Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Like I used to. por FumiSaho

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La historia va de acuerdo a los acontecimientos de See you again, mas se puede leer sin haber leido la anterior.

Los personajes no son de mi autoria, sino de Fujimaki.

Notas del capitulo:

Hola, personas!! Les vengo con una historia nueva. xD

La inspiracion surgio luego de ver una imagen... realmente me soprendio encontrar a Miyaji con Izuki y me encanto la peculiaridad de esta pareja. :D

 

Para siempre era una frase que tenía a Miyaji Kiyoshi muy marcado, pues aunque en contexto era eterno, sabía perfectamente que para siempre, nunca duraba mucho.

___________

 

Eran un par de rubios saliendo desde aproximadamente, cinco años. Se conocían de cabo a rabo. A ninguno se le escapaba nada que el otro quisiera ocultar y si así era, el otro terminaba por decírselo. En este momento Miyaji se encontraba sentado en una de las dos sillas de la mesa de la cocina. Le dolía la boca del estómago por no encontrar las palabras para confesarle algo a Kotarou. Hayama, por su parte, preparaba sonriente, como cada noche, la cena que disfrutarían juntos mirando un partido de lo que hubiese en televisión.

El apartamento que compartían era pequeño pero con lo indispensable. Ninguno se quejaba porque les permitía estar juntos todo el rato que se encontraran en ella. O eso pensaba.

−Tengo que hablar contigo. –confesó Kotarou limpiándose las manos con un trapito amarillo. Apagó la estufa y luego tomó asiento en la otra silla frente a Miyaji, quien se mostraba totalmente sorprendido por el súbito cambio en el rostro de su pareja.

−¿Qué sucede? –se irguió sobre la silla dispuesto a escuchar lo que Hayama tuviese que decirle, después de todo él estaba pensando como terminar su relación.

−Estoy saliendo con Mayuzumi san. –soltó sin más.

La perplejidad de Miyaji ante lo recién confesado, tomó por sorpresa a Hayama, quien no se esperaba que lo impresionara tanto. Es decir, se conocían bastante bien, hacia más o menos tres meses que no se tocaban más que para dormir y ligeros besos de llegada y despedida ¿no lo había notado? Imposible, incluso el mismo Kotarou se percató de que Miyaji no dejaba de soñar despierto y sabía perfectamente que no era por pensar en él.

Miyaji, por otro lado, solo parecía no poder salir de su sorpresa.

−¿Desde hace cuánto?

−¿Eh? Hmm… como cuatro meses y medio. –confesó ladeando la cabeza, pues dudaba de la fecha en que empezó a salir con Chihiro luego de encontrarse en la cafetería donde trabajaba el menor. − ¿Y tú con quien te ves? –regresó la pregunta, pues no se dejaría ver como el único que parecía engañar a su pareja oficial.

−Shun.

El nombre de a quien veía con otras intenciones además de ser cercano, brotó de sus labios sin pensárselo dos veces. Le era natural pronunciar su nombre. Era gracioso, porque en su mente lo llamaba Shun, pero cuando conversaba con él, su apellido era lo que terminaba diciendo. A Izuki eso le parecía muy divertido, pues aunque Miyaji era mayor, era tímido al familiarizarse.

−¿Shun? ¿Lo conozco? –Hayama se rascó la nuca buscando entre sus vagas memorias, algún Shun.

−De Seirin. Izuki Shun.

−¡Oh! Izuki de Seirin. –sonrió Kotarou dejando caer su barbilla en las palmas de sus manos. −¿Hace cuánto que salen? –preguntó en verdad curioso por la respuesta. Reconocía que Izuki era un tipo bien parecido, sus juegos de palabras le hacían gracia, pero no encontraba razón por la que ambos se hubiesen atraído. Y si había una, ¿Por qué no salieron desde antes? Es decir, llevaban cinco años de noviazgo y no pasaban de ahí.

−A diferencia tuya, nosotros no estamos saliendo. –comentó mirándolo con cara de pocos amigos.

−Oye, yo no tengo la culpa. –se defendió Hayama alzando los brazos en son de paz. –¿Bueno, y porque andas tanto en las nubes si no están saliendo?

Kiyoshi dudó en contestar ya que de todos modos ni el sabia con exactitud porque Shun no lo dejaba ir más allá de un simple roce entre ellos. No lo entendía, después de todo ya se habían besado en una ocasión, además de que Izuki fue el primero en confesarse.

−Eso no te concierne. –contestó cruzándose de brazos. Vaya que estar más lento que Hayama le deprimía. Es decir, él ya estaba con Mayuzumi, claro, se lo había ocultado, pero ya tenían tiempo juntos.

−Oh, vamos, nos hemos tragado el semen del otro, ¿qué más confianza necesitas? –soltó desvergonzado al tiempo que cruzaba los brazos detrás de su cabeza. A Miyaji le molestó cuan descarado era, casi o más que Takao, a quien no veía desde mucho tiempo atrás.

−No quería que te fuera infiel. –recordó de pronto, como si el hablar con Kotarou le hubiese regresado la memoria de aquel día en que Izuki se tambaleaba por ebriedad y lo llevó en taxi al apartamento que compartía con el odioso de Moriyama y Hara. Eso era desconcertante. Las personalidades de cada uno eran tan opuesta a la otra, que le costaba entender cómo es que podía vivir con ese par.

Al dejarlo en la puerta de su apartamento, lo dejó buscar sus llaves entre los bolsillos de su chamarra que empezaba a deslizarse de sus hombros. Miyaji lo contemplaba de arriba abajo; su cabello ligeramente más largo de lo que recordaba, negro y lacio que se deslizaba por su rostro al recargarse en la puerta solo con ayuda de su cabeza, su figura menuda, delgado pero los músculos se le veían a través de la playera blanca que llevaba. Los pantalones, aunque no eran pegados, se le ceñían hermosamente delineando el contorno de su figura; su vestimenta era tan regular pero tan excepcional si era Shun quien la portaba.

El pelinegro dejó de moverse soltando ronquiditos. Se había quedado dormido.

−Izuki. –le llamó Miyaji tomándolo de los hombros.

−¿Hmm? –se incorporó inestable. Los ojos se mostraban cansados y enrojecidos. Parpadeó un par de veces volviendo a despertar para buscar las llaves. –Yaestarde… −balbuceó sin sentido. Sacó el llavero y lo estampó en la cerradura sin mostrar una llave en particular. –Qué raro… No abre. –masculló frunciendo apenas el entrecejo y volvió a chocar las múltiples llaves contra la puerta. −¡Ábrete, Sésamo! ¡¡Wajajajajaa!!

−Déjame abrir. –ordenó Miyaji ante la magnitud de las circunstancias. Empujó a Izuki para quitarlo de la puerta, pero este no le entregó las llaves. –Izuki, las necesito para abrir.

−Debes decir primero ábrete, Sésamo.

−Mierda. –resopló peinándose el cabello hacia atrás, manteniendo un mechón en su puño. −¿Sabes que estas endemoniadamente loco y borracho? –preguntó con media sonrisa en sus labios delgados.

Shun lo miraba atentamente cuando dio un paso acercándose a él. Los ojos de ambos se examinaron buscando algo que no podrían encontrar esa misma noche.

−¿Te he dicho que me gustas? –cuestionó Izuki teniendo que alzar la mirada pues Kiyoshi era bastante más alto que él.

−Si. –reconoció tomando la cintura de Shun entre sus brazos. El tiempo pareció detenerse cuando buscó la boca de Izuki y este se estiró encontrándose. Sus labios se unieron en un tranquilo y acompasado beso en el que ambos disfrutaron del contacto. Izuki abrazó y apretó con sus puños la chamarra de piel que llevaba Kiyoshi, mientras que el rubio acariciaba con mesura el cuello de Shun.

El corazón de Miyaji palpitó con fuerza, justo como lo había hecho años atrás al besar a Kotarou. Se separaron con sutileza. Miyaji abrió los ojos primero encontrándose las pestanas negras y largas de Shun, quien sonrió al soltar un suspiro.

−Y pensar que no te volveré a besar… -susurró casi con pena.

−¿Por qué?

−La infelidad… infilidelidad… No puedo hacerle esto a Hayama. No somos amigos, pero es triste que te escondan cosas como estas. Tampoco quiero que te separes de él, solo para salir un rato conmigo.

Shun sonreía melancólico al suelo. Parecía que podría encontrar la sobriedad en él. La mano que había tocado el rostro de Izuki se deslizó vencida de su hombro para terminar a su costado, colgando. No, no era así. Las cosas con Hayama ahora eran rutinarias, carentes de amor. Era más, no habían hecho el amor en tres meses. Sin embargo, si decía todo eso, sabía que Izuki lo interpretaría como una excusa y no quería eso, solo quería conocerle a fondo y tocarlo.

−No dejaras de visitar el bar, ¿verdad? –preguntó resignado.

−No me evitaste cuando me confesé. –se encogió de hombros. –Me es cómodo estar contigo, así que no. A menos que tú me lo pidas. ¿Quieres que lo haga? –preguntó alzando nuevamente la cabeza.

Los ojos de Shun le encantaban a Kiyoshi. Eran tan oscuros pero brillantes al mismo tiempo. Parecían reflejar la luz al final del túnel del que hablaban. La analogía era tétrica, y aun así no le restaba belleza.

−De ninguna forma.

El pelinegro sonrió abrazándose a él. Miyaji correspondió el contacto buscando las llaves que llevaba el otro en la mano. Después abrió y le dio las buenas noches antes irse de ahí.

−Qué lindo. –observó Hayama. –Ahora no sé cómo sentirme porque Miyazumi-san y yo ya llegamos a la tercera base.

−Bastardo. No tientes tu suerte o te aplastaré. –siseó con media sonrisa. Sabía perfectamente que Kotarou se estaba burlando de él al presumir tremenda noticia.

Ahora solo esperaba que cuando se lo dijera a Izuki, no sonara a excusa.

Notas finales:

No habia visto fics de ellos, asi que me atrevi a escribir uno.  :D Que tal estuvo?

Nos vemos en la actualizacion.

Gracias por leer! :) 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).