hora en mi reloj de pulsera y descubro que marca ya las 2:15 de la madrugada, por lo que con paso aún más apresurado del que llevaba ingreso a mi edificio y subo corriendo los tres pisos de escaleras que me separan de la puerta de mi hogar. Siento un nudo en el estomago a medida que me acerco, sé que hice mal en salir tan tarde de casa, pero estaba molesto y tenía tanta frustración acumulada, que no podía pensar con claridad, así que antes de hacer algo más estúpido que de costumbre, preferí salir huyendo, y ahora solo deseo ser un poco menos idiota…
No suelo ser una persona impulsiva, obstinada o caprichosa… bueno por lo menos no en los últimos dos años, pero hoy dejé escapar muchas emociones que hace tiempo no eran parte de mi personalidad y eso me hace sentir sumamente culpable. Minho ha dado todo por mí y yo a veces lo olvido y me odio por ello, él sí es una persona impulsiva, obstinada y caprichosa, pero no conmigo…nunca conmigo, siempre deja que mi carácter se anteponga al suyo, y por lo menos no he sido tan hijo de puta como para aprovecharme de eso…ok, por lo menos no todo el tiempo, yo era alguien que actuaba sin pensar en los demás y que tomaba todo lo que quería sin detenerme a las consecuencias, hasta que lo conocí a él y cambió mi vida, gracias a él lo perdí todo y también obtuve más de lo que soñé alguna vez.
Minho y yo no acostumbramos a discutir tan seguido, pero hay un temita que me saca de mis casillas y por más que trato de contar hasta 100 antes de explotar…simplemente hay veces en que no lo consigo. Pero es que hasta los más santos se pelean alguna vez por dinero, por qué tendríamos que ser nosotros la excepción?. Provengo de una familia adinerada, decir que mis padres son dueños de prácticamente toda la ciudad no es un eufemismo muy exagerado, desde niño acostumbré a tener todo lo que quería, y las cosas seguirían así si no hubiese aparecido Minho en mi camino con sus piernas largas, piel tostada y esos ojos grandes que desde el primer día me atrajeron como la luz a una polilla. Él es un hombre rudo y algo arisco, para muchas personas su belleza es un tema cuestionable, pero para mí es el hombre más sexy que he conocido, cuando me abraza me siento seguro, cuando escuchó su voz llamándome me siento la persona más importante sobre la faz de la tierra, y cuando escuchó su voz susurrándome intima y seductoramente me siento más hombre que cualquiera, todo eso y más me provoca Minho, era inevitable que cayera enamorado de él hasta la estupidez, y cuando se ama de esta manera, el dinero, el qué dirán, incluso los proyectos de futuro pasan a segundo plano frente a la necesidad de estar junto al ser amado y sentirse querido. Y así fue, mis padres no aceptaron que su hijo mayor tuviera una “aventura”, como ellos le llamaron, con el simple tipo mediocre que limpiaba su jardín y piscina, primero porque ser gay no es lo que un hijo deba ser, y segundo, y más importante aún, porque salir con el jardinero no es lo que mis padres esperaban para su hijo, como mínimo debía buscarme a una hija de empresario o de un político, pero nunca, en ningún caso a un hombre que no tenía ni una mierda en que caerse muerto... Obviamente me decidí por Minho, y de la noche a la mañana dejé de tener casa, auto e incluso ropa!...todo me fue quitado, seguramente como una forma de asustarme y hacerme cambiar de opinión, pero ya han pasado dos años de eso y sigo siendo feliz y caliente junto a él…o eso creo, no sé si él cree lo mismo después de la discusión de hace unas horas en la que salí furioso de casa porque me confesó que ha estado juntando dinero para pagar mi universidad. Ni siquiera sé por qué me molesté tanto, Minho siempre ha querido ser el sostén de nuestra pequeña familia, y eso ha creado más de una discusión entre nosotros, pero es que no soy una damisela indefensa por Dios santo!!!! Yo también trabajo, aunque no es mucho el dinero que logro aportar, fui juntando todos los meses algo para un día conseguir ingresar a la universidad, él no debía hacer eso por mí, no es mi padre ni algo por el estilo para que se ocupe de mi educación, me hizo sentir como un estorbo en su vida, él trabaja incansablemente y si me hubiese enterado antes de que sus esfuerzos tenían que ver con esto, lo habría detenido.
Detengo el hilo de recuerdos y pensamientos, no quiero volverme loco otra vez, solo deseo arreglar las cosas, por lo menos por ahora, sé que tarde o temprano volveremos a discutir, es lo normal, cualquier pareja discute, pero lo detesto, detesto gritarle, y aunque he cambiado mucho, normalmente termino gritándole y él acepta mis gritos, es bastante divertido ver a un hombre todo macho y pelo en pecho agachar la mirada y dejarse dominar por un chiquillo escuálido que no es capaz de levantar un martillo, pero eso es precisamente lo que sucede cuando nos enojamos, al menos la mayoría de las veces…las otras Minho se vuelve un energúmeno enojado y yo termino tan caliente que al final no consigue nada con su enojo, pero nadie lo manda a ser tan sexy cuando se molesta!!
Cuando finalmente llegué al pasillo de nuestro departamento, el corazón comenzó a latirme como loco, antes de conocer a Minho nunca pensé que otra persona pudiese provocarme tantas emociones, pero cada día me sorprendo con lo que este hombre me hace sentir. Nuestro pasillo está oscuro, solo una luz se mantiene encendida sobre la entrada de las escaleras y gracias a ella, se pueden distinguir con dificultad las puertas. El 411 aparece casi borroso ante mis ojos, y con la anticipación casi mareándome abro la puerta e ingreso a casa.
- Hola Bebé…-exclamo en un gritito medio agudo que se aleja totalmente de la voz sexy que intenté sacar…Joder, estoy tan nervioso!!
Sé que quizás eso no era lo más inteligente para decir después de irme tras la discusión, y menos inteligente era usar ese apodo que según Minho es ridículo y que en el fondo sé que ama, pero cuando lo vi paseándose de un lado a otro en nuestra pequeña sala, cualquier discurso que preparé antes desapareció de mi memoria y solo atiné a decir lo primero que me vino a la cabeza.
- Mi amor…¿dónde te habías metido?, estaba tan preocupado. —Dijo Minho cuando me vio, acercándose a paso rápido hasta mí. No me detuve a esperar que me alcanzara, corrí hasta sus brazos y me refugié en ellos.
- Lo siento, lo siento, no quería herirte y lo hice, reaccioné muy mal, no debí reaccionar así, no me odies…lo siento…
Minho me abrazó con fuerza y con ese simple acto supe que no estaba molesto por mi comportamiento, ni por la forma en que salí huyendo, sentí un nudo en la garganta al darme cuenta de ello, ya que nuevamente dejó de lado sus emociones por contener las mías, es obvio que debió sentirse desilusionado al ver mi reacción al enterarme sobre el dinero, pero a pesar de eso, solo se centró en mi y eso me da más culpa aún de la que ya tengo.
- Te amo tanto, te amo, te amo…— Repetí, besando su cara, su cuello y sus labios, como una manera de disculparme por mi comportamiento
- Yo también te amo.
- Lo sé, pero a veces me vuelvo inseguro y lo sabes, no quiero ser un peso para ti, ya bastante tengo con que mantengas la casa prácticamente tú solo, y si a eso le añadimos las mensualidades de mi universidad…es…es humillante. Sé que lo haces porque me amas y quieres lo mejor para mi, pero me…
- Taemin, mi vida…— Dijo interrumpiéndome. — Tú eres mi familia, eres lo único que tengo en el mundo, si no gasto mi dinero contigo, ¿con quién más lo haría?, soy feliz sabiendo que puedo darte algo mejor, no me quites esa felicidad.
Y ahí está nuevamente la razón de mi molestia, por más que trate de pensar distinto no puedo dejar de creer que sus actos se deben a que se siente culpable por la vida que llevamos, sé que le gustaría tener mucho dinero para que mi vida no se hubiese visto afectada por el rechazo de mis padres, y es por eso que odio sentirme un mantenido, no quiero que las cosas sean así, no es justo, yo decidí estar junto a él con todo lo que eso implicaba, y aunque reconozco que a veces extraño todos los lujos, no volvería a eso si significara perderlo, él es mi vida y estoy feliz con lo que hemos construido juntos.
- No es necesario todo esto, yo estoy bien tal como estamos ahora, en unos años conseguiré juntar el dinero suficiente para mis estudios, podemos usar el que juntaste para amueblar nuestra nueva casa. — Casa comprada por él hace unos meses y que fue motivo de otra pelea.
- Ni pienses que te libraras de esto, ni tampoco sigas con eso de que lo hago porque me siento culpable por apartarte de casa de tus padres, sabes muy bien que si un día decides dejarme iré por ti y si es necesario te arrastraré del cabello como hacían los neandertales, tú perteneces junto a mí, y siempre haré todo lo que pueda para que seas feliz.
- Yo también quiero hacer todo para que seas feliz, y sabes muy bien que desde que te conocí has sido todo lo que quiero en la vida.
- Entonces hazme feliz con esto, es todo lo que te pido.
- Minho…
- Taemin, por favor, no es algo demasiado difícil, hazlo por mí.
- Aichhh está bien…detesto que siempre logres convencerme!!— No pude seguir negándome, no con sus brazos fuertes aprisionando mi cintura, y su aliento chocando con mi cuello….maldito, siempre sabe cómo volverme papilla cuando está cerca.
Minho y yo tenemos 12 años de diferencia, creo que ese es otro de los motivos que tienen mis padres para odiar nuestra relación, él era un hombre hecho y derecho de 29 años cuando lo conocí, y yo era un chico de 17 años que se creía dueño del mundo. Minho fue mi primera experiencia homosexual, antes había salido con varias chicas, incluso tenía novia cuando lo conocí, pero solo me bastó un vistazo de él para saber por qué nunca me sentí pleno estando con chicas…bien, seamos sinceros, seguramente siempre supe que me gustaban más los músculos firmes y los pechos peludos que un par de tetas, pero como estaba más ocupado gastándome el dinero de papá, preferí obviar esa parte de mí, ya que mi familia podía ser lo más liberal del mundo siempre que se tratara de mujeres, así que me dediqué a engañarme a mí mismo y seguí saliendo y follando con cuanta chica se me pusiera en frente, era simple y seguro, pero todo cambió cuando Minho apareció una mañana en nuestros jardines removiendo la tierra de los arbustos y plantando nuevas rosas…o lo que haya sido, nunca recuerdo los nombres de sus flores, así que todas son rosas, él había creado recientemente una pequeña empresa de servicios de jardinería, trabajaba solo y mi casa fue una de sus primeras contrataciones.
Lo primero que noté de él fue su cuerpo musculoso, alto y bronceado, me gustaba observarlo cuando se quitaba la camisa y su cuerpo brillaba por el sudor, sin poder evitarlo me vi siguiéndolo como una mosca, Minho se molestaba cuando aparecía frente a él interrumpiendo su trabajo, se comportaba como todo un cavernícola conmigo, no parecía importarle que fuera hijo de quienes le pagaban por su trabajo, él simplemente trataba de alejarme de las maneras más groseras, pero nada surtía efecto conmigo, me dije que era una simple atracción, que era cuestión de tiempo para que dejara de interesarme, pero en vez de disminuir, mi atracción por él crecía con cada palabra de despreció que me dedicaba.
Un día en que comencé a preguntarle distintas cosas sobre su vida, Minho acabó por colmar su paciencia y me estampó contra una pared que daba a un cobertizo en nuestro gran jardín, me dijo que lo dejara en paz, que solo era un niñato mal criado que no respetaba a la gente, seguro creyó que me asustaría con eso, pero solo consiguió que mi interés por él aumentara hasta hacerme hacer lo que nunca creí que sería capaz, lo besé, más bien fue un roce de labios, y cuando creí que recibiría un golpe a cambio, obtuve mi primer beso con lengua de otro hombre!!! Resultó que él si se sentía atraído por mí, pero al parecer aparento bastante menos años de los que tengo y él pensó que tenía unos 15, y por un tiempo se creyó un pervertido al sentir atracción por mí….ok, a veces aún bromea con eso y dice que cualquier día llegará la policía a buscarlo por pedófilo…pero ya soy un adulto aunque a él le cueste aceptarlo!
Obviamente los inicios de nuestro amor fueron difíciles, en primer lugar porque Minho no se atrevía a estar junto a mí y me hizo pasar por mierdas que prefiero no recordar, y en segundo lugar porque sabíamos que mis padres nunca lo permitirían. Pasamos más de un año entre idas y venidas, aún recuerdo el día en que las cosas cambiaron radicalmente, sólo fueron unas palabras, pero sirvieron para mandar todo al demonio.
- No sé lo qué me hiciste mocoso, pero estoy enamorado de ti, te amo como no pensé que se pudiera amar.
Ya de eso son más de dos años, llevamos viviendo juntos exactamente 27 meses, no es que me guste llevar la cuenta ni nada eso, claro que no…
Luego de nuestra reconciliación, nos dirigimos al cuarto de baño para darnos una ducha, Minho aun llevaba la ropa de trabajo, y yo las prendas que había usado durante todo el día.
- Mocoso, hoy me diste un susto de muerte…así que mereces un castigo…- Dijo mientras desabotonaba mi camisa y me ayuda a desnudarme para darnos una ducha juntos.
- Minho no necesitamos nada de esto... es muy tarde -Jadeé
- Lo sé…pero así es más entretenido.
Una gran sonrisa se instaló en mi rostro, ya que sé a lo que quiere llegar, conozco muy bien todas sus expresiones y la que tiene en este preciso instante es una caliente como el infierno. Cuando terminó de desvestirme, desabroché el pantalón que llevaba y le ayudé a quitárselo, es probable que nunca me canse de la imagen de Minho desnudo, es adictiva y provoca que de inmediato me ponga duro como una roca. Recuerdo que mis amigos del instituto me preguntaban cómo podía estar con alguien tan violento y tosco como Minho…ayyy si ellos vieran lo que yo veo cuando estoy junto a él no dirían estupideces!!
Ya desnudos, nos metimos en la ducha, abrí la llave del agua y antes de lograr hacer cualquier cosa, Minho llevó sus manos a mi culo y me levantó haciéndome enredar las piernas en sus caderas, con brusquedad me estampó contra la pared de la ducha, dejé escapar un jadeo por el golpe y él aprovechó para besarme metiendo su lengua casi hasta mi garganta. Me afirmé de sus hombros y respondí a su beso con intensidad, mordí sus labios y enredé la lengua con la suya mientras trataba de mover mis caderas para chocar nuestras erecciones.
- Voy a entrar ahora. — Susurró.
- Sí.
No habían juegos previos, preparación, ni tiempo para acostumbrarme, era solo sexo duro, necesitado y sin romanticismos, estábamos follando, no haciendo el amor y eso me encantaba, no siempre lo hacíamos así, pero cuando ocurría me volvía loco.
- Joder mocoso…estás tan apretado. — Susurró entre jadeos mientras su pene se enterraba deliciosamente en mi cuerpo.
Los movimientos eran certeros y precisos, Minho sabía moverse dentro de mí con maestría, estocada tras estocada dio rápidamente en mi próstata logrando sacarme gemidos ahogados de placer. Enredé mis dedos en sus cabellos y tiré con fuerza haciendo que su cabeza se incline hacia atrás, en esa posición nos observamos unos segundos sin detener los movimientos intensos hasta que no soporté su mirada ardiente y ataqué sus labios con un beso hambriento que le trasmitía todo lo que provoca en mí.
- Más rápido, más…
Estaba al borde de la liberación, así que me sujeté firmemente de sus hombros y enterré la cara en su cuello dejando a mi paso mordidas y lametones que seguramente le dejarían marca…marcas que procuraba hacerle bien seguido para ahuyentar a todas esas zorras que solo lo contratan para verlo medio desnudo en sus jardines!!!
- Te sientes tan jodidamente bien mocoso.
Mi semilla salió disparada y se desparramó en nuestros abdómenes, Minho siguió moviéndose y a los pocos minutos sentí su líquido caliente vertiéndose en mi interior y llenándome una vez más.
- Oh Bebé, eso ha sido tan sexy. —Dije entre jadeos luego de recuperar algo de mi respiración.
- Contigo siempre es sexy mi mocoso malhumorado.
- No soy un mocoso, ni soy malhumorado. — Sé que no venía a cuento quejarme luego de que me había estado llamando así toda la noche, pero era algo que siempre hacíamos, yo le reclamaba por sus apodos y él por los míos.
- Y yo no soy un bebé, aunque eso bien lo sabes. — Respondió riendo.
Luego de eso, nos dimos un rápido baño y fuimos a la cama, ya era demasiado tarde y Minho debía salir sólo en un par de horas más a trabajar, por lo que nuevamente me sentí culpable por mantenerlo despierto aunque nuestra reconciliación haya sido tan maravillosa. Apenas estuvimos en la cama, lo atraje hasta mi pecho y él posó su cabeza sobre mí, rodeó con un brazo mi cintura y así nos quedamos dormidos en seguida, conscientes de que habíamos salido airosos de un nuevo contratiempo en nuestro camino, y también seguros como el infierno que aún teníamos muchos obstáculos que cruzar, tantos como los que ya habíamos vivido.