My beauty
No era ninguna sorpresa el encontrarse a idiotas molestando a otros estudiantes en los pasillos del bachillerato y no era para nada fuera de lo común ver a otros chicos mofándose del aspecto de otros, en especial de Xiumin.
Minseok sabía que no poseía el mejor de los físicos, estaba consciente de eso, pero no entendía porque los chicos debían recalcarlo tanto, no sabía porque lo llamaban feo, Jongdae tampoco lo sabía. Sus amigos los protegían y ahuyentaban a los maleantes que osaban molestarlo, el detalle estaba en que no podían protegerlo todo el tiempo, no cuando varios de ellos se encontraban en aulas distintas y en cursos más altos. Es por ello que siempre se sentían preocupados cuando su amigo llegaba con ojos cristalinos, pero con una gran sonrisa para todos ellos, fuerte, a pesar de todo, por eso no comprendían como alguien como Min podía ser molestado, Jongdae tampoco lo hacía.
Xiumin es lindo y adorable, siempre ayudaba a quien lo necesitase y era educado, para algunos era tonta e inútilmente afeminado; él es realmente inteligente, saca grandes notas y menudas felicitaciones de amigos y profesores, para otros es un simple nerd y lame botas; es entonces que sus confidentes no concebían la idea de que alguien como él debiera soportar todo aquello, Jongdae tampoco lo hacía.
Xiu siempre era molestado, con palabras hirientes y con la palabra GORDO escrita en su casillero o banca, no obstante, nunca le habían golpeado, jamás habían cruzado esa delgada y delicada línea que separaba ambas cosas, por lo tanto, se desató la furia de once personas cuando en el receso, Min, con un retraso no menor a 15 minutos y teniendo a todos ellos preocupados llegó con una gasa en su regordeta mejilla y con el labio aparentemente roto.
- ¿Qué demonios pasó Minnie? - Pregunto desconcertado Luhan
-No pasó nada, tranquilo.
-Minnie, ese labio y esa mejilla tuya no están así por obra de magia, anda, confía en nosotros - Alentó Kyungsoo
-En serio, no es nada…
- ¿Cómo no va a ser nada? Tienes heridas y no sabemos si haya más. ¿Qué pasó Xiu? – Preguntó amablemente Chanyeol
-Yo… estaba caminando por los pasillos cuando ciertos chicos me encontraron y bloquearon mi paso, comenzaron a molestarme y cuando trate de pasarlos de largo me golpearon.
-Esos grandísimos… - Comenzó Tao
Y para sorpresa del grupo de amigos, un llanto interrumpió la frase, poco tardaron en descubrir que aquellos quedos hipidos provenían de su adorable Baozi, y cuando este levanto la vista, grande y disgusta fueron sus sorpresas al ver lagrimas caer de sus bellos ojos, recorriendo esos sonrosados cachetes y queriendo inútilmente ser paradas por sus blancas manos; Chen fue el primero en reaccionar, levantándose rápidamente de su lugar y rodeando fuertemente la pequeña figura que se postraba delante suyo siendo correspondido inmediatamente.
-Les meteré un bate por el culo a esos idiotas- Dijo él, sacando una efímera risa a Minseok de paso.
Él iba en serio, aunque no se notase, esa bola de estúpidos no podía hacerle eso a Xiumin y salir impunes, no con su bello ángel. Y es que Jongdae se encontraba perdidamente enamorado del pequeño desde hace mucho, claro, esto solo lo sabían Kai y Chan con quienes compartía clases y quienes eran todos unos metiches como para haberlo descubierto; ya que debido a que Chen y Xiumin llevaban conociéndose desde cuando eran más pequeños, gracias a que el destino decidió ponerlos en la misma calle, Chen quedo total, completa e irrefutablemente encantado con los ojos gatunos, con las mejillas sonrosadas, con el cabello castaño claro, y con la hermosa sonrisa que se mantenía en aquellos rosados labios cuando lo conoció al llegar a su nuevo hogar y entre tanta risa y tanta broma fue imposible no tomarle cariño a esa tierna bolita de amor y le fue imposible no enamorarse.
Volviendo a la actualidad y saliéndonos de los vagos recuerdos de Jongdae, Min se encontraba ya más calmado como para volver a sonreír como usualmente lo hacía, y por lo visto el resto del receso se había ido volando porque el sonido de la alarma se escuchaba en todas partes, entonces cada quien fue a sus respectivos salones para acabar con lo que restaba de las aburridas clases. Al terminar los estudios todos como de costumbre comenzaron a andar a sus casas, en el camino varios se fueron separando, en cierta calle fue el turno de Jongdae y de Xiumin en separarse del ahora pequeño grupo, así que se despidieron y continuaron con su camino y con ciertas platicas, hasta que estas se acabaron y estuvieron en silencio pocos minutos.
-Chen.
- ¿Qué pasó?
- ¿De verdad soy feo?
- ¿Eh? No estarás creyéndote todas esas estupideces, ¿verdad?
-No lo sé, las chicas o los chicos (como sea) del colegio no se fijan en mí, de hecho, creo que las chicas son más… crueles
-Son tontos que no pueden ver bien
-Pero…
-Pocos los afortunados que logran apreciar correctamente una obra maestra.
El pequeño poco pudo hacer para ocultar el tono carmesí que conquistó sus mejillas, siguieron andando, con un castaño avergonzado y un azabache derritiéndose de ternura, no forzaron conversación, no hacía falta. Cuando llegaron a la casa de Xiumin, Chen lo acompaño hasta la entrada.
-Bueno Baozi, nos vemos mañana.
Y antes de que pudiese irse, Minseok le abrazó fuertemente, pasando ambos brazos alrededor del cuello del mayor, le estrujo grata y cariñosamente
-Gracias- Le susurró y rápidamente entro a su casa.
Jongdae se encontraba estupefacto con un corazón acelerado a tal grado de que se sentía que si no moría de un infarto terminaría muriendo de dulzura.