La existencia de un segundo género en la raza humana siempre había estado presente, Alfas, Betas y Omegas, talvez desconocidos en un principio, pero su existencia era innegable.
El cambio de los tiempos trajo el reconocimiento de dicho paso de la evolución, exponiendo su existencia y con ello, se trajo la determinación de roles, y reglas.
Se crearon las clases, en apariencia algo necesario, no equitativo, y limitador sin duda, de aquellos bajo la denominación de un Omega.
La inconformidad se anido en los individuos, que fueron obligados a cumplir un papel, fuera de las decisiones de la sociedad y casi exclusivamente para la procreación.
El tráfico y abuso de la sexualidad de los Omegas, fue costumbre durante algunas décadas, en los años donde los derechos humanos, era un tema sin definir.
Ningún Omega pensó que ese fuera su lugar.
Pequeños actos de rebeldía, quejas, y desafiar a los Alfas, fueron percibidos como actos inofensivos, de seres que no podrían presentar una amenaza.
No hasta que dichos individuos, comenzarán a usar sus atributos para la manipulación de los Alfas, causando que estos se endurecieran y notarán que el poder no estaba en un solo lado de la balanza.
Las consecuencias llegaron, y la opresión se hizo aún más evidente, siendo lo que detonó el resentimiento acumulado.
A finales de los noventa la delicada tranquilidad se derrumbó, los Omegas se revelaron abiertamente, los Betas que también veían injusticia en la situación de los Omegas, y la suya por ser considerados como sector de segunda.
Los altos mando fueron mantenidos por los Alfas quienes reconocieron las habilidades y beneficios de los Betas, dejándolos ingresar a puestos de poder, claro, o posiciones más relevantes, y se crearon los derechos de los Omegas,
Eso en la superficie, solo evitaron que los Omegas continuarán con su rebelión, encontrando como suavizar las normas y leyes que manejaban a los Omegas, en otras palabras cambiar la forma de control para hacerla menos evidente.
Se eliminó el tráfico humano, el abuso sexual y coacción de la voluntad de un Omega era un delito sumamente grave, desterrando el intercambio de Omegas por dinero en las clases más adineradas e influyentes, principalmente en el uso de ellos para garantizar uniones por conveniencia, o el ofrecimiento de cuantiosas dotes por ellos, forzando a los Omegas de familias ricas o de alcurnia en uniones.
Irónicamente, aquellos individuos de familias más comunes y humildes tenían, en manera relativa más libertad.
Pero el pasado aun pesaba, como la libertad de muchos aún era limitada, las manifestaciones públicas continuaron, pero la sociedad veía como atroz el rechazo de su rol, ideas implantadas por los Alfas, finalmente las protestas disminuyeron, reduciendo su número poco a poco.
El golpe final a la turbulencia de la época en el mundo, fueron leyes que buscaban apaciguar la inconformidad, garantizando protección y refugio, permitiéndoles a los Omegas trabajar e incluso acceder a la educación universitaria, pero bajo los términos de los altos mandos porsupuesto.
Bajo las condiciones de los Alfas, las opciones de trabajo y educación fueron limitadas a carreras y empleos que no representaran riesgos, además de que fueran adecuados según lo que era, o se esperaba que fuera un Omega, reduciéndolos a elegir carreras relacionadas con la crianza de niños, o donde no estuvieran bajo estrés, justificando esto por su naturaleza emocional.
Aun querían romper esos estigmas, sin embargo la presión social era abrasadora y apenas soportable, relegándolos a llenar el rol para el que los querían, concebir y criar hijos, siendo su consuelo que por ley ellos decidían su pareja y el tamaño de su familia, pero aquellos Omegas que no podían cumplir con lo que se esperaba de ellos, eran una decepción y mirados con lastima púes, no servían para lo único que les quedaba como principal, y aparentemente único propósito en la vida.
Hubo Omegas, que por sus logros académicos o intelectuales estuvieron a punto de ingresar al poder, aunque nuevamente la presión social para los Omegas que querían puestos en los gobiernos, o trabajos con riesgos, se imponía.
Entonces, si no se nacía con lo que te ayudaría a determinar tu capacidad de llenar tu papel en la sociedad, ¿Ya no quedaba nada?
O talvez solo era un inicio sin guía, un inicio en blanco.
De quien no era nada, pero podía ser todo.
Siempre se podía intentar, ¿Verdad?
Este es el relato de alguien que quiso aprovechar las que parecían sombras para otros.