Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuando éramos tu y yo por FershuWestfall

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Lo primero que pensó al despertar, fue que era demasiado triste despertar en aquella cama él solo. El hombre ni siquiera se molestó en abrir los ojos, sabía que era demasiado tarde para llegar a tiempo al primer periodo, y si era sincero consigo mismo, ni siquiera quería presentarse en el resto del día, ese verano había sido el peor de su vida, se la había pasado tan mal, que ni siquiera un mes después de aquel día podía levantarse con ánimos de la cama, el mes de julio de ese año tenía que ser el peor mes de su vida, el mes siguiente, fue lo suficientemente malo para quitarle las ganas de hacer cualquier cosa, preocupando a sus amigos Ren y Masato, y ahora no quería levantarse de la cama para ir al primer día de clases del nuevo curso.

Tokiya Ichinose estaba sufriendo un terrible dolor de cabeza y pecho, y lamentablemente, no había ni una sola medicina en el mundo que pudiera ayudarlo a superar aquello, al menos, no una que pudiera tomar en pastillas o jarabes. El muchacho se dio la vuelta en la cama, quedando boca abajo, con la almohada entre sus brazos, se puso a pensar en todos los buenos momentos que había olvidado hasta ese momento.

‹‹Aquel día habían salido temprano de la escuela, era su último mes como alumno de preparatoria, y Tokiya estaba preparándose para los exámenes de admisión de la universidad de Tokio, él no pensaba que necesitara ir a ningún tipo de curso intensivo para entrar con una nota aceptable, después de todo, siempre había sido el número uno de su curso, desde la escuela elemental, sin embargo, su madre no había pensado igual que él, por lo que lo inscribió a cursos especiales por la tarde, lo que empezó a consumir sus tardes por completo, de manera que Tokiya tuvo que hacer a un lado a varios de sus amigos, algunos lo entendieron por completo, ya que conocían bien a la madre de Tokiya. Otros, no pensaron de la misma forma, y terminaron por romper los lazos con Tokiya.

—¡Ichinose-senpai! —Tokiya se detuvo en la entrada de la escuela cuando escucho que lo llamaban, él conocía esa voz muy bien, se trataba de un pelirrojo de primer año, el cual siempre estaba detrás de él, tanto en el club de soccer como en cualquier otro día. Tokiya no entendía porque aquel chico trataba de pasar tanto tiempo con él, sin embargo, no era algo que le desagradara, quizás, solo le parecía curioso.

—Otoya, te he dicho que no grites por alguien cuando lo tienes tan cerca. —Le recordó dándole una mirada perspicaz. Otoya le sonrió a modo de disculpa, aunque Tokiya vio que estaba aguantando la risa—. Y bien, ¿Qué sucede ahora? —El peli-azul sabía que el otro solo pondría una mala excusa, siempre lo hacía, y aun así, él nunca se negaba a ayudarlo con lo que fuera que le pidiera.

—Bueno… Tengo examen de química el viernes y… —El mayor soltó un suspiro cansado, esa vez se había equivocado, cuando vio que la expresión animada del pelirrojo flaqueaba, se dio cuenta de que estaba teniendo problemas en esa materia.

—Vamos a mi casa, tengo algunos libros que pueden ayudarte. —Tokiya siempre terminaba ayudándole a estudiar para cualquier cosa que el pelirrojo le pidiera, no obstante, era la primera vez que le decía de ir a su casa a repasar los apuntes, pero, eso se debía a que él no llevaba esa materia ese año, así que no tenía nada con que ayudarlo consigo, aunque, eso era algo que Otoya no sabía. El menor volvió a sonreír con una sonrisa tan enorme que Tokiya podría jurar que los bordes de sus labios llegaban a sus orejas.

—¡Gracias, Ichinose-senpai! —Tokiya aún se sentía extraño cuando le decía de esa forma, estaba al tanto de que era algo normal, ya que él estaba en tercer año y Otoya apenas en primero, y aun así, le parecía extraño porque él rara vez hablaba con estudiantes de segundo o primer año.

El camino a su casa no fue tan tranquilo como lo habría querido, Otoya le hacía preguntas triviales, incluso banales, y el otro contestaba para no ser maleducado, además, no le costaba nada responder a cosas como su color favorito, tampoco le costó demasiado esperar unos minutos fuera de una tienda para que Otoya comprara lo que fuera que estaba pensando en comprar, de hecho, eso lo ayudo a pensar en donde había guardado sus viejos cuadernos.

Tokiya tomaba apuntes claros y organizados de cada clase, sin embargo, nunca los revisaba, él tenía una memoria bastante buena, además, se aprendía las cosas en la misma clase, por esa razón no necesitaba revisar su cuaderno en ningún momento, si tomaba apuntes, era porque siempre se los pedían prestados, o su madre revisaba sus cuadernos para saber qué era lo que estaba aprendiendo. Pero, al cambiar de año, Tokiya dejaba los cuadernos olvidados en cualquier rincón oculto de su casa, por eso no sabía con exactitud donde estaba cada uno de ellos.

Una vez en su casa, Tokiya dejo a Otoya en su habitación en lo que iba a buscar los viejos apuntes de química››

—¿¡Quieres abrir la maldita puerta!? —Tokiya volvió abrir los ojos en cuanto escucho aquel grito, se traba de Ren, uno de los pocos amigos que había conservado de la preparatoria. El muchacho se levantó para abrir, como vivía en un diminuto departamento mientras estudiaba, su habitación estaba a un lado de una pequeña cocina, la que estaba junto a la entrada.

—Jinguji, no tienes por qué hacer un escándalo. —Escucho decir a Masato en cuanto abrió la puerta, sus dos amigos fijaron sus ojos en él—. Y tú deberías vestirte.

—¿Qué es lo que quieren? —Tokiya ignoro el comentario de Masato, no le importaba si estaba vestido de seda o en boxers, quería pasar un día tranquilo encerrado en casa.

—Que muevas el trasero, te dimos espacio un mes entero, es hora de que sigas adelante. —Se quejó el peli-naranja entrando a la fuerza en el departamento de Tokiya, mientras que el otro visitante suspiraba—. Hijirikawa, compórtate como la madre que eres y dile que mueva el culo.

—Deja de ser grosero, Jinguji. —Contraataco el peli-azul al otro—. Pero, tiene razón, Ichinose, no puedes quedarte aquí encerrado todo el tiempo.

—No es lo que planeo hacer, solo este día. —Se quejó Tokiya cruzando los brazos, por un lado le alegraba que sus amigos estuvieran ahí, mostrándose preocupados por él, por el otro, solo quería que lo dejaran solo más tiempo, aun tenía muchas cosas en las que pensar.

—Hijirikawa, mételo al baño. —Tokiya miro a Ren con una expresión digna de una pintura, para luego intentar forcejear con el otro peli-azul cuando este empezó a arrastrarlo con él al baño—. Que no salga, yo elegiré su ropa.

Después de ser obligado a ducharse por Masato, Tokiya tomo con molestia las prendas que Ren le dio para vestir, al menos el peli-naranja había elegido bien. Tokiya se vistió con los jeans de mezclilla negra, una camisa interior negra y una superior de cuadros negros con rojo. Al salir, fue Ren quien lo arrastró consigo hacia fuera, mientras que el otro cerraba con llave el departamento.

—Sabemos que no quieres ir a la universidad, no quieres verlo, lo entendemos, lo hacemos. —Estaba diciendo Ren mientras seguía sujetando uno de los hombros de Tokiya para asegurarse de que no se fuera—. Pero, no es excusa para que te encierres, además, si no estás ahí, no hay nadie que me pase los apuntes.

—Eres peor disuadiendo que Hijirikawa-san, y eso es decir mucho, Ren. —Comento Tokiya apartándose de él de un movimiento bruco—. Bien, aún estamos a tiempo para el tercer periodo, vamos antes de que me arrepienta. —Dijo tomando la delantera, Masato y Ren compartieron una mirada antes de seguirlo de cerca, al menos habían hecho un pequeño avance con eso.

—No me gustó mucho ese comentario, Ichi. —Se quejó Ren poniéndose a la altura de Tokiya, Masato hizo lo mismo del otro lado, con la diferencia de que él se mantuvo en silencio—. Lo dejaré pasar por ahora, aunque será la última vez.

—No seas condescendiente, nadie quiere eso. —Replicó Tokiya dirigiéndole la mirada por unos segundos—. Hijirikawa, ¿Tu eres amigo de Otoya, no?, ¿Qué tal esta él?

—No sé si sea bueno que preguntes por él. —Masato se tomó unos segundos para decir eso, había estado a punto de responderle, luego pensó que quizás no debería decir nada sobre el pelirrojo.

—Ustedes dijeron que siguiera adelante, creo que saber cómo esta él es una manera de hacerlo.  Además, lo pregunto con el interés de un amigo, no de otra cosa. —Se quejó cambiando el tono habitual de su voz, los otros dos suspiraron al escuchar eso, Tokiya tenía un buen punto ahí.

—No está mejor que tú, no tengo la menor idea de que paso entre ustedes dos, pero, ambos estaban igual de mal, aunque de distintas formas. —Le comento desviando la mirada, Masato no quiso saber que expresión ponía Tokiya con ello, porque sabía que luego Otoya le preguntaría por él.

Para él, era una molestia ser amigo de ambos en ese momento, uno quería saber del otro en todo momento, y como ambos eran orgullosos y miedosos, no se atrevían a hablar entre ellos desde que terminaron su relación.

 

Tokiya dejo de poner atención a lo que decía el maestro de la clase, su mano se movía de manera automática mientras apuntaba las cosas del pizarrón, sin embargo, el muchacho no estaba escuchando, cosa que luego pagaría cara, pero, en ese momento no le importaba en lo más mínimo, no solo porque sus apuntes seguían impecables, sino que, estaba concentrado en otra cosa. Tokiya sabía que aquel era el año de ingreso a la universidad del pelirrojo, Tokiya sabía que aquel muchacho era un nervioso de naturaleza, de manera que estaba preocupado por él.

El peli-azul detuvo el movimiento de su mano durante un momento, al darse cuenta de que se estaba preocupando por aquel muchacho no pudo evitar enojarse consigo mismo, él ya no tenía razón alguna para pensar en él, o estar preocupándose por lo que hacía o no hacía, Tokiya consiguió dejar de pensar en él durante el resto de la clase, sin embargo, la siguiente fue una hora libre, pero, él paso de ir al comedor o a la azotea a pasar el rato, no tenía ganas de estarse paseando por ahí, además, la siguiente clase que tenía programa era en ese mismo salón, así que quedarse ahí era lo más oportuno.

—¿Seguro que no quieres que te traiga algo? —Le pregunto Ren poniendo una mano en su hombro, Tokiya negó con un gesto—. De acuerdo, regreso en una hora, iré a ver a Syo y a… Bueno, vuelvo en un rato. —A Tokiya no le habría importado que Ren dijera su nombre, no era que fuera como Voldemort, o un tema tabú, así que no encontraba razón alguna para que evitaran pronunciar ese nombre frente a él.

—Otoya… ¿Qué estás haciendo? —Murmuro al apoyar los brazos en el pupitre, Tokiya entonces descendió la cabeza, de forma que estaba usando sus brazos como una mala almohada. El muchacho cerró los ojos para relajarse un poco.

‹‹Tokiya estaba cansado, no recordaba haber corrido tanto en su vida, pero, el otro equipo estaba haciendo demasiada presión, y los miembros de su equipo estaban correspondiendo, por eso era que él estaba excediendo su límite junto a ellos, sin mencionar que, aquel era su último partido de soccer en la preparatoria, y de hecho podría ser el último de su vida. Por esa razón, lo estaba dando todo de su mismo, sin embargo, eran los últimos instantes, y el juego seguía en empate, con el balón en un eterno forcejeo por el control.

En los últimos segundos, Tokiya consiguió hacerse con el balón, mientras que Ren y Syo, un kouhai del equipo, le seguían de cerca para tomar el balón en seguida si alguien lograba quitárselo al peli-azul. Tokiya se las arregló para alcanzar el área de la portería, pero, entonces un jugador del equipo contario apareció frente a él, listo para robarle la pelota.

—¡Vamos, Tokiya-senpai! —Tokiya no necesito girar el rostro para saber que se trataba del pelirrojo desde la banca, Otoya había sido un miembro de reserva en esa ocasión, por eso mantuvo los ojos sobre la pelota, pero, al ver que Tokiya estaba cerca de anotar el gol ganador, se levantó de la banca para darle ánimos—. ¡Tokiya-senpai!

—¡Ya lo sé! —Grito el peli-azul al golpear la pelota, de forma que esta hizo una parábola sobre el jugador—. ¡Ren! —Aunque Tokiya logro pasar sobre el jugador, aún quedaba el portero, por eso le grito a Ren para que diera el golpe final.

—¡Déjamelo a mí! —Respondió el peli-naranja tomando el control de la situación, Ren entonces hizo un ademan de lanzar la pelota a la izquierda, y cuando el portero se movió a ese lado, cambio su dirección a la derecha, anotando el gol en el último instante.

Ese fue el momento en que el público que apoyaba a los Zorros de Shining, se volvió loco en los gritos y aplausos, todos los miembros del equipo empezaron a palmear la espalda de Ren, felicitándolo por ganar el partido, incluso Tokiya le hizo un gesto sincero de orgullo, para luego dirigirse a la banca a tomar una toalla, para secarse el sudor.

—¡Eso fue genial, Tokiya-senpai! —Lo felicito el pelirrojo entregándole una toalla blanca—. Gracias a usted ganamos.

—Fue Ren quien metió el gol. —Replico Tokiya limpiándose la frente y el cuello.

—¡Pero eso fue gracias a usted! Usted puso la oportunidad, en lo que a mí respecta, fue usted quien gano el partido. —Le dijo el pelirrojo con una sonrisa encantadora, Tokiya no pudo evitar congelarse por unos segundos, aquel muchacho siempre lograba convertirlo de piedra con sus comentarios.

—Gracias, Otoya. —Le sonrió de una forma suave, Tokiya no tenía problema alguno para sonreírle a ese chico, aunque eso podría deberse a que el otro siempre lo ponía de buen humor—. Los chicos probablemente irán a celebrar al karaoke, ¿No dijiste antes que querías ir? —Le pregunto haciendo su camino hacia los vestidores del equipo, Otoya le siguió el paso poniendo una mueca.

—¿No iras tú, Tokiya-senpai? —Le pregunto ladeando el rostro hacia el peli-azul de forma que estaba ligeramente inclinado hacia él.

—No puedo, tengo que ir a despedir a mi padre al aeropuerto. —Replico el muchacho con una expresión estoica, entonces, el pelirrojo recordó que los padres de Tokiya se habían separado tiempo atrás, y que su padre a veces lo visitaba.

—No debí preguntar, entonces, suerte con eso, senpai. —Le dijo con una pequeña sonrisa, el menor sabía que a Tokiya no le gustaba hablar de su relación con su familia, por eso evitaba el tema a toda costa.

—Está bien. ¿Entonces, iras con ellos a celebrar? —Desvió un poco el tema el mayor, dándole una mirada por el rabillo del ojo a su acompañante. Otoya lo pensó durante nos segundos,  en verdad había querido ir a un karaoke tiempo atrás, sin embargo, si no estaba el equipo completo, no veía como la celebración podía ir bien.

—No, hoy no tengo muchas ganas de cantar. —Replico encogiéndose un poco de hombros, entonces, el contario pensó que era un muy mal mentiroso, pero, evito decir algo al respecto.

—Ya veo, entonces, ¿Vienes conmigo? No me tomará mucho tiempo decirle adiós, así que podemos ir a comer después de eso. —Le comento regresando la mirada al camino, Tokiya nunca había invitado a Otoya a hacer nada, siempre era el menor el que sugería hacer cosas, mayormente estudiar para sus exámenes. Por esa razón, Otoya se sorprendió demasiado al escuchar esa invitación.

—¿Esta seguro, senpai?

—Por supuesto. ››

Tokiya se despertó con un bostezo, el aula seguía estando sola, de forma que aprovecho para echar el cuerpo sobre el respaldo de la silla y cruzarse de brazos, si las cosas seguían así, no sería capaz de irse a dormir sin miedo de tener un recuerdo por sueño. Al menos, aquel era un recuerdo sin mucho peso sobre él, si bien había sido el momento en que su relación con Otoya había dejado de ser la de senpai-kouhai, a ser de amigos, no era un momento que hubiese significado demasiado para él.

—¿Ichinose-san, está usted bien? —Aquella voz suave y aguda lo saco de sus pensamientos, Tokiya no tuvo que enfocar la mirada para saber que se trataba de Haruka Nanami, una de sus compañeras de clase, aun así, por respeto se giró a verla—. Si se siente mal, quizás debería a la enfermería. —Le comento la muchacha mostrándose preocupada, y Tokiya le dio una pequeña sonrisa para tranquilizarla.

—No se preocupe por mí, Nanami-san, estoy perfectamente bien.  —Le dijo manteniendo el gesto, y aunque Haruka dudo unos segundos, acepto las palabras de Tokiya para regresar a su asiento, pocos segundos después se sentó junto a ella una pelirroja que Tokiya conocía bastante bien,  al ver que ya no estaba solo en el aula, se decidió a pasear por ahí, no le interesaba entrar a la clase del siguiente periodo, ni a la del ultimo, por lo que se escabulliría ese día.

Tokiya tomo su bolso para irse, cruzo una mirada con la muchacha del cabello rosa y le hizo un gesto pidiéndole que guardará silencio, la muchacha asintió y entonces salió del salón sin ningún rumbo, esos días había estado tan absorto en su mente que nada le parecía interesante, sobretodo en momentos como ese, en que no sentía la necesidad de atender los asuntos que en otro momento le eran los de más importancia.

—¡To-ki-ya-kun! —Tokiya detuvo sus pasos cuando escucho que lo llamaban de aquella manera tan identificable, el muchacho suspiro porque sabía que no había forma alguna de escapar de esa persona—. ¿Cómo estas, Tokiya-kun? —El peli-azul puso sus ojos sobre el oji-verde, aquel muchacho era más amigo de Otoya que de él, de forma que Tokiya seguía sin comprender del todo porque se preocupaba tanto por él.

—Estoy bien, Shinomiya-san, ¿Qué hay de usted? —Le pregunto por cortesía, ya que le rubio estaba siendo tan amable, Tokiya no podía dejarlo sin más.

—Estoy bien, gracias por preguntar. —Replico con una sonrisa—. Me gustaría poder decir lo mismo de Oto-chan, los últimos días lo he visto bastante deprimido. —Le comento bajando la mirada, Tokiya había olvidado lo amable y de buen corazón que era aquel muchacho—. ¿No hay manera alguna de que hables con él? Creo que eso le haría bien.

—Fue él quien dijo que no quería volver a verme. —Respondió Tokiya con algo de pesar, él pensaba que hablar con Otoya era lo mejor, sin embargo, le había prometido en aquel momento que no volvería a interferir con su vida, y el peli-azul era un hombre de palabra. Natsuki puso una mueca de tristeza, él consideraba a ambos buenos amigos, y deseaba verlos sonreír de la misma forma que habían hecho antes.

—¡Natsuki! —Ambos miraron a al lado del pasillo de donde provenía esa voz, Tokiya tuvo que contener el aliento durante unos segundos, habían pasado casi dos meses completos desde la última vez que lo vio, pero, él seguía completamente igual, quizás su cabello rojo estaba un poco más largo, aunque, eso era algo que solo él notaría. Cuando Otoya vio a Tokiya junto al rubio, detuvo sus pasos hasta quedarse frente a este—. Tokiya…

—Bueno, Shinomiya-san, fue bueno hablar contigo, Otoya, espero que estés bien. —Tokiya le dio una sonrisa triste al pelirrojo, nunca habían dicho nada de no hablar si se encontraban, pero, el peli-azul no estaba listo para aquello, seguía sintiéndose extraño desde lo que paso dos meses atrás.

—¡Tokiya! —Cuando el pelirrojo lo llamo, se giró para encontrarse con aquellos ojos rojos, pudo ver el dolor en él, de forma que comprendió que ambos estaban sufriendo con aquella situación—. Tokiya, nosotros… ¿Podemos hablar?

‹‹Otoya se encontraba nervioso, era la primera vez que salía con Tokiya, no es que no hubiese pasado tiempo con él a solas con anterioridad, pues siempre le estaba pidiendo que lo ayudará a estudiar, de forma que había llegado a conocerlo bastante, ya fuera por sus sesiones en la biblioteca de la escuela, o la vez que Tokiya lo invito a ir a su casa, sin embargo, aquella ocasión era distinta, pues era la primera vez que el peli-azul lo invitaba a pasar tiempo con él, de misma forma que era la primera ocasión en que no hablarían de cosas de la escuela, sino que podrían hablar con libertad de cualquier otra cosa, y eso era algo que lo asustaba, ya que no tenía la menor idea de que podía hablar con él, hasta ese momento, su relación había sido la de senpai-kouhai, quizás eran un poco más allegados de lo que otras personas esperarían, pero, aun así, ¿Otoya podía decir que eran amigos?

—Otoya, ¿Me estas escuchando? —Escucho que le preguntaba el contrario, aquello lo tomo por sorpresa, haciendo que se sobresaltará un poco—. Eso pensé. —Suspiro el otro con un poco de resignación—. Te decía que me esperes aquí, no me tomará mucho decirle adiós.

—Ah, claro, yo esperaré aquí. —Replico el pelirrojo poniendo una pequeña sonrisa.

Otoya observo como Tokiya se alejaba de él, habían llegado a la terminal de aeropuerto de Narita, aunque no habían entrado, quizás se debía a que Tokiya no quería que su padre lo conociera, y si acaso esa era la razón, ¿Era porque no lo consideraba un amigo?,¿O simplemente no veía necesidad de presentarle a nadie a un hombre que no pasaba tiempo con él?  Fuera lo que fuera, Otoya debía estar bien con eso, al final era la decisión de Tokiya, y no había algo que él pudiera hacer para cambiarlo en ese momento.

—Lo siento, tarde más de lo pensé. —Escucho la voz del peli-azul frente a él, Otoya levanto la vista para encontrarse con sus ojos, él no se había dado cuenta del tiempo pasar, de manera que no pensaba que hubiera tardado mucho en despedirse de su padre.

—No te preocupes, me ha dado tiempo de pensar en que quiero comer. —Replico poniendo una sonrisa, cualquier problema que tuviera con su situación actual, no podía ser lo suficientemente grande para incordiarlo en ese momento, Otoya quería disfrutar de aquella salida con Tokiya como era debido.

—¿En serio?,¿Y qué es lo que quieres comer? —Le pregunto con un interés moderado, Tokiya no tenía hambre, lo que era algo extraño después de haber gastado tantas energías en el partido de soccer, sin embargo, fue él quien lo había invitado a comer y ahora tenía que cumplir con ello.

—¡Karage! —El peli-azul no pudo evitar detenerse en seco para mirar a su acompañante, quien había dado unos pasos más antes de notar que el otro no seguía moviéndose—. ¿Pasa algo, Tokiya-senpai?

—Si se trata de eso, no hay que gastar, vamos a mi casa, puedo hacerlo por ti. —Le dijo cerrando los ojos por un instante, Tokyia ya estaba al tanto de que Otoya no era de tener caprichos, pero, que dijera algo tan sencillo como el pollo crujiente le resulto casi decepcionante. ››

Otoya que tenía el resto del día libre, siguió a Tokiya hasta un parque que ambos conocían bastante bien, pues ahí se habían empezado a reunir cuando Tokiya avanzo a la universidad, mientras que Otoya terminaba otros dos años de preparatoria. Durante ese lapso de dos años, su amistad se había solidificado hasta un punto en que podían hablar entre ellos con una simple mirada, y aun así, todo se fue al gafe en un solo día dos meses atrás.

—¿Seguro que quieres hablar aquí? —Pregunto el peli-azul acercándose a los columpios, a esa hora todos los niños estaban en la escuela, de aquello que el parque estuviera tan desolado. Ambos se sentaron en un columpio antes de seguir hablando, Otoya no estaba seguro de que era lo que podía decir, para empezar, él que había tenido un problema aquel día había sido Tokiya.

—El lugar no importa. —Replico el contrario sin dirigirle la mirada—. Lamento lo que paso ese día. —Dijo regresando la mirada al peli-azul, quien se quedó atónito al oír eso, ¿Por qué se disculpaba él?, Otoya no había sido quien arruino todo, él simplemente fue sincero con lo sentía, debía ser Tokiya quien se disculpará—. Yo…

—¡No sigas! Todo esto es mi culpa, no tuya. —Lo calló levantándose del juego—. Tu… Tu solo me dijiste como te sentías, y aun así yo… Yo te dije todas esas cosas horribles. —Tokiya se mordió el labio al recordar todo lo que le había dicho al pelirrojo en ese mismo parque, aun no podía aceptar que fue sumamente desalmado con Otoya ese día.

—Sé que tu madre murió ese día. —Dijo Otoya al ver que el otro no continuaba con lo que decía, el peli-azul volvió a quedarse perplejo con lo que escucho, era imposible que Otoya se enterase de eso, ni siquiera Ren y Masato lo sabían—. Nanami-senpai me contacto unos días después de eso. —Le dijo al ver la mirada que tenía—. Lo siento, tendrías que haber ido a verla al hospital, pero, yo te mantuve conmigo todo el día.

—¿Quién dice eso? —Tokiya estaba mirando al suelo para evitar que Otoya viera las lágrimas que se formaban en sus ojos—. Si pase el día contigo fue porque así lo quise. —Otoya se mordió la lengua para no decir nada, de algún modo, sabía que Tokiya estaba siendo demasiado sincero al decir otro, pues el pelirrojo siempre supo que la relación del contario con sus padres era bastante mala—. No decidas lo que yo quiero hacer por tu cuenta.

—¿Entonces qué es lo que quieres? —Cuestiono levantándose también del columpio—. Aquel día… Me dejaste en claro que no sientes por nada por mí, y aun así… ¿También estuviste deprimido no?  Masato me dijo que no saliste de tu departamento en días.

—Estúpido Hijirikawa-san… —Murmuro Tokiya inhalando un poco—. ¿No eres tu quien dormía con el suerte que nunca me devolviste? —Cuestiono en un contraargumento aun sin dirigirle la mirada.

—Es cierto, desde que te conocí siempre te he perseguido… Yo siempre supe lo que sentía por ti, y aun si no sentías lo mismo, quería estar contigo. —Tokiya sintió como su corazón se estrujaba ante esa revelación, la última vez que Otoya le había hablado de esa forma sobre sus sentimientos, el peli-azul no sintió nada, y aun así, ahora sentía el peso del mundo sobre sus hombros—. Pero, no puedo continuar siendo tu amigo, ni siquiera puedo tratarte como a mi superior, por eso es que… No quiero volver a verte, Tokiya. —Le dijo tratando de contener las lágrimas, al menos Tokiya no podía verlas porque seguía sin verlo.

Otoya se dio la vuelta para irse, fue demasiado doloroso para él el solamente aparecerse en ese parque con Tokiya, tenía demasiados recuerdos buenos ahí, sí, sin embargo, el ultimo que tenía en ese lugar, era en definitiva el peor momento de su vida, y si tenía que irse y evitar se lugar por el resto de su vida para no pensar en todo eso, lo haría. Si tenía que evitar a Tokiya hasta que este saliera de la universidad, lo haría también.

El pelirrojo fue capaz de dar unos pasos, hasta que sintió una mano sobre la suya, entonces se dio la vuelta para el rostro lloroso de Tokiya. Antes de que pudiera decir algo, el peli-azul lo atrapo en un abrazo firme pero suave, Otoya pronto dejo de pelear con sus lágrimas, si estas debían salir de sus ojos, que lo hicieran, ya no le importaba. Ambos hombres lloraban en silencio mientras mantenían aquel abrazo.

—Te quiero, te quiero conmigo… No me dejes Otoya. —Murmuro el peli-azul contra su oído, y Otoya nunca se sintió tan feliz como en ese momento—. Tú eres muy importante para mí, cuando miro atrás, siempre te veo a ti, siempre has estado ahí para mí desde que te conocí… Por eso, cuando no te tuve conmigo fue tan desgraciado.

—Tokiya…

—No sé qué es lo que siento, tú sabes que nunca he estado seguro de las cosas emocionales, pero, quiero que me ayudes a descubrirlo… Quédate conmigo, por favor. —Tokiya se había separado lo suficiente de él para mirarlo a los mientras le decía eso, para luego volver a ocultar su rostro en el cuello del pelirrojo. Otoya puso una mano en el cabello azul del otro al mismo tiempo que dibujaba una sonrisa en su propio rostro.

—Yo siempre estaré para ti, Tokiya. 

 

 

 

OMAKE/EXTRA:

 

Ese día Tokiya le comento que podía quedarse a dormir en su departamento, después de todo, el pelirrojo tenía que estudiar tanto como fuera posible antes del examen del lunes, y para la suerte de este último, Tokiya estaba libre de trabajos para entregar de la universidad, así que podía ayudarlo tanto como pudiera el fin de semana entero.

—¡Sigo sin entenderlo! —Se quejó el pelirrojo dejando caer su rostro en la mesa, Tokiya simplemente levanto la mirada de su libro de texto para ver como el cabello del pelirrojo enseñaba lo deprimido que estaba el otro.

—¿Qué estás leyendo ahora mismo? —Le pregunto ya que unos segundos antes, Otoya, había cambiado el libro de historia japonesa por otro, y él no fue capaz de ver de qué libro se trataba.

—Sobre las leyes de Mendel, tú sabes, eso de la genética. —Le respondió poniendo la mitad del rostro contra la madera, y la otra al aire. Tokiya no pudo evitar suspirar al oír eso, a él ese tema le parecía demasiado fácil, pero bueno, a él todo le parecía sencillo de comprender.

El peli azul tomo el libro para ver el tema por encima, él comprendía las cosas tal y como las explicaban en aquellos textos, sin embargo, luego de dos años de ayudar al pelirrojo, sabía que este tenía dificultades con esas explicaciones tan técnicas, de forma que tenía que leer bien los textos para poder explicarle de una forma más sencilla de comprender. El pelirrojo observo atentamente el rostro del contario mientras este leía el texto, esa tarde Tokiya estaba usando sus lentes de lectura, por lo general era bastante raro verlo con esos lentes de armazón negro encima, ya que Tokiya rara vez los usaba si no estaba leyendo, y él nunca, nunca, leía algo si estaba con alguien más, porque cualquier pequeño ruido lo distraía. A Otoya le gustaba como lucia con esos lentes, de alguna forma, lo hacían ver más intelectual de lo que era.

Tokiya, al terminar de leer el texto, precedió a explicarle el tema con el detalle suficiente para que él fuera capaz de explicarlo por su cuenta, el pelirrojo le puso absoluta atención como solía hacer, sin embargo, mientras escuchaba todo lo que el otro le decía, no podía evitar mirar sus labios, el pelirrojo se había estado preguntando desde tiempo atrás como sería el besarlos, claro que, no era algo que fuera a preguntarle, incluso el solo pedirle que lo ayudaría a estudiar seguía dándole vergüenza, ¡Y tenía dos años haciéndole esa misma petición!

—Entiendo, gracias, Tokiya.

Tokiya siguió leyendo su libro de texto mientras Otoya regresaba al propio, ambos disfrutaron de una lectura en silencio durante las siguientes horas, Otoya, que estaba sumamente concentrado en lo suyo, pues necesitaba notas tan perfectas como le fueran posible para pasar su último año con honores, no se dio cuenta del tiempo pasar, y para cuando levanto la vista, vio que Tokiya se había quedado dormido en el sofá. El pelirrojo pensó que nunca lo había visto de esa forma, mientras se acercaba para quitarle los lentes, Otoya se aseguró de hacer un movimiento suave y limpio para no despertarlo, y cuando le quito los lentes, los dejo en la pequeña mesita que estaba en la misma sala, y luego fue a buscar una sábana a la habitación del muchacho, para luego regresar a cubrirlo con ella.

—Descansa, Tokiya.

El pelirrojo entonces retomo su lectura de distintos textos, aun no era demasiado tarde y quería terminar al menos otros tres temas, por eso siguió leyendo a pesar de sentir los ojos pesados.
Cuando Tokiya se despertó, vio que eran alrededor de las dos de la mañana, para luego ver al pelirrojo con el rostro sobre uno de sus libros, el peli-azul suspiro al ver que estaba dormido. Al levantarse, fue consciente de la sabana que tenía encima, se sintió algo avergonzado de haberse dormido cuando se suponía que lo ayudaría con su estudio, pero, no le dio demasiada importancia a eso.

En vez de darle más importancia de la necesaria, se levantó para cubrir al contrario con la misma manta y acariciar su cabello.

—Descansa, Otoya, hoy trabajaste muy duro. 

Notas finales:

¡Hola! Antes que nada, muchas gracias por leer este shot, este es algo especial para mi, ya que es la primera vez que escribo de Tokiya y Otoya, lo que es algo raro ya que es mi OTP, y aun así nunca antes me había molestado en escribir de ellos, de manera que tuve algunas dudas en cuanto a esto, pero, al final me gusto, también esta dedico a una amiga a la que siempre le rompo el corazón con mis historias normales, así que, Glow, esto va para ti :) 


Espero que les haya gustado, una vez más, ¡Gracias por leer! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).