Open Mind
Prólogo
El fuego de la chimenea llenaba de calidez al pequeño hogar que se refugiaba de la pequeña lluvia que yacía afuera, dándole un agradable calorcito que recorría cada parte de su pequeño cuerpo.
Con sus grandes ojos miraba al exterior de la ventana y sacaba su pequeña mano sintiendo las frías gotas golpear contra su piel. Algo llamo su atención de inmediato, un sutil aroma a vainilla y canela, como un dulce recién horneado expandiéndose en todo a su alrededor. No pude evitar susurrar con voz ilusionada -Que rico olor-
Rápidamente su madre, una joven mujer de corto cabello castaño le tomó entre sus brazos repartiendo caricias en sus costados causándole risas al pequeño, justo en ese momento entraba un hombre algo mojado por la lluvia saludando a su esposa -¡Papá!-
-¡Hola campeón!- con prisas corrió a abrazar a su padre seguido de la castaña, ella miraba algo preocupada a su esposo -¿Qué estabas haciendo?, tienes toda la cara mojada- soltó una risita y miró a la ventana, ese olor venía de ese lugar, podía sentirlo
-Por allí huele muy rico- sintió que los brazos que lo cargaban se tensaban levemente mientras soltaba un “Ah ¿sí?”, rápidamente pregunto -¿Es alguna colonia?, ese olor es muy rico, ¡quiero oler así!, ¿ustedes pueden olerlo verdad?-
Ambos padres se quedaron callados un momento, el pequeño los miro confundido y volvió a preguntar “¿lo huelen verdad?”, a lo que su madre se apresuró a cargarlo alegando que ya era muy tarde y que tenía que dormir. El pequeño frunció levemente su ceño pero luego sonrió y abrazó fuertemente a su padre antes de correr a su habitación.
Ya ambos padres solos suspiraron y miraron a donde su hijo se había ido. La mujer tomo suavemente las manos de su esposo y susurro -Es el celo de un omega ¿verdad?,... lo que Dany dijo que olía- era casi una afirmación lo que decía, pero tenía que confirmarlo.
Su esposo suspiro asintiendo al tiempo que se sentaba en un pequeño sofá al lado suyo, su esposa le sirvió una cargada taza de café, agradeció con una pequeña sonrisa calmando un poco los nervios de la castaña -Mi jefe me recomendó un lugar en el que podremos dejarlo hasta que complete sus estudios- hizo una leve pausa al sorber la taza -Es una escuela de alfas, allí aprenderá a ser como los suyos- su esposa apretó fuertemente los dientes. No quería dejar ir a su bebé así, no después de lo mucho que les costó tenerlo, a su lindo alfa -Cariño no llores- los sollozos surgían callados, siendo opacados por el leve ruido de las gotas al caer en el pavimento -Es lo mejor para él-
Mientras que en la habitación más colorida de la casa, el pequeño rebuscaba entre sus cajones algo que oliera igual de rico que ese olor de allá afuera, rápidamente encontró algo similar y con una sonrisa vio un pequeño frasco perteneciente a su madre, con cariño leyó la gran palabra que decía el frasco seguido del eslogan “Mother, sólo las madres conocen el secreto de la belleza”
En su pequeña cabeza la palabra “madre” quedó grabada en su mentecita. Pensó en lo hermosa que era su madre y ingenuamente deseó ser igual que ella, trabajadora, honrada, amable, amorosa, tierna y comprensiva, todo lo que una madre era. Con una pequeña risita abrió en frasquito y roció levemente su cuello disfrutando inmediatamente del aroma a frutas y menta, un dulce aroma pero que era tan suave, como oler un pequeño pétalo de rosa, como el dulce aroma que rodeaba a su madre.
Internamente deseó ser así, poder transmitirle esa seguridad y el amor que su madre le profesaba,... pero para eso necesitaba tener a un hijo... hum, valla problema.
Aunque bueno, no importaba, aunque de algo estaba seguro...
-Madre... yo también quiero ser mamá-
·····
-¡Hola a todos!, me llamo Dante Astred y tengo 14 años, me gusta dibujar y cocinar- con una sonrisa miraba a todos sus compañeros algo más altos que él, pero no le intimidaba, aunque ese olor que expelían algunos no era de su gusto, pero bueno, no le molestaba, de todos modos él sí olía bien, su nueva colonia de vainilla era muy suave y delicada, pero perfecta para él
-¿Algo más que detallar joven Astred?, aún no ah contado que desea hacer para el futuro- su corazón se agito de alegría cuando el profesor alfa le hizo aquella pregunta. Exclamo, o más bien grito, con una enorme sonrisa
-Mi sueño para cuando sea grande es... ¡ser un omega y convertirme en mamá!-
Inmediatamente todo el salón se lleno de risas y burlas en su contra, escuchaba frases como “¿Omega?, ¿acaso es idiota?” “¿Enserio ese niño dijo que quería ser un omega?” ¿Acaso puede ser alfa?”. Incluso escuchó al profesor susurrar entre risas “Que idiota”
Internamente su corazón se apretaba y se preguntaba “¿Qué hay de extraño en eso?”
·····
Diez años después, allí se encontraba. Sentado frente al escritorio de un alfa mucho mayor que él, con un contrato en sus manos.
El doctor miraba con seriedad al joven alfa de cabellos castaños. Gran porte y altura, un fuerte olor a alfa que era levemente camuflajeado por un suave olor a vainilla y canela, ojos afilados e intimidantes, justo con una musculatura que era marcada por las apretadas prendas que vestía, un claro ejemplo de la gran casta alfa.
-Oye muchacho... ¿tú estas seguro de lo que estás pidiendo?- pregunto al ver que este firmaba el contrato con simpleza, como un simple papel con letras sin sentido -Una vez que hagas esto nunca volverás a ser lo que eras-
Una pequeña risa salió de sus labios subiendo su mirada mostrando unos hermosos ojos amatistas bajo largas pestañas risadas y delineador. Sus labios recién pintados con un leve brillo resaltaban su piel casi lechosa y su largo cabello castaño oscuro. El doctor casi aparto la mirada al verle preguntándose internamente “¿Acaso es en verdad un alfa?”
-No se preocupe Doc, llevo esperando este momento desde hace años- respondió con voz suave y delicada, hasta cierto punto casi afeminada
-Ok, si usted lo dice- suspiro deseando olvidar que delante tenía a un extraño ejemplar de alfa y con voz médica comenzó a relatar- Este procedimiento se encargará de convertir su cuerpo en un portador “temporal” capaz de gestar por su propia cuenta, ya se ah realizado las cirugías más importantes. Asegurece de tomar sus medicamentos y mantenerse activo, pronto le enviaremos los expedientes con los donantes de semen-
-Disculpe pero... ¿todos los donantes son... usted sabe... alfas?- ante la afirmativa del profesional el castaño frunció levemente su ceño, pero lo dejó pasar, todo por el bien de su deseo.
-Es más seguro si intentamos con muestras de la raza más fuerte, las muestras betas no logran funcionar muchas veces en pacientes betas ni omegas, usted es un caso muy especial joven. En fin, dentro de dos semanas le inseminaremos- una leve risita salió de sus labios ante aquello, el doctor le miro alzando una ceja -¿De verdad desea tanto ser madre a pesar de ser alfa?-
Miro brevemente un dije que colgaba en su cuello, con una foto de su madre, su padre y él abrazados, un leve brillo se instaló en su mirada ante aquello -Más que ninguna persona en este mundo-