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Replay. por Breil Obrealdi

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Adiós a las vacaciones de verano, hola vuelta a clase. A decir verdad, no sabría determinar si la idea le entusiasmaba o asustaba más. Una mezcla entre ambos. Por suerte, Kuroko y Kagami, unos amigos del instituto, asistirían a la misma universidad por lo que al menos no estaría totalmente solo. Ninguno de ellos había querido irse demasiado lejos y ahora que vivirían en una residencia de estudiantes, podrían hacer nuevos amigos con los que tal vez compartir su pasión por el baloncesto. Bueno, a excepción de Kagami, quien ya tenía su propio apartamento, aunque debido a ciertos problemas de gestión con el arrendatario se quedaría con ellos un par de semanas.

Su preocupación se debía mayormente a los numerosos rumores que habían llegado a sus oídos en cuanto a las novatadas que les esperaban con el inicio del curso. Aparentemente, se había vuelto una tradición que aquellos estudiantes más mayores conocidos como “veteranos”, pusieran a prueba a aquellos recién llegados, “novatos”, y les obligaran a realizar ciertas tareas. Ojalá no fueran muy duros con ellos ese año…

Dejó escapar un suspiro cansado. Cargar él solo con todas sus cosas en tren hasta allí había resultado ser agotador, ni qué decir que su maleta era casi más grande que él. Ya estaba cerca de la residencia, apenas necesitaba subir una cuesta más y se encontraría en la entrada. Pero vaya cuesta. Venga, un último esfuerzo. Pensó, tratando de insuflarse ánimo a sí mismo. Ya casi había llegado… Iba caminando de espaldas para poder tirar con mayor facilidad, o al menos esa era su intención, cuando de pronto chocó con algo. O más bien con alguien, según pudo deducir al oír un quejido.

Genial, fantástica manera de empezar. 

Se apresuró a disculparse con el rostro teñido de vergüenza por lo sucedido.

– ¡L-Lo siento mucho! No te había visto, estaba distraído y… –no le dejó terminar. El contrario, un chico rubio, bastante alto y con un rostro que estaba seguro que sería popular tanto entre las chicas como probablemente entre los chicos, le sonrió agitando las manos para quitarle importancia.

– Tranquilo, no ha sido nada. Parece que llevases toda tu vida guardada dentro de esa maleta. –comentó tras un breve vistazo.– Supongo que te diriges hacia Teiko. Debes ser nuevo, me llamo Kise Ryouta, encantado.

Ese nombre le sonaba de algo, aunque en ese momento era incapaz de recordar el motivo. 

– Oh, yo soy Furihata Kouki. Un placer conocerte. –se presentó rápidamente, pero a causa de su nerviosismo sumado al calor de finales del mes de agosto que provocaba que le sudasen las manos, se le resbaló el asa de la maleta y pudo ver como se deslizaba por el suelo hasta abajo del todo, echando a perder su avance. 

– Ay, Dios… Lo que faltaba. –se lamentó cerrando los ojos por un momento. Le estaba empezando doler la cabeza.

Por la cara de Kise, supo que se estaba aguantando las ganas de reír y trató de disimularlo con una tos, no muy creíble si alguien le preguntaba. Debió darle pena porque tras una palmada en la espalda le ofreció su ayuda. Más o menos.

 – Tranquilo, iré a buscar a otro de los novatos para que te eche una mano con tus cosas. Bienvenido Furihatacchi, estoy seguro de que te encantará el lugar.

Y tras esto desapareció tan abruptamente como había aparecido. Había dicho que buscaría a otro novato, ¿sería un veterano? Se maldijo mentalmente por su torpeza y sacudiéndose las manos en los pantalones, se dirigió con un suspiro de vuelta a recuperar su maleta suicida. Estaba anocheciendo y aunque esa era una zona segura, no quería dejarla como si nada tirada en la calle. Un soplo en la nuca, como el de un aliento, le puso los pelos de punta. Lentamente, como si de esa manera pudiera evitarlo, volvió el rostro en busca del posible origen. No había nadie.

 – Furihata-kun.

 – ¡Hyaaa!

 Se le escapó un grito cuando algo helado le tocó el hombro, provocando que trastabillara al retroceder demasiado rápido y se cayera de culo. Ante él, Kuroko lo miraba impasible como siempre con uno de sus batidos de vainilla en la mano. El característico pelo rojo de Kagami no tardó en entrar en su campo de visión cargando una enorme mochila a la espalda y una maleta a un lado.

 – Oe. –dijo dándole a Kuroko en la cabeza con su bolsa.– No deberías asustar así a la gente.

 – Lo siento.

 – Oh, chicos. No sabía que llegabais hoy.

 – Kagami-kun me obligó a participar con él en un torneo de baloncesto que organizaba el vecindario, acabamos muy justos de tiempo y casi perdemos el tren. Se nos olvidó llamar con todo el ajetreo. –el peliazul desvió la mirada hacia el susodicho, dando a entender que él tenía toda la culpa.

 – No me mires así. Eres tú el que desapareció de repente para comprarse el maldito batido.

 – Mantenerse hidratado en verano es importante. Especialmente después de hacer deporte.

 – ¡Para eso te basta con beber de tu botella!

 Esos dos estaban como siempre. Sus discusiones resultaban en cierto modo refrescantes en aquel lugar desconocido. Ahora que se fijaba bien…

 – Kagami, ¿no es esa mi maleta?

 – ¿Eh? Ah, sí. Nos la hemos encontrado al subir tirada en el suelo. Aquí tienes.

 – Gracias, se me ha caído antes por accidente al encontrarme a otro chico de la resi.

– Ten cuidado no te vayan a esconder la maleta y te veas obligado a salir desnudo, Furihata-kun.

Oh. Cierto. Las novatadas.

– Anda, vamos. –intervino el pelirrojo sin darle importancia.– Me muero de hambre, ¿creéis que nos puedan dar algún bocadillo de cenar?

 

Finalmente llegaron a su destino y pudieron instalarse cada uno en su habitación cómodamente. En apenas un par de horas, milagrosamente, ya lo tenía todo colocado en su sitio y se dejó caer en la cama. Sólo llevaba unos pantalones de pijama puestos, unos de unos ositos que le regaló su madre, pero no le importó. Estaba demasiado exhausto como para darle demasiadas vueltas a nada. Con suerte esa noche dormiría profundamente y mañana estaría descansado para su primer día de clase.

 Pronto descubriría que eso sería imposible. 

Notas finales:

Es la primera vez que pruebo a escribir un fanfic y además uno yaoi, por lo que ruego que me perdonéis por algún posible error. Espero que os haya gustado, no dudéis en hacerme saber vuestra opinión comentando. ~ 


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