En este mundo hay personas de las que no deberías enamorarte. Tener sentimientos por el novio de mi hermana siempre estuvo mal y siempre me mortifiqué por ello. No podía evitar lo que me pasaba asique cuando terminé la escuela me fui de Virginia, donde había vivido siempre para” no volver” aunque si volvía para los días festivos, era lo menos que podía hacer. Seth, así se llamaba el novio de mi hermana Rebecca, ellos eran realmente buenas personas y estaban muy enamorados desde que yo tenía memoria, por eso me sentía tan culpable. Me fui de Virginia creyendo que era lo mejor para ellos y ahora luego de cinco años todos nos volvíamos a reunir gracias a que mi hermana insistió no solo a mí y a su novio sino a dos amigos más de pasar las mejores vacaciones. Mi hermana realmente quería que pasáramos las navidades en la cabaña de mis padres en Vail, Colorado y yo no pude decir que no, hace mucho no la veía, ella me lo había recordado perfectamente, y quizá podría ponerle fin a mi amor imposible.
-Jer ¿Quedan más de tus cosas en el auto?- Me preguntó mi hermana mientras yo admiraba el frente de la cabaña, aunque decirle cabaña era algo irónico ya que la casa era inmensa. Yo solo pensaba en lo pequeño de mi apartamento.- ¿Jeremy?-
-Perdón Becca, solo queda un bolso en el asiento de atrás, yo lo llevo.- Le contesté saliendo de mis pensamientos mientras abría la puerta del auto.-
-Bien y como yo manejé todo el viaje me toca elegir habitación primero.- Gritó mi hermana riendo mientras se apresuraba a abrir la puerta de entrada.- Y también te toca prender el fuego.- Escuché su voz desde la casa, mi hermana tenía toda la personalidad que a mí me faltaba, eso estaba claro. Yo la admiraba-
Me reí ante su reacción y cerré el auto, ella y yo llegamos primero, más tarde vendría Seth con dos amigos nuestros. La idea era pasar las vacaciones divirtiéndonos en el centro de ski, conocer sitios para ir a comer y realizando excursiones. Mi hermana y yo solíamos venir seguido a Vail cuando éramos pequeños pero desde que crecimos ya no teníamos tanto tiempo para compartir el uno con el otro, algo que lamentaba. Me metí y sonreí mirando el recibidor, extrañaba esa casa.
Más en el fondo a través de puertas de vidrio vislumbre la gran sala de estar y la enorme chimenea, fui directo hacia ella para encenderla y acabar con el frio.
-Jer enciende ya el fuego, me congelo.- Me llegó el grito de mi hermana desde la baranda de la planta alta.-
-En eso estoy.- Le respondí y miré hacia arriba, la vi asomarse desde el segundo piso y me enseñó su pulgar hacia arriba yo solo reí.-
-Eres demasiado eficiente, creo que debería contratarte.- Me respondió riendo, ¿trabajar para mi hermana? La amaba pero jamás haría eso, ella era la jefa en una editorial pequeña lo que suponía que me arrollara con su personalidad no solo en mi tiempo libre sino en mi tiempo laboral, pasaba de eso.-
Luego tomé las valijas y bolsos para subirlos a mi habitación, necesitaba estar ocupado porque estaba realmente nervioso ya que en cualquier momento llegarían los demás.
Me metí en la primera habitación de la izquierda, siempre usaba esa cuando veníamos. Todo estaba casi como lo conocía, solo tenía algunas remodelaciones. Tiré todo encima de la cama doble y fui a correr las cortinas claras del ventanal, me encantaba la vista al bosque nevado. Volteé y suspiré, iba a ser un mes genial o al menos eso esperaba.
Escuché la puerta de abajo abrirse y un grupo de voces reír, yo empezaba a hiperventilar.
-Rebecca llegamos.- Se escuchó la voz de Seth por las escaleras, me puse a ordenar mi ropa en el placard esperando distraerme porque tenía que intentar que las cosas fluyeran con normalidad, podía hacerlo.-Becca.- Escuché la voz muy cerca y al voltearme Seth se asomó por la puerta y me sonrió, dios que difícil era verlo como una simple persona más, me sentía horrible.- Hola Jer.-
Su sonrisa siempre me paralizaba y sobretodo su saludo cálido cuando hacía tiempo que no me veía, era normal porque yo era el hermano pequeño, tímido y nada independiente de su novia y nos llevábamos bien. Su atractivo nunca pasaba desapercibido, tenía el cabello castaño lacio pero con las puntas rizadas levemente, sus ojos entre verde y azulado rasgados en los cuales se le hacía unas apenas visibles arrugas al reír. Ensanchó su perfecta y blanca sonrisa cuando me volteé hacía él y se acercó. Era alto y delgado aunque tenía una figura muy masculina, llevaba un sweater negro y unos jeans ajustados, me abrazó y palmeó mi espalda a modo de saludo mientras yo aguantaba la respiración para no tentarme de oler su perfume. Su cuerpo estaba cálido a pesar del frio y esos eran justamente los pensamientos que tenía que evitar.
-Tanto tiempo sin verte ¿Cómo has estado?- Me dijo separándose de mí y yo me senté en la cama para poner distancia entre nosotros.-
-Algo ocupado con los estudios y el trabajo, ¿tu?- Quería parecer distante y correcto pero sin dejar nuestra amistad de lado ¿Cómo se suponía que iba a hacer eso?-
Seth estaba a punto de contestarme cuando mi hermana se asomó en el cuarto y abrazó a su novio dándole un beso en los labios, me obligué a verlos besarse para que mi cerebro asimilara la feliz pareja que eran, pero dolía.
-Ven trae las cosas a nuestro cuarto amor, voy a ayudar a Ashley y Cameron.- Le dijo mi hermana con muy buen humor y desapareció, yo volví a mi tarea de ordenar pero la voz de Seth me sorprendió, pensé que se había ido.-
-El trabajo en el hospital me tuvo muy agotado este año, realmente quería unas vacaciones.- Me respondió el castaño, era pediatra, luego me sonrió.- Que bueno que podamos reunirnos todos. Voy a ordenar esto y quiero que me pongas al día con tu carrera, sabes que si necesitas ayuda solo tienes que pedírmela.-Me dijo con sinceridad, sé que lo decía de verdad porque yo estaba estudiando medicina. Me costaba mucho admitir que había elegido mi carrera en función a Seth pero era la verdad, su amor por la pediatría había llegado hasta mí y me gustaba mucho lo que estudiaba. Hasta ese punto mi ilógico amor y admiración por el novio de mi hermana había influido en mí.-
Su bondad no me estaba ayudando, si tan solo fuese solamente atractivo podría ignorarlo pero no, tenía millones de buenas cualidades y hasta sus defectos me gustaban. Como por ejemplo que era muy desordenado, hablaba demasiado a veces y no sabía leer dobles intenciones. ¿Quién tiene esos defectos tan poco odiables? Era ridículo hasta qué punto Seth era tan fácil de amar, rayos se suponía que lo viera con otros ojos, unos más amigables y neutrales.
-Holaaa.- Me llegó el grito de Ashley, era vecina nuestra cuando éramos pequeños asique fuimos amigos desde siempre. Le sonreí a la morena de pelo corto y nos abrazamos.- Jeremy cada día pareces más adoptado.- Me gritó con mucho dramatismo mientras se separaba de mí con brusquedad, yo solo me reí.- ¿Cómo es que estas cada día más rubio y tu hermana más morena? Creo seriamente que podrías ser el hijo perdido de Brad Pitt o algo por el estilo.- Yo solo me reí y negué con la cabeza.- Y si tienes algún parentesco con él no te olvides que eres mi amigo y preséntame a tu padre.- Me dio un codazo luego de esa frase y tomó las valijas para irse de la habitación cantando “Brad Pitt me quiere, no me quiere. Yo ni siquiera había dicho una palabra pero así nos entendíamos con la morena.-
Acomodé toda mi ropa y me duché, necesitaba sacarme el frio. Luego bajé para ayudar con la cena y saludar a Cameron, era amigo de mi hermana y Seth asique yo no lo conocía mucho, pero me caía bien.
Pasé por la sala y vi a Ashley quemar pedacitos de una revista en el fuego, seguí de largo porque la vi muy concentrada y me metí en la cocina.
-Hola.- Le dije a Cameron quién hablaba con Seth, me hizo un gesto con la cabeza y obtuve de él una media sonrisa, el moreno era callado y por eso me caía bien. Me sentía un poco fuera de lugar entre tanta gente extrovertida asique Cameron equiparaba un poco las cosas.-
-Estamos haciendo pasta con crema y champiñones.- Me informó Seth mientras destapaba una botella de vino, había un olor riquísimo en la cocina.-
Asentí en su dirección y me puse a buscar los platos, las copas y los cubiertos.
-No, no Jer, Ashley estaba por poner la mesa no te preocupes.- Me dijo el castaño mientras servía el vino.-
-Está bien no me molesta.-Le contesté a Seth mientras Cameron revisaba la comida, en eso apareció mi hermana.-
-Necesitaba tanto esa siesta. ¡Qué bien huele!- Dijo mientras se estiraba e iba directo hasta su novio para besarlo, aparté la mirada porque dos besos en un día era demasiado para presenciar y entonces uno de los platos se me escapó de las manos rompiéndose en el suelo.-
Me sentí un total idiota y muy evidente asique me agaché para juntar todo y esconderme de los demás. Escuché las exclamaciones de todos, ¿Por qué la gente tiene que hacer tanto alboroto de un plato roto? Nunca entendí porque las personas se preocupaba tanto por los accidentes en la cocina, en mi caso hubiese agradecido tanto que todos olvidaran que yo existía y se me había caído un plato al suelo.
-Deja eso en el suelo, se supone que tienes que juntarlo con una pala.- Me llegó la voz de Seth a mi lado en el suelo y me tensé al instante.- Mira hasta te cortaste Jeremy.- No sabía que decir asique solo le sonreí para quitarle importancia al asunto y me paré hasta el fregadero para enjuagarme las manos.-
-¿Qué fue ese ruido? ¿Se están divirtiendo sin mí?- Entró en la cocina Ashley y todos rieron, agradecí que interviniera porque interrumpió el silencio incomodo del ambiente.-
-¿Te duele?- Me pregunto Seth mientras tiraba los pedazos rotos junto con la basura, yo negué rápidamente con la cabeza y metí las manos bajo el grifo para que no viera la sangre.- Déjame ver.-
Tomó mi mano y examinó mis dedos, me había cortado dos y me ardía pero no era tan grave. Me distraía muchísimo que Seth estuviese tocando mi mano, mi hermana apreció detrás y me solté rápidamente, el castaño me miró extrañado.
-Aquí traje algunas tiritas, encontré unas de hello kitty que te van genial.- Me dijo Becca riendo y yo les sonreí a los dos, le agradecí a mi hermana y me las puse.-
-No es tan grave, vamos a comer.- Articulé en voz baja mirando a Rebecca, no podía mirar al castaño a los ojos porque me sentía fatal de reaccionar como una adolescente enamorada, sobre todo frente a su novia, mi hermana.-
Cenamos y charlamos un largo rato, todos bebían vino asique la charla se tornó divertida. Yo tomé solo una copa porque tenía poca tolerancia al alcohol y guardaba un secreto que bajo ninguna circunstancia quería develar. Las mujeres ordenaron la comida porque los chicos habían cocinado, yo ayude un poco y luego nos fuimos todos a dormir. Me costó conciliar el sueño porque no dejaba de pensar en mi hermana y Seth durmiendo juntos en la misma cama, me sentía fatal pensando en ello porque amaba a mi hermana pero quería ser ella, que afortunada era su vida.