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Kuzuri por Lawli Bemma

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Notas del fanfic:

Hola :)

Han pasado 84 años pero por fin traigo la historia que prometí, está ligeramente ligada a mi otra historia (Flawless World) pero tranquil@s, no es necesario en absoluto leerla para entender ésta.

En realidad planeaba venir con una historia 100% mía y no otra adaptación de películas pero mi cerebro está bastante seco y bueno… finales de semestre… bla bla bla… ésta vez escribiré lo que a mí me gustaría que pasara en Wolverine Inmortal con un 100% Wolvesilver y algunos guiños a otras entregas de X-men.

Sin más, espero que el escrito sea de su agrado.

Notas del capitulo:

X-men no me pertenece :( todos los derechos a sus respectivos creadores, yo solo pretendo escribir algo bonito…

Se esconde. Vigila y acecha a su presa como un verdadero animal; espera por el momento perfecto para atacar, camina en silencio y en contra de su voluntad. ¿Dónde estaba? No lo sabía y tampoco debía importar mucho porque dentro de poco volvería a estar en su celda. ¿Quién era el pobre desafortunado a quien estaba a punto de asesinar? Libera sus garras y deja de caminar sigilosamente, comienza a correr, a perseguir al pobre mutante, su presa. No importa quienes sean. Hombres, mujeres, niños... los desgarra a todos por igual porque todos son iguales, todos son mutantes.


Stryker los encuentra... y él los elimina si tienen suerte o, si son todavía más desafortunados, casi tanto como él, los atrapa y los lleva al Lago Alkali donde son objeto de experimentación y tortura. Logan no puede evitarlo. Algo duerme su voluntad y lo controla. Esa repugnante máquina en su cabeza lo convierte en el animal de Stryker, en una bestia que ha seguido sus órdenes por cinco eternos y malditos años. Logan lo ve, puede sentir como la vida se escapa del pequeño mutante mientras su sangre le salpica el rostro. Siente cómo la mirada de su víctima penetra en lo más profundo de su mente, de sus recuerdos, para quedarse por siempre, mientras desgarra, una y otra... y otra... y otra vez…



Despertó sudando y gritando a todo pulmón. Le tomó un par de segundos volver a respirar y, en cuanto fue consciente de que había liberado sus garras, giró su rostro bruscamente hacia el otro lado de la cama. No había nadie ahí. --Lo intenté, Logan... en verdad lo intenté-- frente a él, fuera de la cama y en un principio fuera de su visión, alguien se acercaba lentamente.


-¿Peter?- enciende la luz, ahora puede verlo bien, ahora puede ver cómo un rojo carmesí se extiende suavemente por las sabanas blancas que Peter sostiene para cubrir su cuerpo desnudo. Mira sus manos, sus garras siguen ahí, brillan con la roja humedad y le gritan que lo ha vuelto a hacer. -No... ¡No, Peter! No, no, no...- se levanta y corre para ser capaz de sujetar a Peter antes de que caiga. Aquellos ojos que siempre lo veían con amor o alegría... ahora lo hacían con temor, horror por tan solo mirarlo y estar entre sus brazos -No, Peter, tú no-.


Presionaba con fuerza el vientre del plateado, intentaba parar el sangrado. --Lo intenté... pero Logan... eres un monstruo... monstruo... monstruo-- una y otra vez, aquella palabra martillaba sus oídos, aquella voz lo hería, lo desgarraba por dentro --monstruo... monstruo-- cada vez más fuerte, la vida se escapaba del cuerpo entre sus brazos y aun así cada susurro se convertía en un grito que dolía cada vez más que el anterior --monstruo...--.


*


Abre los ojos y siente de inmediato como su grito desgarra y hace arder su garganta. Sabe que ésta vez ha despertado de verdad, no por el hecho de sentir cómo el fuego, que anoche no apagó, avanza y le quema la pierna o por el hecho de ver que todo animal cercano huye atemorizado después de escuchar lo que para ellos parece un rugido.


No. Logan sabe que ha despertado porque Peter no está. En medio del bosque, con solo una pequeña radio de batería por compañía, Logan se siente vacío, consumido por su soledad.


Se apresura a apagar el fuego antes de que consuma un poco más de su andrajosa ropa o se atreva a tocar su fotografía de un sonriente Peter, lo único que se permitió llevar de la mansión Xavier... porque creía que se volvería loco en cuanto comenzara a olvidar su aroma o su alma gritara por verlo una vez más.


Se asegura de que no hay más rastro de fuego, espera a que su pierna termine de sanar y casi siente asco de ver como rápidamente su pierna queda como nueva, ni una sola cicatriz o rastro de quemaduras. Toma con ambas manos temblorosas la foto de Peter, la mira y aún se eriza al pensar en la sonrisa de verdad, la enorme y deslumbrante sonrisa de carne y hueso, no una simple ilusión de papel.


Suspira. Mira al cielo y se obliga a pensar que es lo correcto, solamente estando lejos de Peter, lejos de todos, podrá evitar hacer daño. Tan solo debe resistir, sobrevivir como lo ha hecho toda su vida y continuar aunque sienta que se desvanece algo en su interior cada vez que ve a Peter marcharse después de haber corrido desde la mansión Xavier hasta el bosque tan solo para estar con él... cada vez que discuten y Peter se marcha furioso.


Frunce el ceño y da un par de golpes a la pequeña radio que deja de sonar, la deja caer, toma su pequeña cajita de metal en la que guarda lo único que tiene de valor y se resigna a ir a la civilización en busca de algunas pilas y quizás algo de alimento.


Avanza tranquilo y sin cuidado, revisando que sus marcas en los arboles siguen recordándole a cualquier grizzly que se acerque que ese es su territorio, encuentra marcas nuevas y pronto encuentra al único oso que permanece cerca de él. Podría decir que aquel grizzly era su único amigo en medio de aquel bosque, e incluso eso le preocupa. Libera sus garras, encima su marca en donde el grizzly había dejado la suya y se aleja antes de que el oso decida pelear por el territorio.


*


El reloj digital apenas tiene oportunidad de sonar una vez, es apagado al primer timbrar y ni siquiera por un Peter adormilado. Esa mañana la alarma había sido completamente inútil porque el plateado había despertado incluso antes que cualquiera en la mansión.


Emoción, miedo, desesperación, esperanza... todo se le junta y le explota en el estomago, hace que arregle su habitación en un par de segundos, ponga  mucho más empeño en su persona y que, al bajar a desayunar, sus padres lo miren con el mismo revoltijo de emociones y algunas más. Para Charles y Erik, ver a Peter bajar a desayunar tan temprano sería un evento casi tan raro y “mágico” como ver pasar una estrella fugaz, más aún después de que Logan se marchara, pero esa "magia" se había perdido después de descubrir la razón por la que Peter repetía aquella rutina cada sábado.


Despertar, desayunar, perderse en los laboratorios subterráneos y ocasionalmente volver a aparecer por ahí, en busca de comida o algo más. Peter y Hank compartían esa rutina mientras que Charles y Erik compartían la angustia y el temor por lo que aquello significaba. ¿Cómo? ¿Cuándo? No sabían, pero ambos habían aceptado la decisión de Peter únicamente por esa razón, Peter y nadie más que él la había tomado.


Era el plateado quien estaba dispuesto a sacrificarse incluso si Logan no lo sabía. -Peter- Charles dejó de comer y el nombrado se detuvo justo en la salida, ambos Xavier pensaron que esa mañana casi había quedado invicta, sin discusiones o intentos de negociaciones por parte de Erik y su continua protección. Peter se giró y esperó a que Erik dejara de mirarlo de aquella forma tan fría y hablara de una vez.


-Será mejor para Hank y Wolverine que ese suero funcione o yo mismo lo traeré de vuelta pero de una forma no tan amable- los ojos de Peter resplandecieron y, aunque ni él ni el castaño dijeron una sola palabra, Erik tuvo que bajar la mirada hacia su fruta al sentirse derrotado por la sonrisa que compartían y le dedicaban los Xavier.


Peter desapareció de la mirada de sus padres para aparecer de golpe frente a Bestia, casi provocando que Hank dejara caer el frasquito con el suero en el que tanto había trabajado por semanas. -¡Peter! ten más cuidado-.


--¿Es ese? Prometiste que hoy lo tendrías listo-- ni siquiera había prestado atención al pequeño regaño de Hank, sus ojos se clavaban fijamente en el pequeño frasquito que Hank manipulaba como si éste no contuviera sus últimas esperanzas. -Lo es, Peter, pero antes me gustaría hacer unas pruebas-.


--No tengo tiempo para pruebas--.


-Peter, crear un suero regenerativo no es tan fácil como rogar por él, puede fallar o tener efectos secundarios- el científico ni siquiera tenía idea de cómo se había dejado convencer por el plateado con un plan tan vago y lleno de riesgos. Crear un suero regenerativo, uno tan fuerte que sea capaz de alcanzar la mutación de Wolverine; crear algo que permitiera a Peter rozar la inmortalidad tan solo para jamás permitir que Wolverine vuelva a estar solo.


Básicamente la idea era una locura y un enorme sacrificio. Vivir sin el tiempo se convierte en una pesadilla, en un infierno que te arrebata todo propósito por el cual existir y te hunde en la soledad, pero ya no más, nunca más para Wolverine, no si Peter puede evitarlo... no si puede permanecer por siempre junto al hombre que ama.


¿A qué precio? Vivir lo suficiente como para ver caer al resto de todos sus seres amados, ver cómo el mundo se deteriora y saber que ahí estará cuando empeore y aquello tan solo era a largo plazo ¿Cuál podía ser el precio inmediato a pagar? Hank había tomado como base el suero que antes usaba y por ello antes deseaba hacer pruebas, verificar que el cuerpo de Peter aceptara el suero, ver si habían efectos secundarios y, más aún, encontrar la solución a éstos.


--Bueno, no sabremos si hay efectos secundarios si no lo probamos-- en un segundo el frasco desapareció de entre sus dedos y en un parpadeo se encontraba en posesión del mismo plateado que era incapaz de dejar de sonreír y mirar el liquido como hipnotizado.


-Muy bien, te inyectaré y tomaré nota de- tan solo había girado hacia la mesa en busca de una jeringa y al volverse ya no había encontrado ni a Peter ni al suero.


...


Había ido tantas veces a aquel bosque que podría ir corriendo con los ojos cerrados. Palmeó por tercera vez los bolsillos de su chaqueta para verificar que tanto el frasco como la jeringa continuaban ahí y aumentó la velocidad tanto como pudo, sin detenerse siquiera en pensar en cómo reaccionaría Logan; continuaba corriendo, esquivando autos, personas y en algunos minutos cambiando a esquivar ramas, osos y demás animales.


Quería ir aún más rápido, miraba sus piernas e intentaba forzarlas a no volver a fallar, jamás volver a llegar tarde y nunca más permitir que alguien dañe a quien ama. Porque hace un poco más de seis años no había llegado a tiempo para evitar que varias varillas y bloques de concreto cayeran encima de papá Charles, el día que habían logrado cambiar el futuro; porque ese mismo día no había sido capaz de encontrar a Logan antes de que Stryker se lo llevara y había llegado tan tarde... cinco años... había tardado cinco años en encontrarlo.


*


Cinco años había esperado para estar ahí.


Papá Charles le había advertido, le había dicho que el Logan al que encontrarían al ir al Lago Alkali no sería el que todos recordaban y aún así él había pedido ser quien se encargara de Logan en esa misión. Justo en ese momento, con los disparos y gritos dando ambiente al lugar, Peter temía por lo que encontraría al abrir la celda con la leyenda "Arma X".


El resto de los X-men se encargaban de los soldados, rescatar a los mutantes que permanecían prisioneros y una explosión que parecía haber ocurrido en el exterior de la base le decía que Erik ya se había encargado de Stryker antes de que huyera en helicóptero; mientras, sus manos tamborileaban a los costados de sus piernas y sus labios perdían el color al ser mordidos, escuchaba perfectamente los gritos que venían del interior de la celda y también lo que parecían ser intentos de rasgar la celda hasta lograr salir.


Esperó tan solo un poco más, hasta que creyera que Logan sería capaz de escucharlo --¡Logan! Logan, soy Peter. Te sacaré de aquí-- no pudo escuchar nada más, ni una respuesta o más furia ser desahogada contra el metal. --Mystique-- habló por el comunicador y en un segundo, desde alguna parte de la base, Mystique se encargó de dar un par de tecleos y abrir la cerradura de la celda. Peter hubiese abierto la puerta si Wolverine no lo hubiese hecho en cuanto se escuchó el timbrar de la cerradura.


El corazón de Peter se encogía al ver la bestia en la que habían convertido a Logan; ninguno de los dos se reconocían, aquel no era el enorme viejo gruñón de sexi barba y mirada penetrante que Peter recordaba, mucho menos el "increíble Wolverine" de los cuentos que papá Charles le contaba, en su lugar había lo que quedaba de un hombre, torturado y manipulado hasta convertirlo en una simple arma sin voluntad ni libertad, alguien que refleja la sed de sangre y porta un brillante metal donde antes había hueso.


Y Logan tampoco reconoció a Peter en un principio, tan solo se liberó de su prisión, liberó sus garras de adamantio y se lanzó contra él con cada vez más desesperación al no lograr ni rozarlo --¡Espera, Logan, mírame! Soy yo, Peter... vine a sacarte de aquí... no voy a dañarte... está bien, así-- lo estaba logrando, aunque el ceño fruncido y gesto amenazante permanecían, poco a poco la respiración de Wolverine se normalizaba y los brazos tensos que amenazaban con volver a lanzarse con las nuevas cuchillas metálicas se fueron relajando.


--Está bien, voy a sacarte de aquí Logan, te lo prometo-- Peter rompió el contacto visual que había mantenido, miró fijamente la extraña maquina que se posaba en la cabeza de Logan y esta vez fue él quien alzó los brazos, lentamente, dando pequeños pasos en su dirección --sé que puedes hacerlo, respira-- un disparo directo al torso de Wolverine y el tiempo se acabó para la horda de soldados que comenzaron a llegar.


La ira volvió a los ojos de la bestia y ésta se lanzó contra todos y cada uno, mutilando, atravesando sin piedad hasta no ver un solo movimiento más, hasta no escuchar algo más que los leves quejidos o los gorgoteos de sangre. Miró sus manos, sus garras modificadas con el adamantio y por un momento se permitió disfrutar de la sensación, liberar toda su ira y sentir entre sus dedos la sangre que por tanto tiempo anheló.


--Logan-- giró y pudo ver nuevamente al muchacho, le sorprendía que a pesar del panorama no saliera corriendo o como mínimo temblara y lo llamara monstruo como los científicos hacían en sus varios intentos de escape; en cambio el chiquillo permanecía ahí, mirando con asco y creciente palidez lo cuerpos en el suelo, decidiendo que era mejor mirarlo a él fijamente e ir caminando poco a poco, evitando en lo posible pisar a alguien o lo que quedaba de alguien.


--Ya basta, éste no eres tú-- no lo conocía, jamás lo había visto y aparentemente no le debía nada al chico, comenzó a caminar hacia él sin guardar sus garras o relajarse, logrando ver cómo el plateado se detenía y petrificaba --Logan, no eres un animal, ni un arma o una bestia-- no supo qué de todo le hizo detenerse, si aquellas palabras, aquellos ojos acuosos que extrañamente se le hacían familiares o el hecho de que un recuerdo del mismo plateado azotó su mente con fuerza, no sabía dónde, cuándo o con quienes más pero él estaba ahí, frente a él, haciéndolo reaccionar.


--Vuelve, Logan. Te necesito-- las mismas palabras, misma voz angustiada y misma sensación de estar dañando a alguien importante; se detuvo frente a Peter, pasó de respirar aceleradamente a apenas sentir que lo hacía, sus garras entraron en su piel y pudo tomar con tosca delicadeza la mejilla del plateado sin que a ninguno de los dos le importara el hecho de que lo estaba manchando con la sucia sangre de los soldados.


--Sé que puedes hacerlo, mírame-- era él, no podía ser alguien más. Aquel chiquillo, que algún día creyó haber soñado, estaba frente a él sin ningún rastro de horror o asco hacia su persona. Lo sujetó con fuerza de las muñecas por un momento cuando sintió cómo arrancaba el asqueroso artefacto en su cabeza y al verlo lanzarlo se permitió volver a tocarlo, sentir su piel, peinar sus cabellos y asegurarse de que en verdad estaba ahí.


--Eso es, así, vuelve. Te sacaré de aquí, Logan, te lo prometo-- la rabia desaparecía, la curiosidad y el desconcierto se abrían paso mientras miraba fijamente a Peter, sentía el calor volver a sus mejillas y, cuando se percató de que las había ensuciado, trató de limpiarlas con más delicadeza --Te juro que no volverán a llevarte ni hacerte daño--.


*


Aquel día había jurado que lo protegería y se mantendría a su lado, evitaría a cualquier precio que volvieran a dañarlo… pero se sentía como Logan siempre lo llamaba, un niño, un pobre e inútil niño que no es capaz de cumplir con su palabra. Porque hace seis años lo habían logrado, habían salvado al mundo, a los humanos y a los mutantes pero Logan había sido el precio, el destino parecía ensañarse y hacer que en cada nuevo futuro aquel mutante tuviese una infernal vida.


Porque hace tan solo algunos meses lo había traído de vuelta y lo había vuelto a perder en cuanto Logan había recuperado sus memorias. Porque Wolverine no podía ir por la mansión sin ver a los nuevos mutantes reclutados y recordar la forma en que habían llegado a la base en Lago Alkali. No podía dormir por temor a recordar y cuando lo hacía se hundía en una cadena de pesadillas de las cuales sólo, y ocasionalmente, él podía liberarlo.


Porque Logan se había aferrado a la soledad. No importaba que los nuevos alumnos terminaran aceptándolo o toda la ayuda que recibía del Profesor, lo único que parecía calmar los gritos en su cabeza era su cercanía… e incluso eso lo dañaba.


Las pesadillas cambiaron. Los temores de Logan cambiaron.


Comenzó a temer que algún día Peter no despertara, levantar las sabanas y descubrir que tres cuchillas habían terminado con todo lo que tenía. Comenzó a temer que algún día Peter ya no estuviera y a él le quedara una eternidad por delante, una vida entera que sufrir sin él.


Pero ahora las cosas eran diferentes, más que morir, Peter viviría por Logan.


Se detuvo justo donde sabía que Logan pasaba las noches y, al no verlo por los alrededores, decidió que esperaría a su llegada mientras realizaba la dichosa prueba. Se descubrió el brazo y preparó la jeringa sin pensarlo dos veces. Nunca más volvería a perderlo y Logan jamás volvería a optar por alejarse para protegerlo.


Sumió la aguja en su piel y se inyectó hasta la última gota. De pronto su brazo pareció arder como si estuviese quemándose y aquella sensación fue dominando todo su cuerpo. De pronto todo volvía a ir en cámara lenta y a parecer que se alejaba en la oscuridad. En algún momento dejó de retorcerse en el suelo y simplemente todo se apagó.



Simples y tranquilas compras, era lo único que Logan pedía; unas pilas, algunos bocadillos, quizás algo más y finalmente volver tranquilo al bosque donde comería, escucharía la radio en aquella tortuosa estación en la que Peter la había dejado y volvería a dormir. No contaba con que una extraña pelirroja lo seguiría en una camioneta, o tenía tiempo que perder o jamás había visto a un vagabundo y le parecía buena idea sacarle fotos, no la culpaba, parecía ser asiática y quizás del otro lado del mundo era extraño ver a alguien tan andrajoso y descuidado.


Además, estaban todos esos idiotas que se había topado en la tienda, presumiendo sus armas, disparando al cielo, gritando al mundo que irían de caza. Y peor y más importante, jamás esperó volver y ver desde lo lejos como un chico de mata plateada yacía tirado donde se supone que más tarde él dormiría. -Peter... ¡Peter! Maldición, niño ¡Despierta!-.


Lo sacudía, tocaba su cuerpo en busca de alguna herida y al no encontrarla continuaba sacudiéndolo, acariciaba su rostro y apenas lograba tranquilizarse al ser capaz de sentir su calor y el bombardeo en su pecho. Se detuvo y se privó del placer de continuar tan cerca en cuanto pudo ver cómo  iba despertando --¿Mn?... ¡Ah! Demonios, viejo. Tienes que hacer algo con esa barba--. Sí, Peter estaba bien. Se levantó de su lado y le dio la espalda mientras frotaba su rostro, preparándose para lo que estaba a punto de hacer.


-Peter ¿Qué estás haciendo aquí? Te pedí que te mantuvieras lejos- se abstuvo de preguntar para confirmar si estaba bien, no debía caer en la dulce y plateada tentación, debía mantenerlo lejos,  a salvo y si para ello debía hacer que lo odiara… regresó algunos pasos hasta recoger su bolsa de compras que había dejado caer al ver a Peter e ignoró por completo cuando Peter guardó algo en sus bolsillos --Lo sé viejo, pero tienes que escucharme, ésta vez es importante--.


Regresó, lanzó la bolsa sin importar dañar algo, tomó asiento en su roca como si la presencia de Peter no le importara y se dispuso a devolverle la vida a su pequeña radio -No, Peter, te escuché las últimas seis veces decir "algo importante", pero ya no más, vete a casa- *No es casa si no estás* pensó Peter, presionó con fuerza el pequeño frasco y por un muy corto momento recuperó el ánimo y las esperanzas que la indiferencia de Logan le arrebataba.


A esas alturas sus manos estarían vibrando, moviéndose como locas dentro de sus bolsillos e incluso ya hubiesen roto el frasco… pero ya no, ahora su nerviosismo y desesperación se liberaba en un pausado y muy lento tamborileo de dedos contra la tela. --Ésta no es como las veces anteriores. El tío Hank ha estado trabajando en algo nuevo y--.


-Peter, ya basta. Tienes que entenderlo...No volveré-.


--¡Esta bien! Resolví el problema--.


-Tú eres el problema… y eso es algo que no puedes resolver- el rostro alegre de Peter se rompió. Todo lo que quería contarle a Logan desapareció de su mente y ésta se llenó de preguntas, cada una más dolorosa que la otra y aunque su garganta cerrada no le permitió decirlas su rostro las expresó. Algo dentro de Logan terminaba de marchitarse, tomó aire y decidió que contestaría cada pregunta -No eres más que un mocoso para mí, un niño que quiere jugar al héroe y que no sabe nada de mí o de la vida-.


*Peter, prefiero jamás tenerte a algún día perderte* -Quiero esto, necesito esto, vivir alejado y en paz, pero contigo a mi lado jamás podré… me estorbas- *Deja de mirarme, me destruyes* todo se detuvo, el tamborileo de los dedos de Peter, la constante estática que producía la radio y Logan estaba seguro de que ya no podía escuchar ni sentir un solo latido. El mundo se venía abajo y Peter deseaba ser aplastado en el proceso.


Sentía como si alguien muy grande y fuerte lo abrazara con tanto salvajismo que le impedía a sus pulmones y corazón trabajar. Las palabras de Logan rebotaban en su cabeza, martilleaban su pecho y le impedían razonar; buscó por eternos segundos algo en la mirada de Logan que le dijera que tan solo mentía pero lo único que encontró fue repudio hacia su persona e ira; lo mataba, aquella mirada tan agria y fría se clavaba en su ser y lo destruía, lo congelaba.


Extrañaba sus poderes, de tenerlos habría desaparecido en un instante pero ahora que intentaba alejarse corriendo su torpeza adquirida recientemente lo dejó de rodillas contra el suelo a apenas unos metros de distancia y aún así jadeaba como si ya hubiese corrido los kilómetros de distancia entre el bosque y la mansión.


Logan lo miró, vio cómo aquellos ojos perdían la vida, cómo Peter parecía dejar ir el alma, darse la vuelta y comenzar a correr de la manera más torpe y lenta que jamás lo había visto. -Peter- entonces Logan se preguntó a qué se refería Peter con “resolví el problema”, qué demonios hacía una jeringa en el suelo y por qué las piernas que antes iban más rápido que cualquier otro ser o maquina ahora temblaban, flaqueaban mientras Peter se levantaba y apenas le permitían mantenerse en pie, dándole la espalda, evitando mirarlo. -¿Por qué no corres?-.


Esa no era la pregunta indicada ni la que en verdad quería hacer, debió preguntar lo que ocurría o si estaba bien, no hacer una pregunta con la que Peter sentía que seguía siendo corrido y despreciado. Presionó tan fuerte el frasco entre sus dedos que éste terminó cediendo, sacó su mano y la luz del atardecer le permitió ver cómo su mano herida se iba curando paulatinamente y los pequeños vidrios incrustados eran expulsados.


Se había sacrificado. El precio inmediato a pagar por su felicidad junto a Logan habían sido sus poderes y ahora no le quedaba nada. ¿Ahora él también estaría solo? Rogaba porque no, suplicaba porque fuese solo algo temporal, la más amarga y dolorosa lección de su vida. El color subió a su rostro y desapareció de la mano que volvía a apretar con fuerza el frasco sin importar que volviera a lastimarse.


Sus piernas cobraban fuerza de su creciente ira, la decepción abría su garganta y pudo girarse a encararlo una vez más, mirar de lejos a quien ahora consideraba su perdición y tener el coraje suficiente para sostenerle la mirada --¡Hice esto por nosotros!... pero jamás hubo un nosotros ¿cierto?--.


-Peter ¿qué hiciste?- respuesta equivocada. Peter leyó un “No” entre líneas, apuntó y lanzó los vidrios hacia Logan, sin importarle e incluso casi sintiéndose satisfecho por el hecho de que varios lo golpearan. Dejó escapar una sola lágrima y se marchó del lugar a pasos agigantados ignorando el llamado de Logan, tan solo caminando sin algún rumbo, tan solo quería alejarse.



En algún momento, después de un par de horas, los jadeos que dejaba salir eran de cansancio, era bueno, significaba que el suero si tenía defectos y podía no ser permanente… y era endemoniadamente malo por una eterna lista de razones que se puso a refunfuñar mientras seguía caminando. Estaba perdido, cansado, lento, hambriento, indefenso… destruido y, por si fuera poco, la vida decidía que todo podía ponerse peor, podía oscurecer, helar aún más y ponerse a llover.


--¡Maldición, maldición!-- gritó al cielo, estrelló sus puños contra los árboles y continuó hasta que el dolor en sus nudillos lo detuvo. Parpadeó varias veces, mirando y sintiendo como su piel se regeneraba lentamente y el coraje no hizo más que incrementar --¡Hice esto por ti!... ¡Maldito viejo idiota, lo hice por ti!-- hubiese vuelto a desahogarse contra el inocente árbol más cercano si la lluvia no le hubiese permitido escuchar el ruido de su posible salvación.


Se quedó en completo silencio, esperando a que aquel ruido se repitiera y, cuando el claxon de algún auto se dejó escuchar otra vez, corrió tan rápido como su nuevo estado le permitió mientras gritaba para llamar la atención de quien fuera. Siguió la dirección de los constantes pitidos y pronto siguió la suave luz que se colaba entre los árboles.


Salió del maldito bosque y no se detuvo hasta estamparse de frente contra la camioneta, alegrándose cómo jamás creyó que lo haría al ver un auto tan horrible y descuidado. -¡Sube!- supo por la voz que el conductor era una chica, abrió la puerta del copiloto y, sin importarle en lo mínimo su estado o el del interior, se sentó. Se recargó por completo contra el asiento, dejó salir todo en un suspiro y después de agradecer intentó mejorar un poco su cansado y húmedo estado.


-Al fin te encuentro Peter, rápido, tenemos que alcanzar a Wolverine- sólo entonces, Peter se permitió ser más atento, dejar de escurrir su ropa y cabello para ver fijamente a la mujer pelirroja, no necesitó mucho tiempo para saber que nunca la había visto y sentirse secuestrado cuando ésta puso el auto en marcha. --¿Quién eres, cómo sabes mi nombre?--.


La chica lo miró de reojo y siguió conduciendo con una suave sonrisa -Soy Yukio y sé tu nombre porque he estado buscando a Wolverine por más de un año, sería imposible no notar tu cercanía con él así que también te investigué- miró por el espejillo y Peter se giró para ser capaz de ver un enorme bonche de hojas atrapado en una carpeta con la leyenda “Confidencial” escrito en grande y letras rojas; tomarlo y pasar rápidamente las hojas fue como repasar en fotografías el último año y el llegar a una foto en la que ambos sonreían le hizo dejarlo nuevamente en los asientos traseros.


Desvió la mirada y se encontró con una vieja espada samurái que tomó con toda confianza -Es de él, mi empleador me pidió que se la diera, es en parte por lo que estoy aquí- usó su pulgar para liberar un poco de la hoja de la espada y ese simple vistazo le bastó para saber que no sería bueno jugar con ella, la dejó y volvió a mirar al frente.


--¿A qué te referías con que al fin me encontraste y con que tenemos que alcanzar a Wolverine?-- hizo especial énfasis en “tenemos” y la calma que había conseguido se marchó al recordar la perfecta tarde que había tenido. -Los he estado observando, casi cada viernes vienes y esta vez pretendía hablar con ambos pero creo que las cosas no salieron bien…- Peter miró hacia la ventana y se preguntó qué tanto sabía de su encuentro -te estuve buscando por los alrededores para pedir tu ayuda, ya no hay tiempo y mi empleador necesita hablar con Wolverine-.


--No entiendo, si es a Wolverine a quien necesitas ¿Por qué me buscas a mi?--.


-Ya te lo dije, por tu cercanía. Contigo de mi lado, Wolverine no se negará a ver a mi maestro-  escuchar aquella mentira hacía que volviera a su mente el eco de las palabras de Logan y, aunque sabía perfectamente que Yukio no tenía culpa alguna, comenzó a descargar el acido que aquel eco creaba en su interior.


--Pues lamento decirte que pierdes el tiempo, jamás hubo una cercanía y jamás la habrá. Todo fue una estúpida mentira que creí ciegamente… solo soy un estorbo--.


-… interesante… entonces no entiendo por qué grita tu nombre cada vez que consigue dormir- Yukio se mantuvo con la vista al frente, conduciendo por las calles de un pueblo mientras sentía la penetrante mirada del plateado -… o por qué siempre conserva cerca una fotografía tuya, nadie cuida de esa forma algo que no tiene significado-.


La mirada de Peter destellaba, la analizaba cuidadosamente a ella y cada palabra, parecía vibrar de coraje y por ultimo aquel destello fue apagado por el dolor. No importaba que hiciera, Logan lo quería lejos y no tenía ninguna razón para creer en una extraña que lo llevaba a quien sabe dónde. --¿Cómo puedes saber eso?--.


-Tengo mis métodos-


--… ya no importa, de nada sirve que esté de tu lado, al contrario… no quiere siquiera verme y a todo esto ¿A dónde me llevas?--


-A nuestro encuentro con Wolverine- fue disminuyendo la velocidad, a lo lejos Peter lograba distinguir al viejo entrando a un bar y con un gesto preguntó a la pelirroja como sabía que iría a ese lugar -Digamos que ocurrió un accidente en el bosque y viene a saldar cuentas… entonces ¿me ayudarás?... también sería un viaje gratis a Japón, a mi maestro le encantará recibirte- el odio hacia sí mismo incrementaba y sabía que en algún momento llegaría a aborrecerse, porque no había sido la mención del viaje gratis o la mirada de la chica lo que lo convencía… se sentía tan estúpido por aun tener esperanza…


Pensaba bajo presión, Yukio ya había estacionado frente al bar y llevaba un rato siendo mirado en espera de la respuesta, ni siquiera sabía bien los detalles o lo que haría pero sabía que el tiempo para las preguntas se había terminado, resopló, en verdad se odiaba. Miró a Yukio a los ojos y rogó por no estarse equivocando otra vez -también quiero una espada-.


Correspondió a la sonrisa y salió del auto junto a Yukio. 

Notas finales:

¿Qué tal? Lo sé, no tuvo un comienzo tan alegre… pero se pondrá mejor… y en sí la vida de Logan nunca fue feliz… ya volveré a mi esquina a llorar como la nena que soy al recordar el final de LOGAN… por cierto la idea del suero para Peter salió de combinar la película, el comic de la muerte de Wolverine… y sobre todo de la enorme necesidad de mantenerlo quieto xD porque todo se resuelve más fácil y rápido con un Quicksilver

En fin, espero que les haya gustado la idea y esta primera parte.

¿Algún review, crítica, sugerencia, duda… piedrazo? Con mucho amor lo recibo y contesto <3


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