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Unnamed story II. No gain / Tied Ship por jaeneth24

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Notas del fanfic:

Segunda parte de la serie Unnamed Story.

Basado en un tiempo alterno.

 

Estando a unos pasos de aquel restaurante donde había quedado acordada la cita desde hace una semana por un momento pensó en dar media vuelta y regresar, no sólo a su pequeño departamento en renta, sino de regreso de verdad. Se encontraba en el país que vio crecer a su madre, tan conocido por las historias que siempre escuchó y tan desconocido y frío a la vez.

 

El aire ingresando a sus pulmones la lastimaba y no podía dejar en paz sus manos. Estaba por romper con la fantasía que sería su infancia y la vida como la conocía hasta ahora. Curiosamente era como si ya lo supiera desde hace tiempo, recordaba varias veces haber estado acostada en su cama mirando el techo, simplemente sintiendo un “no sé qué” en el pecho que le indicaba que carecía de algo. Era como si la llamasen a gritos.  

 

Cruzó la puerta. “Relaja tu rostro, no te muestres ni molesta ni feliz.” Se decía internamente. El día anterior había  buscado en la red consejos acerca de estas situaciones, y se sorprendió encontrar varias notas acerca de ello. Ninguna de ayuda, pero si algo reconfortantes al imaginar que probablemente no podría ser tan desastroso como las anécdotas que encontró.

 

-Una persona la espera- le indicó la señorita al mencionarle su nombre.

 

Caminaron pasando mesa tras mesa, siendo los lugares cada vez más elegantemente distribuidos y con mayor privacidad. Llegaron a un pasillo en el cual había puertas a cada lado con distinta numeración, entraron a la indicada con el 4. Adentro había una mesa rectangular con un mantel blanco, las paredes decoradas con lo que asemejaba ser trozos de madera. En la parte central, elevada en el techo había una enorme lámpara de tela roja con decoraciones bordadas que creaban ligeras figuras de con sus sombras en las paredes.

 

Allí estaba la señora Han, quien con un leve asentir de cabeza indicó a la señorita que la había escoltado que podía retirarse. La saludó con una gran reverencia, a la que ella respondió de igual forma antes de sentarse en la mesa que ya había sido servida con una basta cantidad de platos que incluían platos fuertes de carne y acompañamientos. Sentada a la mesa frente a ella me dió cuenta que no lucía muy distinta la la vieja fotografía que encontró entre las pertenencias de su padre. Era obvio el transcurso de los años pero en su mayoría los hermosos rasgos seguían allí. Su lacio cabello oscuro ahora por debajo de los hombros, sus ojos profundos y amplios aún con las arrugas a su alrededor. La señora también la examinaba en silencio sin que ella pudiera descifrar lo que pasaba por su mente mientras lo hacía. Se sentía culpable por hacer que una persona reviviera un pasado que tal vez no estaba en sus planes volver a tocar, pero su deseo por conocer la verdad era mucho más grande.

 

-Karin, ¿verdad? Karin Arai.-asintió como respuesta, mostrando una breve sonrisa- Antes de hablar de cualquier otro tema, debo decir que lamento mucho tu perdida.

 

-No se preocupe, -mencionó rápidamente, sintiendo nuevamente la incomodidad de sonar demasiado fría. -he tenido tiempo para asimilarlo- agregó al final para no sonar tan cortante.

 

-Me imagino, -y allí estaba la expresión de preocupación mezclada con lástima - ¿tienes hermanos?

 

-¿Qué significa? Disculpe, el idioma aún me es algo complicado.

 

-Entiendo. Tus padres… ¿tuvieron otros hijos?

 

-Ah, -dijo en un suspiro y mirando a su alrededor. La plática preliminar al punto importante la exasperaba un poco. No estaba acostumbrada a hablar de esa forma con extraños.- No, sólo he sido yo. -y lo dejó allí, sin explicación adicional.

 

-Eso debe hacerlo más difícil -pareció que agregaría algo más y se detuvo sin alcanzar a pronunciar algo. Hubo un momento de silencio y prosiguió con una sonrisa nostálgica.- ¿tienes la fotografía?

 

-Am, sí. -sacó el viejo retrato del bolsillo delantero de su bolso y lentamente lo depositó sobre la mesa.-Fue realmente algo inesperado.

 

Y sí que lo había sido. Después del accidente, los días en el hospital con la incertidumbre. El fatal desenlace y el proceso funerario organizado por ella misma ya que carecían de familia directa en el Inglaterra. Encontrarse con la fotografía cuando saltara de uno de los libros que su padre mantenía en su escritorio.

 

-Vaya, parece como si hubiera sido ayer. -tomó la fotografía con ambas manos y la observó sonriente. Sus ojos comenzando a cristalizarse con lágrimas contenidas.-Quiero que sepas, amé mucho a tu padre, pero esta foto debió haberse tomado algunos años antes de tu nacimiento y de que tu madre entrara en su vida.

 

-No estaba insinuando nada diferente -dijo apresuradamente abochornada- desde que falleció, sentí un interés especial en saber más acerca de su vida y cuando encontré esta foto…

 

-Si, nosotros mismos pusimos esto -señaló ambos nombres grabados al reverso- en su momento no hubiera pensado que sería el camino que te llevaría a encontrarme.

 

-Disculpe, yo misma sé que no es una situación muy normal.

 

-No digas eso. Me agradó saber de ti. Además que hayas podido encontrarme a pesar de haber pasado casi 30 años.

 

-El que tenga un hijo famoso contribuyó en gran parte.

 

-Bueno, sí, supongo que eso hizo que pudieras ahorrarte en el pago al investigador.

 

-Dice que conoció a mi padre hace 30 años. Pero es hasta ahora que vuelve a saber de él. ¿Pudiera saber por qué?

 

-Él estaba aquí sólo por temporada. Haciendo un intercambio en su universidad. Yo estudiaba música y un día él asistió a una de las presentaciones abiertas que dimos. Fue un flechazo inmediato, él era el chico más apuesto que había visto en mi vida, y a pesar de tener una personalidad seria, era todo un caballero, un joven sumamente educado.Todo lo que una chica pudiera pedir. Me volví codiciosa. Llegada la fecha en que él tenía que partir le dije que no se fuera, que se quedara conmigo, que si se iba daba lo nuestro por terminado a pesar de que él me había pedido que lo esperara.

 

Pausó su relato para poder beber un poco del líquido transparente en su vaso, que a juzgar por el gesto que hizo después no se trataba de simple agua. Sus manos se agitaron nuevamente al escuchar su relato. Quería saber más y a la vez que se detuviera porque era incómodo saber todo eso. Pero para eso estaba allí, por eso había recorrido tanto y realizado todos estos cambios. Era algo que debía ser, las cosas se habían alineado de esa manera. La mujer mayor prosiguió con su relato.

 

-Y así se marchó. Ahora veo que era una tontería de mi parte pedirle que se quedara cuando tenía una carrera por terminar en su país. No quise esperar tampoco, para mí era o todo o nada. Incluso cuando regresó a buscarme, me oculté como una delincuente, avergonzada de que me viera derrotada, había dejado mis estudios y tenía un trabajo de tiempo parcial que apenas me mantenía. Fue en esa nueva estadía en la que posiblemente conoció a tu madre. Supe por amigos que se había casado y ya no hice intento mayor por tener noticias de él. - A pesar de que fuera una historia triste todo lo decía con una sonrisa amable en su rostro.

 

-Si, incluso mi madre no regresó más aquí. Quería enfocarse a mi cuidado mientras era pequeña.

 

-¿Y ella?

 

-Murió cuando tenía 9 años.

 

-Disculpa, me estoy entrometiendo mucho.- No más de lo que Karin se estaba adentrando en la historia más personal de la señora Han y que había dividido su vida en dos, antes y después de conocer a Kazune Arai.

 

-Es otro de los motivos por los que quería venir aquí. Sentirme cerca de mi padre y de mi madre.

 

Continuaron la velada degustando los exquisitos platillos. Silencios incómodos aparecían en ocasiones, pero la señora Han con la sabiduría que le había otorgado las experiencias vividas manejaba la situación con tranquilidad.

 

-¿Has salido a pasear en el tiempo que has estado aquí?

 

-No mucho, me he dedicado a acondicionar mi departamento y buscar empleo. Ahora que lo tengo, trabajo todo el día y voy directo a casa. -soltó una risita para que no sonara tan patético.

 

-¿Qué te parecería ir a un concierto?

 

-Yo, no sé si sea correcto. -le gustaba mucho la música, pero nunca, ni en su país natal había tenido la oportunidad de ir a escuchar a alguna banda de sus favoritas en vivo. Siempre dejaba el momento para “después”.

 

-Ni pienses en ello, siempre tengo entradas gratis y me daría mucho gusto que pudiera ser aprovechado por alguien que tenga mejor edad de disfrutarlo.

 

....

 

La señora Han siguió insistiendo hasta que pudo convencerla. Las entradas que tenía era para las dos fechas de conciertos en Seúl que su hijo estaría presentando. Al principio pensó que irían juntas, sin embargo como su rostro era conocido por las fans la señora Han sugirió que ella asistiera por su cuenta para no acaparar la atención y le dio un boleto adicional.

 

Lo más parecido a un amigo que tenía en Seúl era un enfermero de orientación sexual dudosa que trabajaba en el mismo modesto centro médico que ella. Quedaba poco tiempo, al menos un par de horas antes de que iniciara, le llamó con dudas. Seguramente el chico ya tendría sus planes siendo sábado por la tarde. Así lo parecía en un inicio, cuando respondía algo cauteloso ante sus preguntas sin embargo, llegados al punto la situación dio un giro de 180 grados.

 

-¡Bromeas! Claro que siempre estoy disponible para un concierto. -dijo comenzando a gritar y agudizando su voz- ¡más si se trata de Kim Jaejoong!

 

Y en menos tiempo del esperado ya se habían encontrado ambos cerca del recinto, que estaba rodeado de chicas portando playeras con el mismo rostro y artefactos luminosos de color rojo o verde.

 

-No puedo creerlo, ¿sabes lo resignado y deprimido que estaba por no haber alcanzado boletos? -dijo empezando a sacar de su bolso tipo maletin varios accesorios del mismo color verde que portaban las fanáticas y un par de bufandas con la letra “J” impresa innumerables veces.

 

-Son un obsequio de una tía lejana. -y en teoría podría realmente tratarse de algo así.

 

-Pues hazme el favor de decirle que la amo. Y te amo aún más por considerarme primero para acompañarte.

 

El recinto era lo suficientemente grande, para contener al menos unas 15,000 personas. En su mayoría mujeres pero había de igual forma un gran número de hombres. Casi todos con la misma expresión que su amigo.

 

-Tienes que decirme en qué trabaja tu tía o qué conexiones tiene. -Minsu le decía mientras se acercaban a sus asientos.- Estos lugares son magníficos, exclusivos para... -se detuvo un momento y empezó a sacudirla mientras murmuraba con voz ahogada- No puedo creerlo, ¿ese es Kim Junsu acaso que viene a ver el concierto de incógnito?

 

-¿Cómo vas a reconocer a alguien totalmente tapado de pies a cabeza? -la persona en cuestión vestía sudadera y pantalones negros, con una capucha que le cubría gran parte del rostro. Lentes oscuros y un cubrebocas.

 

-No es necesario ver su rostro para reconocerlo, tiene algunos atributos bastante famosos que distinguiría aunque estuviéramos en las peores penumbras.

 

Las luces empezaron a danzar en las paredes y el techo oscuro. Los gritos cada vez con más entusiasmo gritaban en coro el nombre Kim Jaejoong. Había chicas que sólo se dedicaban a gritar a diestra y siniestra sin articular palabras claras. Entonces apareció, surgiendo desde lo profundo del escenario, elevándose dando un salto. El joven alto y delgado fue recibido entre gritos y comenzó a cantar acompañando la música de los instrumentos en vivo haciendo una armonía perfecto. Era música pop pero el constante uso de la guitarra hacía que sonara casi como rock.

 

Era muy bueno, desde la entonación, la música, la letra y la interacción con el público. Desde su lugar el escenario se apreciaba de manera excelente. Minsu no paraba de gritar propuestas amorosas y al avanzar la noche algunas indecentes. Ella también tenía artistas de su agrado, pero no había llegado a tal grado de fanatismo. Se preguntaba, mientras miraba el mismo comportamiento en otras chicas, ¿qué las hará llegar a ser así? Entonces, tratando de encontrar una respuesta, vio fijamente al chico teñido de rubio que cantaba, ahora a todo pulmón una “por qué no resultó como yo quería”.

 

“Hay algo” pensaba. “¿Qué es?” Entonces lo sintió. Esa sensación que la había mantenido despierta varias noches de su vida en el transcurso de los años. Esa voz que gritaba. Mientras tanto la letra continuaba: “¿es demasiado tarde”.

 

-No puede ser…

 

Murmuró sin que nadie pudiera escucharla por los gritos, la música de la banda y el canto del artista. La imagen de la fotografía antigua pasó por su rostro, junto con el relato de la señora Han y lo que había leído en internet. Y el parecido. ¿Cómo es que nunca había reparado en ello? “...one kiss, one heart” terminó de cantar y su mirada en ese momento fue directamente a donde se encontraba ella, claro que las personas no sabrían a quién exactamente miraba ya que el lugar estaba lleno. Pero ella lo sabía. Y él también comprendió en ese momento.

 

---

12 días después

 

-Buenas tardes, por favor tome asien…-No pudo terminar la frase de la impresión. La persona que en este momento acababa de cruzar la puerta, a pesar de traer un gorro de lana que le escondía su cabello, una bufanda gruesa que cubría casi por completo su boca y unas gafas de sol, podía saberlo, ya que había pasado días investigando acerca de él. Viendo decenas de fotos que habían sido tomadas en los últimos 10 años. Haciendo un pequeño viaje en el tiempo.

 

-Hola -dijo tímidamente y con una voz tan suave pero no por ello menos masculina. Dio algunos pasos cortos, como no estando seguro si era correcto el pasar. Una vez recuperada la cordura, Karin terminó de dar la instrucción.

 

-Tome asiento, por favor - conservó el tono indiferente y profesional, pensando que había una posibilidad de que sólo fuera una casualidad.

 

El chico obedeció con más confianza, sentándose recto frente a ella, expectante. Retiró la bufanda e hizo los cabellos que cubrían su frente para los lados. Aclaró su garganta y nuevamente inició.

 

-Yo, hablé con mi madre, -su voz era diferente a cuando cantaba, era lo que Karin pensaba, ya que había visto después del concierto varios videos en internet.- y me dijo la verdad. Yo que pensé ya haberlo descubierto todo de mi pasado, resulta que tengo una hermana más.

 

Increíblemente cálido. Era la primera vez que la llamaban “hermana”, y recibirlo de alguien que tiene, exactamente la misma aura de su padre, intimidante mientras está en silencio y cálido al hablar.

 

-Bueno yo, estoy impresionada aún. No sé qué decir. -con el país y el idioma, llegó además una nueva familia. Lo veía y no podía evitar pensar en su padre.

 

-Terminando el concierto te fuiste de prisa. Incluso mi manager no pudo alcanzarte. Sabía que había algo, mi madre a veces obsequia sus lugares, pero había algo más.

 

-Eres igual a él… -dijo de manera espontánea, y es que era lo único en lo que podía pensar ahora que lo veía frente a ella, sin los reflectores, el maquillaje y la ropa brillante.

 

-Pero, acabas de conocerme.

 

-La verdad con lo que pude investigar ya me doy una idea, es horrible lo que has pasado. Nuestro padre es… era… abogado defensor de derechos humanos, si supiera que su propio hijo es víctima de tanta injusticia… -escuchar “nuestro padre” y sentirse agradecido por la preocupación que ella mostraba fue suficiente para terminar de crear el lazo.- Lo que quiero decir, creo que eres una persona muy valiente y en eso te pareces mucho a él. -se detuvo un momento y al darse cuenta que Jaejoong no agregaba nada dijo.- Perdona, no debí decir eso.

 

-Ni lo menciones, es lo que hace la familia, nos preocupamos el uno por el otro. -al final él le sonrió y el hielo entre ambos se había roto.

 

Siguieron conversando un poco más respecto a la familia de cada uno. Habían sido criados en países diferentes e idiomas distintos. Jaejoong ahora encontraba una razón a su extraña compatibilidad y fácil adaptación con la cultura japonesa, su padre era mitad Japonés. Un par de meses atrás había fallecido en un accidente manejando bajo una fuerte tormenta.

 

Ese día tuvo que marcharse no pasados más de 30 minutos. No quería incomodar el trabajo de su hermana y perjudicarla en su horario laboral. Sin embargo, ambos guardaron sus números de contacto y siguieron en comunicación. Se comenzaron a ver menos dos veces por semana, y Jaejoong procuraba mostrarle un nuevo lugar interesante dentro de la ciudad o en los límites con la zona rural.

 

Así pasaron dos meses. Acordaron que la naturaleza de su relación se mantendría en secreto. Él se sentía con la responsabilidad de proteger a su hermana, para que no pasara por lo que sus demás familiares habían tenido que enfrentar y de lo que hasta la fecha aún eran víctimas, siendo perseguidos por periodistas o admiradores. El secreto sería conservado por su madre biológica, Karin y él. Por un momento consideró incluir a su demás familia, pero no estaba seguro de poder confiar en todos. Antes ya dos de sus hermanas habían filtrado información a sus fans. Claro, no lo habían hecho con mala intención, pero no minimizaba las repercusiones.

 

Sus actividades estaban por el momento fijas en Corea, lo que fue algo bueno para ir desarrollando la confianza. Su hermana, a diferencia de él, era una persona introvertida. Aunque con su carácter cálido eso no había significado barrera. Habían dos personas a las cuales si deseaba poder compartirles la noticia, sus dos compañeros de grupo. Para ello, había organizado una agradable cena en su departamento.

 

No les había dicho exactamente de qué se trataba, pero sus amigos estaban con gran expectación ya que eran conscientes de los rumores. Una persona muy parecida a Kim Jaejoong había sido visto pasear por distintos lugares de Seúl con una chica. ¿Pudiera ser verdad? Si era así, ¿desde cuándo? Y por qué justo ahora una reunión tan formalmente acordada entre ellos cuando siempre han sido de encuentros casuales y hacer lo que se les ocurra en el momento.

 

Los rumores aumentaban, e incluso a una semana de la reunión con Junsu y Yoochun, el nombre del hospital donde Karin trabajaba había aparecido en los tabloides. La gerencia del lugar, quienes conocían que ella era la persona a la que se le relacionaba con el cantante, habían acordado protegerla y hacer que sus demás empleados guardaran silencio, y simplemente se beneficiaron de la atención que el modesto lugar comenzó a tener lo que estaba repercutiendo en sus ganancias.

 

Pero lo que no tenían considerado es que las ganancias y conveniencias comerciales poco son de importancia para un fanático, sobre todo cuando su confidencialidad se contrapone con sus intereses. Por eso, sin pensarlo dos veces cuando aquella persona apareció ante sus ojos no dudó un segundo en develarle la verdad y ayudarlo en todo lo que le fuera posible.

 


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