Era un día precioso, el sol brillaba y el canto de los pájaros era tranquilizador.
Todo era perfecto.
-¡DAVID!- Una voz femenina se escuchó por toda la casa, se notaba desesperada.
Luego de eso, unos pasos presurosos se empezaron a escuchar por las escaleras haciéndolas crujir.
De un momento a otro algo, o mejor dicho alguien, pateó la puerta haciendo que esta golpeara contra el armario que había al lado.
-David, mi niño, mi amor... ¿¡Cómo me encuentro!? ¡Decime! Dale que no tarda en venir...
Reitero lo dicho unos minutos antes, por si acaso...
Ella era mi hermana: Evelyn. Una chica alta, cabello castaño y unos bonitos ojos miel, iguales a los de mi madre. Flaca y con curvas, cabe destacar. Inteligente, sexy, graciosa, paciente.
¿Qué más? Todos los chicos del colegio mueren por tenerla de novia.
Bueno, cuando dije paciente lo es. En algunos casos, claro.
La cosa es que su novio, Alex, la invitó a una cita y por eso está tan nerviosa que en este mismo instante me está sacudiendo los hombros como si no hubiera un mañana.
-¡Che, que te estoy hablando, carajo!- Si se exalta mucho dice muchos insultos, pero para mí eso es normal.
-Baja un poco las ansias, Evelyn. Estas divina ¿Oíste? Hermosa.
Y era verdad, estaba esplendida con aquel vestido azul que hacia destacar sus atributos, incluidos sus ojos color sol.
-¡Ay bebe, gracias!- Me respondió asfixiándome en un gran abrazo.
-N-no hay de que... Che, me estas a-asfixiando- Me faltaba el aire y supongo que mi cara debe de estar azul... ¡Cómo un pitufo!
-Uy…- Dijo soltándome- Lo siento, hehe.
La miré mal por unos segundos para después llevarla ante el espejo de cuerpo completo que había en el baño. Evelyn me miró extrañada.
- Por favor, hermosa. Una vueltita- Agarre su mano e hice que diera una vuelta. Ella se sonrojó, me encanta hacerla feliz. Aunque suene extraño, la amo mucho. A ella y a mamá, ya que papá no está más con nosotros desde que tengo memoria.
-Bueno, gracias David- Dijo contenta- Eu, te lo tengo que presentar.
Al principio no supe que decía, pero luego de analizarlo un poco entendí que se refería a su pareja.
-Que emoción- Dije con sarcasmo, a lo que ella me da un amistoso codazo.
Nada más pasaron unos minutos cuando el timbre tocó. Evelyn daba saltos de emoción a lo que yo la miraba feliz, hace mucho que no la veía tan contenta y eso me alegra a mí también.
-Dale, vamos, quiero presentártelo- Y con apuro me agarró la mano y fuimos corriendo escaleras abajo. Al terminar de bajar empezamos a reírnos, ella se acomodó un poco el cabello y su vestido antes de abrir la puerta.
-¡Alex!- Dijo desbordante de alegría, abalanzándose sobre él haciendo que pierda un poco el equilibrio.
-¡Qué me caigo, Evelyn!- Dijo entre risas aquel muchacho.
-Lo siento- En respuesta le sacó la lengua juguetonamente.
De un momento a otro la vista de Alex se posó sobre mí, aquella acción me hizo estremecer.
-Oh amor, él es David. Mi hermano.
No supe lo que me pasaba, pero de un momento a otro mi corazón empezó a latir tan rápido que temía que me agarrase un paro cardíaco.
Parado frente a mí estaba el novio de mi hermana, Alex. Era alto; de cabello castaño al igual que mi hermana y yo, de unos preciosos y brillantes ojos verde esmeralda, de sonrisa amable y hermosa. Su cuerpo lucía musculoso, lo podía notar a través de la camisa que se amoldaba exquisitamente a su trabajado cuerpo.
Sentía que estaba babeando, ni yo sé lo que estoy pensando en este momento.
-Hola David, un gusto conocerte- Dijo extendiéndome su mano y a la par sonriéndome.
-H-hola, es igualmente un gusto, Alex- ¡Demonios! Tartamudeé, nunca antes he estado nervioso, bueno por lo menos no tanto.
Evelyn me sonrió, para luego darle la mano a Alex. Se veían tan tiernos, pero en el fondo me sentía un tanto celoso y siquiera sabía el porqué.
-Bueno, mi pequeño angelito- Dijo burlona-. Dentro de poco regresaré- Soltó a su pareja y corrió a abrazarme.
-Que te diviertas mucho.
-Gracias.
Luego dirigí mi mirada a Alex y supe que nos estaba mirando, pero no solo a ella si bien más a mí. Pero creo que estoy alucinando, ella es su pareja. No puedes prestarle más atención al hermano de tu novia ya que ella es más importante... ¿O no? Bueno, qué más da.
-Cuida bien a mi hermana, Alex- Y cómo todo buen hermano menor, le deje a Alex el cuidado de mi hermana.
-Con gusto- Pero lo que más me sorprendió es que... Me guiño un ojo...
¡DESPIERTA, MIERDA! Estas alucinando, soñando, o lo que sea que te hayas fumado...
Evelyn se separó de mí y al final se fueron, dejándome solo.
Me quede un largo tiempo en silencio, asimilando todo... Mientras algo se removía furiosamente en mi interior.
¿Sera que Alex me gusta?