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Soneto CXVI por Dagi

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Notas del fanfic:

Spn no nos pertenece sino a Kripke, el canal y las ideas de Dabb.

Sin beta.

Conjunto de cortos, drabbles, ficlets o viñetas que no tienen conexión alguna más que el amor por Destiel.

Notas del capitulo:

Fic esponjoso y mullido, inspirado por los días de frío y porque no podemos dejar de escribir a estos dos como una vieja pareja casada.

 

 

Días de otoño

 

 

 

Dean llegó de trabajar y lo primero que sintió al entrar a la casa fue el rico aroma a comida que cosquilleaba en su nariz junto con la música que provenía de la cocina.

Se deshizo de su abrigo y con una gran sonrisa en su cara, siguió el sonido de la canción que se encontraba en la lista de su iPod.

 

Con cada paso que daba podía escuchar la voz de su pareja tratando de igualar la entonación del cantante.

 

«... la pasión en nuestros ojos, no hay manera que podamos ocultarlo...»

 

Dean apoyó parte de su cuerpo contra el marco de la puerta y observó como Castiel se encontraba muy concentrado en lo que estaba realizando. El hombre estaba de espaldas a él y no dejaba de mover sus caderas mientras agregaba una especie de condimento a la olla con salsa.

 

¿Quién podría creer que un hombre tan serio como Cas bailaría tan libre?

 

Tomó nota de como Cas seguía en su traje de trabajo a excepción de la chaqueta y de sus zapatos, ya que sus pies estaban cubiertas por sus tontas y adorables pantuflas de abeja. Su cabello revoltoso se veía increíble y las mangas de la camisa estaban remangadas hasta los codos. Sin duda alguna, Castiel se sentía muy a gusto y Dean se sintió feliz por ello.

 

Dean se divertía con la situación y siguió espiando un poco más a su novio quien todavía no había notado su presencia. Castiel degustaba el caldo caliente mientras destapaba la olla grande que contenía el agua hirviendo y tiraba una pizca de sal.

 

La canción llegó a su punto alto y Dean decidió acompañar al otro hombre, siendo parte de la escena.

 

Sólo recuerda... que tu eres la única cosa que no consigo lo suficiente...—cantó con poca afinidad en su voz—. Así que te diré una sola cosa... esto podría ser amor, porque he tenido momentos en mi vida... y no, yo nunca me sentí así antes...

 

Cas se sobresaltó y se dio vuelta de inmediato. Su pecho subía y bajaba, tratando de calmar sus nervios.

 

—Dean... ¿Cuánto tiempo llevas ahí?—preguntó y sus ojos se estrecharon con cautela.

 

—¡Tkis! El tiempo suficiente para disfrutar de tu sensual baile, Cas.

 

Castiel se ruborizó, pero continuó en su postura.

 

—Tienes suerte de que no te hubiera lastimado pensando que eras un intruso.

 

Dean resopló y señaló el utensilio de cocina que su pareja aún sostenía.

 

—Dudo que puedas herirme con una cuchara de madera.

 

Castiel levantó sus brazos rendido y suspiró. Realmente no podía con el hombre, siempre obtenía la última palabra en todo. Se acercó para darle un beso de bienvenida y fue arrastrado por la repentina efusividad de Dean.

 

Su breve contacto terminó y Cas trató de reponerse del saludo, aunque no pudo disimular que aquella caricia lo había dejado fuera de si.

 

—¿Estás bien?

 

—Bien...

 

¿Sí?

 

—Sí—le aseguró Cas con fingida seriedad.

 

Dean tarareó divertido por la respuesta. Su novio todavía ofrecía un poco de resistencia que estaba dispuesto a vencer con sus encantos. Sus pensamientos se disiparon cuando Castiel le llamó la atención.

 

—Entonces, ¿Crees que estas listo para comida italiana?

 

—Estoy listo para todo lo que quieras, Cas...—Dean siguió presionando con descaro y sus ojos poseían un brillo de picardía.

 

Castiel rió ante la sugerencia y no dejo de mirar el rostro de su pareja, centrándose unos segundos en sus labios rellenos. Él dio un paso y acortó el espacio que los separaba. Colocó sus manos en el pecho de Dean, sintiendo los latidos de su corazón.

 

—¿En serio? porque dos pueden jugar el mismo juego—sus palabras poseían un tinte de desafió y a la vez emitían un cálido ronroneo.

 

—Pruébame.

 

—De hecho lo haré, Dean.

 

Cas inclinó su cabeza, cubriendo con sus labios la boca de Dean en una inminente explosión de emociones. Dean respondió con mucha satisfacción abriendo sus labios en una clara invitación. Sintió los brazos de su pareja rodearlo y se apoyó más en esa hermosa unión que los envolvía.

 

Oh, bueno... la cena podía esperar un poco más, porque su noche iba hacer muy larga.

Notas finales:

Tema de la película Dirty Dancing; Time of my life, Bill Medley.

Gracias por leer.

Dagi


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