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Por un gatito en el árbol por Mariposa23

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Notas del fanfic:

23-es nuestro primer Slash de Mentes Criminales, asique…¡por favor sean amables! >~< Estamos súper nerviosos pero emocionados igual!!! Nos encantó esta pareja. Pero…como Maripo y yo estamos locos de remate. Siempre somos del multi-shipp, asique…
Mariposa: la razón por la q decidimos escribir sobre esta serie. Es por q unos parientes cercanos a nosotros están traumados con esta serie. Y q les digo. Yo me aburro fácil, de casi todo. Experto del yaoi. Mi única receta contra el aburrimiento, la guerra, la depresión y el enfado es el yaoi. Asique si me aburro, viendo, leyendo o escuchando algo. Lo más probarle es q le meta yaoi para arreglarlo.
23-¡sí! Es el mejor condimente de la vida!! En fin espero q les guste. Muchas gracias por todo, hasta la próxima!!!

Spencer no era un cobarde. Solo era demasiado racional para ser del todo valiente.
Era cuestión de coeficiente.
Morgan por ejemplo, no pensaba. Casi jamás. Pese a ello siempre era el héroe, y llevaba la peor parte del trabajo.
Antes, Spencer pensaba q tenia q ser muy fuerte, más q valiente. Porque solo existía él para protegerse. Su madre no podía, y por dios q lo entendía. Su padre los había dejado, y no tenía hermanos, otros parientes o amigos, para q lo cuidaran. Entonces solo era él contra el mundo. Y era muy aterrador y desgastante todo el tiempo, ser fuerte y resistente a la humillación y dolor psicológico q sufría. Que realmente no le restaban energías para ser valiente.
…l no era un héroe. Nunca pretendió serlo enserio, más bien él quería ser rescatado, no rescatar. Al final del día. Jamás pudo evitar preguntarse. ¿Por qué no, un verdadero héroe, venía a salvarlo a él? Que lo pasaba tan mal.
Pensó q viviría así siempre. Esperando algo q no vendría, porque ya lo habían defraudado suficientes veces para esperar lo contrario, aun así era tonto. Y lo seguía esperando, lo q fuera q quisiera darle; pero eso muy en el fondo, porque, aparentemente, decidió dejarlo, esa idea, la fantasía, el rezo q un día alguien viniera a protegerlo. Asique tomo daciones al respecto. Y al final encontró lo q le apasionaba hacer. Aun así no se sentía en su medio. Aun así lo seguía esperando, a su héroe.
Un día solo llego.
Lo vio en los pasillos, y un poco antes de trabajar oficialmente para el F.B.I
Sabía todo, sobre su nuevo grupo de trabajos, y conocía a ese abogado.
Aaron Hotchner.
Era…
Impecable. O era. Implacable.
Era muy bueno en su trabajo, intimidante. Y sin duda sin duda. Un héroe. Uno verdadero. Sin la capa glam, nada de doble identidad. Se trataba de un hombre, un simple ser humano, sin poderes ni nada q le diera la ventaja, aparte de su intelecto y su incorruptibilidad. Su, verdadera. Fuerza. De voluntad.
Spencer solo pensó dos cosas.
Pensó q ese hombre era. Hermoso.
Y luego se sintió a salvo.
Como nunca en toda su vida, como siempre quiso y espero. Ahora. Por fin, llego…
Solo así…
Posteriormente se enteró de q era uno de sus jefes.
Aquel jefe, se convirtió en algo. Algo importante para él, un angular. Pero diferente a lo q Jason Gideon le inspiraba. No era inspiración paternal, era diferente. Era a la persona a la q acudía para todo.
Si quería aprender a manejar armas, buscaba a Hotch.
Si quería dar una pista, si quería sentirse escuchado, atendido, Hotch siempre estaba ahí, para entenderlo o lo q sea. Como un verdadero supero héroe q lo vigilaba y acudía justo en el momento preciso a rescatarlo. Jamás olvidara q lo primero q le recibió en la realidad. Fueron los brazos fuertes de Hotch, ocultos en un serio y formal traje. Ese era el medio de su superhéroe.
Después de ello; recuerda q lo invocaba casi como un mantra para cualquier tipo de situación. Era como si Hotch lo escuchara a la distancia. Como una bati-seña. Esta era una Hotch-señal.
Recuerda q se dio cuenta de esto, cuando; aterrado en el ascensor chillo en un agudo gemido el nombre de Hotch. Morgan lo miro raro, pero estaba más atento en salir q en percatarse, por esas raras actitudes en Spencer. Lo malo de ser perfilistas, era de q notaban todo en ti. Hasta la lechuga q se quedaba atorada en sus dientes.
Era un tanto insoportable. Era muy insoportable.
Después de eso, Spencer, por alguna razón, procuro ser más discreto; como si realmente tuviera algo q esconder.
¿No era así?
La cuestión es q Spencer podía contar para todo con Hotch.
Pronto fueron más y más situaciones en las q Aaron se vio involucrado. Cosas sencillas, cosas banales, como; ayudarlo a reparar fusibles, destapar el caño del extracto, o incluso clasificar su pila de discos de jazz.
Cosas inauditas. Divertidas. Definitivamente hechas a propósito. Como la vez q solo lo solicito para pedirle una taza de azúcar. Casi media hora de viaje para darle azúcar.
Esa vez en broma, Hotch le dijo q “lo llamaría hasta para rescatar un gatito en un árbol.”
Spens, se colgó en el cuello de Aaron y le dijo q estaba bien. Que era normal q lo llamara, para todo y para nada. Pues él era el superhéroe q siempre espero.
Hotch no termino de entender esas palabras. Pero nada importo demasiado cuando sus labios se juntaron, en un ejercicio natural y casi rutinario.
Efectivamente, Reid no era valiente. No porque era muy desgastante ser fuerte también…
Pero cuando tenía aun superhéroe cuidándole siempre, mientras Hotch le prestara su fuerza. Mientras no tuviera q empecinarse en ser fuerte. Entonces podría ser osado, y valiente, como Morgan, resumir a nada su coeficiente intelectual. Para darse el lujo de ceder a sus hormonas borrachas de amor.
Porque se enamoró. De su héroe.
Al q le podía pedir hasta las cosas más inútiles, después de las trascendentales.
Era sencillo lo q sentía. Porque en el fondo. Spencer también era sencillo.
Y considerando q Hotch siempre fue tan complicado como un acertijo en arameo. Necesitaba desesperadamente algo sencillo, algo tan cálido como a Reid en su vida. Hasta los más indestructibles héroes deben dejar ir la capa, por horas aun q sea, y tener una vida tranquila.
Y q mejor calma q entre esos ojos claros, el cabello castaño suave y lizo y esos ricos rojos labios. Hotch hallaba su paz, en el cuerpo delgado entre sus brazos.
Era algo a lo q ninguno de los dos sabia dar nombre.
Pero por fin se sentían bien, estando el uno al lado del otro. Hotch juraría q nunca experimento algo así en sus largos, años de vida.
Desde hace un tiempo. Descubrió q adora ser el salvador de Reid. Para mover muebles. Ajustar repisas y arreglar el termostato. Siente un inexplicable placer al ser tan necesario. Siente q es casi justo. Porque Hotch necesita a Reid aún más q Spencer a él…
Las complicadas situaciones donde corren riesgo de vida o muerte, son las q los tensan y los matan y reviven al mismo tiempo. Pero sin duda las partes q más disfrutan, son las cotidianas, los gestos de cada día. Hotch se siente humano, normal. Solo él mismo cuando está cerca de Spencer, y cosas así le hacen feliz.
Cosas sencillas, para un amor sencillo.
Justo lo q receto el doctor.
¿O no Hotch?
Fin
Spencer no era un cobarde. Solo era demasiado racional para ser del todo valiente.
Era cuestión de coeficiente.
Morgan por ejemplo, no pensaba. Casi jamás. Pese a ello siempre era el héroe, y llevaba la peor parte del trabajo.
Antes, Spencer pensaba q tenia q ser muy fuerte, más q valiente. Porque solo existía él para protegerse. Su madre no podía, y por dios q lo entendía. Su padre los había dejado, y no tenía hermanos, otros parientes o amigos, para q lo cuidaran. Entonces solo era él contra el mundo. Y era muy aterrador y desgastante todo el tiempo, ser fuerte y resistente a la humillación y dolor psicológico q sufría. Que realmente no le restaban energías para ser valiente.
…l no era un héroe. Nunca pretendió serlo enserio, más bien él quería ser rescatado, no rescatar. Al final del día. Jamás pudo evitar preguntarse. ¿Por qué no, un verdadero héroe, venía a salvarlo a él? Que lo pasaba tan mal.
Pensó q viviría así siempre. Esperando algo q no vendría, porque ya lo habían defraudado suficientes veces para esperar lo contrario, aun así era tonto. Y lo seguía esperando, lo q fuera q quisiera darle; pero eso muy en el fondo, porque, aparentemente, decidió dejarlo, esa idea, la fantasía, el rezo q un día alguien viniera a protegerlo. Asique tomo daciones al respecto. Y al final encontró lo q le apasionaba hacer. Aun así no se sentía en su medio. Aun así lo seguía esperando, a su héroe.
Un día solo llego.
Lo vio en los pasillos, y un poco antes de trabajar oficialmente para el F.B.I
Sabía todo, sobre su nuevo grupo de trabajos, y conocía a ese abogado.
Aaron Hotchner.
Era…
Impecable. O era. Implacable.
Era muy bueno en su trabajo, intimidante. Y sin duda sin duda. Un héroe. Uno verdadero. Sin la capa glam, nada de doble identidad. Se trataba de un hombre, un simple ser humano, sin poderes ni nada q le diera la ventaja, aparte de su intelecto y su incorruptibilidad. Su, verdadera. Fuerza. De voluntad.
Spencer solo pensó dos cosas.
Pensó q ese hombre era. Hermoso.
Y luego se sintió a salvo.
Como nunca en toda su vida, como siempre quiso y espero. Ahora. Por fin, llego…
Solo así…
Posteriormente se enteró de q era uno de sus jefes.
Aquel jefe, se convirtió en algo. Algo importante para él, un angular. Pero diferente a lo q Jason Gideon le inspiraba. No era inspiración paternal, era diferente. Era a la persona a la q acudía para todo.
Si quería aprender a manejar armas, buscaba a Hotch.
Si quería dar una pista, si quería sentirse escuchado, atendido, Hotch siempre estaba ahí, para entenderlo o lo q sea. Como un verdadero supero héroe q lo vigilaba y acudía justo en el momento preciso a rescatarlo. Jamás olvidara q lo primero q le recibió en la realidad. Fueron los brazos fuertes de Hotch, ocultos en un serio y formal traje. Ese era el medio de su superhéroe.
Después de ello; recuerda q lo invocaba casi como un mantra para cualquier tipo de situación. Era como si Hotch lo escuchara a la distancia. Como una bati-seña. Esta era una Hotch-señal.
Recuerda q se dio cuenta de esto, cuando; aterrado en el ascensor chillo en un agudo gemido el nombre de Hotch. Morgan lo miro raro, pero estaba más atento en salir q en percatarse, por esas raras actitudes en Spencer. Lo malo de ser perfilistas, era de q notaban todo en ti. Hasta la lechuga q se quedaba atorada en sus dientes.
Era un tanto insoportable. Era muy insoportable.
Después de eso, Spencer, por alguna razón, procuro ser más discreto; como si realmente tuviera algo q esconder.
¿No era así?
La cuestión es q Spencer podía contar para todo con Hotch.
Pronto fueron más y más situaciones en las q Aaron se vio involucrado. Cosas sencillas, cosas banales, como; ayudarlo a reparar fusibles, destapar el caño del extracto, o incluso clasificar su pila de discos de jazz.
Cosas inauditas. Divertidas. Definitivamente hechas a propósito. Como la vez q solo lo solicito para pedirle una taza de azúcar. Casi media hora de viaje para darle azúcar.
Esa vez en broma, Hotch le dijo q “lo llamaría hasta para rescatar un gatito en un árbol.”
Spens, se colgó en el cuello de Aaron y le dijo q estaba bien. Que era normal q lo llamara, para todo y para nada. Pues él era el superhéroe q siempre espero.
Hotch no termino de entender esas palabras. Pero nada importo demasiado cuando sus labios se juntaron, en un ejercicio natural y casi rutinario.
Efectivamente, Reid no era valiente. No porque era muy desgastante ser fuerte también…
Pero cuando tenía aun superhéroe cuidándole siempre, mientras Hotch le prestara su fuerza. Mientras no tuviera q empecinarse en ser fuerte. Entonces podría ser osado, y valiente, como Morgan, resumir a nada su coeficiente intelectual. Para darse el lujo de ceder a sus hormonas borrachas de amor.
Porque se enamoró. De su héroe.
Al q le podía pedir hasta las cosas más inútiles, después de las trascendentales.
Era sencillo lo q sentía. Porque en el fondo. Spencer también era sencillo.
Y considerando q Hotch siempre fue tan complicado como un acertijo en arameo. Necesitaba desesperadamente algo sencillo, algo tan cálido como a Reid en su vida. Hasta los más indestructibles héroes deben dejar ir la capa, por horas aun q sea, y tener una vida tranquila.
Y q mejor calma q entre esos ojos claros, el cabello castaño suave y lizo y esos ricos rojos labios. Hotch hallaba su paz, en el cuerpo delgado entre sus brazos.
Era algo a lo q ninguno de los dos sabia dar nombre.
Pero por fin se sentían bien, estando el uno al lado del otro. Hotch juraría q nunca experimento algo así en sus largos, años de vida.
Desde hace un tiempo. Descubrió q adora ser el salvador de Reid. Para mover muebles. Ajustar repisas y arreglar el termostato. Siente un inexplicable placer al ser tan necesario. Siente q es casi justo. Porque Hotch necesita a Reid aún más q Spencer a él…
Las complicadas situaciones donde corren riesgo de vida o muerte, son las q los tensan y los matan y reviven al mismo tiempo. Pero sin duda las partes q más disfrutan, son las cotidianas, los gestos de cada día. Hotch se siente humano, normal. Solo él mismo cuando está cerca de Spencer, y cosas así le hacen feliz.
Cosas sencillas, para un amor sencillo.
Justo lo q receto el doctor.
¿O no Hotch?
Fin

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