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Sólo finjamos un poco, ¿Sí? por Sandra Karpusi

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Notas del capitulo:

Todos los personajes le pertenecen a Shungiku Nakamura.

Misaki POV.

-- Misaki, lo siento. Ya no podremos estar juntos.-- Me dijo Usagi-San, mirándome a los ojos.-- Mis gustos han cambiado y...

Antes de que él terminara de completar la oración, una mujer de cabello ondulado y castaño, se acercó a él y lo abrazó del pecho, pegándose a su cuerpo.

Usagi-San, ¡Sepárala! ¡Ella no puede tocarte así!

... ¿No?

  -- ¿Q-Qué tratas de decirme, Usagi-San?-- Pregunté incrédulo, sonriendo de manera nerviosa; ¿Desde cuándo él se había vuelto tan buen bromista?

-- No estoy jugando, Misaki.-- Suspiró, dando unos cuántos pasos hacia atrás junto a esa mujer.-- Por favor, no lo hagamos más difícil para los dos, haz tus maletas y abandona el apartamento. Yo pagaré el boleto de tren.

Incrédulo, retrocedí lo más que pude; me di la media vuelta y comencé a correr; la habitación se hacía negra poco a poco, de un momento a otro, Usagi-San y aquella mujer habían comenzado a reír como si hubiesen escuchado el mejor chiste del mundo.

-- ¿Qué se siente ser reemplazado, Misaki?-- Fue lo último que alcancé a escuchar hasta perder por completo la noción del tiempo.

...

[¡RING!] 

  -- ¡Estoy despierto!-- Exclamé, levantándome de la cama con rapidez, apagando el despertador con mi mano.-- Qué molesto...

Suspiré, mirando la hora; ¡Ya era tarde!

Como pude, tomé un par de prendas de mi armario y salí disparado hacia la cocina; ¡Ya eran las 12:00 pm y no había hecho la comida aún!

Bajé con cuidado -pero rapidez- las escaleras del apartamento, yendo a la cocina con bastante prisa.

Fue hasta que estaba a mitad de la sala que lo recordé.

Era sábado.

Y estaba de vacaciones.

Solté un enorme suspiro; no sabía si alegrarme porque realmente no tenía pendiente alguno o molestarme por lo olvidadizo que suelo ser con mis cosas.

No obstante, me dirigí a la cocina para proceder a preparar la comida; adelantar un poco no le viene mal a nadie.

Al llegar al refrigerador, saqué verduras y un salmón, esperando preparar filete de pescado para variar un poco la comida. Cuando iba a tomar un cuchillo, la puerta de la habitación de Usagi-San se habre e inmediatamente, se me eriza la piel.

-- Buenos días...-- Murmuró con su ronca voz, bajando las escaleras con bastante pereza.

-- Buenos días, Usagi-San.-- Le contesté con neutralidad, observando que llevaba a Suzuki-San en brazos.-- ¿Terminaste el manuscrito?

Tomé un cuchillo, empezando a rebanar una zanahoria.

-- Sí, por suerte logré terminarlo... Espero que Aikawa venga por el pronto porque no quiero escuchar más de sus quejas sin sentido.-- Comentó, tomando asiento en la silla del comedor, acomodando a Suzuki-San junto a la otra. 

Miré enternecido aquella escena; no era la primera vez que Usagi-San colocaba a Suzuki-San en la mesa para comer juntos, pero no dejaba de provocarme un sentimiento bastante cálido.

Cortaba la zanahoria con bastante calma, pensando en un par de cosas sin sentido.

Ya había conseguido graduarme de la universidad, y para mi buena (o mala) suerte, conseguí un ascenso en la editorial Marukawa, ascendiéndome a jefe de departamento en la categoría de mangas Yaoi.

... Sí, era más malo que bueno.

Aunque...

Ya habían pasado cerca de 5 años de estar junto a Usagi-San como una pareja amorosa. Me costaba admitirlo, pero él y yo éramos novios. Aunque lo más grave del asunto no es eso, sino el hecho de que Nii-San aún no sepa que nuestra relación va más allá de un simple casero-huésped.

Pronto sería capaz de confesarle que Usagi-San y yo estábamos saliendo amorosamente.

-- Oye, Misaki...-- La ronca voz de mi pareja me sacó de esos pensamientos; ¿Pareja? Vaya, debía estar avanzando mentalmente.-- ¿Qué comeremos?

Saqué una olla del alacén, llenándola con agua y poniéndola a hervir.

-- Filete de salmón con verduras.-- Contesté, echando las verduras a la olla y un par de condimentos más. 

-- Oh, ya veo...-- Me respondió, bostezando.

Para ser honesto, la actitud de Usagi-San comenzaba a preocuparme un poco; por lo general, él siempre llegaba detrás de mí a acosarme o manosearme, pero al parecer, estaba demasiado cansado para eso.

¡No era que extrañara sus manos! Sino que me preocupaba el hecho de que estuviera tan cansado; ¿Tanto le exigió Aikawa-San esta vez?

Para cuando menos lo pensé, ya tenía la verdura lista; echo esto, proseguí a cocinar el filete con calma.

Estaba a punto de comenzar una conversación con Usagi-San, cuando alguien abrió la puerta del departamento y azotó con bastante fuerza, haciendo que soltara las tenazas y soltara un grito bastante agudo como respuesta al susto.

Como era de esperarse, Usagi-San se levantó molesto y, »probablemente« para golpear a la persona que hizo aquello.

 -- ¡Usami-Sensei, es una emergencia!-- Exclamó Isaka-San, quien cerró la puerta tras de sí. 

-- Isaka-San, no me importa qué mierda fue, pero...

-- ¡Descubrieron que eres homosexual!

Un segundo.

Dos segundos.

Tres segundos.

¿Cuál es el límite de tiempo para que una atmósfera se vuelva incómoda?

-- Escúchame, Isaka-San, si es una de tus tontas bromas...-- Usagi estaba molesto; demasiado. De hecho, si no lo conociera, diría que estaba a punto de lanzarle un golpe al director de la compañía.

-- ¡No es una maldita broma!-- Exclamó, tomando asiento en el sillón para agarrar aire; al parecer, había llegado corriendo, puesto que se veía sudado también.-- Verás, necesito que tú y Chibi-Tan tomen asiento...

Ambos asentimos con la cabeza; yo tragué en seco. Apagué la mecha de la estufa y sequé mis manos con una servilleta, tomando asiento en el sofá para dos, acompañado por Usagi-San.

-- ¿Y bien, Isaka-San?-- Preguntó Usagi-San con bastante seriedad, mirándolo a los ojos.

-- Usami-Sensei, ¿Usted y Chibi-Tan fueron a Sapporo juntos en alguna ocasión?-- Preguntó, nervioso.

-- Sí, pero eso fue hace bastante tiempo, ¿Qué tiene que ver? 

-- Es algo complicado de explicar, pero trataré de hacerlo.-- Dijo, guardando silencio un segundo.-- Verán, hace un par de días, salió la noticia de que "el gran escritor y novelista", Akihiko Usami, había sido visto hace un par de años tomado de la mano con un estudiante de secundaria.

-- ¿Secundaria...?-- Pensé con molestia.

-- ¿Y qué más?-- Refunfuñó Usagi.-- Como te digo, eso ya tiene años...

-- No es eso, lo que pasa es que ahora, una persona salió diciendo que tenía fotografías que evidenciaban el hecho, y efectivamente, eran usted y Chibi-Tan.

-- No creo eso, Isaka-San.

 Isaka-San soltó un enorme suspiro, al parecer, fastidiado de la necedad de Usagi-San. Sin más remedio, tomó el control de la televisión y la encendió; buscó un canal de noticias hasta llegar con uno, subiéndole al volumen.

-- ¡Y en las últimas noticias, el gran escritor de novelas, Usami Akihiko, fue visto en el año 20xx paseando junto a un muchacho de secundaria!-- Comentaba aquella conductora.-- ¡Pero no es todo! ¡También iban tomados de la mano!

Inmediatamente, abrí los ojos como platos. No podían estar hablando de eso en la TV, ¡¿Y las pruebas que Isaka-San mencionaba?!

-- A continuación, les mostraremos las evidencias...-- Dijo, sonriente.

En la televisión, comenzaron a aparecer fotos mías y de Usagi-San tomados de las manos, eran de nuestro viaje a Sapporo; ¡¿Cómo podía ser posible?!

-- ¡Y eso no es todo!-- Aclaró.-- ¡Tenemos testigos!

-- No puede ser...-- Murmuré, anonadado.

En menos de un segundo, comenzaron a pasar fragmentos de videos sobre personas entrevistadas.

-- ¿Es verdad que vio al novelista Usami Akihiko con un joven de secundaria paseando por aquí?-- Preguntaba el entrevistador con una sonrisa de oreja a oreja. 

-- ¡Sí, los vi!-- Exclamó un hombre de apróximadamente 70 años.-- ¡Estaban paseando por la calle principal y tomados de la mano! ¡Qué mal ejemplo para nuestra sociedad japonesa!

-- Qué imbécil...-- Susurró Usagi-San.

No iba a contradecirlo, en parte, él tenía razón.

-- Oiga, señorita, ¿Es verdad que ellos pasearon por acá?-- Volvió a preguntar aquél hombre.

-- ¡Sí, los vi!-- Contestó.-- ¡Lo peor de todo es que iba con mis hijos! ¡Imagínese! ¿Cómo le iba yo a decir a mis pequeños que esos dos enfermos iban tomados de las manos? ¡Simplemente repugnante! 

Tragué en seco y me retraí, sentándome de manera más cerrada.

Ya sabía que estaba mal estar con un hombre. Lamentablemente, no puedo contradecir a mi corazón...

Al parecer,  Usagi-San notó que eso me había afectado, por lo que apagó la televisión y se acercó más a mi, abrazándome; no con perversión, sino con bastante comprensión.

-- Isaka-San, ¿Qué pretendías mostrándonos eso?-- Preguntó con un tono de molestia.-- ¿Arruinarnos el día?

No levanté la mirada, puesto que me había puesto en posición fetal en manos de Usagi-San; no me importaba verme débil antre Isaka-San, necesitaba de los brazos de Usagi.

-- Quiero callar los malentendidos, Usami-Sensei.-- Suspiró.-- Verás, sé que a ti no te interesa la opinión de los demás, pero desgraciadamente, esos "demás" son quienes compran tus libros.

-- ¿Y?

-- Y sin ellos, básicamente estarías en bancarrota. Mira, sé que esos comentarios son estúpidos, pero entiende que nuestra sociedad japonesa sigue siendo demasiado conservadora.-- Dijo con algo de tristeza.-- Lo mejor será desmentir todo eso.

Usagi-San había puesto sus manos sobre mi cabello, acariciándolo, dándome calma poco a poco con sus cálidas manos; me coloqué de nuevo en una posición recta, solo que más cerca de Usagi-San.

-- ¿Y qué propones tú?

-- Lo único que podría salvarte en estos momentos, es conseguirte una Barba...

Una... ¿Qué?

 -- ¿Qué es eso?-- Preguntó. Al parecer, estábamos igual de desinformados.

Isaka se acomodó en el sofá, cruzándose de piernas.

-- Mira, una Barba, en el ámbito del espectáculo, es una mujer, por lo menos en tu caso, que es contratada para fingir ser tu novia. Esto se utiliza por cantantes, actores o escritores que fueron acusados de homosexualidad ; por lo general, las Barbas, solamente fingen en público. Y cuando los rumores desaparecen, estas son despedidas.

-- ¿Y crees que aceptaré eso?

-- Si quieres salvar tu carrera como escritor, es necesario. No creo que la sociedad nipona esté lista para enterarse de que su escritor favorito es un hombre homosexual saliendo con un empleado de la editorial Marukawa.

Dirigí mi mirada hacia Usagi-San, sólo para toparme con sus ojos.

Tenía temor, lo podía ver.

Sea lo que sea, estaba seguro de que Usagi-San tomaría la decisión correcta; confiaba en el después de todo.

Notas finales:

¡Éste es mi primer fanfic que subo a ésta página! Espero que les guste. :D


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