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El diario de Luhan: Oh SeHun. por BlowYourSpeakersOut

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Notas del fanfic:

Es mi primer one shot, espero que lo disfruten mucho.

 

21 de agosto.

Las clases comenzaron luego de la bienvenida por el director en el patio, el cual era enorme por cierto, no conocía a nadie más que a mi mejor amigo, Minseok, prometimos no separarnos luego de salir del jardín de niños y aquí estábamos, diez años después, a punto de cumplir los dieciséis. Ambos portando el mismo uniforme pero en diferente talla. Chaleco azul marino a cuadros blancos, camisa blanca de manga larga y un pantalón azul oscuro. Pensaba en llevar mis tenis blancos, algo desgastados, la primera vez que los usé se veían elegantes, pero mamá insistió en que llevara los zapatos negros que mi padre eligió para que usara exclusivamente en clases. Nunca olvidaré ese primer día, cuando mis ojos se cruzaron con él, la manera en que me estremecí al chocar con su cuerpo.

Primer día de clases.

Daban las 7:20am, todos los alumnos esparcidos por el patio, Minseok estaba al lado de Luhan platicando lo nerviosos que se encontraban. Por los altavoces anunciaron la entrada a clases.

Primer año grupo 2, Aula 8.

Buscaron con la mirada el número ocho en alguna de las puertas, el segundo piso de uno de los tres edificios, genial. Tenían suerte de estar en el mismo salón, el destino no dejaría que su amistad acabara al parecer. Caminaban entre risas recordando sus primeros días en cursos anteriores, ahora estaban en un nuevo colegio, Luhan sacó su móvil con la intención de sacar una foto de ambos, Minseok estaba subiendo las escaleras creyendo que su amigo iba detrás de él. Cuando Luhan quiso correr detrás de Minseok para alcanzarlo, antes de pisar el primer escalón, chocó con un chico alto, por suerte el otro joven hizo una maniobra y tomó el móvil a tiempo o estaría hecho pedazos. Luhan subió la mirada, se había golpeado con un hombro de ese grandulon, iba a reclamarle que se fijara pero sus ojos se perdieron en la mirada ajena.

—   Lo lamento, ¿estás bien? — Habló el mayor dedicándole una sonrisa de disculpa.

—   ¿Eh? Si, si. — Luhan sacudió la cabeza y le sonrió de vuelta, sonrojándose.

—   Se me hizo algo tarde pero veo que correr no quitará mi retardo. — Hizo una mueca tratando de reír. — Soy el profesor Oh.

—   ¿Eres profesor? — Interrogó Luhan creyendo que era una broma, si, de esas que le hacían a los nuevos, pero bajó la mirada a sus prendas, no tenía el uniforme, usaba una corbata negra de rayas, camisa negra de manga larga. Mierda, esos brazos. Y un pantalón que combinaba con unos zapatos limpios y notablemente nuevos, justo como los suyos.

—   Sí, es un gusto. Soy nuevo. — Le informó devolviéndole el móvil. Una corriente eléctrica recorrió el cuerpo de Luhan al tocar su mano, quitó la suya rápido y subieron por las escaleras. — Bueno, fue un placer conocerte… uhmm ¿Eres?

—   Oh ¡Sí! Soy Lu Han. — Hizo una venia apenado, notó que Minseok lo miraba, estaba en la puerta del aula que se suponía era la de sus clases.

—   No te quito mas el tiempo. Suerte. — Respondió caminando al aula donde serían las clases de Luhan. No puede ser ¡Es mi profesor!, pensó el rubio.

 

—   Vaya ¡Ya me quieres cambiar! — Se quejó Minseok caminando hacia él. — Al parecer a alguien se le olvidó traer uniforme. — Se burló de su profesor.

 

—   Es el profesor, tonto. — Rodó los ojos y le dio un zape.

 

—   ¿Qué? No me jodas, a lo mucho tendrá veinticinco. — Lo miró sorprendido.

 

—   Hay que entrar ya. — Se quejó Luhan entre risas concordando con su amigo.

Luhan jaló a su amigo dentro del aula, quedaban un par de asientos junto a la ventana, uno detrás del otro. Ahí se acomodaron, el profesor le sonrió a Luhan al verlo entrar y éste enrojeció sus mejillas por segunda vez en el día y a causa de la misma persona.

—   Buenos días, soy el profesor Oh Se Hun, tengo veintitrés años, es la primera vez que doy clases en la ciudad, anteriormente daba clases en una zona rural para jóvenes de escasos recursos, durante seis meses estuve ahí. Impartiré la materia de literatura los lunes, miércoles y viernes.

 

En cuanto dijo su edad, Luhan, que estaba una banca delante de Minseok, volteó, el segundo en mención sonrió a su amigo y soltaron una risa cómplice.

Algunas chicas susurraban lo guapo y joven que era y ¿cómo no hacerlo? El profesor estaba como quería. Luhan mordió sus labios al verlo de espaldas.

Empezaron presentándose todos, típico en un primer día, luego de ello les hizo redactar en una hoja alguna anécdota de lo que les gustara para que así él tuviera el control de qué tan buena era su ortografía y redacción.

23 de agosto.

¡Hoy lo volví a ver! ¡Qué emoción! Me encanta, todo en él es perfecto, es joven, guapo, inteligente y tiene buen trato con todos. Me fascinaría que me diera un trato especial jaja. Dios, quisiera dormirme en sus brazos, el pantalón que llevó hoy era un pecado. No pude tener un día más hermoso, además, Minseok me regaló un brownie y lo que pasó luego fue mágico. Sus dedos son tan suaves.

Segunda clase de literatura.

Luhan apenas había desayunado medio licuado y una manzana. La señora Kim los llevó a la escuela ese día pues le quedaba de paso al centro comercial. Le entregó un par de brownies a Minseok, éste observó a Luhan con cara de antojo, ojalá las horas se pasaran rápido para poder devorarlo, su madre hacía postres excelentes.

El profesor Oh entró saludando muy sonriente, ese día no se le hizo tarde, el primer día tuvo el “perdón” del director pues las clases habían empezado tarde por la bienvenida, así que no importaba si había llegado veinte minutos después.

Esa mañana ya no iba tan formal como la primera, unos jeans y una camisa azul cielo de manga corta adornaban aquel cuerpo que estaba terminando de formarse.

Comenzó con una actividad donde todos participaban al leer, Sehun debía asegurarse de estar en un grupo donde sus alumnos tuvieran una lectura decente.

Luhan sacó de su mochila, que tenía sobre las piernas, el brownie, Minseok soltó una risita por detrás observándolo, delante de Luhan había una chica, seguro el profesor no lo vería, dio una mordida a su postre, amando más a la madre de su mejor amigo por preparar cosas como esas. Ya había pasado su turno de leer de todas formas así que dudaba de que lo interrumpieran.

Dio un segundo mordisco, Sehun se levantó del escritorio y comenzó a pasearse por el salón, el rubio guardó su brownie, asustado de que lo haya visto. Durante la clase se dedicó a poner más atención pues se había perdido una parte de la lectura. Al terminar la hora, se levantó dispuesto a ir a las bancas con Minseok en lo que su otro profesor llegaba, cuando Sehun se le acercó.

—   A la próxima asegúrate limpiarte luego de comer. — Pasó su pulgar por los labios del menor y soltó una risa negando por la travesura de su alumno.

El menor se quedó helado al tener ese contacto con su profesor, otro sonrojo, maldita sea, gritó dentro de sí. Sehun salió del aula y Minseok estalló en risas por la reacción de su amigo.

25 de agosto.

¡Mierda! ¿Acaso cada vez que lo veo pasaré por algún ridículo? O se me cae el móvil o mi boca está manchada de chocolate por culpa de los exquisitos postres de la señora Kim. Lo de hoy fue el colmo, el profesor debe verme como un pervertido. Espero que no me reporte y es si así, escaparé de la ciudad y los únicos testigos de lo que pasó son Minseok y tú, mi amado diario.

Viernes, tercera clase de literatura.

Al fin el último día de la semana, la mayoría de los alumnos ya querían salir y eso que era su primera semana. Si por Luhan fuera, la semana duraría un mes y no se cansaría de ver a ese dios que tenía por profesor. De perfil era demasiado sexy.

Sehun escribía en el pizarrón las actividades que harían ese día en lo que él se dedicaba a calificar los textos que les dejó de tarea la clase anterior.

Pidió que todos guardaran silencio y que no hicieran otras actividades o comieran — Eso más bien iba para un alumno en especial— durante clases.

El rubio se sentía aburrido, las actividades eran fáciles, Minseok y él hicieron equipo y terminaron mucho más rápido. No podían hablar y sabía que si sacaban el móvil era un castigo, no confiaba aún en la cara de ángel del profesor, sabía que por muy bueno que estuviera, tenía órdenes de quitarles los celulares si eso los interrumpía en clases.

Arrancó un papel de su libreta y escribió

“Papi Oh se ve muy sexy hoy ¿No lo crees?”

Se lo mandó a su amigo observando cada ciertos segundos al mayor de la clase.

“Ay Han, admito que es guapo pero llevas toda la semana hablando de él.”

“No jodas, el primer día estabas igual, está BUE-NI-SI-MO. Así yo si salgo del clóset.”

Tuvo que reprimir una carcajada por su propia ocurrencia.

“No te niego que sí, me gusta, pero no es para tanto, loco. Pobre de nuestro profesor. Si sigues mirándolo así creerá que eres un acosador sexual.”

Minseok, siempre tan tranquilo y a su lado tenía a un pervertido de primera.

“Mira ese culo, me encantaría nalguearlo algún día. Quisiera comérmelo a besos.”

Estaba por pasarle el papel a Minseok cuando una mano se la arrebató.

Oh por Dios, no.

¡Sehun le había quitado el papel! Luhan no pasó el ridículo de su vida frente a todos porque aquello fue rápido y sus compañeros estaban metidos en las actividades.

Sehun regresó a su escritorio y leyó la hoja, Luhan quería morirse. Minseok le tocó el hombro para preguntarle qué había escrito pero solo recibió un manotazo del rubio para que lo dejara en paz. No hubo expresión por parte del profesor Oh.

—   Bien, chicos, terminó la clase, nos vemos el lunes, no olviden traer sus actividades resueltas, disfruten su fin de semana.

Fue lo único que dijo luego de guardar la hoja en su maletín, aún faltaban diez minutos ¿Qué carajos?

Va a llevarme a la dirección, estoy perdido. Mamá y papá me matarán.

Luhan no sabía si quería llorar, correr y esconderse o qué pero se quedó en su asiento sin moverse, lo único que hacía era respirar. Pero nada pasó.

—   ¡Han! ¡Han! ¡Hazme caso, reacciona! — Lo sacudió su amigo desde atrás y decidió levantarse para pararse frente a él moviendo las manos para que saliera de su shock.

—   Trágame, tierra. — Dijo al fin, temblando, unas gotas de sudor humedecían su frente.

—   ¿Qué decía? El papel ¿Qué decía? — Minseok se sentía nervioso también, estaba metido en eso con Luhan.

—   Hablé de lo genial que sería besarlo y nalguear ese perfecto culo. — Le susurró luego de jalarlo de la camisa para que se acercara lo suficiente y oír lo que le dijo en voz baja.

27 de agosto.

Nunca había besado a un chico ¡Fue increíble! Si tan solo hubiera podido ver el rostro de ese chico, pero vaya, su culo era igual de fantástico que el del profesor Oh. Espero que mañana no nos regañe o exponga ante todos, Minseok me odiaría.

El único recuerdo que tengo de ésta noche es su teléfono ¿Le llamaré?

¿Será que él me ayude a curarme de la obsesión que tengo con Sehun?

 

Fiesta de los gemelos Kim, 8pm.

Jong In y Jong Dae cumplían veintitrés años, los primos de Minseok, con los que solían escaparse de fiesta desde los trece, gracias a ellos fue como entraron en un mundo gay, los dos mayores tenían pareja.

La fiesta sería en un antro muy conocido de la ciudad, toda la familia Kim cooperó para hacerles el festejo de sus vidas, el lugar no era muy barato para rentar.

La fiesta tenía temática, esos locos tenían cada ocurrencia, disfraces.

Jong Dae como Harry Potter y Jong In como David Bowie, recibían a todos.

Luhan llegó vestido como Sally Ragdoll y con maquillaje en el rostro que caracterizaba a la muñeca, a pesar de que quiso darle un toque masculino, lucía más femenino que ella, solo le faltaban “las tetas y vestido” como le dijo Jong Dae cuando entró el rubio, burlándose de lo pasivo que era. Luhan rodó los ojos y fue al encuentro con Minseok, eran los únicos menores ahí.

—   ¡Te ves muy bien! — Saludó Minseok disfrazado de Chucky.

—   Gracias y tú te ves… terrorífico. — Le habló Luhan al oído para que le escuchara bien, la música era alta.

—   ¿Quieres bailar o comer? — Sonrió el más pequeño.

—   Comer, muero de hambre, he pasado cuatro horas sin comida ¿Puedes creerlo?

Ambos rieron por eso y fueron a una de las mesas donde había botanas, ya había bastante gente en el lugar, no creían que fueran tan sociables. Comenzaron atacando los snacks y luego las bebidas excepto las alcohólicas, no querían hacer el ridículo y menos meter en problemas a los gemelos por tener a dos menores borrachos en un antro.

Ya casi se habían acabado la charola de cuatro divisiones que ofrecía varios tipos de aperitivos. Fueron al baño para platicar en un lugar donde no hubiera tanto ruido.

—   ¿Listo para mañana? — Ay, Minseok, tenías que tocar el tema. Pensó Luhan.

—   Ni me lo recuerdes, no quiero ir a clases. — Hizo una mueca suspirando.

—   Lo siento pero debes enfrentarlo ¿Crees que nos asesine, nos viole o algo? — Bromeó.

—   ¡Payaso! Si fuera así, en la salida de clases nos hubiera detenido. — Infló las mejillas cruzándose de brazos.

—   Ya, no te amargues, vamos a bailar para bajar toda la comida. — Le ofreció su amigo.

 

Regresaron y la pista de baile ya tenía gente, Yixing, el novio de Jong Dae, se acercó a ellos, le ofreció a Minseok bailar, iba con un joven que usaba una máscara de carnaval, con vestimenta casi de príncipe.

Ni siquiera los presentó, comenzaron a bailar. El tipo desconocido con Luhan y Minseok con el novio de su primo.

—   ¿Cómo se la están pasando? — Le preguntó Yixing al oído al menor.

—   Bien, gracias, las botanas son muy buenas. — Rió bajo por ser tan comelón.

—   Ya me alcanzaste, Minnie, mírate, creciste mucho. — Sonrió Yixing notando que estaban casi de la misma estatura.

—   Espero crecer un poco más. — Comentó orgulloso. — ¿Quién es ese?

—   Ah, es un amigo del colegio, recién regresó a la ciudad para trabajar. Hace años que no lo veía y creí que sería bueno invitarlo. — Volteó a verlo, sonriente. — Se nota que ya hizo un amigo.

Luhan bailaba con el chico, encantado, a juzgar por lo que su camisa pegada dejaba ver, estaba muy bueno. Solo lograba ver sus ojos y labios debido a la máscara. Esos ojos ya los había visto pero ¿Dónde?

El joven lo abrazaba por la cintura apegándolo a su cuerpo, se iban alejando de Minseok y Yixing. Era casi media noche, pasando por muchos ritmos, Luhan y el chico no se despegaban pero lo más extraño era que cada que Luhan le hablaba, el joven solo sonreía y asentía o negaba. No habló.

Sin darse cuenta estaban en la bodega de limpieza, encerrados, Luhan con la respiración agitada, el tipo le tocaba el culo sin pena y besaba el cuello del menor. Estaba sudando y jadeando, le fascinaba lo que le hacía. El rubio decidió hacer lo suyo, por primera vez exploró un cuerpo que no era el suyo, le acarició el miembro sobre el pantalón con descaro. El alto gruñó por ese hecho y se inclinó para cargar a Luhan, las piernas del menor le abrazaron la cintura. Unieron sus labios, comiéndose, disfrutándose, probándose. Su primer beso. Los labios del desconocido lo hechizaban, era como si hubiesen practicado antes y supieran como moverse las bocas una contra la otra, encajando cada que ladeaban el rostro.

Luhan quiso quitarle la máscara pero el alto se detuvo, bajó a Luhan y salió de la bodega. ¿Qué mierda? ¿Qué hice mal? Luhan se confundió por esa actitud.

—   Yixing, ¿has visto a tu amigo?

—   Oh, si, Luhan, tuvo que irse, se sintió mal. — Yixing se encogió de hombros, estaba sobre las piernas de Jong Dae, éste le susurró algo y rieron. — Lo haré.

—   ¿Qué? — Los observó Luhan de mala gana, sintiendo que se burlaban de él. Minseok le dio una palmada en la espalda para que se calmara.

—   Te daré su número. — Comentó Yixing extendiendo la mano.

—   De acuerdo. — Sonrió más tranquilo el rubio y le entregó el móvil.

—   ¿Cómo…? — Luhan negó, ni siquiera supo su nombre, él si se lo había dicho cuando empezaron a bailar. Se quedó callado para no hacer el ridículo, tanto tiempo juntos y no le dijo cómo se llamaba. Lo registró como “Mi príncipe”

 

28 de agosto.

Debí volverme loco ¿Las bebidas de ayer si tenían alcohol? No puede ser, son tan parecidos. Quizás ya estoy viendo al profesor Oh en todos lados. Debo sacarlo de mi mente como sea, apenas llevamos una semana de conocernos y tengo demasiada debilidad por él, agh. Nunca nadie me había hecho sentir así, como el profesor Oh y como el chico de la fiesta, no sé con quién me siento mejor. Hoy le llamaré al chico para salir con él, con ese misterioso desconocido nadie me impedirá salir. Soñé que en la fiesta se quitaba la máscara y detrás estaba Sehun.

Durante clases.

—   Buenos días, jóvenes — Já, como si él no lo fuera. — Espero hayan descansado en su fin de semana.

El mayor de todos saludó volviendo a vestir formal ¿Acaso todos los lunes iría así y las otras clases usaría prendas mas casuales?

En el transcurso de la hora, Luhan le cambió el lugar a Minseok, quería estar lo más atrás posible pero todos los lugares estaban ocupados. Logró concentrarse en sus actividades, cada que el profesor hablaba, el miraba el techo o sus manos, solo escuchaba su voz ¿Por cuánto tiempo estaría así? Seguro cuestión de días porque en cuanto volviera a encontrarse con el chico de la fiesta, se olvidaría de su profesor.

A la salida del colegio, Sehun hablaba con el director, Luhan los vio desde lejos pero no hubo temor como la semana anterior porque ambos reían. Sacó su móvil para llamar al número del joven misterioso, en esos momentos, Sehun sacó su teléfono y lo volvió a guardar. El buzón recibió a Luhan en su llamada y colgó.

29 de agosto.

Los martes no tengo clases con el profesor Oh, sin embargo, sentía la necesidad de hablarle, verlo a lo lejos no era suficiente, además presentía algo con respecto a lo de ayer, era una coincidencia lo del móvil y que se pareciera físicamente a él.

Al salir del colegio.

—   ¿Vienes a mi casa para lo del proyecto de biología? — Minseok mordía la punta de su chocolate.

—   Ajá, te veo allá a las cuatro ¿Está bien? — Le sonrió a su amigo, pasándole un pañuelo para que se limpiara, éste lo tomó y guardó en su bolsillo.

—   Sí, nos vemos. — Se acomodó la mochila y siguió devorando el chocolate, perdiéndose entre los demás jóvenes que salían.

Luhan buscó con la mirada a su guapo profesor, estaba saliendo de la cafetería con un vaso de café en la mano, en la otra llevaba su maletín, con esos lentes lucía jodidamente sexy. Notó como se sentó en una banca, quería caminar hacia él, todo el día estuvo pensando en qué pretexto inventarle para sacarle información sobre su vida. Quizás había sacado una mala conclusión con las coincidencias que existían entre él y el joven de la fiesta. Dejó el maletín a un lado y lo abrió, sacó un libro y comenzó a ojearlo, dejando entre sus piernas el café.

Luhan suspiró y se pasó la diestra por los cabellos, metió la zurda en el bolsillo y con los dedos de la derecha desbloqueó el teléfono. Entró a la agenda y en favoritos estaba el número de aquel desconocido, eligió la opción llamar.

Sehun se notaba atento a su lectura y se desconcentró con el sonido de su celular. Lo sacó de su bolsillo para ver de quién se trataba, no tenía registrado el número, era la segunda vez que lo llamaban, decidió contestar.

El rubio no podía creer aquello, se metió al baño para desde ahí espiar por la puerta, mantenía el teléfono al lado de su oreja.

—   Buenas tardes ¿Quién habla?

—   Ho-hola, guapo… — Contestó Luhan totalmente sorprendido. Era él, la misma voz, no creía que fuera otra coincidencia el que ambos estuvieran hablando al mismo tiempo. — Soy el chico de la fiesta… Luhan.

Por el otro lado se escuchó una respiración agitada, la llamada terminó, Sehun había colgado. Luhan lo observaba nervioso desde su escondite. Sehun le había mandado un texto disculpándose.

“Estoy ocupado, lamento no poder atenderte ahora, precioso. Quisiera verte.”

Un mes después.

Lunes, 2 de octubre.

Llevamos un más de un mes mandándonos textos pero no hemos vuelto a hablar. Quiero salir con él aunque cada que toco el tema me pone pretextos, que tiene trabajo, que sus padres y él saldrán, que irá a una comida familiar, ¿por qué le da tantas vueltas? ¿No quiere enfrentar que su alumno le gusta? Varias ocasiones me ha dicho que le parezco hermoso, hasta dos veces le he mandado fotos mías. Sin embargo él sigue sin decirme su nombre, pero yo lo sé, es Oh Se Hun. Debo encontrar la manera de vernos… tengo un plan en mente que hoy puse a andar.

Esa tarde en el parque.

—   ¿Estás seguro que vendrá? — Interrogó Lu Han a su mejor amigo, quien descansaba la cabeza sobre las piernas del rubio, estaban en una banca.

—   Sí, él nunca me cancela. — Le aseguró el castaño acostado a lo largo de la banca jugando con su móvil.

—   Minseok… — Comenzó, soltando un suspiro antes de decirle la verdad. — Tengo que decirte algo antes de que se lo diga a él

—   ¿Qué pasa? — Alzó la vista bloqueando su teléfono y lo dejó sobre su pecho.

—   No te pedí que citaras a Yixing para que nos ayude a conseguir identificaciones falsas… — Se sintió apenado por mentirle.

—   ¿Qué? ¿Entonces? Creí que querías entrar a antros luego de la fiesta de mis primos, parecías convencido.

—   Te contaré rápido, antes de que Yixing venga… — Minseok tomó su móvil y se incorporó para sentarse. — ¿Recuerdas que estuve con un amigo de él?

—   Ajá, el que se fue… ¿Por? — Ladeó el rostro con el ceño fruncido.

—   Dios, no vas a creerme… préstame tu teléfono, necesito hacer una llamada para que veas que no miento.

—   Está bien. — Respondió el castaño más que confundido y desbloqueó su móvil entregándoselo a su amigo.

Luhan tecleó el teléfono de Sehun, ya se lo había aprendido de memoria, al segundo toque contestó. Lo colocó en altavoz.

—   ¿Hola? — Pasaron algunos segundos. — ¿Quién es? — Luhan colgó.

—   ¿El profesor Oh? — Minseok lo miró extrañado. — ¿Qué pasa, Hannie?

—   El chico de la fiesta es Sehun, bueno, el profesor Oh ¡Nos besamos!

—   ¡¿Qué?! ¿Diste tu primer beso? ¿Cómo sabes qué es él?

—   Porque Yixing me dio el número, recuerda que JongDae se lo sugirió.

En esos momentos Yixing caminaba hacia ellos y agitó su mano a lo lejos.

—   Sehun el día de la fiesta no habló, solo asentía o sonreía, nos fuimos a la bodega de limpieza y ahí pasó todo, cuando quise quitarle la máscara se fue. Lo llamé una vez y desde ahí supe que era Sehun porque lo vi sacar su teléfono al mismo tiempo que yo llamaba, casualmente Sehun no contestó y mi llamada se fue a buzón. Hemos estado casi un mes hablando por mensajes pero él jamás menciona su nombre aunque bien sabe el mío.

El rubio dejó de hablar porque Yixing ya estaba a menos de dos metros de él, Minseok se quedó con la boca abierta y realmente sorprendido, no es que no le creyera a su amigo porque todo concordaba y tenía una prueba, la llamada, pero en verdad sonaba tan loco.

—   ¡Hola, chicos! — Sonrió Yixing tomando asiento al lado del castaño.

—   Yixing, hola. — Ladeó el rostro el primo de su novio.

—   ¿Cómo te va? — Le devolvió la sonrisa Luhan.

—   Muy bien, gracias. ¿Para qué me citaron? — Acomodó sus cabellos negros detrás de sus orejas y luego se inclinó hacia delante, apoyando su barbilla sobre una de sus manos que descansaba el codo sobre la rodilla siniestra.

—   Bueno… — No sabía cómo comenzar sin que Yixing sospechara que se inventaría parte de una historia con su amigo. — He estado saliendo con Sehun… — Empezó a hablar sintiéndose seguro, en parte era algo de verdad, aunque no salían, solo hablaban por mensajes. — y pensé que sería bueno que me ayudaras a hacerle una cita especial pero sin que sepa que yo estoy involucrado, que lo invites a una tarde de amigos.

—   ¿De verdad? ¡Vaya! Me da gusto que Sehun y tu estén teniendo algo ¿Una cita sorpresa? Suena perfecto. — Sonrió formándosele un par de hoyuelos.

Viernes, 6 de octubre.

Toda la semana el alumno enamoradizo estuvo planeando cada cosa que haría para convencer a Sehun de estar juntos, a pesar de que el alto no sospechara nada. Minseok había sorprendido en varias ocasiones a su profesor observando a su mejor amigo, Luhan se sonrojaba cada que el castaño le describía como los ojos del mayor brillaban al apreciar cada facción de su ser.

Yixing recibió un mensaje “Estoy listo, allá voy.” Era Luhan.

Esa mañana Sehun estaba con otro semblante, seguro era porque saldría de la ciudad, a un viaje con uno de sus mejores amigos, Yixing, con el cual durante algunos años estuvo en contacto solo por medio de internet. El profesor Oh hubiera deseado que ese viaje fuera con otra persona. Su deseo se haría realidad.

Luhan salió de la casa de su prima Jiminel, la cual le ayudó a teñirse el cabello a un tono marrón claro. Estaba muy feliz con los resultados, la chica siempre le ayudaba cuando necesitaba algo tip de belleza. Se podría decir que ella era su versión en mujer.

Tomó un taxi para llegar a la terminal de autobuses, se sentía nervioso, ¿si Sehun lo rechazaba? ¿Si Yixing se quedaba para ver la reacción de Sehun y se enteraba que era su profesor y no salían? Suspiró abrazando su mochila color caqui.

Al llegar vio de espaldas a Sehun con Yixing, mirando los letreros con los destinos que se deslizaban por una pantalla con letras naranjas.

Recibió un mensaje “Le diré que voy al sanitario, suerte, cuídense mucho.”

Bajó del taxi y pagó, se ajustó la mochila en los hombros y emprendió camino hacia donde estaba su amado. A unos metros le mandó un mensaje para prevenirlo, aunque de nada serviría que Sehun quisiera escapar porque ya tenía los ojos de Luhan encima de él desde antes de leer el texto.

“Siempre quise ver frente a frente al chico misterioso que me robó mi primer beso.”

Sehun estuvo a punto de responder pero una voz continuó ese mensaje.

—   Y ahora estoy a punto de irme de viaje con él. — Luhan se paró frente a Sehun, el alto estaba sorprendido ¿De qué hablaba? ¿Yixing sabía?

—   L-lu Han…— Pronunció nervioso, jugando el par de boletos que tenía en las manos. — ¿Qué haces aquí?

—   Lo sé todo, Se Hun. — Diablos, decirle por su nombre se sentía tan bien. — Sé que eres el chico de la fiesta, Yixing me ayudó creyendo que salíamos, él no irá al viaje, iremos solo tú y yo. No sabe que eres mi profesor.

—   ¿C-cómo lo sabes? — No sabía cómo actuar ante el atrevimiento de su alumno.

—   No me dijiste tu nombre pero algo me decía que te había visto en algún lugar ¿Recuerdas los primeros mensajes? Me preguntaste quién me dio tu número y te dije que Yixing, luego al hablarte, al oír tu voz…

—   ¿Por qué no me dijiste antes? ¿Por qué en clases actuabas normal?

—   Desde que chocamos, el primer día, me atraes, comencé a sentir algo más por aquellos mensajes… si hablaba, podría perderte. — Sin poder evitarlo, se lanzó a sus brazos, la gente alrededor estaba demasiado ocupada en sus asuntos y muy pocos se dieron cuenta de ello.

—   Yo también siento algo por ti, pero no es correcto, si se enteran que estoy con un hombre y que es mi alumno, nos irá mal, Lu Han. — Respondió asustado abrazándolo con fuerza. — No quiero que te dañen.

El altavoz anunció que el autobús hacia Gwangnan estaba por partir. Tuvieron que separarse debido a eso. El de cabellos más oscuros pasó las yemas de sus dedos por ambas mejillas del menor y sonrió, observando los ojos que tanto amaba.

—   ¿Aún quieres ir al viaje? — Han se sonrojó por el toque de su amado.

—   Claro que sí, vámonos, por nada del mundo me perdería esto.

Subieron al autobús, les quedaban muchas horas para llegar a su destino. En cuanto el bus estuvo en marcha, Minseok llegó corriendo para despedirse, solo agitó ambas manos al notar que el autobús salía de la estación.

Sehun lo observó con sorpresa y Luhan soltó una risita despidiéndose de vuelta.

—   Ya sabe todo, no le oculto nada a mi mejor amigo. No dirá nada, tranquilo.

Llegaron al amanecer, sabían que era más fácil ir a una ciudad cercana y luego tomar un avión pero era algo costoso y Luhan no contaba con tanto dinero.

Sehun le retribuiría la cantidad gastada, no pensaba dejárselo todo a su alumno.

Durmieron en el trayecto, a pesar de que los asientos eran incómodos, solo les dolía la espalda porque se tuvieron de almohada uno al otro.

Luego de dejar las maletas en el hotel donde tenían reservación, se cambiaron y salieron para caminar por la playa tomados de la mano, nadie ahí los conocía. Nadie los criticaría ni les diría que lo suyo era prohibido.

Regresaron para ducharse pero en lugar de ello, terminaron en otro asunto.

Sehun cerró los ojos porque aquellas sensaciones eran demasiado, no podía soportar tenerlo tan cerca, desnudo, y la forma en la que sus dedos acariciaban su piel lo hacía sentir. Estaba perdido.

Tragó pesadamente en el momento que Han rodeó su cuello con los brazos y él dejó caer sus manos sobre su pequeña cintura, atrayéndolo para así, juntar sus cuerpos. 

Estaban felizmente corrompiendo las reglas de los que no saben que cualquier persona puede amar a otra, sin importar el sexo.

El agua caía sobre ellos y se besaron por segunda vez, habían deseado tanto eso que sus labios exploraban los del otro como si hubieran nacido para ello.

Ladearon el rostro, ambas bocas encajaron perfecto. La suave piel de Han hipnotizaba a su profesor, éste le acariciaba cada centímetro con deseo y amor.

Sin saber cómo, Sehun estaba arrodillado y Luhan contra la pared, con las piernas separadas. El mayor le lamía la entrada constantes veces, ayudado también por el agua que se resbalaba por la espalda del menor.

Le daba suaves apretones en los glúteos. El más bajo no dejaba de gemir.

En cuanto Luhan empezó a moverse hacia atrás, supo que estaba listo, necesitaba tener algo más grande dentro. Sehun se levantó y cerró el grifo de la regadera. Alzó la pierna izquierda de Luhan y metió el glande en su entrada.

El pequeño pegó un grito de dolor, confiaba en que Sehun no lo lastimaría.

Volvió a moverse contra él para indicarle que siguiera entrando, así lo hizo, Luhan fue penetrado lentamente mientras Sehun lo afirmaba de la cintura con fuerzas.

Empezó a embestirlo lento, el vaivén era tranquilo para acostumbrarlo.

El pequeño se meneaba como podía, no era experto en el tema pero hacia lo que sus instintos le pedían. El alto salió de él para voltearlo y hacer que le abrazara la cintura con las piernas, donde volvió a penetrarlo, ésta vez más rápido, ambos sudados, con la respiración agitada, entrelazaron sus manos, uniendo sus frentes y volviendo a besarse. Sehun lo sostenía de los muslos, haciéndolo suyo con desenfreno, la zurda de Luhan la usó para masturbarse y el alto le ayudó para que no hiciera el trabajo él solo. Ahora la diestra de Sehun estaba en el pene de Luhan, subiendo y bajando por su extensión, el de menor edad se recargó de la pared y sus manos jugaban sus propias tetillas. Sehun lo embistió hasta que se corrió dentro y Luhan le manchó el abdomen.

20 de diciembre.

Sehun y yo ya vamos a cumplir tres meses de novios, desde el viaje hemos salido diario, todas las tardes nos vemos en casa de Yixing y de los Kim. Es nuestra primera semana de vacaciones, al terminar el curso él se transferirá a otro colegio porque no queremos que nos vean mal por ser pareja, decidimos enfrentar a nuestras familias para que sepan de nuestro amor. Hoy conocerá a mis padres, lo presentaré como mi novio, aunque para mí siempre será, el guapo profesor Oh.


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