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La sobrina de mi mejor amiga por AdaanaCalafell

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Notas del capitulo:

¡Holiss! ¡Que emoción!, mi segundo hijo, perdón, quise decir, mi segundo fic. Advierto que hay 15 años de diferencia entre las chicas, ¡oh sí!, me gusta la diferencia de edad :3 , ¡me gusta mucho!

El otro fanfic que tengo lo dejé abandonado, si Dios quiere esta semana actualizaré.

En fin, la verdad, este es un cap cortito, tenía pensado hacerlo más largo pero me entró sueñito, ¡Dios!, ¡que sueño que tengo!, me estoy durmiendo.

No sé qué más decir, solo espero que les guste, a mí no me gustó, creo que el sueño me hace escribir mal.

No molesto más, disfruten de la lectura.

¡Dejen reviews!

¡ARGH!, ¿por qué me pasa esto a mi?, ¡¿por qué Dios?!, ¿por qué me odias tanto?, ¿qué eh hecho para merecer esto?, ¡¿QUE EH HECHO?!, ¡aaahhh!, ¡no puedo con esto!, ¡ya no lo soporto!, ¡me metieron cinco goles en dos minutos!, ¡CINCO!, ¡me están violando!, ¡argh!, retiro lo dicho, me acaban de meter un gol más, ¡puto juego!, ¡puta consola!, ¡puta vida!, ¡AAAHHH!

Uff, no puedo aguantar más, dejo escapar un suspiro y me resigno a cerrar sesión, este juego logra que los límites de mi paciencia sean desbordados con brutalidad. No entiendo porque no puedo ganar, ¿acaso mis dedos son muy torpes?, pero si al principio todo marchaba a la perfección, no entiendo que sucedió.

 Al comienzo, cuando me compré el FIFA 16, allá, por septiembre del año pasado, estaba tan emocionada que pasé semanas enteras jugándolo, semanas que falté al trabajo alegando que me encontraba con una descompostura terrible, pero era mentira, ¡JA!, debo admitir que mi inteligencia alcanza niveles altamente prominentes, soy la inteligencia en su máxima expresión, aunque, debo aceptar, esta cualidad se me vio en duda cuando descubrieron que los certificados médicos que había presentado eran falsos, oh sí, los había falsificados, ¡JEJE!, estuve a punto de ser despedida, pero no lo hicieron, creo que mi jefe me tiene lástima, ya saben, esto de trasladarse en silla de ruedas tiene sus ventajas, ventajas  que deben ser aprovechadas, sería pecado no hacerlo.

En fin, volviendo al tema del juego. Empecé a jugarlo en  la modalidad Principiante, modalidad que debo admitir, fue bastante sencilla. No solo ganaba partidos amistosos, sino también campeonatos, torneos y el Mundial Femenino. Solía chutar a portería con una habilidad y elegancia propia de alguien de ente profesional, la verdad, estaba muy orgullosa de mi óptima destreza en el arte de los videojuegos futbolísticos. Con cada gambeta que hacía, con cada baile, mi ego crecía a pasos agigantados, abriéndose camino, adentrándose por el interior de mi anatomía y desplegándose hasta escapar por mis poros y esparcirse por mis alrededores. Y bueno, decidí avanzar, por lo que me adentré en la modalidad Aficionado, ¡era lo mismo!, casi no noté diferencia, eso sí, metí menos goles, aun así seguían siendo goleadas, ¡JAJA!, ¡continuaba siendo la PUTA AMA!, creo que consagré a la Selección Mexicana seis veces ganadoras del Mundial Femenino, ¡seis veces!, lástima que mi Selección Argentina no está en el puto juego, ¡argh!, ¡mierda de juego!, ¡¿cómo no vas a poner a Argentina?!, ¡¿por qué Dios?!, ¿¡por qué me hacés sufrir de esta manera?! Y bueno, no queda otra, la vida es complicada ¿no?, aun así fue muy gratificante y placentero destrozar a las putas inglesas, ¡wuajaja!, no solo las burlamos, ¡las destruimos!, ¡las aniquilamos!, ¡las despedazamos!, ¡las comimos vivas!, jeje, fue hermoso.

Como notaba que mis habilidades seguían desplegando perfección, decidí apostar a un nivel superior, ¡oh sí!, bienvenida modalidad Semipro. Continuar con este nivel fue un cambio radical en mi vida, pasé de ganar por goleadas a ganar con penales, ¡Dios!, ¡si lograba meter un gol era mucho!, fue muy estresante para mí, se me era imposible derribar la barrera de defensores, ¡no podía!, me quería morir, mi ego estuvo en jaque, aunque, de todas formas, de igual manera ganaba, solo por la mínima diferencia, pero ganaba, creo que me asemejaba mucho a España en el Mundial del 2010.

Así, tomé la estúpida decisión de avanzar con la dificultad del videojuego, jugar en la modalidad Profesional. Esto, definitivamente, es… ¡la pura mierda!, ¡argh!, hace un mes que estoy tratando de jugar con este nivel, ¡pero es imposible!, ¡no puedo!, ¡aahh!, ¡Dios, por lo que más quieras, ayúdame con esto!, solo quiero meter un gol, ¡solo uno!, y seré feliz. Pero no, no logro hacerlo, puedo colocar a mis jugadores de tal manera que adopten una posición de ataque, pero si hago eso, cuando los contrarios avancen de mitad de cancha, mis defensores quedaran mal parados, la verdad… es que me ha estado pasado eso esta última semana, uff, esto me estresa. Ya no sé qué hacer, me estoy adentrando en una profunda depresión que atenta contra mi bienestar, ganar un partido con la modalidad Profesional se ha convertido en el único objetivo en mi vida y el hecho de no lograrlo jamás, me aterra, me aterra mucho, ¡quiero ganar!, ¡lo necesito!. No puedo evitar que mis ojos se humedezcan, ¡me da tanta impotencia!, ¡mi sueño siempre fue poder jugar al futbol!, siempre quise jugar en la Selección Argentina, ganar la Copa América o quizás un Mundial, pero nunca lo lograré. Antes jugaba al futbol, cuando podía caminar, la verdad, jugaba de maravilla, ¡era un crack!, mi entrenador decía que tenía un gran potencial y un futuro prominente en el futbol, en realidad, todo el mundo me lo decía. Jugaba como extremo, generalmente me posicionaba como delantera por izquierda, pero como se me daban muy bien ambos pies solía tirarme para la derecha. En ocasiones, cuando el partido lo requería, descendía un poco y jugaba de enganche, allí armaba las jugadas e iniciaba los goles.  Esos años eran hermosos, a pesar de ser adolescente, no pensaba en tener amigas o novios, yo solo quería jugar al futbol, me la pasaba entrenando, día y noche, a veces veía jugadas de futbolistas profesionales para luego aplicar esas técnicas en la cancha, jeje, recuerdo que mis compañeras se me quedaban mirando con la boca abierta ¡como extraño esos días! No pude evitar que una sonrisa melancólica se escape de mis labios, inmediatamente comienzo a derramar un océano de lágrimas, ¡mierda!, yo de verdad quería dedicarme al fútbol. Jugaba tan bien, ¡la puta madre!, ¡JUGABA MUY BIEN!, llevé a mi equipo a ganar en más de una ocasión los Juegos Integrados Neuquinos, siempre ganábamos por goleadas, siempre, ¡yo metía los goles!, ¡yo!, era una genio. En la última final que jugué, que por cierto ganamos 6-0, al finalizar el partido, un hombre se me acercó, era alto, llevaba traje, tenía una camisa blanca y corbata, mis ojos  se quedaron pegados a su pecho, ¡no lo podía creer!, sobre su corazón tenía el escudo de la Asociación del Fútbol Argentino, ¡el escudo de la AFA!, recuerdo que mi corazón comenzó a latir muy rápidamente, creo que escuche como bombeaba. El hombre se me acercó, me estrechó la mano, me sonrió y comenzó a hacerme preguntas, las clásicas, el nombre, la edad, mis estudios, todo eso, yo respondí a todas, tartamudeé un poco, estaba muy nerviosa, ¡¿Qué hacía un hombre de la AFA hablándome?!, la respuesta a mi pregunta se presentó de inmediato. “¿Te gustaría jugar en la Selección Femenina de Fútbol sub 17?”, eso fue lo que me dijo aquel sujeto, si ese día no perdí el conocimiento, estuve a punto de hacerlo, no le dije que sí, ¡se lo grité!, luego salté de la emoción y fui a abrazarlo, explotaba de felicidad, por fin mis deseos se estaban cumpliendo… pero…después me entró el miedo, ¿y si era una broma? ¿O quizás un sueño?, lo miré con duda, el solo se rio, dijo que necesitaba hablar del asunto con mis padres y así adentrarlos en el ámbito del fútbol…

El resto es historia, no era una broma, tampoco un sueño, era verdad, querían que yo jugará en la Selección sub 17, ¡Dios!, ¡fue fantástico!, creo que ese fue el mejor día de mi vida, jamás estuve tan contenta… pero bueno, todo lo que sube tiene que bajar ¿no?, mi sueño no bajo, mi sueño se desplomó contra el asfalto de la peor forma posible.

Todo empezó cuando, con mis padres, tuvimos que ir a Buenos Aires, a ver eso del papelerío y, si todo salía bien, a tener mi primer entrenamiento, ¡mi primer entrenamiento con la albiceleste!, ¡estaba tan emocionada!, al principio íbamos a ir en avión, la AFA lo iba a pagar, pero yo no me animé, creo que le tengo fobia a volar, entonces decidimos ir en auto, fue la peor decisión que podíamos haber tomado. Ir de Neuquén a Buenos Aires en auto toma más de 15 horas, ¡15 horas sentada!, ¡casi se me borra la raya del trasero!

En fin, cuando ya era de noche, creo que andábamos por Río Negro, recuerdo que mi papá conducía, mi mamá trataba de mantenerlo despierto y  yo estaba atrás, ilusionada con lo que vendría, mi entrenamiento, la celeste y blanca, los partidos, todo sería genial, ya me lo estaba imaginando. Como era de noche mi papá no logró divisar un pozo que había sobre la ruta, lo agarró de lleno, el vehículo se sacudió por completo, el terror entró cuando de pronto se escuchó una pequeña explosión, el auto se inclinó hacia la derecha, pareció que la rueda había reventado, logré escuchar a mi mamá pegando un agudo grito, mi papá dejó escapar un par de insultos y trató de controlar el auto, como íbamos muy fuerte le costó pararlo, aun así lo consiguió, pero el vehículo quedó en el carril izquierdo, hecho del cual ninguno de los tres se percató, si tan solo hubiéramos corrido el auto, si tan solo nos hubiéramos dado cuenta que estábamos en contramano… Mi papá bajó a cambiar la rueda, mi mamá fue a ayudarlo, yo me quedé en el auto, haciendo nada, al rato me aburrí, decidí poner música, quizás lograba sintonizar alguna radio rionegrina, desabroché mi cinturón y me incliné hacia delante, hacia el estéreo. Estaba cambiando de AM a FM cuando noté que una luz blanca se acercaba, elevé mi cabeza y vi a un camión que venía a toda velocidad. “¡¡MAMÁ, PAPÁ!!”, eso fue lo que grité en aquel momento, pero creo que no funcionó, cuando volví a mirar al frente, el camión ya estaba delante, creo que tocó bocina, no lo recuerdo muy bien, solo sé que sentí un gran impacto, fue un ruido que me dejó sorda, luego solo fue silencio, creo que me dormí…

Desperté en un hospital, tenía una especie de bata, me dolía todo el cuerpo, había muchos tubos y mangueras conectados en mí, no entendía nada, a mi derecha logré visualizar la figura de mi tía materna, ¿Qué hacía ella ahí?, al parecer notó mi mueca de interrogación, porque me preguntó si recordaba lo que había sucedido, poco a poco le fui contando todo con lujo de detalles, ella me dedicó una sonrisa cálida y acarició mis cabellos. Le pregunté dónde estaban mis papás, por alguna extraña razón sentí temor al hacer esa pregunta, creo que por dentro, muy en el interior, me esperaba lo peor. “Lo lamento cariño, ellos ahora están en un lugar mejor”, no me sentí triste, me sentí desesperada, comencé a moverme, no lo creía, seguro era una pesadilla, empecé a sacarme todos esos cables mientras gritaba “¡NO, NO, NO!”, mi tía intentó sostenerme pero la empujé y se calló, pronto entraron enfermeros y me tomaron de los brazos, intenté zafarme mientras lloraba y gritaba, ¡¿por qué?!, ¡¿por qué, mierda?!, ¡¿por qué?!, creo que alcancé a golpear a un enfermero y le mordí la mano a otro, se alejaron un poco e intenté salir de la cama, en ese momento me di cuenta de algo perturbador, no podía mover las piernas, era como si no las tuviera, mi cerebro les daba órdenes a mis extremidades inferiores, pero ellas hacían caso omiso, ¡no respondían! al percatarme de ese hecho quedé como en shock, no me percaté que en ese momento entró una mujer a la habitación que tenía una jeringa en la mano, los enfermeros volvieron a tomarme de los brazos y ella se abalanzó sobre mí, inyectándome un líquido de procedencia extraña que hizo que mi cerebro se desconectara de sus funciones para hacerme caer en un largo y profundo sueño.

El resto supongo que ya no importa. Mis padres fallecieron, el camión despedazó sus cuerpos, por cierto, jamás encontraron el brazo derecho de mi mamá. Mis piernas también murieron, ya no sirven, ¡son inútiles!, tuve que aprender a andar en silla de ruedas, al principio fue difícil, uno ya después se acostumbra.  Mi tía se convirtió en mi tutora legal, me fui a vivir con ella cerca de la Cordillera, no me quedo otra que acostumbrarme al frío. Aquel hombre, ese que me propuso jugar en la Selección sub 17, me fue a visitar al hospital una vez, me dijo que todo estaría bien, ¡pues que mentiroso!, al puto viejo no lo vi nunca más, ¡puto!, ¡por su culpa estoy así!

Y bueno, jamás cumpliré mi sueño, como me gustaría volver el tiempo atrás, como me gustaría volver a jugar al fútbol, patear una pelota o quizás meter un gol. Miro mis piernas, que ya no funcionan, y no puedo evitar que miles de lágrimas se derramen por mis mejillas, ¿por qué?, ¿por qué Dios?, ¿por qué?, ¿qué hice para merecer esto? Comencé a llorar desconsoladamente y a morder mi ropa de la desesperación, ¡AAAHHH!, ¡PUTA VIDA!, ¡¡ME QUIERO MORIR!!

¡TOC, TOC, TOC!

¿Eh?, mierda, están tocando la puerta, ¿qué hago, qué hago? Voy a toda velocidad al baño, tomo papel higiénico y me lo refriego por toda la cara, tengo que borrar rastro alguno de llanto, de seguro es Marisa, esa puta siempre interrumpe mis momentos de depresión.

¡TOC, TOC, TOC!

- ¡Ya voy! - ¡argh!, ¿tanto apuro tiene?, ¡es insoportable esta mina! Me miro al espejo y controlo que todo esté en su debido lugar, ¡Dios, soy extremadamente sexy!, nah mentira, parezco un trapo de piso meado y viejo, pero bueno, no está de más soñar un poco ¿no?

Me traslado hacia la puerta, me arreglo el pelo, trato de domar esos alocados mechones y los coloco detrás de mí oreja, uff, si esta puta se da cuenta que eh llorado me va a cagar a pedo, pero no se me nota, eso espero, inhalo y exhalo, preparo mi mejor sonrisa, listo, ya está. Uff, todo estará bien, abro la puerta de par en par y pongo mi mejor cara de “me importa una mierda estar en silla de ruedas, yo me llevo al mundo por delante”, solo espero que no se de cuenta, ¡Dios por favor!, ¡ayudame en esta!

- ¿Estuviste llorando? - ¡puta mierda!, ¡¿Cómo carajo se dio cuenta?!, creo que es bruja esta tipa.

- ¿Qué?, jaja, no Mari, nada que ver, ¿qué te hace pensar eso? - ¡Dios, ni siquiera en esto me podés ayudar!, eh pensado muy seriamente en dejar de ser católica, porque, la verdad Dios, no me ayudás en nada, ¡me haré budista!, quizás Buda sea de mejor ayuda.

- Te voy a decir tres cosas – Uy que miedo, me señaló con el dedo índice – Primero: presentás características físicas propias de haber llorado, párpados hinchados, nariz roja, ojos húmedos y una sonrisa exageradamente forzada – mierda, ¿por qué carajo es tan observadora? – Segundo: tenés manchas húmedas en la ropa, estoy segura que lloraste desconsoladamente y de la desesperación comenzaste a morderte la remera - ¡pero que puta que sos!, ¿cómo te diste cuenta de eso? – Y tercero – dijo Marisa mientras se adentraba a mi departamento e ingresaba al baño, ¿Qué mierda hace? – Acá está la prueba de que lloraste – salió del baño con un bollo de papel higiénico, mierda, olvidé tirar la evidencia - ¿Te secaste el rostro con esto?, ¿verdad? - ¡carajo!, ¿por qué tengo una amiga tan inteligente?

- Si – no puedo mentirle, de todas formas ya me descubrió.

- ¿Por qué? - ¿acaso… veo decepción en su rostro?

- Porque no encontré la toalla – creo que la puse para lavar, no lo recuerdo.

- ¡No!, ¡estúpida!, ¿por qué lloraste? – ahh, a eso te referías, ¿por qué lloré?, pues… estoy en silla de ruedas, ¿acaso eso no es razón suficiente?

- Recordé lo que me sucedió - ¡ese puto accidente que me arruinó la puta vida y despedazó mi puto sueño!

- Te dije que ya no juegues a ese videojuego - ¡PERDÓN!, ¡yo hago lo que se me antoja!

- ¡¿Y?! ¡No sos mi mamá!, ¡no tenés derecho a decirme que hacer! - ¡la puta mierda!, ¿qué se cree esta mina?

- ¡Soy tu mejor amiga!, la única que tenés – mierda, tenés razón – Ese juego te hace mal Abi, te eh dicho que no lo uses más, ¿no te das cuenta? – ¿cuenta de qué? – Tratás de vivir en un videojuego lo que no lograste en la vida real - ¡puta que sos!, me hacés sentir peor.

- ¿Y qué querés que haga? – mierda, otra vez empecé a llorar, no puedo evitarlo, mis ojos se transforman en cascadas, trato de parar mi llanto con las manos pero es imposible, mierda, comienzo a llorar desconsoladamente, tapo mi rostro con las manos de la vergüenza que me da.

- Tenés que salir Abi, despejarte un poco, conocer gente, hacer más amistades, esas cosas – Mari se acerca hacia mí, se agacha y me abraza. Ella siempre fue tan buena conmigo, siempre me consoló y me cuidó, siempre me escuchó, siempre estuvo ahí, a mi lado.

- No, tengo mejores cosas que hacer – como por ejemplo dormir.

- ¿Cómo jugar a ese estúpido juego? – Claro, eso también – El PES tiene mejores gráficos – sí, quizás eso sea cierto.

- Pero el FIFA tiene chicas - ¡JA!, nada supera a un videojuego que tiene mujeres jugando al futbol.

- Mmm, entonces ¿admitís que te gustan las chicas? - ¿QUÉ?, ¿pero que mierda le pasa a esta mujer?

- ¡¿Pero qué decís Marisa?!, hasta lo que yo sé, ¡vos sos la lesbiana!, ¡a mí me gustan los hombres!- ¡Dios!, ¡esta mujer me desespera!

- Ay bueno, que carácter, solo preguntaba – esta mina está loca, jaja, no puedo evitar reírme, al parecer mi risa la contagia porque de pronto ambas nos adentramos en un mar  de carcajadas, ¡JAJA!, estoy que me meo, no sé qué haría sin esta mujer, es la base y el pilar de mi vida.

- Che, boluda – fue lo único que pude expresar entre risas, ¡JAJA!, me duele la panza de tanto reírme, si sigo así me voy a cagar encima.

- ¿Qué pasa? – dijo Marisa mientras tratábamos de apaciguar las carcajadas, ella prosiguió a recostarse en el sillón, esta mujer anda como si nada por mi casa, la verdad no me molesta, teóricamente el departamento también es suyo, ya que me ayuda a pagar el alquiler, ya saben, esto de trabajar en la municipalidad de mi ciudad no me deja mucha ganancia.

- ¿A qué se debe tu repentina visita? – pregunté seria, con un tono casi calculador, colocando mis manos en mi cintura.

- ¿Acaso no puedo venir a visitar a una amiga? – mmm, no me convence esa respuesta.

- Dale, escupí lo que estás tramando – está mina a mí no me jode, algo se trae entre manos.

 - Bueno, está bien, vine a decirte que dentro de una hora tenés que ir a la pista de atletismo a enseñarle fútbol a mi sobrina - ¿qué?

- ¿Eh?

- Lo que escuchaste. Verás, ¿te acordás que te conté que mi hermana, junto con su esposo y mi sobrina, se vinieron a vivir acá hace ya un mes? - ¿qué?

- ¿Eh?

- ¿Te acordás o no, pelotuda?  - Ah, no sé.

- Eh, creo que si - ¿Cuándo mierda me dijo eso?

- ¿Ves?, yo tengo que aguantar tus augurios y vos no podés ni prestarme atención - ¡ay, bueno!, lo mío es más importante – En fin, mi sobrina me comunicó sus deseos de empezar fútbol, y yo le dije que vos con gusto le enseñarías - ¿qué?

- ¿Eh?

- ¡Mierda!, ¡¿me estás escuchando o no?! - ¡aaahhh!, ¡yo no enseño fútbol!

- ¡Marisa, yo no le voy a enseñar fútbol a una niña llena de hormonas!, además, ¿no me ves?, ¡estoy en silla de ruedas! - ¡Dios!, ¡¿en qué mierda estaba pensando esta mujer?!

- ¡Mi sobrina no es una niña!, cumplirá 15 años dentro de cinco meses – Uy, si, si, ¡alto todo el mundo!, la sobrina de mi mejor amiga es una adulta (sarcasmo) – Y el hecho de que estés en silla de ruedas, ¿Qué importancia tiene? - ¿es enserio la pregunta?

- ¿Cómo mierda le voy a enseñar a patear la pelota si no le puedo mostrar cómo se hace? – esta mina está mal de la cabeza.

- Simplemente se lo dices - ¿Qué?

- ¿Eh?, no, no le enseñaré fútbol a tu sobrina, además, hay muchos clubes femeninos aquí, que se anote a uno y ya – yo no pienso enseñarle a nadie mis habilidades adquiridas durante mi adolescencia.

- Si, ya sé que hay clubes, pero mi sobrina tiene muy baja autoestima, cree que no está al nivel de las chicas que juegan en esos lugares, ella quiere que alguien le enseñe a jugar bien primero – y ese alguien soy yo ¿verdad? – Y ese alguien sos vos Abi – me leíste la mente.

- NO.

- Abi, me debés muchos favores.

- NO.

- Es mi sobrinita, lo más cercano que tengo a una hija.

- NO.

- ¿Y si te pido “Por Favor”?

- NO.

- ¡MIERDA!, ¡¡¡ABIGAIL CINTIA GARRIDO HERNÁNDEZ, SERÁ MEJOR QUE ACEPTES O HARÉ DE TU VIDA UN VERDADERO CALVARIO Y TE ARREPENTIRÁS TODA TU EXISTENCIA DE ESTA DECISIÓN MAL TOMADA!!!

- Bueno, no hacía falta gritar, con gusto le enseñaré a tu preciada sobrina el arte del fútbol – mierda, me asusté.

- Bien, así está mejor – mmm – Entonces, dentro de 40 minutos, a las 18:00, tenés que ir a la pista de atletismo, allí estará mi sobrina esperándote - ¡Dios!, ¿cómo me metí en este quilombo? - ¿Querés que te pida un taxi para esa hora? - ¿qué?, no.

- Soy inválida no estúpida, yo puedo hacerlo - ¿Qué se cree esta tipa?

- Bueno, creo que ya me tengo que ir – dice la puta que tengo de amiga mientras visualizaba su reloj – Muchas Gracias por el favor, te debo una - ¡me debes unas cuantas!, Marisa se agachó, me dio un beso en la mejilla y se marchó por la puerta, iluminando el camino con una amplia sonrisa, ¡PUTA!

¡Argh!, lo que me espera, ¡seré la niñera de una niña de 14 años!, ¡Dios, ayúdame!, nah, ¿para qué?, nunca me ayudás, creo que has olvidado que aquí abajo tenés una mujer que tiene fe en vos, fe que se va desintegrando cada vez que omites mis súplicas, Uff, ¡Dios, apiádate de mí!

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¡ARGH!, ¡Mataré a Marisa!, ¡HACE 30 MINUTOS QUE ESTOY ESPERANDO A LA PUTA NIÑA Y AUN NO APARECE!, ¡aahh!, en esto momento podría estar jugando a mi preciado FIFA, ¡bien!, esperaré solo un par de minutos, si no aparece nadie me iré.

- Disculpe, usted es Abigail - ¿Eh?, ¿esta es la niña?

- Sí, soy yo – mierda, esta chica es muy linda y es alta, estoy segura que me dolerá el cuello si la sigo mirando desde abajo.

- Yo… yo soy… Chi… Chi… Chiara - ¿acaso está nerviosa?

- Bueno Chi-Chi-Chiara, ¿comenzamos?

- ¿Eh?, no… no, jeje, mi nombre es… es Chiara – jaja, ya lo sabía solo quería divertirme un poco.

- Como sea, ¿Dónde está la pelota? – mientras más rápido empiece con esto, más rápido me iré.

- Pe… pe… ¿pelota? – mierda, creo que no la trajo.

- Si, ese cuerpo de forma esférica con la que se juega al futbol… ¿la trajiste? – decí que no, así me voy a mi casa.

- Eh… no, no tengo - ¡Sí!, ¡gracias Dios!, por fin una.

- Bien, si no hay pelota, no hay fútbol. Nos vemos otro día, cuando tengas pelota  - ¡jaja!, que hermosa que es la vida. – Chau niña.

- ¡Espere!... pu…pue… ¿puedo irme… con… con usted? - ¿qué?

- ¿Eh?

- Es que… yo… yo no quiero… vol… volver a mi… ca… casa - ¿acaso está llorando?, ¿Qué le pasa a esta niña?

- ¿Estás bien? – algo sucede.

- So… solo… qui… quiero ir… con… con usted…a… a su… ca… casa – mmm, esto me preocupa.

- Hagamos un trato, yo te llevo a mi departamento y  vos me contás porque no querés ir a tu casa, ¿dale?

- Bu… bue… bueno

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- ¡Listo!, llegamos a mi depto. – exclamé mientras nos adentrábamos al interior de mi departamento, le indiqué el sillón e hice gestos con las manos como diciendo que se podía sentar allí. Ella obedeció de inmediato, se veía tan tierna, tan linda con ese cabello negro que caía sobre sus hombros… esas caderas… esa cintura… esos pechos, si tan solo fueras unos años mayor… ¡argh!, ¡¿pero qué estoy pensando?!, ¡diablos!, sacudo mi cabeza para descartar todos esos pensamientos sobre la sobrina de mi amiga, amiga que por cierto, creo que me contagia lo lésbico de ella. – Ahora, contame lo que te sucede niña – trato de sentarme a su lado, esto es difícil, pasarse de la silla de ruedas al sillón es complicado.

- ¿Qui…quiere que…que la…la ayude? – para nada, yo solita puedo.

- Yo sola puedo, no me cambies de tema, ¿por qué no querés volver a tu casa niña?, dime.

- Yo… yo… yo…

Notas finales:

¿Y bien?, ¿Qué les pareció?, van a tener que esperar para saber por qué Chi-Chi-Chiara no quiere volver a su casa, tenía pensado poner el dialogo completo pero tengo mucho sueño, ¡Quiero dormir!

Quiero decirles que el combustible de la escritura de fanfics son los comentarios, mientras más comentarios dejen, más rápido actualizaré, así que, si quieren actualizaciones rápidas, dejen reviews, muchos reviews :3


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