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"El héroe perfecto" por Rainbow Pow

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Notas del fanfic:

Este es el segundo fanfic que escribo xDD podría decirse que está basado hasta cierto punto en la maravillosa película "Perfecto asesino. Leon." dirigida por Luc Besson. Apenas volví a verla y no pude dejar de imaginarme a Saitama y Genos como los protagonistas, y así nació esto :vv *posiblemente haya algo de shota :P*


En fin, espero lo disfruten y por esta vez, les pediría que me comentasen si les ha gustado ya que no estaba segura de que tanto apegarme a la historia original.


Gracias por su tiempo :D 

Un hermoso día soleado en la ciudad, la brisa refrescante chocaba gentilmente con el rostro de un pequeño rubio de apenas 14 años mientras recorría en bicicleta las alegres calles llenas de una gran variedad de personas, podían apreciarse adultos tomando café en restaurantes, enamorados besándose en algunas bancas del parque, niños jugando y riendo por doquier, así era el lugar en dónde Genos vivía y a decir verdad le encantaba.

Llegó a su modesta casa que era un departamento, dejó su bicicleta en el estacionamiento delantero, posteriormente tomó el  elevador. Antes de que se cerraran las puertas, un hombre alto y de espesa cabellera negra subió junto con él, se trataba de su extraño vecino que vivía en el mismo piso, casi no habían hablado mucho y lo único que sabía de él era que tenía 21 años y siempre corría como loco en el parque, sin embargo Genos no creía que fuera alguien peligroso. Escuchó el timbrar del elevador e iba a bajarse hasta que recordó que debía pasar a la tienda por un encargo de su madre, así que bajo nuevamente y salió del edificio.

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Un grupo de hombres se encontraba afuera de un enorme edificio gris, esperando dentro de sus vehículos las órdenes del horrible acto que se llevaría a cabo en ese momento.

-¿Estás seguro qué es aquí?- preguntó exasperado mirando a su compañero.

-Sí, en el noveno piso, habitación 4-B o al menos eso es lo que dice el papel-

-Ahh- suspiro con pesadez- Bueno, habrá que apresurar las cosas para irnos temprano- dicho esto todos bajaron de sus coches y se adentraron al edificio.

Rompiendo la puerta con brusquedad fue que los seis hombres arremetieron contra el pacífico hogar. Todos estaban armados, a la primera que encontraron fue a la madre de Genos a quien sin ninguna sutileza le dispararon directamente a la cabeza, haciéndola explotar, llenando la habitación de sesos y sangre, la pobre mujer no fue capaz de siquiera decir algo antes de que eso ocurriera. Posteriormente, encontraron a su padre y lo acorralaron contra la pared para después ponerlo de rodillas en el piso mientras inspeccionaban la casa.

-¡¿Qué está sucediendo?!- preguntó el rubio mayor totalmente asustado, había escuchado los disparos anteriores y sólo rezaba porque no hubieran lastimado a nadie de su familia.

Un sujeto alto, de tez blanca y cabello castaño miró indiferente al otro hombre, luego rio a carcajadas y le dio una patada tan fuerte que incluso le tiró algunos dientes.

-¡No finjas demencia, sucia rata!- se acercó a su oído y susurró amenazadoramente- Tú le debes dinero al jefe “Mad Cyborg”-

-¡¿Qué?, yo no le debo dinero a nadie, es más ni siquiera conozco a ese tipo!- gritó confuso aún con la boca chorreando de sangre y con un acento raro provocado por la ausencia de algunos dientes.

-Mmm...-torció la boca- Muy bien… muy bien, no quieres cooperar-

El rubio miraba expectante a aquellos sujetos que rompían objetos sin parar, rasgaban los colchones, esculcaban cada rincón; tragó duro al pensar en su pequeño hijo, no quería que lo lastimaran pero la realidad era que él no tenía nada que ver con ninguno de ellos. El castaño se acercó hacia él y le apuntó con una pistola en la garganta.

-Maldito miserable- escupió en el rostro ajeno- Al menos dinos dónde está el dinero-

-L-les he d-dicho que yo no tengo nada que ver, en serio- cerró los ojos y comenzó a sudar.

-Está bien, tú lo quisiste-

A sangré fría tiró del gatillo, la garganta quedó perforada y las paredes se mancharon de un rojo carmesí. El castaño respiro hondo para comenzar a gritarle a todos que se apresuraran en encontrar el dinero. Mientras, Saitama miraba al sujeto que se encontraba afuera del apartamento vecino ya que había escuchado disparos prevenientes de ese lugar, lo cual le pareció extraño pues pese a que no conocía mucho a sus vecinos él sabía que no eran personas problemáticas o malas. Pudo ver cómo salía un hombre castaño a fumar al mismo tiempo que hablaba con el sujeto que se había quedado en la puerta.

-¿Qué están haciendo? ¡Dejen a esa pobre familia en paz!- dijo una anciana que salió de su casa.

-¡Métase en sus asuntos abuela!- se quitó el cigarrillo de la boca y soltó un disparo cercano a la mujer, espantándola y haciendo que se metiera en su casa en seguida.

Al ver eso supo que no sería buena idea entrometerse así que decidió de mala gana ignorar lo que estaba ocurriendo, no parecía correcto pero por otro lado no sabía nada sobre sus vecinos. En el momento en que iba a alejarse de la puerta pudo ver a un pequeño rubio subiendo por las escaleras, caminando tranquilo por el pasillo, entonces lo reconoció, él también vivía en ese departamento. Se angustió un poco por lo que vendría después.

Genos regresó con las manos vacías pues no encontró al señor del encargo, mientras caminaba miró confundido  a los hombres que se encontraban fuera de su casa, se detuvo cerca de la puerta y observo horrorizado a quien parecía ser su madre, era difícil decirlo ya que ahora sólo quedaba un bulto sanguinolento con la cabeza destrozada, se quedó estático observándola.

-¡Ey tú, niño! ¿Qué ves, acaso vives aquí?- preguntó el castaño observándolo fijamente, rozando su arma con la mano en dado caso que la respuesta fuera afirmativa. Sin embargo, el joven rubio no era capaz de contestar, estaba tan asustado que su voz no salía, además ni siquiera podía moverse.

Saitama miraba la escena indeciso, sino hacía algo pronto sin duda matarían a ese niño también. Vaciló un poco antes de tomar su arma y esconderla en su pantalón para luego abrir la puerta y dirigirse a dónde estaba Genos.

-Perdonen, él es…- pensó en una mentira creíble, no podría decir que era su hermano puesto que no tenían ningún parecido- mi sobrino, me lo han encargado, no habla mucho- lo tomo del brazo y lo acercó hacía sí.

-¿En serio? Pues no lo cuida muy bien- dijo el horrible hombre en un tono que resultaba molesto-¡Lárguense antes de que cambie de opinión!- dicho esto le propino un leve golpe en la cabeza a Saitama quien se contuvo de responder la agresión.

-Ya oíste, vámonos- le dijo el pelinegro al menor mientras lo jalaba del brazo hacía su departamento, Genos caminaba torpemente mientras continuaba viendo el cuerpo, cuando se alejó y ya no pudo verlo entonces miró con odio a los causantes de aquello, tratando de grabar el más mínimo detalle que le permitiera encontrarlos en un futuro muy cercano y poder vengarse.

-Siéntate aquí y no te muevas, ¿de acuerdo?-

Ya estaban dentro del hogar de Saitama, quien dejó sentado en el comedor de la cocina a un aturdido Genos. Se dirigió a la puerta para continuar observando los movimientos de aquellos sujetos, por alguna razón tenía un muy mal presentimiento sobre lo que ocurriría una vez que se fueran.

-No hay nada, señor- dijo un tanto temeroso uno de los hombres.

-¡¿Cómo es posible?!- el castaño comenzó a patear la pared furioso, cuando se cansó respiró profundamente- Ahh, seguramente no lo tenía escondido aquí… en fin, basta de perder tiempo, ¡vámonos!-

-¡Sí, señor!-

-Oh, pero antes- se dirigió a un hombre de tez morena- Casi medio edificio ha visto nuestros rostros, así que encárgate de eliminar toda evidencia, ¿entiendes?- dicho eso, le dio una caja de fósforos.

-S-sí, Señor, yo me hago cargo-

-Buen chico- palmeo sus mejillas con ambas manos en señal de aprobación- Te esperamos afuera, más vale que no tardes o te dejaremos aquí. Los demás, ¡vámonos de aquí ya!-

El moreno se adentró a la casa, vertió un poco de alcohol proveniente de las pocas bebidas alcohólicas que ahí había y después encendió un fósforo, dejándolo caer en aquel líquido, provocando que el lugar comenzara a quemarse.

Saitama vio salir a todos de ahí sin armar tanto jaleo, respiró aliviado y se recargó contra la puerta para pensar bien en lo que haría con ese niño. Cerró los ojos meditando, el tranquilo ambiente se vio interrumpido por el extraño calor repentino. El pelinegro abrió la puerta, encontrándose con llamas ardientes esparciéndose por el lugar, en un impulso de supervivencia se fue corriendo por las escaleras para llegar abajo y salir, pensaba que sería un idiota si usaba el elevador. Al estar ensimismado en huir, se olvidó por completo del pequeño rubio que yacía en su cocina.

Genos pensó que su vecino tardaba demasiado por lo que se fue a buscarlo, cuando estuvo en la sala vio como el fuego devoraba la habitación, bloqueando la puerta que le permitiría escapar de una muerte lenta y horrible. Sintió desesperación y el humo le provocaba mareos, se atormentaba pensado que la persona que lo salvó antes le había abandonado para dejarlo morir entre las fervientes llamas, empezó a toser víctima del gas denso y la falta de oxígeno hizo que se desplomara en el suelo, perdiendo la consciencia.

Notas finales:

Bueno, dependiendo del apoyo veré si lo continuo, aunque el segundo capítulo ya está escrito :3 


Espero sus respuestas con ansias, nos leemos luego y que tengan un bien día n.n/


Pd: para quienes hayan leído mi otro fic ("Quédate a mi lado") mañana subo la actualización ;D (eh estado muy productiva ultimamente xD en fin, eso es todo :B)


Gracias c:


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