- 1. ¿Corazón roto?
Amar sin ser correspondido.
Pov´s Shizuku
Las lágrimas se deslizaron por mi rostro, al recordar el momento dónde lo había visto con Yanase Yuu. Su actual asistente en el manga. Jamás me sentí tan destrozado. Trate de limpiar aquellas gotas secas que aún prevalecían en mi piel, pase la manga de mi suéter para quitar aquel rastro molesto. ¿Por qué no se dio cuenta antes de aquello? Si tan sólo no me hubiera enamorado tan profundamente de mi mangaka no estaría en esta penosa situación.
Escuche mi nombre por el jefe de la editorial Earth. En mis manos tenía una recomendación de mi antiguo trabajo, al cual prefería no regresar. Entre a un cuarto dónde personas importantes de la editorial estaban en una mesa, y enfrente estaba ubicada mi silla. Suspire, no había nada diferente con la otra. Al presentarme y tomar asiento, las preguntas no tardaron en llegar. Algunas estaban muy fáciles para su gusto, otras lo hicieron pensar un poco más de lo debido.
—Bien Shizuku-san dinos ¿Por qué preferiste cambiarte de editorial? Es claro que llevas un currículo impresionante. Y estuviste a cargo de Ijuuin Kyo, nada menos que el creador de The Kan.
Me quedó mudo, ¿Cómo decir que la verdadera razón fue impulso de mi cobardía? Era claro que aquello no debía decirse nunca. No podía simplemente decirlo. Opte por una cosa más sencilla. Mis ojos tan serenos como de costumbre, se fijaron en el dueño de la editorial.
—Me cambie, para crecer como editor. Tomar otros trabajos, diferentes a los que he realizado. Quería realizar un riesgo en cuanto a mi carrera. Y sobre todo, para traer un nuevo estilo a la editorial Earth.
Mi expresión fue neutral, pero por dentro sólo podía recordar la verdad. Aún guardaba el llavero de “The Khan” en mi departamento. No podía deshacerme de aquello. Al terminar de responder la pregunta, los encargados se quedaron en silencio. No era tan fácil tomar una decisión.
—Bien, eso es todo Shizuku. Espera la respuesta en una semana.
Me levantó haciendo una reverencia hacia ellos, como una muestra de respeto. Y al terminar, me encamine a la puerta para retirarme. ¿Por qué el recuerdo seguía a flor de piel?
¿Él amor podía durar? Y si era de esa forma ¿Cuánto duraba? Mi memoria, reafirmaba que siempre fue Ijuuin a quién ame. Nunca hubo nadie más. Pero para él fue diferente. ¿Por qué mi mangaka nunca se dio cuenta que lo amaba? Aquellos gestos no los tenía con nadie más. En el fondo, me pregunto si alguna vez logre captar su atención. No pude evitar, disparar mi visión hacia abajo, frunciendo el ceño por el dolor que se acumulaba en mi pecho.
Acomode mi bolso y abrí la puerta de la salida del edificio. Sólo necesitaba descansar. Tan sólo eso.
Pov´s Haitani.
“Soy el único adecuado”.
¿Huh? ¿Así se siente tener el corazón roto? Que desagradable sensación. Mi cuerpo se postraba sobre el sofá, había permanecido en esta posición en mi día libre. Apenas tenía el tiempo límite para la entrega. Desde el principio supe que no había oportunidad, pero quería permanecer a su lado. Suspiré con cansancio. Quite de mi rostro una hoja del starbord que se publicaría en la revista semanal de esta semana. Había olvidado por completo revisar el tomo de mi mangaka a cargo.
Mi mueca, se contrajo en disgusto. Levanté mi cuerpo del sofá y puse la hoja sobre la mesa que estaba enfrente de mí. ¿Hasta dónde se podía amar a alguien? A pesar de que acepte que me hubiera rechazado, seguía amándolo. Pero sin importar cuanto haga, él nunca me vera como un igual.
Remarque con aquel marcador rojo los errores, del dialogo del protagonista. Después de todo, jamás volvería a trabajar con Takano. Vaya fastidio, no podía simplemente eliminar estos sentimientos. Las cosas eran más difíciles que un manga, eso aseguraba.
“Tú puedes ser eficiente en el trabajo, pero tu forma de hacerlo y tus problemas. Yo realmente lo odio”
Sin embargo, él lo cambiaba todo. No fue la mejor manera en la que pudieron ocurrir las cosas, y aunque ahora me odia más que antes, lo único que me queda ahora es rendirme.
Al terminar de corregir, me levanté para mandarle un correo a mi mangaka. Le tenía que informar que ya había terminado e incluso mandárselo por fax para que ella estuviera enterada y corrigiera los errores. Necesitaba tenerlo listo en una semana y media. Sin embargo, no importaba cuanto pudiera tardar. Siempre que tenía en mis manos el proyecto terminado, no podía esperar por comenzar otro… Eso era lo que me mantenía de pie.