La ley por Destinyt

Hace 100 años atrás existían familias con mucho poder,tanto en dinero como en lo político,esta generación de familias hizo todo lo posible para que una extraña ley fuera aceptada.

Al final esa ley fue creada,en ella se decía que las personas de color servirían a las personas blancas,si estos se negaban a hacerlo serían asesinados.Esto beneficiaba de alguna forma a las familias ricas en donde todos eran blancos.

La mayoría de los mestizos y negros huían y se mantenían ocultos,otros solo aceptaban servirles a los blancos pero los que se negaban y los atrapaban eran cruelmente asesinados.

Todo esto empezó a generar una guerra de razas,la cual tras década y década fue empeorando y en la actualidad esa ley aún esta vigente...
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Un chico cabalgaba en un caballo a mucha velocidad,no tenía un lugar exacto en donde llegar,solo quería huir lo mas lejos posible.

Ese chico se llamaba Sebastián y era hijo menor de una de las familias mas importantes de todo el continente Europeo,tenía 18 años,su piel era muy blanca,sus ojos eran de color café intensos al igual que sus cabellos
semilargos.

De tanto andar en caballo,ya no sabía en donde se encontraba,se estaba adentrando a un bosque que le pareció mas oscuro de lo normal,era la primera vez que se alejaba tan lejos de su casa,dudó por un segundo en regresar o no.

Pero fue demasiado tarde,su caballo cayó en una trampa donde una de sus piernas fue atrapada,haciendo caer a Sebastián fuertemente al suelo,el caballo estaba fuera de control.

Sebastián trato de tranquilizarlo pero era totalmente inútil,sus relinchos fueron escuchados por otras personas,Sebastián empezó
a escuchar voces de personas acercándose y pensó que eran personas contratadas por su padre para regresarlo a casa.

Asi que sin dudarlo dejó el caballo y empezó a correr a través del bosque sin detenerse,siempre viendo hacía el suelo por si se encontraba alguna otra trampa en el camino,muy pronto oscureceria asi que se apresuró.

Estuvo varios minutos corriendo y ya se sentía cansado,no estaba acostumbrado a realizar ejercicios y eso se notó cuando torpemente se torcio el tobillo al pisar mal el suelo,seguido de eso un fuerte grito de dolor se escucho por el bosque cayendo y golpeandose varias partes de su cuerpo,lágrimas salieron de sus ojos sin poder aguantar el dolor.

Como pudo se fue arrastrando en el suelo hasta llegar a un árbol y apoyarse en él,trataba de realizar algún movimiento en su pie derecho pero fue inútil,el dolor no lo soportaba,decidió tranquilizarse y encontrar la manera de moverse y tratar de quitarse la bota que traía puesta para lograr ver su tobillo.

Minutos después logro quitarse la bota,pero el sonido de una rama partiendose lo alarmó,miró a su alrededor y solo podía ver árboles asi que no le presto mucha atención al ruido y volvió a revisar su tobillo la cual con moverlo un poco hacia que el dolor se incrementara.

Pero entonces volvió a sentir una extraña sensación como si alguien lo observara,elevó su vista hacia al frente y efectivamente una persona lo estaba observando fijamente.

Sebastián como pudo saco de la bota izquierda un pequeño cuchillo que estaba en su estuche
y lo sujeto con fuerza y con ambas manos,aquel hombre que lo observaba tenía la piel morena y a Sebastián le enseñaron que ha ese tipo de personas no había que acercarseles si estaba solo ya que podrían ser muy peligrosos,en su casa habían ese tipo de personas con el mismo color de piel hasta incluso mucho mas negra pero que simplemente eran sirvientes que
ha simple vista no eran para nada agresivos.  

Ese hombre de pies a unos 4 metros enfrente de Sebastián era todo lo contrario,en su rostro se veía que era un chico nada amigable,parecía que era casi de su misma edad pero mucho mas musculoso y eso se podía apreciar fácilmente ya que no traía puesta ninguna camisa,dejando a la vista un cuerpo musculoso y bien trabajado,pero que no intimido en ningún segundo a Sebastián.

El moreno de ojos claros comenzó a caminar hacia Sebastián de forma lenta y mostrando en su rostro cierta curiosidad al ver al chico de ojos café.

-No te acerques,¡alejate!-Dijo Sebastián tratando de intimidar al moreno pero era algo inútil ya que lo superaba en altura y físico,además no podía moverse en lo absoluto.

El moreno llegó justo donde estaba Sebastián y se colocó de rodillas de manera que quedarán
frente a frente.Sebastián hizo un movimiento con sus manos tratando de herír al otro chico pero su falta de práctica fue evidente cuando el moreno fácilmente pudo esquivar el ataque y quitarle el cuchillo sin ningún problema.

Aquel chico colocó con rapidez el cuchillo en la garganta de Sebastián impidiendole que pudiera moverse.

Sebastián no procesaba nada en su cabeza,solo lo arrepentido que estaba de huir de casa,y ahora su vida estaba en juego solo con que el chico frente suyo hiciera algún movimiento.

Los pensamientos de ser asesinado hicieron que varias lágrimas salieran de sus ojos y estuvo esperando que ese movimiento llegará pero nada ocurrió,el cuchillo fue retirado de su cuello.

El moreno lanzó el cuchillo a gran distancia y quedó observando detalladamente todo el rostro de Sebastián por un largo tiempo y  tan curiosamente
que hasta trató de tocarlo pero Sebastián alejo su rostro velozmente.

-No me toques-Dijo Sebastián nuevamente con un tono para intimidar provocandole una risa de medio lado a quien estaba frente suyo.

-Y sigues siendo agresivo-Habló el moreno-Mis padres me dijeron que las personas como tú eran peligrosas.

-Asi mismo me dijeron acerca de ustedes.

-Pero yo pienso que tu eres distinto-Hizo una breve pausa antes de continuar-Eres lindo...-El moreno nuevamente trato de tocar su rostro,pero Sebastián nuevamente no le dejó.

Ahora era Sebastián quien lo veía de forma extraña tratando de entender las últimas palabras que había escuchado,pero los ruidos de varias personas acercándose hizo que esos pensamientos se fueran y no sabía que hacer,si quedarse con esa persona la cual sus padres le advirtieron que era peligrosa ó regresar nuevamente a su casa y esperar un cruel castigo por parte de su padre.

En realidad no sabía que hacer,lo que decidiera de igual forma su vida correría peligro,asi que al final dejó que la suerte decidiría por él.

-Ayudame...-Esta vez su tono de voz fue de súplica.