En estos momentos, podría estar sentado, leyendo un libro mientras bebía una taza de té. Hinami-chan estaría en la mesa de al lado platicando felizmente con su madre. Uta, Itori y Yomo tomarían sin cesar en la barra escuchando las leyendas que Enji contaba cada vez. Touka… tal vez trabajaría en un nuevo café acompañada de su hermano, en ese mundo, ellos pudieron seguir juntos como familia. Puede que hasta su jefe Yoshimura atendiera a otros clientes. Y él…, podría estar sentado, leyendo un libro mientras bebía una taza de té…, pero no solo eso, también estaría acompañado de su querido Hide, quien lo regañaría por no prestarle atención.
Si todo hubiera sido diferente… tal vez… tan solo, tal vez… él pudo ser amado y feliz… El tiempo pasó, las decisiones fueron tomadas, y ya no quedaba nadie en el café, todos los rostros se habían evaporado. Ahora él era un monstruo. Nadie sonreía ya, y dudaba que fueran a volver a hacerlo.
…
Un golpe de realidad lo atravesó en cuanto escucho esa voz llamando un nombre-Kaneki- frente a él estaban las consecuencias de sus errores, Anteiku estaba destruido, todos habían huido, algunos estaban peleando. No quedaba rastro de las sonrisas que alguna estuvieron ahí.
–Es realmente difícil hacer café ¿verdad?- pero a pesar de todo, en ese lugar, no estaba solo. Hide, su querido… no…amado Hide estaba presente, en medio de la guerra, entre toda esa oscuridad, seguía a su lado, con una sonrisa.
Y fue consciente de lo que era. Ya no eran los mejores amigos, ya no eran los mejores amantes, ya no eran nada, ahora, era un monstruo, un demonio el cual eligió ser para proteger a los que amaba.
Sosegado, el peliblanco se tapó su ojo izquierdo, como si aquello pudiera ocultar todas las atrocidades que había hecho. Se cubrió el vientre con la otra mano, como si eso pudiera opacar la culpa.
El rubio intento tomar la bebida recién preparada, quizás así su amigo se sentiría más seguro, pero al momento de olerlo, no pudo sentir más que nauseas-hmp, lo siento- y con una voz cantarina terminó- esto esta horrible-pero Kaneki seguía en la misma posición, lo menos que quería era verlo así de triste, por lo que intento mejor evocar un recuerdo gracioso.
-Recuérdalo, cuando Nishio me intento matar- para el humano, era algo divertido-me hice el muerto para que me dejara en paz, pero ese tipo no conoce la piedad-soltó una pequeña risa-creo que no funciono- y Kaneki seguía llorando, pensando, si lo sabía desde entonces, ¿Por qué nunca se lo dijo?.
-Te veías tan feliz en este lugar- observaba el café, recordando la sonrisa del entonces pelinegro- entonces intente hacer lo que pudiera para ayudarte-centro su mirada en el café-pero todo resulto así.
Hide borro su sonrisa, las cosas eran diferentes, su actitud encantadora no serviría para curarlo todo esta vez, pero el momento de decir, de hablar, de dejar de callar las cosas que nunca habían salido de su labios-Kaneki…-era momento de la verdad-lo se…-se acercó al ghoul, quito su mano del ojo delator dejándolo a la vista-todo.-, acerco su mano con delicadeza y cierto temor al vientre del peliblanco, acariciándolo con ternura. Kaneki dejo de llorar, y lo miro sorprendido, su amado no lo odiaba por habérselo ocultado.
-Dejar de hacer las cosas tu solo-por último Hide beso su ojo maldito, como si con eso pudiera expiar los pecados de la persona que más quería en el mundo-Me gusta tu parche-Kaneki se dejó abrazar-¿tú lo diseñaste?- y por primera vez en mucho tiempo, el ghoul rio sinceramente, no entendí como su amigo podía preguntar cosas así en una situación tan extraña como la que le estaba pasando, no se sentía tan feliz desde que supo que iba a tenar un bebé de su persona especial.
Correspondió el abrazo… en ese momento, se percató de que un líquido manchaba las ropas del rubio, un líquido caliente y espeso, el cual reconocía, se deslizaba por sus dedos, solo entonces fue consiente del charco de sangre debajo de ellos, y Hide se desplomo.
-Creo que no tuve cuidado ahí afuera-
Kaneki no paraba de llorar mientras abrazaba el cuerpo ajeno, ¿Qué esperaba?, ¿Qué todo se solucionaría?,¿Qué por fin podrían ser una familia feliz?, nuevamente el peso de sus decisiones lo abrumaba, si no fuera por ellas, su hijo no nato no estaría en peligro de muerte, así que por una vez, por una maldita vez, quiso ser sincero-Hide…- estaba cansado de mentir- estoy embarazado…- se alegró al ver la sonrisa del otro-tengo tres meses-
Se besaron, se besaron como tanto era posible, con el cariño infinito que se sentían, no solo a ellos, también al pequeño que se gestaba en el interior de uno de ellos. Se besaron con toda la felicidad que les causaba esa noticia que ambos sabían desde haces tiempo, uno al vivirlo en carne propia, el otro por ver los pequeños cambios del peliblanco en las noticias. Era impresionante como el descuido de una sola noche podía traerles ese milagro. Iban a ser padres.
Hide tomo con delicadeza el rostro de Kaneki- Los amo-el ghoul seguía llorando, tal parecía que no pudiera hacer nada más en esos momentos-También te amamos- le contestó.
-Vámonos a casa Kaneki- como última voluntad quería ver sonreír a la persona que más lo había hecho feliz en su vida-Hay que preparar la habitación del bebé-la fuerza del humano despareció, todo se sumió en silencio.
Hora Anteiku estaba en llamas, su hogar se deshacía. Hide había muerto con una sonrisa, su cabeza estaba recostada sobre su vientre, el cuadro hacia parecer que el rubio estaba alegre por escuchar los ligeros y apenas notables movimientos de su hijo-Vámonos a casa- y se permitió creer que era cierto- Vámonos a casa mi amor-
…
Kaneki cargaba a su familia, la nieve lo había cubierto todo, estaban solos en el páramo blanco, en la calles, los cuerpos de sus amigos, de ghouls como de detectives, yacían sin vida. El batallón de de humanos estaba frente a él, le estaban apuntando, ya le habrían disparado de no ser por Hide, a pesar de todo el rubio lo seguía protegiendo. Veía como algunos intentaban resucitar a sus compañeros, otros estaban sentados, atormentándose por la pérdida, lo único que podía apreciar era muerte, sufrimiento y dolor, deseaba con toda su alma que aquello acabara. Solo una persona se le acercó, era alto, tenía lentes y el pelo blanco-Dime ¿Por qué?- dejo delicadamente el cuerpo de su amado en el suelo- Dime ¿Por qué?- reitero con firmeza. Había decidido, por el bien de todos, por el de su bebé, entregarse.
-Hay alguien justo aquí-hablo el ghoul, mientras señalaba su vientre –viviendo en mi interior…-
…
Si todo hubiera sido diferente… tal vez… tan solo, tal vez… El tiempo pasó, las decisiones fueron tomadas,… si tan solo no se hubiera equivocado
En estos momentos, Hinami-chan estaría en la mesa de al lado platicando felizmente con su madre. Uta, Itori y Yomo tomarían sin cesar en la barra escuchando las leyendas que Enji contaba cada vez. Touka… tal vez trabajaría en un nuevo café acompañada de su hermano…en ese mundo, ellos pudieron seguir juntos como familia. Puede que hasta su jefe Yoshimura atendiera a otros clientes. Y él…, podría estar sentado, mientras bebía una taza de té, porque ya no podía beber café, estaría acompañado de su querido Hide, quien estaría leyendo un catálogo para muebles de bebés.-Kaneki-kun, ¿te gusta este para nuestro hijo?
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Era lindo soñar
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