// Pensamientos //
+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++
----------- Flash Back -----------
1- CUANDO TODO ACABA…
Nueva York era una ciudad muy fría en invierno, Draco lo sabía muy bien llevaba 2 años viviendo ahí y su clima todavía no lo asimilaba bien. Dejo en la esquina las 2 bolsas enormes de basura que sacaba cada noche del restaurant donde él era el ayudante de cocina y chico de los mandados. No se quejaba, su vida era tranquila. Ahora era el paraíso después de lo que tuvo que vivir después de la guerra.
Ya no había familia, fortuna, joyas, apellido, ni casas que cuidar o prevalecer, era solo él y su existencia. Era solo él y su cuerpo marcado y sus cicatrices echas le recordaban su oscuro y trágico pasado.
A pesar de que la guerra fue cruenta, él pudo casi ser una parte anexa a esta ya que se enamoró y vivió los días más felices de su vida justo cuando el mundo mágico se estaba desintegrando a causa de ese gran loco demoniaco llamado Lord Voldemort. El destino era tan retorcido como la vida misma. Su único amor y al cual entrego todo, su alma, ser y virginidad no fue más que Harry Potter. Si, ambos, el héroe y el mortifago se amaron locamente y en secreto. Fue tan clandestina su relación que nadie lo supo. Ni siquiera sus padres y mucho menos sus amigos. Prefirieron eso a que ambos fueran usados como sebos para hacerse daño mutuamente. Fueron muy felices en ese corto tiempo.
Pero todo lo bueno tiene que tener un final y Harry lucho con todas sus fuerzas contra el Lord oscuro, gano. Si. Gano por él, por Draco, aunque nadie lo supo. Pero el poder Voldemort era tan inmenso que lo dejo muy mal herido y en coma profundo, todos los mortifagos vivos fueron arrestados, juzgados y llevados a Azkavan. Draco no fue la excepción. Su familia pereció bajo el beso de los dementores y este fue condenado a 4 años en prisión, aislado. Reclamo inocencia pero jamás de sus labios salió su relación con Potter. No quería manchar ese nombre tan sagrado para el mundo mágico con él. Y eso al final fue su perdición.
Los guardias de Azkavan se encargaron de torturarlo de la peor manera, desfigurándole el brazo en donde tenía la marca tenebrosa, apaleándolo constantemente y cuando se dieron cuenta de casualidad a los 5 meses de que el rubio era un Veela y que llevaba en su interior un bebe, pensaron lo peor, que era el amante del Lord y le sacaron al no-nato de cuajo desde el vientre sin ningún tipo de contemplaciones. Draco casi murió ahí desangrado y de pena. Cualquier mal que allá echo en la vida jamás iba a compensar ese castigo tan grande. Saacklebolt al ser el nuevo ministro abrió una investigación al saber tan horrendo crimen, volvieron a Malfoy casi a la vida más por acallar las consciencias que por preocupación misma. De ahí fue encerrado a una sala exclusiva donde siguió su confinamiento con otros guardias un poco menos sádicos. Pero Draco ya no era el mismo. Su alma caprichosa y Slythering había sucumbido completamente al dolor de la pérdida de su hijo. El único ser que le quedaba de su Harry.
-¿Sabes algo de Potter? – Preguntaba una y otra vez a sus carceleros para tener noticias de su amante, teniendo quizás alguna mínima esperanza de que alguna vez lo fueran a salvar de ahí. De esa soledad y tristeza que lo consumía cada día.
-¿Y a ti que te importa? ¿Algún cargo de consciencia acaso? Potter todavía sigue en coma ¡Bastardo! – Le gritaba el guardia tirándole la poca comida que le daban al suelo y se marchaba.
Y así pasaron los años con Draco encerrado tocándose constantemente la cicatriz de su abdomen donde alguna vez había estado su hijo. También había descubierto que tenía un hechizo anti suicidios ya que varias veces intento hacerlo sin poder llegar a lograrlo.
Un día entro el ministro a su celda y lo miro seriamente, el chico estaba sentado en una silla cerca de la cama mirando a la pared tocándose el estómago como en un trance, parecía un muerto en vida, muy pálido y delgado, no había que ser muy inteligentes para saber el trato que le daban en esa prisión.
-Draco Malfoy hoy es el día que acaba tu sentencia – Le hablo serio, había querido e mismo ir a darle la noticia todavía no entendiendo el porqué.
-¿Sabes algo de Potter? – Pregunto bajito el rubio y lo miro con sus ojos vacíos que estremecieron al mayor.
-Harry está bien, hace un año salió del coma y comenzó con su recuperación, es un chico fuerte, de echo está entrenando para ser auror – Aunque el ministro le pareció extraña la pregunta le respondió con la verdad, no había necesidad de mentir y dudaba mucho que el condiciones del rubio fuera a buscar venganza contra Potter.
-¿A preguntado por mí?- La pregunta salió sin querer, fue más por la emoción al saber que su Harry estaba bien. Y solo en esa oportunidad Kingsley pudo notar algo de brillo en esos ojos grises.
-¿Por ti? No ¿Debería? –
-No – Dijo desilusionado Draco, que tonto había sido – Claro que no…
-Bien, a lo que vine. Hoy quedas libre de Azkavan pero jamás podrás volver a Londres, se te despoja de tu magia y varita. Se te considera un peligro para la sociedad mágica y si se llega a sentir algún indicio de cercanía de tu parte a nuestras fronteras hay orden de eliminarte enseguida. Una vez cada 3 meses serás visitado por aurores ya que contaras con un aparato de ubicación que te encontrara en donde sea que vivas y revisaran tú historial para ver si no has cometido algún crimen. Puedes marchar desde ahora. ¿Alguna pregunta?
-¿De verdad no ha preguntado por mi o como estoy?
-NO, no necesito mentirte es eso y crearte falsas expectativas. Harry sigue con su vida normal y desea olvidar todo lo relacionado con la guerra. Es más, creo que ha formalizado su relación con Ginny Wesley – Y fue ahí donde Draco entendió. Todo seguía su rumbo, el mundo giraba igual que siempre, Harry seguía con su vida sin él. Todo lo que se dijeron en el pasado era mentira y el ya no tenía nada.
-Quíteme el hechizo anti suicidio – Suplico por única vez el rubio, que sentido tenía seguir ahí.
-No, ese será siempre tu castigo. Nunca poder escapar de tus crímenes – Soltó por última vez el ministro y salió de ahí ordenando a los guardias sacarlo lo más rápido posible.
Obvio que la despedida fue cruel. Los guardias lo agarraron entre 3 y le marcaron la frente en todo su largo con un hechizo tatuándole la marca del rayo de Potter, según ellos en honor a su héroe y castigo a sus crímenes para que todo el mundo lo viera.
De ahí se fue a estados Unidos sin nada más que lo puesto, vivir en prisión le permitió estar en condiciones extremas, la calle podía ser más placentera que una celda. No había terminado la escuela así que tampoco podía postular a muchos trabajos y las marcas en su cuerpo no ayudaban tampoco. Decidió cortarse su cabello rubio corto y dejarse chasquillas para tapar la cicatriz de la frente, usar siempre poleras grandes y de mangas largas.
Todavía no se creía que había aguantado tanto, 2 años ya desde que había pasado la cárcel y seguía ahí, en pie, viviendo cuando realmente no deseaba hacerlo.
El trabajo era tranquilo, le permitía comer y vivir en una humilde pieza donde solo cabía una cama, una pequeña cocina americana y un baño, no necesitaba nada más.
Dejo las bolsas rápido, ese día debía irse temprano, los aurores irían a visitarlo y sus visitas eran puntuales y nunca placenteras.
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-Bien hemos llegado al chiquero Malfoy – Dijo un moreno auror llamado Jon entrando con enojo al departamento mirando todo con desprecio – ¿Y dime Malfoy alguna fechoría que contarnos hoy? De verdad es que deseo algún día partirte la cara – Mientras hablaba se tronaba los dedos intimidando al rubio que los miraba sin ningún expresión en el rostro.
-¡Verdad que no puede hacer magia! – Dijo burlonamente el segundo auror Clau riendo de su chiste – Esto es tan aburrido – Pateo la cama de la habitación y la dio vuelta – Eso no quita que no podamos investigar – Iba por romper todo a su paso cuando la voz de Harry lo detuvo.
-Estamos aquí para inspeccionar si un prisionero esta cumpliendo bien su condena no para humillarlo – El corazón de Draco se detuvo frente a sus ojos estaba la y única persona que más había amado en su vida – Bien Malfoy por lo que veo no hay nada de magia en ti – Potter en faceta de auror, ignorándolo completamente, saco su varita y analizo la casa y el cuerpo del rubio esperando alguna reacción mágica de la cual no había – Has cumplido a cabalidad tu sentencia. Chicos no entiendo por qué tanto alboroto.
-Hay Potter tu siempre eres tan aburrido – Se quejó Clau y agarro a Draco desprevenido lanzándolo al suelo de rodillas y tirándole el pelo, el rubio se quejó bajito – Siempre es bueno y gratificante molestarlo sobre todo cuando él no hace nada para defenderse ¿Quieres ver el regalo que le hicimos de despedida de azkavan? – Le levanto el flequillo y con horror el moreno vio la cicatriz de rayo que tenía en la frente el rubio, por supuesto era mucho más grande y gruesa que la que él tenía – Y eso que no has visto las otras…
-¡Basta! ¡Y ustedes se hacen llamar aurores! ¿Cómo demonios pueden burlarse de eso? – Harry estaba indignado. Draco contemplaba todo en silencio. El moreno actuaba como si no lo reconociera y que le afectara más que lo que hicieran estuviera fuera de la ley más que se lo hicieran a él.
-Vamos Harry no seas exagerado todos los aurores sabemos esto, lo que pasa es que como tu estuviste en coma y luego perdiste los recuerdos de la guerra no estas enterado de nada de esto – Dijo Jon como si nada – Te acostumbraras ya lo veras.
-Aunque no lo sepa o no lo recuerde no significa que pueden tratar a alguien así ¡Somos aurores! Esto lo reportare – Y Potter salió hecho un energúmeno de ahí. Los otros 2 también fueron detrás de él, olvidándose de Draco ya que le temían amas a o que fuera a decir Potter de ellos. Después de todo era el héroe del mundo mágico.
Draco suspiro fuertemente, ilusionarse ya no estaba en sus prioridades, no después de todo lo que había pasado. Si verlo de nuevo lo había afectado mucho, su corazón latía muy fuerte. Se tocó la cicatriz del vientre, quizás si los tiempos hubieran sido otros y mejores en estos momentos le habría estado presentando a su hijo. Eso sí que lo entristeció y sintió traicioneras lágrimas caer por sus ojos.
No debía llorar, no debía sentir y mucho menos seguir amando. No cuando dolía tanto.
Y el ya había perdido demasiado.
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Ese día había mucha loza que lavar y el agua estaba heladísima. El restaurant donde estaba el dueño era tacaño y prefería ahorrar en gas así que no mandaba pender el calefón por lo que se frotaba las manos de vez en cuando por el dolor. El frio tampoco ayudaba en su brazo, muchas veces usaba esos guateritos muggles de semillas para calmar el dolor de las articulaciones que le provocaban la herida hecha por magia encima de la marca tenebrosa. Cada dolor se lo guardaba en silencio, no había mucha gente para compartir y prefería no hacerlo aunque había varios que deseaban acercarse a él. Este ya no estaba expuesto a abrir su corazón nunca más.
Termino 3 horas después, se arropo bien ya que el frio calaba los huesos y marcho a su pequeño hogar, los días de invierno le producían nostalgia, se acordaba de sus padres y la gran chimenea que se formaba en su casa. Eso hace mucho tiempo.
Caminaba a paso lento, hoy su brazo dolía más que nunca, seguro por el frio. Estaba por llegar a su casa cuando una figura o intercepto. Su corazón se paralizo al verlo.
-Potter – Dijo más para sí que nada, esos hermosos ojos verdes brillaban intensamente – Hoy no es día de inspección.
-No, hoy solo vengo a hablar contigo.
***** Continuara *****