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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del fanfic:

Lo cierto es que me apasiona esta pareja, a pesar de que no hay muchas historias sobre ellos, la primera vez que leí un fanfic sobre ellos me encató.

Y por ello mi iinspiración ha sido "Regret" de WookieCookie.

Es mi primer fic publicado, si hay algo que no se entiende, por favor, hacedmelo saber para solucinarlo.

Nunca he tenido el placer de jugar a Final Fantasy, por lo que si hay algún error sobre la información, perdonad por adelantado, además, este fic no seguirá fielmente el manga de Vampire Knight, habrán algunas escenas que si, pero si no es así es porque está planificado.

Disfrutad de la lectura.

Notas del capitulo:

El fic empieza dos meses después de la victoria contra Rido, los Kuran se han marchado, y al irse ellos toda la clase nocturna también.

La escuela ha sido reconstruida y a partir de aquí...

"Pensamientos"

Recuerdos pasados (Flash Back)

Paso del tiempo


-Dialogo-

La suave brisa de aquella primera noche de septiembre era fría y solitaria, en los inmensos terrenos de la Academia Cross, dentro del bosque que ocupaba la ala oeste de esta se hallaba un enorme y grueso árbol de cerezo donde entre sus anchas ramas se encontraba un joven de cabellera plateada y piel pálida, tenía los ojos cerrados y los brazos contra su pecho mientras descansaba en posición fetal, en él destacaba el intrincado tatuaje en el lado izquierdo de su cuello y los diversos pendientes en la oreja que era visible, además llevaba un uniforme negro mal colocado, su nombre era Kiryu Zero.


Habían pasado dos meses desde la partida de todos los vampiros de la Academia y desde entonces sintió que su vida ya no tenía sentido, seguía sin poder creer que Kuran lo había manipulado a su antojo mediante palabras de amor, caricias inocentes y sonrisas secretas, pero todo eso había sido una mentira.


Ya que Yuuki, su hermana adoptiva y la que creía que era humana, era en verdad una sangre pura, pero no cualquier vampiro, sino la hermana de Kaname Kuran tal y como ella se había presentado poco después de que su lado vampiro despertase.


Ambos a los que una vez amó, lo habían abandonado como un trapo cuando sus objetivos fueron cumplidos, sin despedirse después de todo lo que habían vivido juntos, sin disculparse por haberlo usado hasta el punto en que su hermano gemelo, Ichiru, había muerto, y sin explicarle por qué… ¿Por qué habían jugado con sus sentimientos de una forma tan retorcida?


Si lo que buscaban era destrozarle la existencia, o lo poca que quedaba de ella, lo habían conseguido, ya no sentía nada más que soledad, tristeza y traición… la ira y enojo que sintió al principio fue sustituida por desamparo y desesperación al descubrir que incluso su auto nombrado padre, Kaien Cross, sabía el secreto de esas sanguijuelas y que les había permitido hacer todo aquel teatro.


(Flash Back)


Fue dos semanas después de que esos chupasangres se fueran, Zero caminaba por los pasillos de la Academia ahora en reconstrucción, iba a ver al director para ver si podía despejar su enojo en alguna misión de la Asociación… pero cuando llegó al pasillo, vio que la puerta de su oficina estaba abierta y que de ella su maestro le gritaba a Kaien por permitir que esa guerra sucediera.


-Era por el bien de Yuuki-chan- contestó el hombre de cabello paja- Juuri, su madre me la confió cuando era pequeña, quería que le diera una infancia normal y feliz-


-Eso no es motivo suficiente páralo que hiciste, Kaien.-


Y así estuvieron discutiendo sin darse cuenta de que cada palabra que decían era escuchada por Zero, este se recostó en la pared, le costaba respirar, su cuerpo no le sostenía, era como si cayese en un profundo abismo del cual nadie lograra sacarlo.


(Fin del Fash Back)


Fue desde entonces que el joven peli-plateado hacía hasta lo imposible por evitarlo, había cerrado su corazón e impedir así que cualquiera pudiese entrar, nunca más volvería a confiar en nadie, el amor solo le había provocado un inmenso dolor, y si eso significaba estar enamorado, nunca jamás volvería a enamorarse. Y con ese último pensamiento en mente, saltó de su escondite para regresar a los Dormitorios del Sol, pero nada más poner los pies en el suelo se giró bruscamente.


-¡¿Quién va?!- dijo desenfundando a Bloody Rose y apuntándole a las profundidades del bosque.


-Zero…- se oyó una voz femenina y de entre los árboles salió la figura de una joven de su misma edad, iba vestida con el mismo uniforme, lo único que lo diferenciaba era el lazo en vez de la corbata y la falda en vez de pantalones, tenía el cabello castaño claro por encima de los hombros y mirada preocupada.


-Deberías estar vigilando, Sayori- dijo él enfundando de nuevo la pistola- y si ya has terminado puedes adelantarte a los dormitorios.-


-Prefería esperarte, estaba preocupada por ti- contestó ella- llevas días sin comer ni dormir bien, te saltas casi todas las clases y-


-¡Basta! -gritó -Deja de controlarme como si supieras que es lo que me pasa… tú… ¡Tú no sabes nada! ¡Así que déjame en paz!-


-¿Sabes qué? Tienes razón, no sé cómo te sientes, ni siquiera sé qué estás pensando en este momento, no te conozco tan bien como lo hacía Yuuki, pero sí puedo decirte lo que veo.-


-¿Y qué es lo que ves?-


-Veo a una persona que le falta poco para romperse y caer en la desesperación, veo a un amigo a punto perder la cordura y volverse un nivel E.- dijo Wakaba- Necesitas marcharte de aquí, Zero, y yo te ayudaré-


Zero apenas podía creer lo que oía, esta chica parecía conocerlo mejor que él mismo, pero no desaprovecharía su oportunidad, realmente deseaba salir de la Academia, ya que ahora solo la veía como una prisión donde podían tenerlo controlado.


Una semana después…


No sabía que estaba haciendo allí, se suponía que debería estar ya fuera de los límites de la Academia, pero no, tenía que venir justo a este sitio, a la antigua habitación del mayor de los Kuran.


El joven cazador sentía la imperiosa necesidad de despedirse por última vez de este lugar, esta estancia en las que tantas noches había compartido besos secretos con el purasangre, donde habían confesado su amor el uno por el otro y tantas promesas que ya nunca se cumplirían, porque si de algo estaba seguro, era que nunca más volvería a pisar la Academia y que tampoco volvería a enamorarse, ya que su corazón, destrozado después de tantos pesares, acabaría reduciéndose a cenizas si volvía a ser traicionado.


Miró las ahora blancas paredes recién reformadas y desprovistas de decoración y los pocos pero aun así lujosos muebles que componían la alcoba; la gran cama matrimonial, en la que Zero había compartido con el de ojos borgoñas; el vestidor, donde el vampiro guardaba sus finas ropas; el cómodo diván, donde se había echado más de una siesta y por último el escritorio de gran tamaño donde el castaño llevaba todo el papeleo al día.


Se acercó a este y se sentó en la silla para contemplar una última vez el lugar donde creyó haber encontrado a su amor verdadero, y tras un suave suspiro, sacó un sobre de su bolsillo, este no tenía remitente, y aunque dudaba que su destinatario llegara a leerla algún día, la guardó en el primer lugar que siempre miraba el sangre pura al sentarse en el escritorio, el primer cajón de la derecha.


El silencio era ensordecedor y los cálidos colores del atardecer empezaban a asomarse por encima del bosque que rodeaba el edificio, se levantó del asiento y lo volvió a colocar como estaba antes de cerrar la puerta de aquel lugar. Debía darse prisa en marchar o todo lo que Sayori y él habían planeado se iría al traste por culpa de su melancolía.


-Hasta siempre... Kuran...-


La campana que indicaba el final de las clases se oyó a lo largo y ancho de los terrenos de la Academia, los alumnos salían de las aulas y el director caminaba por los pasillos en dirección a la clase en la que se supone que debía encontrarse su hijo, ya tenía bastante de las evasivas de este, él ya era un hombre de 19 años, tenía que aprender que en la vida hay prioridades, y hace un tiempo Yuuki fue su prioridad.


Al entrar en el aula los susurros de los alumnos se detuvieron y Kaien Cross buscó con la mirada al prefecto de la escuela, pero al no hallarlo se dirigió a la prefecta, Wakaba Sayori.


-Wakaba-san, ¿Sabe dónde se encuentra Kiryu-kun?- preguntó con una sonrisa, aunque mentalmente maldecía a Zero por no estar allí.


-Buenas tardes a usted también, director.- dijo muy seria y de forma fría.- Lo lamento, pero Zero me comentó esta mañana que se iba de misión a exterminar a unos nivel-E.- contestó muy calmada la prefecta, aunque por dentro seguía enfadada, este hombre había cambiado mucho desde que Yuuki se fue, o tal vez, siempre fue así y no lo demostró hasta ahora.


-No tengo noticias de ninguna misión por parte de la Asociación.- dijo entrecerrando los ojos.


-Qué raro, a mí esta mañana me ha dado su carta donde le exponían claramente cuál era su misión. Mire la tengo aquí mismo, se me debe haber olvidado devolvérsela.-el director le quitó la carta de las manos, la leyó y gruñó, la carta era auténtica, así como la firma y el sello.


-Bien, pero en cuanto vuelva dígale que se pase por mi oficina, necesito tratar unos temas con él.- y sin más se marchó con la carta en la mano.


-Eso si vuelve…- susurró Wakaba - “Espero que lo hayas logrado, Zero…”- pensó mientras miraba por la ventana del aula ahora vacía.


En la ciudad cercana a la Academia…


Zero estaba escondido tras el muro de un edificio, no estaba seguro de que rumbo iba a tomar ahora su vida, pero esperaba que fuera mejor que lo que había vivido allí adentro, deseaba llamar a su maestro Yagari, pero sabía que estaba de misión y que no cogería el teléfono, por lo que desechó la idea.


Daba mentalmente las gracias a Sayori por haberlo ayudado a escapar de la Academia, aunque el haber falsificado una de sus antiguas cartas de la Asociación había sido más complicado de lo que creía… Sabía que tarde o temprano, Cross se daría cuenta de que la carta era falsa y mandaría a buscarlo, por eso tenía que darse prisa en desaparecer.


La oscuridad de la noche iba adueñándose poco a poco de las calles cada vez más solitarias de la pequeña ciudad, ahora era su oportunidad, podría escapar por el espeso bosque de la zona Oeste de la ciudad, el del lado opuesto a la Academia; a pesar de que también sería más complicado, puesto que era más denso y profundo, por no hablar de las irregularidades del terreno como zonas no transitadas, desprendimientos de rocas… por no hablar del río, que en estos meses había aumentado su cabal.


Con eso en mente corrió hacia la entrada del bosque, ocultándose cada vez que veía a alguien pasar más que nada por precaución. Al entrar en el bosque ya notó que algo iba mal, tenía la extraña sensación de estar sien vigilado, por lo que alerta y con la Bloody cargada aligeró el paso.


Apenas podía ver nada más allá de su nariz por culpa de la absoluta oscuridad que provocaba esa noche sin luna, fue por eso que cuando vio a lo lejos unos cuantos pares de ojos rojos como la sangre, apuntó contra ellos y disparó antes de tenerlos más cerca.


Saltaron sobre él dos que no fueron alcanzados por las balas y uno de ellos le hizo un corte en el brazo derecho antes de convertirlos en ceniza. Corrió sin una dirección concreta para alejarse de esas cosas, y a medida que avanzaba notaba como el camino se iba inclinando, con lo cual se dio cuenta que se dirigía hacia la cima de la montaña.


Llegó a una zona descubierta de árboles altos, un terraplén de unos 50m hasta que el suelo se cortaba en seco dando lugar aun precipicio de bastante altura. Zero corrió hasta unas rocas situadas la filo del acantilado, pero de donde se tenía una buena vista al bosque, preparó el arma y esperó a que aparecieran esos seres, los cuales no se hicieron esperar.


Zero pudo distinguir al menos a unas 10 figuras tambaleantes, y disparaba a uno tras otro mientras esquivaba los zarpazos de los pocos que iban quedando. Con un último disparo convirtió en polvo al único ser que quedaba.


Su respiración era pesada y profunda, el descuido de su estado de salud junto con el ataque imprevisto le habían afectado a la hora de reaccionar.


“Mierda, ¿Por qué demonios no he sido capaz de detectar su presencia u olor?” pensaba “Además el ataque parecía premeditado, no como esas otras veces en las misiones, y sus movimientos… parecían estar bastante coordinados… Esto no me gusta.”  Sentía la garganta seca, desde que los Kuran se habían marchado, no había vuelto a beber sangre, es cierto que había intentando con las tabletas de nuevo, pero lo único que había conseguido era vomitar sangre y sentir un dolor de mil demonios en el pecho.


De pronto la tierra crujió y las rocas sobre las que se encontraba temblaron.


-¡¡¿PERO QUÉ DIABL-?!!- Los temblores incrementaron hasta desprenderse y caer al vacío negro y sin aparente fondo del precipicio arrastrando al cazador peli plata con ellas-¡¡AAAAAAAAHHHH!!-

Notas finales:

Intentaré actualizar mínimo una vez por semana.

La relación entre los protagonistas será de construcción lenta, por lo que no sé cuántos capítulos tendrá el fic, pero creo que es mejor así, que se enamoren lentamente que no con un solo vistazo.

Espero que os haya gustado.


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