Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Her - Ella por LouisBlind

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-Traigan la unidad de soporte avanzado, necesito que la lleven a cuidados neonatales… Y que saquen a su esposo de aquí- el corazón se le estaba rompiendo en trozos, no pudo si quiera celebrar el nacimiento de su primogénita cuando los enfermeros lo empujaron fuera de la sala, todo estaba pasando en cámara lenta y aún así no podía reaccionar

 

-Takao… Miki…- para cuando pudo moverse, se encontraba en la sala de espera del hospital, algo había salido mal con ambos

 

-Oxígeno, necesito que le den epinefrina, traigan transfusiones y detengan el sangrado- la voz del médico se escuchaba muy lejos, era un solo susurro. Pronto ese pelinegro dejó de escuchar, se había ido, dejando a un padre confundido y a una pequeña con sólo minutos de haber llegado al mundo

 

-Señor… Señor… Shintaro Midorima…- sacudió la cabeza logrando captar el mensaje 

 

-Lamento informarle, el paciente tuvo una hemorragia, tratamos de contenerla pero entró en shock, al parecer su corazón estaba débil por el parto y una transfusión fue demasiado. No pudimos hacer nada para salvarlo- muerto…. ¿Cómo iba a procesar eso? Tenía una bebé recién nacida en otra sala del hospital

 

-Yo… la voz no le salía, sus ojos estaban bastante húmedos, las emociones eran sobrecogedoras

 

-Puedo verlo?- era una petición rara, pero con la situación que estaba viviendo ese peliverde, el médico pareció entender 

 

-Solo puedo darle un par de minutos, tiene que firmar algunas actas e ir con la bebé, ella está en cuidados neonatales, es saludable- lo escoltaron a la sala donde todo inició 

 

-Con permiso- por respeto el médico se retiró, en la camilla yacía el cuerpo inerte del azabache, se veía pálido, cubierto en sudor y con la bata desarreglada, aún con el dolor que pudo sentir, su rostro se veía tan pacífico 

 

-Takao- susurró acercándose a acariciarle la mejilla, estaba frío, ya no había vida en el 

 

-¿Cómo pudiste dejarnos?- no podía mantener la compostura, no pudo contener el llanto 

 

-Dijimos que juntos… ¿Cómo pudiste dejarme?- la mano del azabache fue apretada levemente por las del peliverde

 

-Todo iba a ser bueno… En casa esperaba la cama arreglada, había preparado una cena agradable y ya tenía todo listo para ambos… Takao, como voy a hacerlo todo solo?- siempre había dependido de ese omega fiel que nunca se apartó de su lado

 

-Takao… Ya había aprendido a vivir… Pero, ¿Qué hago ahora?- aún le costaba entenderlo, todo fue tan rápido 

 

-No quiero olvidarte… no quiero olvidar lo que sentíamos- las lágrimas escurrían de sus ojos mojando el pecho descubierto del cadáver 

 

-No quiero dejar de amarte… no cuando apenas descubrí como hacerlo- se quejó juntando su frente con la ajena 

 

-No quiero despedirme, no así- le besó la mejilla y se apartó para limpiar un poco su rostro 

 

-No va a ser lo mismo, pero voy a cuidarla como habíamos prometido- la puerta se abrió, un enfermero le pidió retirarse… Nunca había hecho algo tan difícil. Sólo miró sobre su hombro una vez más y salió de esa habitación. En modo automático firmó los papeles para certificar la defunción de su esposo, además escuchó lo que los doctores tenían que decir sobre su hija 

 

-Es ella- un doctor lo había guiado al salón lleno de incubadoras, en una de ellas estaba una hermosa niña de cabello y ojos verdosos… La vida había sido muy cruel, no se parecía en nada a su madre

 

-Miki- un par de lágrimas escaparon de sus ojos al recibirla, la bebé lo miraba fijamente, esa pobre criatura no sabía lo que tendrían que vivir ahora

 

-Ella está estable, no tiene problemas para alimentarse o para respirar. Creo que esta tarde podrá llevarla a casa… Lamento mucho lo que pasó, el hospital maneja un programa de apoyo a padres solteros, tal vez pueda ayudarle si viene- la pobre enfermera veía claramente la desolación en la mirada de Shintaro

 

-Gracias- susurró antes de acercarse a besarle la mejilla a la bebé, sus pestañas eran largas y oscuras, su cabello verde como sus ojos, era una copia de su padre ¿Cómo haría para no olvidar al azabache? ese era su mayor miedo

 

-Iré a preparar la casa Miki… Espérame aquí- le parecía ridículo hablarle a un bebé pero ahora él mismo lo hacía

 

-Es entendible, lo estaremos esperando hasta la tarde con Miki-chan- la enfermera atendió a la bebé, al menos no parecía uno de esos casos donde el padre despreciaba al bebé por la muerte de su pareja. El pobre peliverde se marchó sin ánimos, sacó el teléfono sin saber a quien o a donde llamar primero 

 

-Hola… Señora Takao- pensó en ser fuerte pero su voz temblaba

 

-Miki nació bien, es una niña sana… Pero Takao, él…- tuvo que sostener el aliento para no dejar un sollozo escaparse de sus labios

 

-Me encargaré de todo, el funeral, la bebé… Sólo quería avisarle- sus suegros lo odiaban, pensaban que él se aprovechaba de Takao, que no lo amaba… y con justa razón, nunca pudo demostrar correctamente sus sentimientos

 

-Necesito un servicio de cremación- pidió más alterado, contactó a la funeraria que se había encargado de sus padres un par de años atrás 

 

-Si, en la clínica de maternidad de omegas… Kazunari Tak… Kazunari Midorima- luego de una conversación desagradable sobre el procedimiento, el de cabello verde aceptó y les dió el número de su tarjeta de crédito para cancelar lo necesario

 

-Hola… Kuroko, voy a despedir a Takao, creo que esta noche me entregan su cuerpo- no quería decirle expresamente que había muerto, se sentía culpable

 

-Quiero saber si puedes llamarlos a todos, será en nuestr… en mi casa, estaré ocupado así que solo avisenme antes de llegar- sin dejar que le diera las típicas palabras de pésame, terminó la llamada, se sentía agitado, tenía mucho dolor de cabeza, las cosas le daban vueltas…. Era tanto para digerir solo… Hubiera deseado que alguien estuviera ahí para ayudarle

 

Partió rápidamente a su casa, lagrimeando durante todo el trayecto, ahí esperaba un cartel de colores con la bienvenida a Miki, tuvo que arrancar todos esos adornos para poder acomodar los muebles, en su habitación lloró un buen rato más mientras empacaba toda la ropa del azabache, exceptuando un traje para vestirlo en su velorio. La cuna de la bebé acabó junto a la cama, no quería dormir solo esos días

 

Esa tarde le dieron el alta a la bebé, casi al mismo tiempo que le entregaron el cadáver de su pareja. En la noche todos sus amigos llegaron, él no soltó a la bebé en ningún momento, ni siquiera al despedirse entre llantos de su pareja una vez más. La generación de milagros lo acompañó toda la noche y madrugada, incluso lo llevaron a recoger la urna donde descansaban los restos, el “funeral” fue sencillo, en el patio de esa enorme casa que habían conseguido esforzándose juntos, enterraron la urna, que contenía una semilla. Desde ese momento su vida como padre soltero dio inicio

 

 

-Espera nanodayo, no tengo tantas manos- la bebé ya tenía un mes… Quiere decir que llevaban un mes de vivir solos, cada día era más difícil, el miedo más grande que tenía era olvidarse de su amado

 

-Ah Miki, espera- repitió atareado, debía preparar el cambio de pañales y el biberón al mismo tiempo. Ya comenzaba a acostumbrarse a trabajar en la oficina desde la casa, a cuidar de la bebé y no dejar que su casa terminara en desastre

 

-Listo, ahora puedes comer- buscó la manera de mantener el biberón fijo mientras aseaba un poco la habitación, la foto de la boda seguía colgada en la pared, la sonrisa en el rostro del azabache era lo que le ayudaba a mantener la cordura 

 

-Takao, menudo problema me dejaste… Yo no sé cómo cuidar a un bebé- no olvidó tomar su medicamento para la ansiedad y el antidepresivo que le habían recetado casi un mes atrás, su trastorno obsesivo compulsivo aún estaba latente 

 

-Tengo que conseguir el item de hoy- tomó el teléfono para buscar en su aplicación de Oha Asa,descuidando a la bebé por un buen rato, al menos esa pobre no era tan apegada como su madre, con un padre tan frío y distraído como él, tendría problemas de ser así

 

-Necesitamos la mejor de las suertes hoy también- se levantó para atender a la bebé, tal vez en su bodega de objetos extraños tendría un escudo medieval, eso disminuiría la probabilidad de tener accidentes en 20% según el horóscopo

 

-Si tu mamá me viera hacerlo se molestaría- aún recordaba los regaños que le daba el azabache por depender de la “suerte” para vivir

 

-No pensemos en eso- se reclamó cuando una punzada en el pecho casi le logra robar una lágrima de nuevo 

 

-Ah mira, estás toda sucia ahora- no tenía descanso, pero para él esa bebe era su ancla en la tierra, no le molestaba tener que encargarse de ella por su cuenta aunque lo mantuviera ocupado a cada minuto del día

 

-¡Aquí está!- era ridículo pero necesitaba sus lucky items como antes. Con Takao había superado su obsesión, era una simple forma de canalizar su trastorno y gracias a él, a su sonrisa, había dejado de coleccionar cosas innecesarias para poder pasar más tiempo con él

 

En su segundo año de noviazgo, esos dos habían acordado dejar de lado a Oha Asa para poder intentar embarazarse, la compañía que se hacían mutuamente y las palabras de apoyo de Takao le ayudaron a darse cuenta de que ese hábito no era bueno… ¿Qué persona normal gastaba tanto dinero en objetos inútiles? Shintaro comenzó a dejar de cargas sus ítems cuando decidieron casarse, Takao le dio el ítem más preciado y desde ese día decidió no buscar más su suerte, nunca lo había admitido en voz alta… Pero para él ese día consiguió lo mejor que podía esperar, ya no valía la pena buscar mejorar su suerte si tenía a su pareja y a ese anillo que los unía para el resto de sus vidas… ¿Qué mejor suerte que esa?

 

El problema ahora radicaba en que sólo tenía un frágil recuerdo de esa relación, miki… Esa hermosa y frágil bebé, debía ser fuerte por ambos, debía protegerla y no se sentía lo suficientemente seguro de lograr cuidarla sin su amuleto de carne y hueso

 

-Lo siento- se disculpó con la bebé, la estaba mojando con sus lágrimas… Está en lugar de quejarse trataba de alcanzar el rostro de su padre entre sus torpes manitas

 

-Estaremos bien, tengo buena suerte hoy- verla de frente, reflejando su rostro en esos ojos verdosos e inocentes, lo hacía sentir una especie de alivio, era afortunado de tenerla entre sus manos, sólo hubiera deseado que fuera hermosa y valiente… Un poco más parecida a su madre 

 

 

-Midorima-kun, ¿Por qué Miki-chan trae ese traje de salchicha?- la niña ya iba a cumplir su primer año, en el jardín trasero de la casa había nacido un hermoso retoño de arce, Mikki le llamaba “mai” al árbol, al parecer entendió bien que su madre descansaba bajo esas raíces fuertes 

 

-Es su lucky item nanodayo… El mío es este- mostró un pesado medallón de bronce que colgaba de su cuello 

 

-Midorima-kun, no es bueno que ella aprenda esas cosas- el ex-sombra del equipo los había invitado a la fiesta de sus gemelos, eran sólo unas semanas mayores a Miki 

 

-Kuroko, tengo que irme temprano, Miki tiene una cita médica, ha tenido mucha fiebre- nadie le había advertido de los dientes de un bebé, de cómo eso les afecta el humor y la salud. Se las estaba jugando al criarla sólo, su orgullo no le permitía pedir ayuda

 

-Ya veo, no hay problema- toda la generación estaba ahí, todos con sus parejas… incluso Aomine y Momoi llegaron juntos, era injusto ser el único solo y tener que aguantar la actitud de lástima que le demostraban todos, deseaba poder faltar a ese tipo de reuniones, no necesitaba a nadie más que a Miki

 

-Midorimacchi, déjame cargar a Mikicchi- ese rubio siempre era el más emocionado, su senpai y pareja había decidido no tener hijos aún, a pesar del fuerte instinto maternal que tenía su ex compañero de escuela

 

-Claro- le pasó a la bebé que comenzó a balbucear y sonreír, tras ellos se fue la chica de cabello rosa, dejando atrás a un incómodo moreno

 

-Oh midorima… Veo que ella está bien- en la mesa estaban sólo Aomine y Midorima, no eran los mejores amigos, pero ese moreno siempre se mostró dispuesto a ayudarle 

 

-Si, ella es callada y le gusta estar en mi oficina, no se enferma mucho… creo que no da muchos problemas- lo miró de reojo, era raro que tratara de conversar sobre algo como eso 

 

-Satsuki… Ella también espera uno- se sorprendió mucho, según él llevaba unos meses saliendo apenas

 

-Felicidades… Es lo mejor que les puede pasar nanodayo- sintió un hueco en el estómago, la última vez que supo de alguien embarazado, fue Takao y lo perdió

 

-Oye, ya casi es un año… Lamento eso y- un golpe en la mesa lo interrumpió, el pobre peliverde comenzaba a sentir angustia, ya sabía que era un año, tenía pesadillas con eso cada día, ya no recordaba bien el rostro de Takao sin ver la fotografía, no quería olvidarse de eso

 

-Mi culpa- el de cabello azul se levantó de la mesa rascándose la nuca incómodo, no sabía que ese peliverde seguía así de sensible

 

-Ugh- cubrió su rostro con ambas manos y resistió el impulso de llorar, era una fiesta para niños y debía estar más alegre 

 

-Kuroko… ¿Puedo ayudar en algo? también se levantó de la mesa, no quería estar solo mucho rato

 

-Ah Midorima-kun, lleva el pastel a la mesa- Atsushi le había regalado un enorme pastel de durazno y crema para la fiesta, al parecer eran los sabores favoritos de los gemelos 

 

-Kagami-kun, lleva a los bebés- de lejos se les notaba lo alegres, sentía una envidia terrible, seguro así hubieran sido las cosas con Takao, eran distintos pero ambos se amaban sin importar nada 

 

-Yo creo que es mejor si me voy- tomó a su hija en brazos y le entregó el regalo a los gemelos, todos se quedaron en silencio, era entendible y más bien resultaba admirable que quisiera llegar a una reunión como esa

 

-Lo siento Miki… No podía- sus ojos se nublaron con lágrimas, seguro que los antidepresivos no estaban funcionándole bien

 

-Papa…- en la voz de la niña se notaba cierta angustia compartida, no le gustaba verlo llorar nunca 

 

-Lo siento… Papá está bien- la abrazó con algo de fuerza y le dio un beso en la mejilla para calmarla

 

-Vamos a comer un helado- no era normal ver a una bebé vestida de hot dog con su padre comiendo helado, muchos podrían señalar o criticar pero nadie sabía cómo se hacían felices entre ellos 

 

 

La bebé ya caminaba bien, ya podía decir algunas palabras y empezaba a probar poco a poco como era su personalidad, la bebé era bastante lista, pero le encantaba hacer bromas y reír, al menos en eso no se parecía a él. La foto de Takao estaba en la sala, junto a algunas de sus cosas, quería inculcarle a su niña el hábito de “hablarle” a su madre de alguna forma, así cuando se enojaba con él, le contaba las cosas a Takao al menos. El árbol en el patio ya medía al menos dos metros y uno de los pasatiempos de la bebé era decorarlo con stickers, lazos y regarlo, las hojas comenzaron a cambiar de color de nuevo pasada la primavera, ese árbol realmente le recordaba a Takao, tan cambiante y siempre con sus tonos alegres 

 

-Papi, a mami gusta este?- sostenía un lazo rojo en su mano 

 

-Veamos… Creo que si le gusta, pero creo que le gustaría más si le pones estos dos- besó su mejilla animandola a pegarlos en el fino tronco del árbol

 

-¡Sí!- era increíble verla, tenía ya sus 3 años y un par de meses, al inicio Shintaro nunca esperó llegar tan lejos con ella 

 

-Miki, toma tu lucky item. no olvides tenerlo todo el tiempo- ese día a ella le tocaba cargar un sombrero de copa negro

 

-No quiero- salió corriendo molesta, pensó que lo había escondido bien entre unas hojas 

 

-Miki, es mejor… Te dará buena suerte- trató de alcanzarla pero no llegó a tiempo, estaba dándole las quejas a su madre de nuevo

 

-Y papa molesta… Y da a Miki cosas feas- hacía gestos exagerados y hablaba como si le diera insectos o cosas de ese tipo, casi podía escuchar a Takao dándole una reprimenda “Shin-chan, deja de darle cosas raras a Miki-chan, ella quiere jugar y no la dejas”

 

-Vaya- soltó un suspiro al recordar cuanto discutían por esos items, ya Kuroko le había advertido que no debía obligarla a cargar los lucky item y tenía razón

 

-Ven acá… ya no te daré el sombrero- en lugar de molestarse salió a jugar con ella en las hojas rojas del arce, que estaban ya en el suelo, al menos le daría a ella la libertad de elegir si quería o no cargar su propio lucky item… Para él eso era todo un cambio

 

-Papa… ¡Mami se ve así!- la niña le mostró una sonrisa enorme y brillante, no sabía de dónde había sacado esa idea

 

-Si, cuando Miki se porta bien y se divierte, mami y papá se ponen así- momentos como esos hacían que todo el esfuerzo valiera la pena

 

-Entonces papá ya no llora- respondió con una sonrisa inocente, esa niña se veía muy parecida al azabache, estaba conmovido por eso

 

-¡No llores!- reclamó apretándole las mejillas a su padre

 

-Miki, a veces las personas grandes lloramos cuando estamos muy felices…. Felices como mami- la abrazó contra su pecho haciéndole cosquillas, al fin, luego de esos 3 años dejó de sentir tristeza con el recuerdo de su esposo… Aunque seguía sintiendo la ansiedad por tenerlo a su lado

 

 -Miki… ¿Vamos a comer papas hoy?- la niña se había acostado en su pecho para verlo a los ojos con una sonrisa de emoción

 

-¡Si! Papas y kim… y mimci- se confundía con la pronunciación pero su padre le entendía a la perfección

 

-Papas con pollo y kimchi entonces- siempre se le derretía el corazón, no era el más expresivo pero con la niña tenía que adaptarse

 

-¿Mami nos acompaña?- era una simple pregunta, pero hizo a Midorima palidecer por un segundo 

 

-Miki, mami no puede ir con nosotros… Recuerda que mami está en el cielo sobre las nubes- siempre le dolía hablarle de eso a la niña

 

-Mami si puede ir, es mi suerte- se agachó para buscar una de las hojas de maple y la puso en su bolsillo. Midorima estaba perplejo… ¿Qué tan tonto había sido todo ese tiempo?

 

-Tienes razón, mami nos va a acompañar- dejó el brazalete egipcio de hierro fundido que cargaba en el brazo izquierdo, para luego imitar a la menor y poner una hoja de maple en su bolsillo

 

-¡Vamos!- señaló con emoción la puerta 

 

-Espera, hay que cambiarnos de ropa- le ayudó a ponerse un vestido azul, con su propio sombrero y la hoja de arce siempre en su bolsillo , sería su nuevo lucky item, todo gracias a su hija había entendido

 

 

La bebé ya se había convertido en una hermosa niña, para su cumpleaños 6 Shintaro había planeado una fiesta sorpresa con sus amigos, ya no temía juntarse con ellos o incluso hablar sobre su esposo, el dolor había sido reemplazado por una cálida sensación en su pecho, no lo había olvidado y sin dudas nunca lo haría 

 

-Llegaron todos miki, sal a saludar- el de cabello verde había decorado la sala de la casa para la recepción, en la esquina siempre estaba el rincón de Takao, ahí habían fotos, velas y a veces un plato de kimchi, su comida favorita

 

-¡Lista!- la niña salió del cuarto usando un vestido color crema, con unas medias altas de ranas y un lazo que combinaba con el vestido para su cabello, en su mano tenía uno de los ítem de su papá, una rana títere que había encontrado en el cuarto de Oha Asa (al que ya no entraba nadie)

 

-Te ves muy linda nanodayo, mamá estaría feliz- ambos fueron a la puerta para recibir a los invitados, Kuroko y Kagami llevaban a los gemelos de la edad de Miki corriendo frente a ellos y a las gemelas de solo 2 años en brazos. Momoi y Aomine llevaban de la mano a una hermosa niña de piel morena con cabello en tonos rosa y azul que en unos meses cupliría 5 años tambien. Kise y Kasamatsu entraron con las manos vacías, aunque el deseo del rubio se había cumplido y su senpai adorado cargaba una enorme barriga al fin

 

-¡Tíos!- la niña corrió a saludarlos a todos y a jalonear a sus amigos para que jugaran

 

-Perdón Shintaro, nos atrasamos un poco- al fin el pelirrojo, su mejor amigo, había entrado con Yukari de la mano y Momiji sentado en su brazo y recostado en su hombro dormitando, tras él venía un peli lila con bastantes cajas blancas en brazos

 

-¡Tío Atsushi!- la niña olvidó a sus compañeros de juegos, ese gigante peli lila siempre era el encargado de sus pasteles y golosinas

 

-Miki-chin, este es nuestro regalo… Pero Akachin dijo que debes compartir o acabarás enferma de la barriga- ya había hablado con Shintaro y había una mesa entera para que acomodáran los dulces y chucherías 

 

-Gracias Akashi… Sabes que no se me da la cocina- soltó una leve risa al recordar a Takao burlándose de él en sus primeras semanas juntos por no poder cocinar

 

-Pues le prometí a Kazunari que iba a apoyarlos con Miki- todos estaban ahí, era la tercer fiesta que le celebraba a su hija, desde esa tarde en la que decidieron juntos seguir adelante con la compañía de su pareja, todo había cambiado

 

-Miki, quiero darte el regalo antes de que vayas a jugar- el padre de la niña se arrodilló frente a ella para tener su altura, en uno de sus bolsillos buscó una caja alargada de joyería. La abrió ante la mirada expectante de la menor y le entregó un collar de oro con un dije especial

 

-Esta es una hoja del árbol de mamá, así ya no tendremos que ponerla en nuestros bolsillos para que nos acompañe- un par de las hojas rojas más pequeñas del arce fueron secadas y conservadas dentro de una cápsula de resina transparente, una para ella y una para él

 

-¿Es nuestro lucky item?- la niña volvió a verlo con los ojos llorosos y asintió dejando que su padre pusiera la joya en su cuello 

 

-Es el único lucky item que necesitaremos ahora Miki- un dulce beso en la frente de la niña bastó para que esta comenzara a llorar, escuchar tanto de su madre, ver las fotos y no conocerlo le dolía, pero así estaría con ambos siempre 

 

-Gracias- dijo con los ojos enrojecidos 

 

-No llores, mira que van a verte tus amigos- no supo si lo dijo a su hija o a sí mismo, Midorima le secó las lágrimas mientras aguantaba las propias. un par de manos se colocaron en sus hombros como apoyo, Kuroko y Akashi siempre estarían apoyandolo 

 

-Voy a jugar Shin-chan- la niña sacudió su cabeza para calmarse y corrió con los gemelos de Kuroko 

 

-Si que se parece a su madre- murmuró el pelirrojo dejando que su amigo llorara ocultándose en su pecho aún de rodillas, esa niña sería la única compañía que ese peliverde necesitaría de ahora en adelante 

 

-Son idénticos nanodayo- murmuró tratando de calmarse un poco, con el apoyo de todos sus ex compañeros y la existencia de su hija iba a seguir adelante , siempre con Takao clavado en su memoria

 

FIN

Notas finales:

Bueno, muchas gracias por leer, espero que les agradara este escrito improvisado. Me inspiré en una imagen de Midorima con su hija y deseaba escribir algo de eso (aunque fuera un mini OS). Por el poco tiempo que tengo libre no pude hacer algo mejor, pero estoy conforme <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).