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Mi Desastre Favorito. por Daydream duet

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Notas del fanfic:

Bien, este fic nacio como un one shot por lo que esta marcado como terminado aunque depende la reaccion de los lectores y que tanto les llame la atencion esta historia o cuanto lleguen a queres a sus protagonistas estamos an aras de seguir escribiendo de ellos.

La dinamica sera facil, cada vez que un cap llegue entre 5 a 10 Reviews otro capitulo sobre la paregita sera posteado, esto no sera una historia lineal por lo que los capitulos unicmente contaran algunas de las chocoaventuras que viven estos 2 chicos.

Esperando que les guste y quieran saber mas de la historia, podemos o no leernos otra vez.

Notas del capitulo:

Holi... una historia que nacio de una noche de insomnio jejeje,

la pereja me gusta y espero que llegue a gustarles a ustedes tmbien, las notas del fic lo dicen todo asi que sin mas les dejo leer.

JIN.

 

 

 

 

 

Entre en la casa y lo primero que note fueron los gritos y el sonido de algo al estrellarse, y yo que creía que mi día no podía ser más duro, suspire resignado y me ase la mano alborotándome los cabellos en un intento por prepararme para lo que vendría.

Atravesé con cuidado el pasillo observando atento la sala, el comedor y la cocina peor todo se encontraba en orden, subí las escaleras y entonces lo vi, con un enorme desastre a sus pies, en medio del pasillo tomándose la mano y maldiciendo ahora en voz más baja.

-¿Debo asustarme, callarme, fingir demencia o llamar a la policía?

Sam se giro en mi dirección sorprendido completamente.

-Hola Víctor, me has asustado.-  

-No lo he notado!- el sarcasmo siempre había sido una parte de mi.

-aish! es tu culpa.- estaba claramente enojado… no pude reprimir que una media sonrisa se me formara en los  labios… faltaba poco para que iniciara con una de sus típicas rabietas.

-a ¿sí? Y ¿ahora que hice?

-Casarte conmigo- hiso un puchero extremadamente irresistible, su respuesta me descoloco bastante pero con sus mejillas infladas y  su labio inferior pronunciándose más de lo normal no podía concentrarme en otra cosa que en apoderarme de esa roja y deliciosa boca.

Camine hasta reducir por completo la distancia entre nosotros, pide un par de vidrios que cedieron ante mi peso, tome con delicadez su mejilla y acerque mis labios a los suyos con un poco de cuidado pues cuando Sam estaba en medio de un berrinche jamás podía estar seguro de cómo reaccionaría y estaba en un ligero riesgo de ser golpeado pero aunque al inicio encontré un poco de resistencia poco a poco se fue entregando al beso.

Cuando una de sus manos se aferro a mi brazo supe que no había ya ningún peligro, con mi brazo libre rodee su cintura y lo apegue lo más posible a mí, mi mano en su mejilla paso a su cuello mientras intensificaba el beso lamiendo un poco sus labios en busca de entrada, no me la negó, sentí sus dedos clavándose en mi bíceps y su cuerpo restregarse contra el mío.

-amor… me estas provocando.- LE dije al separarnos por falta de oxigeno, mi mano un en su cuello no le permitía alejarse demasiado y su cara estaba tan solo a centímetros de la mía.

-Tú fuiste quien me ha besado.- El nunca tenía la culpa de nada… no importa que siempre encontraba la manera de culparme a mí pero la parte de la discusión era mi favorita.

-Tú has puesto un puchero irresistible, es tu culpa.

-Tú me has asustado y estoy estresado por tu culpa.

-Y hablando de eso…- Lo libere de mis agarres y me separe apenas un paso de él para observarlo y al desastre en el pasillo. – ¿Que ha pasado? ¿Por qué hay vidrios? y ¿qué exactamente es el líquido que pisamos? Además ¿por qué es esto mi culpa?

-bien ha… es que… cielos, yo solo quería… porque tu siempre… y…- se había puesto rojito y me sorprendí bastante al ver sus hermosos ojos marrones aguándose, si algo no soportaba era verlo llorar.-  y ahora todo es un desastre y para colmo mi mano.- Cuando Sam menciono su mano sus ojos pasaron a segundo plano y es que el pocas veces se quejaba directamente de algo y que lo hiciera me alerto.

 

Tome sus dos manos entre la mías y entonces la vi, su mano derecha tenía un corte bastante largo atravesando la palma y sangrando demasiado, creo que debía de verme demasiado asustado porqué Sam hablo para tranquilizarme. –No es tan profunda.

-Pero ¿cómo? … sabes, no importa lo primero es arreglar esto.- Parecía querer decir algo pero se quedo callado y yo solo pude arrastrarlo al baño donde se encontraba el botiquín, entre y lo senté sobre la tasa mientras buscaba tras el espejo hasta encontrar el desgraciado botiquín.

 

Lo encontré poco después, lo abrí sobre el lavabo revolviéndolo completo hasta dar con la botella de desinfectante, la tome y abrí y me gire hacia Sam que me observaba expectante, al ver la botella en mi mano escondió la suya tras la espalda… -No quiero, ardera.- A veces podía ser demasiado infantil.

-No te seguiré el juego respecto a esto.- Dije mientras hacía fuerza por hacerme con su mano hasta conseguirla.

 Cuando tuve su mano a mi disposición aferre su muñeca para evitar que la quitara y simplemente deje caer chorros en su mano hasta que el desinfectante se llevo toda la sangre, poco me importaba el suelo empapado, observe el rostro de Sam y este se contraía por el ardor que seguro debía estar sintiendo, chorree un poco mas de desinfectante sobre la herida, mi mano seguía en su muñeca con fuerza pero de manera delicada.

Le solté solo para buscar un par de gasas u una venda, me puse de canclillas frente a él y el extendí una de mis manos, el puso su mano herida en ella y después de acomodar las gazas comencé a vendarle cuidadosamente.

-Soy tan irresistible?- Aunque estuviera concentrado en mi tarea podía notar su mirada atenta en mi.

-Quizás… 

-¿Ocurre algo?

-Me pregunto porque siempre me tratas como un niño.

-¿Qué no lo eres?

Solo puso una mueca al no tener nada que decir, aunque cuando abrió la boca supe que había cantado victoria demasiado pronto – Tengo 27.

-Señores y señoras Samuel K. Rogers edad 27 años, edad mental 14 tal vez 7.- Dije fingiendo sostener un micrófono y ver a una audiencia inexistente en la ducha.

-Idiota.- Se levanto y me golpeo el abdomen olvidando que el brazo con el que me había atacado no era otro que el lastimado. Lo vi encogerse por el dolor y aferro su mano vendada al pecho y cubrirla con la otra como protegiéndola antes de encararme con un adorable puchero. –Cualquier doctor me habría dado cuando menos un dulce.

-Y dices que no eres un niño.- Frunció el seño pero no parecía querer ceder a que le diera una recompensa por ser un buen  paciente. – Bien, no tengo dulces pero puedo darte algo que te gustara…-

-A ¿sí? Pues soy muy exigente así que… - No lo deje terminar y me apodere de sus labios, al inicio se sorprendió pero rápidamente comenzó a acoplarse a mis movimientos, tome sus manos quitándolas de entre nuestros cuerpos, pasando la sana a mi cuello y manteniendo la otra entre mi mano para que no volviera a lastimarse, mi brazo libre lo sujeto por la cintura y lo pegue lo más posible a mi cuerpo.

DE un momento a otro me encontraba yo sentado sobre la taza con él a ahorcadas sobre mí, con su trasero restregándose insistentemente contra mi miembro que ya comenzaba a ponerse muy animado, mis manos recorrían cuanto podían y se paseaban por ese fascinante cuerpo que tanto me volvía loco.

Mi mano se coló bajo su polera y al sentir su piel caliente contra mis yemas una oleada de placer me recorrió entero, no me caracterizo por ser la persona más paciente del mundo por lo que con desesperación se la quite para poder deleitarme con esa piel bronceada, sus pectorales firmes y el abdomen apenas y un poco marcado.

Me di mi tiempo para observarlo, teníamos 6 años de relación y 1 de estar oficialmente casados y no me cansaba de verlo, comienzo a creer que jamás lo hare, delinee sus músculos con mis dedos y lleve la yema de mi dedo índice en un recorrido desde su obligo, a través de si abdomen, por su pecho y cuello hasta delinear su mandíbula y rosar sus esponjosos labios hasta que Sam atrapo la punta de mi dedo entre sus dientes con delicadeza y comenzó a lamer y chupar mi dedo como si de una chúpatela se tratara.

 -Oh bonito… me estas provocando.

-Esa era la intención.

- Tú lo has pedido.- aleje mi mano de esa maravillosa boca, rodee con sus manos mi cuello y agarre firmemente del trasero para ponerme de pie mientras Sam rodeaba mi cintura con sus piernas, abrí como puede la puerta y comencé a caminar hacia nuestra habitación cuidando al pisar el desastre que seguía en el pasillo y rogándole  Dios paciencia para aguantar a llegar a la cama ya que los besos y chupetones que mi bello pelinegro me daba me estaban quitando la cordura de a poco.

Entre en nuestra habitación apenas y emparejando la puerta con un empujón de cadera y la verdad con muy poca delicadeza lo arroje a la cama y ante un sam apoyado sobre sus codos observándome expectante comencé desasiéndome de mi sudadera, luego la playera, desabroche el cinturón y después el botón del pantalón, mire a Sam y se relamía los labios a la expectativa, era mi  turno de torturarle un poco.

Me detuve ahí con el cinto y el botón del cinturón abiertos, con mis pulgares bajo el pantalón haciendo fuerza para que de a poco fuese cediendo el cierre, Sam me observaba cada vez mas impasiente, el lo quería tanto como yo, solo con los pulgares me deshice de a poco de los pantalones quedando solo en bóxers dspues de solo con los pies deshacerme de los tenis y calcetines, me quede ahí viéndole chuparse los labios y devorarme con la mirada.

-Planeas quedarte ahí? No me molesta observarte de esa manera pero estaría mejor si te movieras.

-Tú aun llevas ropa.

-Si eso te molesta deshazte de ella.

-No lo hare…- Por un momento la incredulidad surco su cara pero un segundo después había cambiado su actitud radicalmente envolviéndome en uno de esos juegos que tanto nos gustaban.

-Oh ¿no?- Sus ojos me retaban mientras sus mejillas se hinchaban en un puchero. –Pero, es que… duele.- Dijo mostrándome su mano vendada. –y aquí también. – Dijo señalando con ella el bulto prominente en sus pantalones.

Tan solo negué con la cabeza divertido por su impresionante actuación de niño pequeño, me vivía loco pero no quería ceder tan fácilmente, al notar mi reticencia cambio de estrategia acostándose por completo sobre la cama, con l brazo de la mano dañada tapándole los ojos mientras con la otra de manera lenta y torpe intentaba desabotonar su pantalón hasta conseguirlo mientras algunos sollozos que más bien parecían pequeños gemidos escapaban de sus labios.

Estaba aplicando la misma estrategia que yo, haciéndolo todo lento pero no iba a perder aquel juego, mi orgullo era mayor que mi impaciencia hasta que vi que se detuvo por completo cuando el zíper quedo completamente abierto y el pantalón a medio camino de su trasero, los sollozos se transformaron en verdaderos gemidos cuando su mano se coló bajo su bóxer negro y recorría su extensión con parsimonia… no podía saber exactamente que estaba tramando porque su brazo sequia cubriendo la mayor parte de su cara pero mi miembro dio un brinco de placer por la escena ante mis ojos.

Ver a mi hermoso modelo tirado en la cama, semi-vestido, con una mano tapando sus ojos, con su boca jadeante entreabiertas, su espalda arqueándose y su otra mano perdiéndose bajo su ropa con las piernas dobladas t separadas rompió todo autocontrol que hubiera querido aparentar, quería ser yo quien provocara esos jadeos en él, quería ser yo quien le tocara y quería que fuera a mí a quien suplicara por mas.

Me abalance a la cama quedando sobre él, con una mano a cada lado de su cabeza y con mis piernas a lado de sus caderas, pero él no se movió, seguía cubriendo sus rostros y complaciéndose a si mismo, en un movimiento un tanto burro quite ambas manos de su tarea, obteniendo un quejido de disgusto por haber dejado su miembro sin atención y ganándome una mirada de superioridad y una sonrisa de complacencia al descubrir su rostro, no podía creer lo manipulable que resultaba en manos de aquel hombre, el solo alzo una de sus cejas mientras su mirada viajaba hacia sus pantalones a medio camino.

En menos de un minuto le había quitado los zapatos, el pantalón y la ropa interior y lo tenía completamente desnudo y a mi disposición, me lamí los labios antes de regresar a mi posición sobre él y comenzar a besarle con lujuria y pasión mientras mis manos le recorrían entero. Lo sentía estremecerse ante mi tacto, abandone su boca y comencé una serie de besos en su cuello, luego su clavícula, mordí un poco su manzana de Adán y baje a su pecho lamiendo, chupando y mordiendo uno de sus pezones mientras pellizcaba el otro, sabía que le gustaba la prueba estaba en sus manos que recorrían mi espalda y arañaban cada tanto, eso me encantaba.

Cuando sus pezones estuvieron duros sonreí con satisfacción para subir hasta la altura de su oído y susurrarle un “me encantas” justo antes de morderle el lóbulo, eso lo calentaba bastante rápido, lo hacía estremecerse y arquear la espalda, en su desesperación se aferro mas a mi espalda olvidándose por un minuto de su herida y provocando que el dolor en esta le recordara que seguía ahí, Lo bese en los labios, mordiéndole el inferior y después colando mi lengua en su boca iniciando una danza de la que no me podía cansar.

Cuando termine el beso extrañe su suave toque en mi espalda y aspero raspar de las vendas contra mi piel, le vi a los ojos un momento, undiendome en ese color marron que se aclarava conforme se acercaba a las pupilas y luego repare en sus manos soble su cabeza, intentando deshacerse del vendaje que levaba.

Con una de mis manos hice apoyo para no aplastarlo y elevarme unos centímetros sobre él mientras la otra detenia las suyas. –Qué haces?

-Me desespera no poder sentirte como quiero.

-Te haras daño.

-Me hace daño no sentirte.

-No seas remilgoso, no aprobare esto, terminaras empeorando el dolor.

-Lo bueno es que ya soy mayor.- Se safo de mi agarre y comenzó a desenredar la venda.

Me incorpore quedando apoyado sobre mis piernas y rodillas y aferre sus muñeas. –plan B… “como educar a un niño insolente, si las palabras no sirven, viene el castigo.- Sam frunció el seño, odiaba que le dijera niño pero su mirada me retaba en una idea errónea d elo que seria ese castigo.

Tome sus dos muñeas con una sola mano mientras colaba la parte desenrrollada d la venda a travez de los barrotes de la cabecera y luego de asegurarla ahí enrrollava el extremo libre en su otra muñeca creando un nudo digno d ser admirado por un buen secuestrador. Sam estiro y lucho por zafarse sin obtener resultados hasta rendirse y mirarme furico por lo que había hecho. –Es un castigo bebe.

En verdad se había molestado porque incluso me volteo la cara, no importaba sabía bien como en contentarlo, volvía a mi tarea de besarle cuanta extensión de piel podía, mordí su lóbulo, descendí con lengüetazos y chupetones por su cuello y hasta llegar a su ombligo donde simule pequeñas embestidas antes de acercarme peligrosamente a su miembro, cuando mi aliento roso la punta pude escucharle un jadeo de sorpresa y anticipación, me encantaba.

Le bese en la punta antes de engullirlo de una buena vez, ahueque mis mejillas para que cupiera lo más posible y comencé con vaivén que fue recompensado con gemidos y suplicas por mas… y ¿Quién era yo para hacerme del rogar? Aumente la velocidad mientras mi lengua lo recorría todo, luego me daba el tiempo de morder un poco la punta y volver a chupar.

 

-Vic… Víctor… me voy… voy a mgh!-  detuve mi tarea, no quería que terminara aún.

Me estire hasta alcanzar la mesita de noche y conseguir del cajón un lubricante, ese cajón estaba repleto de ellos, durazno es el que termino en mi mano, yo me encontraba tan duro que no iba a ponerme a elegir uno en ese momento, durazno estaba bien, agite la botella frente a sus ojos y Sam me sonrió con picardía mientras se alzaba sobre sus piernas dejando su trasero a mi completa disposición, bañe mis dedos en el viscoso liquido y uno a uno los introduje hasta tener 3 dígitos dentro de él y sus caderas moviéndose en busca de mas contacto.

Volví a llenar mi mano de lubricante pero esta vez lo aplique sobre mi propio miembro y sin poder postergar el momento por más tiempo entre de una sola estocada, Sam se removió un poco incomodo, había entrado como un completo burro pero el sentirme tan deliciosamente apretado por sus paredes me convertía en uno.

Tuve que reprimirme y conformarle con besarle más que para calmar su dolor era para distraer a mi ansiedad, cuando sus caderas se movieron en busca de más para mí fue el paraíso poderme mover, envestidas lentas y fuertes, me concentre en buscar su punto G y supe que lo había encontrado cuando se aqueo y una expresión de puro placer afloro desde sus garganta, amaba a Sam más que a nada.

La temperatura había alcanzado niveles asfixiantes y nuestros cuerpos se encontraban ya perlados por el sudor mientras yo seguía entrando y saliendo de su interior.

-Vic.. mght … Víctor.. Quiero… quiero tocarte, suéltame por favor.- Yo también lo deseaba pero era su castigo y tenerlo revolviéndose en placer y frustración completamente sometido a mí me gustaba bastante… ¿por qué no habíamos intentado esto antes? Definitivamente tenía que hacerme con unas esposas para la posteridad.

-No bonito, has sido un niño desobediente y ese es tu castigo.- Me hizo un puchero que no resisti besar y el muy … enojado niño mimado se aprobecho para morderme abriéndome el labio, no de una manera brutal pero si un poco dolorosa aunque bastante exidante… en verdad que empezaba a considerar la idea del sado, volví a besarle y cambie el ritmo de mis embestidas por unas mas rápidas y profundas mientras una de mis manos le masturbaba porque quería que terminásemos juntos, mi orgasmo llego pocos minutos después y después de un par de subir y bajar de mi mano Sam se corrió en ella y sobre su abdomen.

Aquello había sido simplemente fantástico, no sé si por el morbo de las pequeñas cosas nuevas o simplemente por el hecho de ser el hombre de mi vida pero simplemente había sido excepcional, espere a que regularizaran un poco nuestras respiraciones y con cuidado Sali de él, depositando un casto beso sobre su frente me acerque a la cabecera y comencé a desatarle.

Cuando estuvo libre lo primero que hizo fue golpearme en el estomago y después de un romántico “imbécil” de su parte me beso en los labios, nada como lo anterior, simplemente un beso tranquilo, lento, cargado de amor y el mismo con el que se había hecho una tradición terminar el sexo como si de un sello personal se tratara.

Me acomode como pude sobre la cama, con la cabeza y el cuello ligeramente elevados por las almohadas y sin romper el beso deje a Sam con medio cuerpo sobre mí y le acariciaba la espalda desde ese largo y sensual cuello hasta ese redondo trasero que me llevaba al paraíso.

-¿Estás bien?-  pregunte viéndolo a los ojos con una mano en esas redonditas mejillas y otra en la mano con el corte.

-Sí, lo estoy.

-Te amo.

-Y yo a ti.- Me dio un corto beso antes de acorrucarse en mi pecho, podía sentir su aliento chocar contra mi piel mientras sus dedos dibujaban figuras invivibles desde mi clavícula hasta mi abdomen.

Cerré los ojos respirando profundamente para disfrutar mas del momento, cuando los abrí observe como Sam bostezaba mientras se acomodaba un poco antes de quedarse dormido, pero antes de eso, yo seguía teniendo una duda demasiado grande y no podía esperar hasta mañana.

Tome su mano lastimada mientras le acomodaba el vendaje y entonces me atreví a preguntar algo que en verdad taladraba mi curiosidad. –y… ¿Ahora me dirás como es que termino tu mano así y el pasillo como si hubiera asado un huracán?- Había formulado mi pregunta en voz baja pues no sabía si Sam ya se encontraría dormido pero todo rastro de sueño se vio esfumado cuando se levanto de golpe con las mejillas encendidas y los ojos muy abiertos por.. ¿La sorpresa?

-Yo esto… ¿se soltó el demonio de Tasmania?

-Pero si tú siempre has andado suelto.

-Idiota.- Me golpeo con el puño sano y yo aproveche para tomarle por la barbilla y robarle un beso.

-Dime.

-Aish… es que tu… y yo quería que… y…- Con cada palabra atropellada que salía de su boca su cara enrojecía un poco mas hasta alcanzar niveles inhumanos. –Por tu cumpleaños y todo termino así, regresaste temprano y ahora…- Se oculto el rostro tras sus manos y se apega a mi pecho impidiéndome verle y terminar de entender lo que decía.

-Espera.. ¿Mi cumpleaños? 

-Si yo…- Se descubrió el rostro, quedo con sus ojos a la altura de los míos y con su vista fija y mirada de cachorro apenas y susurro. –Feliz cumpleaños Víctor.

Quede completamente descolocado por sus palabras ero no pude decir nada porque un ardiente beso mantuvo ocupados mis labios, lo tome por el cuello para que no se separara y termine rodando sobre la cama hasta tenerlo a él de espaldas contra esta y aprisionado por mi cuerpo, lo vi a los ojos y no pude reprimir una sonrisa maliciosa. –Asi que todo el desastre es culpa de mi cupleaños?- el solo asintió frenéticamente con la cabeza sin quitar sus ojos de los mios. –Entonces que exactamente hacias.

-Yo buscaba hacer algo bonito y bueno pues crei que una idea cliché no estaría mal, busque velas, flores y una botella de champan pero cuando estaba suviendo medio tropese y las velas y la botella calleron, la botella se quebró derramando todo y cuando vi el cuchillo callendo el instinto y mis reflejos me llevaron a tratar de tomarlo y termine consiguiendo esto.- Me mostro la palma con el corte ocult tras la venda.

-Por que llevavas un cuchillo?- Era la cuestión que me parecía mas extraña de todo aquello.

-Yo… espera, en verdad no lo sé.

Seras tonto- No pude suprimir mas la risotada que llevaba queriendo salir desde que me dijo sus planes.

-QUE.. Por que te ries?- La confucion estaba claramente plasmada en su rostro y me miraba con el seño fruncido, estiro mi mano hasta dejarla tras su cabeza ay atraerlo hacia mi para depositar un tierno beso sobre su frente.

-Mi cumpleaños es hasta la próxima semana?

-QUEEEEee?

Sus reacciones exageradas siempre terminaban divirtiéndome, salto d la cama hasta dar con el calendario y comprobar lo que yo le decía, se volvió hacia mi enfurecido, estoy seguro mas con el mismo que conmigo y no podía perderme el placer de avivar su enojo un poco más. –Aunque este ha sido un buen pre cumpleaños.

Se arrojo hacia mí dispuesto a matarme, pero lo teme en el aire, lo deje en la cama antes de atacarle con cosquillas hasta hacerlo rendir, volver a besarnos y comenzar un segundo round de una maravillosa noche.

-Soy un desastre…- Se revolvía el cabello, culpándose por sus descuidos.

-Si… pero eres mi desastre favorito.

 

 

-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

espero que les alla gustado, de ser asi y si quieren saber mas sobre estos chicos busquemos llegar a los 10 rvw, ok sin ser tan ambiciosa me conformo con 5.

Notaron que no describi a Victor? y que tampoco sabemos nada de el? bien fue a proposito jeje si quieres saber las respuestas serian en el siguiente cap.. si llega a haber...

espero que no sea la unica vez que nos leamos,

y bueno cualquier comentario amare Leerlo y resolver sus dudas o solo darles mis saludos.

Hasta la proxima? o.O

Jin.


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