—Corre YeRin...corre
Taemin sujetaba con fuerza la mano de una hermosa pequeña de 3 años mientras corría a toda prisa por la acera que estaba frente a un colorido nido
—Omma...me canshé~
—Ya falta poco amor, solo un poco más
Faltando 20 segundos antes que cierren la puerta de la entrada principal el castaño de cabello largo hizo que la nena entrara a clases. Se despedía de ella con una gran sonrisa y agitando su mano frenéticamente, al igual que ella, tan hermosa, tan risueña, adorable y perfecta para el joven de 18 años.
La puerta se cerró por completo y él suspiró agotado, aún le faltaba una carrera. Se acomodó el uniforme y tras despedirse del portero se echó a correr hacia su escuela, ya llevaba varias tardanzas y no podía tener una más, eso le bajaría el promedio y su beca podría ser afectada. Mientras corría, los susurros y chismes sobre él se hicieron presentes por boca de las mamás que se habían quedado charlando afuera. Era algo de todos los días y las condenadas no se cansaban de hablar del pobre.
—Tiene 18, definitivamente ha arruinado su futuro
—La juventud de ahora~
—Sexo sin compromiso y termina en eso, mocosos irresponsables, pobre Yerin
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—Lee....¡Lee!
Taemin dio un salto de su pupitre al escuchar a su profesor llamarlo. Diablos, se había quedado dormido de nuevo.
—Es la última vez que le advierto joven, a la siguiente lo mando a detención
—Lo siento profesor Park
Todos lo miraban. Lee Taemin, el alumno más dormilón, criar un hijo no debía ser nada fácil. El castaño tomó asiento y buscó con la mirada a Key, este lo miraba entre apenado y preocupado. Suspiró y luego de formar un puchero cogió el libro para seguir la lectura de la clase, aunque más se demoró en encontrar en que parte estaban.
Pasaron las horas y por fin el timbre de receso sonó, estaba aburrido de esa clase, la voz del profesor era tan lenta y baja que solo le provocaba dormir, en tal caso, el culpable de que se haya quedado dormido era el viejo amargado, no su desvelo.
—Taeminnie~ Hola bebé ¿cómo estás?
—Un poco cansado
—Por poco y no llegas, entraste justo antes de que el viejo Park cerrara la puerta, realmente te admiro Tae
—Siempre lo dices y me hace sentir bien, gracias
—¿Cómo está ella?
—¡Feliz! Su maqueta ya está lista y pues mañana lo entregaré tranquilo, hoy solo tengo que centrarme en el ensayo para la clase de literatura, sabes, no importa lo cansado que me sienta, cuando la veo sonreír me olvido de todo y solo su sonrisa me hace más fuerte
—Me harás llorar bebé, tú de por sí ya eres fuerte, Yerin está muy orgullosa de ti así como yo, saliendo te acompaño al trabajo ¿si?
—Gracias Key
Taemin salía de la escuela a las 2, después de eso tenía que ir a trabajar de mesero en un restaurante hasta aproximadamente las 5 de la tarde, su pequeña Yerin en todo ese tiempo se quedaba con su vecina, una amable señora de 40 años que gustosa acepto ayudarlo al ver lo complicado que se le hacían los horarios, por supuesto, Taemin le pagaba diario, no una gran cantidad, sino lo que le alcanzaba y felizmente la mujer tampoco exigía mucho, sabía su situación.
Al llegar al trabajo empezó con su labor, vio mucha gente por lo que supo que sería una tarde cansada. Pasaron las horas y por fin pudo ir a su edificio, ese día recibió su paga, estaba contento, podría comprarle a Yerin la pequeña muñeca que le pidió el otro día que salieron a pasear. Haberse convertido en padre a la edad de 15 años fue realmente difícil, su padre no quiso apoyarlo y aunque suene cruel e inhumano lo echó de casa junto con la bebé de tan solo unos meses de nacida, Taemin lloró tanto, quiso que su madre estuviera viva porque ella si lo habría ayudado, pero no era así y tenía que luchar porque no pensaba abandonar a su pequeña, de la madre de ella…no sabía nada y tampoco quería hacerlo, era una mala mujer sin corazón que abandonó a su bebé. Después de eso consiguió un empleo y así pudo solventar todos los gastos, a veces no dormía, no comía por usar todo el dinero en Yerin, pero no le importaba, solo quería ver bien a su pequeña bebé y mantenía su beca escolar, así que no tenía tanto de que preocuparse. Ese año Yerin cumplió tres años y tuvo que inscribirla en el nido, supo de uno que estaba cerca de su edificio, era público así que no tenía que pagar, el Estado se encargaba de ello, le hubiera gustado matricularla en un nido particular, pero no le alcanzaba el dinero, a veces eso le frustraba, pero ya terminaría la escuela ese año y podría conseguir un mejor trabajo.
Estaba perdido en sus pensamientos, caminando por las calles de Seúl hacia la tienda de juguetes, le iba a comprar la muñeca a la pequeña porque se lo había prometido y él nunca le falló con algunas de sus promesas. Al entrar fue directo hacia caja para preguntar por la muñeca que estaba en el mostrador que daba a la calle.
—Disculpe, quisiera saber el precio de la muñeca que está en el mostrador y donde puedo encontrarlo
—Sí, el precio no lo recuerdo en este instante, pero puede encontrarla en ese estante de allá
La joven señaló un estante y Taemin sonrió agradeciendo, volteó para ir hacia allá, pero chocó con una persona. Un sonrojo de vergüenza invadió sus mejillas pues por culpa del choque la otra persona botó varios juguetes, no quería ni alzar la vista para verlo, solo pidió disculpas y se agachó a recoger los juguetes.
—Lo siento mucho, no me fije, lo siento en verdad –Dijo mientras recogía pequeños rompecabezas de animalitos y números-
—No te preocupes, tampoco debí ponerme tan cerca
Era una voz de hombre, este se agachó y lo ayudó recogiendo algunas cosas más, aunque no quisiese tuvo que alzar la vista para poder poner todo en la caja que cargaba el otro hombre. Su respiración se aceleró, vio a un chico de grandes ojos y sonrisa deslumbrante, casi sintió que lo estaba hipnotizando, todo se hizo borroso alrededor y solo lo único claro era la imagen del chico. Tan apuesto, pensó Taemin.
—Hey ¿estás bien?
—Eh ¿Eh? ¡Si! Si, solo pensaba que fui muy torpe…uhm…tienes varios hermanos ¿no?
Idiota ¿no se le pudo ocurrir otra cosa?, sintió sus mejillas enrojecer más y vio como el chico de ojos grandes reía, se veía más apuesto aún.
—En realidad, se podría decir que son mis hijos, soy Minho, un gusto
—Ah…sí, claro…el gusto es mío…soy Taemin, yo…lamento mucho lo que pasó, eh…tengo que irme, cuídese y a sus hijos también, adiós
Dicho eso salió corriendo hacia el estante donde estaba la muñeca ¿cómo no se le ocurrió? Un hombre apuesto comprando juguetes para sus hermanos, estaba loco, era obvio que eran para sus hijos, seguro estaba casado con una guapa mujer y él fantaseando con su hermosa sonrisa, lo bueno era que no lo volvería a ver y se quedaría algo así como los amores del bus que tantas veces tuvo y no los volvió a ver, sí, así se quedaría. La muñeca no estaba costosa, así que fue hasta caja para pagar, se decepcionó un poco al ya no encontrar a Minho, pero luego se golpeó mentalmente porque según él no debería estar recordándolo. Pagó y fue apresurado a su edificio, al llegar Victoria, la amable señora, le dijo que Yerin se había quedado dormida y que prefirió no despertarla. Taemin entró, la cargó y tras coger su bolsa como pudo la llevó hacia el mini departamento de al lado, su casa. Victoria al despedirse de Taemin lo miraba con mucho cariño, lo veía como aquel hijo que una vez tuvo, pero que por motivos injustos de la vida murió en un accidente.
Dejó a la bebé recostada en su cama y la arropó bien antes de ir a la cocina a preparar la cena, eran ya las siete de la noche y aún no empezaba a redactar el maldito ensayo, “solo unos meses más y acabará” algunas persona le habían dicho porque no solo dejaba la escuela, pero él se negaba, para conseguir un buen trabajo tenía que terminar la escuela, sino ¿qué diablos pondría en su currículo? Ya era demasiado con no poner nada sobre estudios universitarios. Preparó un rápido ramen y fue hasta la cama para despertar a su bebé, tampoco era bueno que duerma hasta tarde, debía cenar y luego a la hora de dormir ya no querría hacerlo.
—Princesa~ bebé…despierta mi amor, he preparado algo rico ¿quieres comer? Sabes que omma cocina bien
—Buu…mami…mami
—Aquí estoy mi vida, despierta ya, debes hacerlo bebé
La pequeña talló sus ojitos y formó un puchero antes de abrirlos completamente, sonrió al verlo y se lanzó a abrazarlo con fuerza.
—¿Vamos a bañarnos? Después de bañarnos y comer te quiero dar una sorpresa
—¿Qué sorpresha mami?
—Ya verás, hay que apurarnos que mami tiene que hacer tareas, tú estás libre porque ayer terminamos tu maqueta, vamos bebé
Se alistó junto con ella y fueron a tomar una ducha a la tina que tenía el pequeño baño, su departamento no era la gran cosa, ni siquiera era uno en todo el sentido de la palabra, era un mini departamento, con una cocina a un lado, un baño, una pequeña sala y una habitación que compartía con la pequeña. Se bañaban y jugaban con la espuma, estaban pasando un buen momento, era así todos los días, a pesar del cansancio y todo el esfuerzo siempre le daba momentos divertidos a su hija, la amaba y le daría todo lo que necesitara o quisiera. Esa noche se sintió morir de felicidad al ver la emoción de la pequeña con la muñeca, si ella era feliz, él también lo era.
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Minho había llegado a casa y después de dejar las cosas que había comprado en la sala fue hacia la habitación de su mamá, hace unos días había estado con malestar y ahora se encontraba en cama con gripe, no le gustaba ver a su mamá enferma, así que la ayudaba y cuidaba para que se mejorara pronto.
—Mamá ¿cómo estás?
—Mejor hijo, me siento muy bien ¿compraste lo que te pedí?
—Sí, todos los juguetes, sin falta
—Gracias hijo, de verdad te agradezco mucho lo que estás haciendo
—No tienes que agradecer mamá, sabes que solo quiero que mejores
—¿Cómo te fue hoy?
—Bien, me estoy llevando mejor con los niños, uno dejó de morderme –La mujer empezó a reír a carcajadas-
—Seguro fue HyunMin
—Ese mismo, madre…
—Dime cariño
—Hoy conocí a alguien
—¿Alguien? A ver cómo es eso, cuéntame
—En la juguetería vi a un chico muy lindo, primero creí que era una chica, por su cabello largo, pero su voz me hizo notar que era hombre
—Entonces el chico te gustó
—Bueno solo lo he visto una vez, hoy, me dijo que se llamaba Taemin
—Taemin…ese nombre me suena
—¡¿Qué?!
—Qué me suena ese nombre…solo que ahora…no recuerdo bien…
—Mamá recuerda~! Le dije algo muy estúpido
—Qué hiciste Minho
—Le di a entender que tengo hijos
—¡Ay dios mío! si estuviera bien te daría un golpe en la cabeza por bruto
—Es solo que no supe que decir
—El tal Taemin te dejó baboso eh~
—¡Mamá!
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Era perfecto, ese día Key le había llamado en la mañana para avisarle que habían cancelado las clases pues lo profesores debían a ir a un seminario y era su día libre en el trabajo. Le hubiera gustado dormir hasta tarde, se había quedado hasta las 3 de la mañana haciendo su ensayo y tenía mucho sueño, pero debía levantarse temprano para llevar a Yerin al nido, agradeció que su amigo lo llamara, así no se quedó dormido. La alistó tranquilo y de la misma forma se fueron, no corrieron como el día anterior.
—Omma
—Dime mi amor
—Quelo bailar como ayer
—¿Ayer bailaste?
—Shi, con el plofesor…
—¿Profesor?
Taemin se sorprendió, algo estaba mal, él sabía que su pequeña tenía una maestra, no maestro. La tomó en brazos y apresuró un poco el paso para llegar rápido y preguntar a la directora que estaba pasando, no iba directo a preguntarle a las mamás porque sabía que esas señoras tenían algo contra él, también sabía que hablaban mal a sus espaldas, pero no le importaba, prefería que hablen de él.
—¿Cómo es el profesor amor? ¿Y la maestra?
—La maestla está mal mami…el plofesor es muy bonito
—Omo…yah~ qué dices nena traviesa
Rio aun un poco confundido y al llegar al nido bajó a la pequeña para cogerle de la mano y caminar por el patio de juegos hasta su salón. Sentía las miradas de desprecio de las mamás, pero no le daba importancia, solo caminaba con la frente en alto.
—Bebé, te dejaré en el salón e iré a hablar con la directora ¿si? Te quedas con tus amigos -Al llegar al salón le dio su pequeña mochila a la pequeña y la despidió con la mano- Suerte mi vida, recuerda que eres muy inteligente y…
—¿Taemin?
—¿Qu…qué?
Taemin miró hacia a un costado y abrió los ojos como platos al ver al alto del día de ayer ahí parado, qué se supone que estaba haciendo en ese lugar, oh…de nuevo, que torpe, seguro vino a dejar a sus hijos.
—Minho…eh, hola, digo buenos días ¿cómo está?
—Bien, bien, por favor no me trates tan formal ¿parezco mayor? solo tengo 23
—Vaya, 23 y ya tienes varios hijos
El menor rio nervioso hasta que se dio cuenta del comentario que había hecho, se golpeó mentalmente y bajó la mirada mientras se daba un golpecito en la cabeza.
—Disculpa ¿sabes dónde está la maestra? Mi hija me dijo que había un profesor, pero ella tenía maestra no maestro
—Es normal que no sepa lo que pasa en el nido joven Lee, a penas y viene a dejar a Yerin en la mañana, me pregunto cuándo va a ser un poco más responsable
La voz de una mujer se hizo presente en el aula, ah, esa maldita vieja amargada, ella era la única que a veces se atrevía a hacer comentarios ofensivos cuando él estaba presente. La mujer dejó a su hijo y se acercó al alto que estaba frente a él.
—Minho es el profesor suplente por esta semana, la maestra Choi enfermó, ella es su madre por eso…
—Señora, si me disculpa, prefiero explicarle yo el asunto a Taemin, solo está confundiéndolo más
—Ah…claro, como desee, hasta luego Minho
La mujer miró un tanto coqueta a Minho, este solo hizo una pequeña reverencia por respeto y la vio irse por el pasillo, posó su vista en Taemin y lo vio un poco ido, triste, sabía que el comentario que recibió había sido muy ofensivo, pero no sabía el motivo porque ella lo hizo.
—¿Taemin?
—¿Si? Oh, sí claro ¿me explicas mejor lo que pasa?
—Verás, mi madre es la maestra Choi, esta semana le dio una fuerte gripe y me pidió por favor que viniera a ocupar su puesto, como estoy en vacaciones de la universidad acepté, así que esta semana yo soy el maestro, hoy es mi último día ya que es viernes, solo veremos cómo va mamá el fin de semana, si sigue mal también vendré el lunes
—Entonces eso era, me había preocupado un poco, oh…por eso ayer comprabas juguetes
—Exacto, es para la clase, algunos rompecabezas de número y vocales para enseñarles a los pequeños
—Ya veo…entonces no tienes hijos –Se arrepintió de decir eso en el mismo instante, él y su gran bocota- Digo…es que yo creí que…
—No, no tengo hijos…veo que tú sí
Taemin alzó la vista y vio en la mirada de Minho que estaba un poco bajoneado, algo así como ¿desilusionado?
—Yo, yo sí, Yerin es mi hija
—¡Yerin! En esta semana pude ver que es una niña muy inteligente
—Gracias, ella, ella es así…
—Y…em…supongo vendrás con tu pareja la otra semana al aniversario del nido, los niños están preparando bailes y algunas actividades para celebrar los 10 años del plantel
—Sí, claro que sí, Yerin no me quiere mostrar el baile que los niños de 3 años están preparando y bueno…solo vendré yo, yo soy omma y appa de Yerin
Minho abrió los ojos, la había cagado, capaz la madre hasta había muerto y él mencionándola, asintió despacio, decidió dejar el tema de lado y solo sonrió apenado hacia Taemin.
—Es que es una sorpresa, ya lo verás el otro sábado
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—¡Key es demasiado guapo!
Taemin se tiró en la cama de su pequeña habitación, Key lo miró y rio mientras movía la cabeza en negación, cogió una almohada y se lo tiró en la cara. Era una locura, pero era cierto, hace dos días había conocido al chico y ya le gustaba, pero ¿qué podía hacer Taemin? Key vio la foto que este le tomó a escondidas el día anterior que había ido a recoger a Yerin y era verdad, Minho era muy apuesto, pero lo que más le llamó la atención fueron esos ojos enormes ¿enserio era coreano? y su gran parecido con una rana, aunque esto más le causó gracia que sorpresa.
—¿El maestlo Minho?
Ambos voltearon a ver a la pequeña que jugaba con su muñeca nueva a un lado de la cama, era muy astuta, parecía estar distraída jugando, pero sus oídos estaban atentos a todo lo que decían, pequeña chismosita.
—Yah…pero que cosas dices ¿eh?
—A mami le guta mi maestlo
—Amor, solo juega con tu muñeca ¿sí? Mira, ponle un vestidito, cuídala como yo te cuido, hazle mimos
Key rio y se sentó al lado de Taemin, le jaló una de sus mejillas, el pobre estaba todo sonrojado.
—Taebaby, te pidió tu número a la salida, dime ¿qué maestro hace eso?
—Pues…pues quizá solo quería tener mi número para avisarme las cosas del nido y así...
—Pero dices que ayer era su último día
—Si su mamá sigue mal él irá el lunes
—Y tu ruegas que vaya el lunes para verlo, te apuesto que hasta te levantarás temprano como ayer solo para verlo
—¡Key! Cierto…gracias por despertarme, así dejé a Yerin sin apuros y aunque me desvelé por culpa de ese maldito ensayo solo para nada porque se cancelaron las clases, pude verlo…
—Aigo~ cuidado con la baba Lee, mírale el lado bueno, hoy puedes pasar todo el día libre con tu bebita ¿verdad Yerin hermosa?
—Shi tío Key…
—¡Aw! Hermosura
Mientras Key llenaba de besos a la pequeña que se sujetaba con fuerza a su cuerpo un Minho estaba siendo golpeado por su madre.
—¡Qué esperas! ¡Es sábado tonto, aprovecha!
—¡Mamá!
—Si te gusta Taemin invítalo a salir –La mujer dejó la almohada a un lado y miró expectante al alto- además es sábado, debe estar libre
—¿Lo crees? ¿Y su pequeña? Además, puede pensar que soy un atrevido
—¿Acaso te molesta el que tenga una hija? Hijo yo te explique su situación, si solo no quieres salir con él porque tiene una hija entiendo, pero estaría un poco decepcionada de ti
—No mamá, no es por su hija, la verdad Yerin es hermosa y la aprecio mucho, es una niña muy risueña, pero tengo miedo que me rechace la salida
—Hazlo, verás que dirá que sí, Taemin es un chico al que admiro mucho, si sales con él ni es necesario que me lo presentes, de por sí ya lo acepto, y ya te dije, no tiene pareja, así que hazlo ahora
Cuando Minho le contó el día anterior de que había visto a Taemin en el nido por fin pudo recordar de donde le sonaba el nombre. Sabía que era uno de los padres de sus niños, de Yerin, la niña más alegre de todas, un día habló con él personalmente en la reunión de padres y se enteró de que desde que la pequeña nació su madre no pudo estar presente, desde ese instante en vez de tener cierto desprecio hacia el joven como las otras madres se ganó su admiración, no cualquiera salía adelante como lo había hecho él, quizá por envidia a eso las mamás hablaban mal de él, esas malditas celosas, no les agradaba nada, pero debía ser respetuosa con cada una de ellas porque era una profesional.
Minho miró el celular y antes de pensarlo más marcó el número de Taemin, mientras esperaba esos segundos a que contestara sentía que iba a morir, sentía que era los segundos más largos de su vida, una timbrada más y por fin se escuchó su voz.
—¿Aló?
—Ho…hola, Taemin soy Minho
—Minho~ -Pudo escuchar la sorpresa en su voz, Minho sonrió nervioso, debía dejar de ser un cobarde-
—¿Cómo estás?
—Bien, estoy jugando un rato con Yerin
—¿Cómo está la pequeñita?
—Feliz, acabamos de comer gomitas –Minho rio, Taemin era papá o mamá, los dos, pero eso no quitaba su imagen tierna, cuando lo vio fue lo segundo que pensó, lo primero fue que era hermoso-
—Me alegro, emm…¿están ocupados?
—¿Ahora…? no, no realmente
—Perfecto ¿te…te gustaría ir al parque que está por el centro?
—¡Sí! Digo sí, por cierto...Minho yo tendría que llevar a mi hija –Escuchó como la voz de Taemin se ponía un poco seria-
—No es problema, llévala, hay juegos, ella se puede divertir
—Oh! Claro, te veo ahí en una hora ¿vale? En la fuente de la entrada
—Está bien, nos vemos Taemin –Colgó, sintiendo el corazón en la boca-
Taemin miró a Key y la pequeña Yerin solo pudo disfrutar de un cómodo silencio por 3 segundos, ya que Key y Taemin empezaron a gritar como locos mientras saltaban y corrían por la habitación, la pequeña no entendía nada de la situación así que solo prefirió seguir jugando con su muñeca.
—¡Te dije! ¡Te dije que por algo te había pedido el número!
—¡No puedo creerlo!
—Le debes gustar bastante porque te ha pedido salir bien rápido, ni siquiera esperó una semana
—¡Key! Yo…bueno…
Si lo pensaba bien, lo que decía su amigo podía ser verdad, tenía cierta lógica. La idea lo emocionó ¿enserio Minho podría si quiera tener atracción por él? No…estaba alucinando, que tonto, lo más probable era que Minho solo lo hacía por compromiso y…
—¡Minnie ya sal del trance! Tenemos que buscarte algo bonito para que te pongas, igual para Yerin ¡Muevete! –Su amigo lo sacó de su pequeña batalla mental-
— Si, si, ya voy
Taemin fue corriendo hasta la pequeña cómoda de su bebé y sacó unas pantis de lana blanca, un vestido, un abrigo largo y sus zapatitos, todo combinaba para la temporada de otoño.
-Bonita combinación Taebaby, me gusta, sacaste mi sentido de la moda
-¿Qué tienes para mí Key?
-Esto Tae bebé
Key dejó ver un pantalón negro, unas botas color camello, una playera blanca y una casaca marrón. Le gustó la combinación, a decir verdad, la casaca y las botas eran una de las pocas cosas en las que Taemin decidió invertir más de lo que estaba acostumbrado al momento de comprarse ropa. Lo hizo para usarlo en ocasiones especiales y que lo requieran, como llevar a Yerin a una fiesta o sacarla a pasear, tampoco iba a andar como un pordiosero todo el rato. Key buscó entre sus prendas y logro combinar todo a la perfección, sintió que con todo eso hasta se vería como esos chicos que visten prendas de marca.
—¡Me encanta!
—Ahora a cambiarse
Taemin se alistó rápido, incluso se maquilló un poco con el típico y delicado delineado que le había enseñado Key. Ahora se concentraban en Yerin, le estaban poniendo un lacito en el cabello.
—¿Crees que en un futuro....ya sabes....lleguen a tener algo?
—Qué cosas dices, quizá solo...solo me está invitando como amigos y eso
—¡No te hagas! Es obvio que le gustas
—Pero recién me conoce
—¿Y? Tú también recién lo conoces y ya te gusta
— Sht! Yerin te puede escuchar
—Taemin...si llegan a tener algo...¿le dirás la verdad?
—No lo sé Key...yo...sabes lo que pienso...¡además quien está diciendo que llegaremos a algo más!
—Aigo este chico, te haré alguien positivo a golpes, yayaya basta, ya tienes que salir hacia el parque
—Cierto, ven mi amorcito, vamos, iremos a pasear ~
Nervioso. Estaba jodidamente nervioso.