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Can you flip the switch on? por FumiSaho

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen. 

Bienvenidos las personas amantes de parejas poco cotidianas!! :)

Esta historia estara ligada a otras dos... y espero sean de su agrado.

Notas del capitulo:

Pos nada, espero que les guste. :D

 

 

No existía una razón por la que él fuera de esa manera. Ningún trauma de la infancia, nadie que le hubiese hecho menos en la escuela, alguna persona que le hubiese roto el corazón… nada y, sin embargo, él era así.

Cuando terminó se acurrucó contra el pecho de la persona con la que había coqueteado desde hace más de dos semanas. El chico le mostro sus sentimientos, le dijo todo lo que le gustaba, conversaron en más de una ocasión y el chico que se creía más listo, le besó. Un error que varios cometen.

El rubio, que era cliente frecuente de numerosos bares, seguía la corriente con facilidad y se mostraba vulnerable ante la presencia de sus cortejantes. Esa era la táctica: verse sensible, empático, crédulo, sincero y agradable.

Se arregló las ropas y peinó su cabello liso antes de salir. No sin antes borrar su número de contacto del teléfono contrario y toda evidencia que pudiese ser usada para encontrarlo. De cualquier forma, en horas estaría de regreso a Japón y no volvería a ver al sueco que tanto apego le tuvo.

La verdad era que no recordaba el día exacto que empezó a ser así, pero sabía perfectamente que lo hacía por el gusto que le causaba verse deseado por los demás, saber que los tenía en la palma de la mano y aplastar toda oportunidad que un día albergaron.

—¿De qué haces? —curioseó un chico sentado junto a él. No era de su tipo, de hecho, ese niño le parecería menor de edad. Sus grandes ojos castaños les miraban directamente a los ojos.

Hace un mes que se encontraba en Japón, pues había empezado a tomar vuelos nacionales antes de volver a la cuestión de cruzar barreras de nuevo. Esa era su rutina y parte de ella consistía en acudir al bar donde Nakamura, un amigo suyo, era barman. Lo que no supo hasta que llegó, fue que Nakamura estaba de vacaciones.

—¿Qué quieres decir? —preguntó ladeando coquetamente la cabeza. Tomó un mechón de cabello castaño deslizándolo detrás de la oreja del muchacho que se ruborizó violentamente.

—S-si eres el de aa-arriba o…?

Se notaba que el chico no era de por esos lugares y mucho menos estaría acostumbrado a hablar de sexo homosexual. Sonrió ladino antes de recargar su angelical rostro en una de sus manos.

—¿Buscas pareja o solo un rato de placer? Si estás en la búsqueda de alguien con quien pasar la noche, estas en la mesa equivocada. — comentó sin perder la sonrisa encantadora que le dedicaba.

No era que se estuviese burlando de él, simplemente le parecía lindo que un principiante se fijara en él, ya que generalmente eran hombres con el ego demasiado inflado, los que iban y se proponían a conquistarlo.

—N-no vengo solo por una noche. —aseguró el castaño con voz temblorosa.

El rubio notó entonces que el chico en verdad se había armado de valor para acercarse, pues sus manos, con los dedos entrelazados, temblaban y el rubor en su rostro era un buen indicador de cuan nervioso estaba.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó bajando la guardia. Después de todo, apreciaba el esfuerzo.

—Furihata Kou-Kouki. —balbuceó echándole un rápido vistazo al rubio.

—Un placer. —concedió ofreciéndole su bebida de color azul. —Kise Ryouta. —dijo sonriéndole abiertamente. —No parece que vengas muy seguido a estos lugares.

—No lo hago.

—¿Perdiste una apuesta?

Kise pidió otra bebida igual, invitando a Furihata beberse la anterior, pues apenas si la había tocado.

—No. —negó dándole un sorbo al coctel. Sintió en primera instancia el dulce sabor del refresco de limón y luego, deslizándose con discreción, el vodka, calentando su garganta. Sabía rico. Inconscientemente balanceó los pies adelante y atrás, degustando de su bebida.

—¿Qué es lo que buscas? —preguntó ganándose la atención de Kouki, que en ese momento continuaba sorbiendo de la pajilla. —Sobre la pregunta que me hiciste en un principio, ¿que buscas?

Furihata volvió a ser asaltado por la vergüenza y hundió la cabeza entre sus hombros.

—Yo… no lo sé.

Ryouta observó a Furihata, descubriendo que la forma de vestirse era casual, con una camisa de mezclilla desabotonada completamente ya que debajo llevaba otra más delgada, y jeans. No parecía que quisiera causar impacto, sino que regresaba de hacerle el recado a su mamá.

—No te vayas a ofender, Furihata, pero no solo estafan a chicas. Chicos lindos como tú, sin experiencia, son frecuentemente timados y drogados para… —tuvo que detenerse. Los ojos castaños estaban fijos en él, con miedo. —Escucha, no soy de ese tipo y si quieres, puedo acompañarte a tomar un taxi para que no estés en un lugar que te incomoda. ¿De acuerdo?

Era cierto que Kise no se contenía a la hora de destrozar a los chicos, pero se sentía mal de dejar a Furihata a la deriva. Se notaba a leguas que el muchacho no estaba ahí por gusto, y de ser así, se arrepentía de su decisión. No obstante, no lo obligaría a abandonar el lugar si él así no lo quería.

 Furihata, quien mantenía los ojos puestos en los ojos claros del muchacho que acababa de conocer, permaneció un par de segundos absorto en la voz del rubio, en como la amabilidad era derrochada sin dudar de su persona. Asintió bajando la mirada.

 

 

Al llegar afuera, Kise ubicó inmediatamente el taxi que el barman había pedido por ellos. Pisándole los talones estaba Furihata, que luego de eso solo intercambio un par de palabras con el rubio, delatándole que fue un amigo suyo el que le metió la idea de que dejara de ser aburrido y buscara el amor en un bar homo, porque “el amor más sincero es el que más tarda en verse” y nada más escondido que un lugar donde hay personas que todavía dudan de su propia sexualidad.

Para Ryouta ese relato únicamente le dijo que el amigo de Kouki estaba enamorado de él y el castaño no lo notaba para nada.

Kise abrió la puerta del asiento trasero y el castaño subió sintiéndose ligero. Las texturas debajo de sus palmas eran más intensas y la felicidad artificial que su pecho albergaba, le hizo dejar de lado la oportunidad de saber algo mas además del nombre del rubio.

—Un placer, Furihata Kouki. —se despidió Kise regalándole una caricia sobre su mejilla.

El corazón de Kouki latió a gran velocidad, las palabras le fallaron, como siempre; y cuando quiso prolongar más el tiempo manteniendo la mano de Ryouta sobre su piel, la puerta fue cerrada. El auto avanzó hacia la única salida que tenía ese bar en ni-chome 

 

 

 

Notas finales:

Nos vemos en la actualizacion. :}


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