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ENGAÑO por Yelmar Doker

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Notas del fanfic:

Algunos ya leyeron esta historia, y deben estar hartos de que no actualice. Pero el tiempo tuve un bloqueo mental estas semanas. Además, me alegra decir que he solucionado mi problema de usuario en Amor Yaoi. Y ahora si puedo publicar aquí. 

 

Porque ustedes ya saben que en Fanfiction es muy dificil ubicarse y mas que te lleguen "animadoras". Ustedes entienden. 

 

En fin, refiriendome a quienes no leyeron esto: Que lo disfruten...

 

Notas del capitulo:

Advertencia: Violencia domestica. Mpreg. Leve Sasusaku.

Capitulo 1




ENGAÑO

LA FOTO

By Yelmar Doker











Pensó que formar una familia con Sasuke sería lo mejor, para él, para el bebé... pero nunca se imaginó que las cosas se torcerian de aquella forma. Todo se desmoronó en un instante, tal y como una frágil torre hecha de naipes. Y sin previo aviso.



Toda aquella feliz vida y aquel amor que le llenaba día con día se esfumó por completo al enterarse de que vivia un engaño. Que el hombre con que el vivió durante tres años, con el que se casó y con el que compartió tantos felices momentos juntos, no es lo él creyó que era.


Mentira. Todo fue una mentira.


Aturdido. Desorientado. Dolido. Así se sentía.




Sentado en la cama matrimonial de su habitación, miró tristemente la pantalla resplandeciente de su celular. Está todo oscuro. Sasuke aún no habia llegado. Puede que en esos momentos se encuentre en mitad de su oficina o en una reunión, trabajando hasta tan tarde como era habitual.



No se dió cuenta cuando una lágrima cayó de su ojo y resbaló por su mejilla hasta estrellarse sobre la foto que veía desde hace un buen rato. Y a ésta le siguieron muchas otras mas abundantes. En silencio, se encogió sobre si mismo e hizo todo lo posible por no estallar en llanto.


Es difícil reprimirse, pero ya está acostumbrado a guardarse su dolor. Así que no importa.


Pero, ¿De dónde rayos sale ese deseo de querer golpear, gritar y romperlo todo? Quiere poder entender lo que está pasando, pero se siente tan malditamente mal, que a penas puede con el dolor que siente por dentro.


—¡Nhg...!— se le escapó un quejido.



¿Donde...? ¿Donde quedó el tierno hombre del cual se enamoró? ¿En qué clase de pesadilla se encuentra ahora? ¿En qué lugar del país se hallaría Sasuke cada vez que éste le decía que iría a un viaje de negocios? ¿Cuál es el pretexto que usará ahora por llegar tan tarde a casa? ¿Cuántas veces le mintió? ¿Le ocultaba otras cosas? ¿Acaso habia una explicación a su reciente descubrimiento...?


No, claro que no. Es un tonto al pensar que puede haber una razón coherente para que todo eso fuese mentira. Las pruebas son muy claras, incluso para alguien tan ingenuo como él. Ya no hay más vendas que pueden engañarlo. Ya no.



Ahora se da cuenta de muchas cosas. Por ejemplo, recuerda aquellas veces en las que Sasuke le pedía que descansara y reservara sus energías para ir a casa de su madre, cuando él mencionó que quería hacerle una visita en la oficina. O aquellas veces en la cama, cuando se negaba a tener relaciones. Hace tanto tiempo que no tenían contacto, que empezaba a creer que a Sasuke le daba asco su aspecto. Después de todo, su vientre ya estaba muy crecido y se veía más ancho de caderas.


Pero él nunca hubiera imaginado que esto le pasaría a él. Jamás hubiera sospechado de Sasuke...



"¡Tap tap!"



Ruidos provenientes de afuera le sacaron de su estado pensativo. Sus lágrimas frenaron de inmediato cuando oyó que la puerta principal se abría y cerraba.



Ese solo podía ser Sasuke. Era el único a parte de él que tenía las llaves del apartamento. No pasó ni un minuto antes de que la puerta del dormitorio principal se abriera y diera paso a la persona que con tantas ansias había estado esperado.



Uchiha se demoró en llegar a casa por el arduo trabajo en la compañía. Y aún así lucía perfectamente en aquel traje de ejecutivo. Aunque el esfuerzo que hizo fuera meramente mental, se sentía físicamente exhausto. Por otro lado, Naruto se preguntó si acaso venía de haberse reunido con la otra.



Le observó con frialdad, algo muy normal despues de haberse enterado de la forma más horrible que su esposo le está poniendo los cuernos.



—Llegas tarde— musitó.



—Si, ¿Aún sigues despierto?— preguntó el mayor, ignorado el comentario anterior. Estaba tan cansado que lo único que quería era darse una ducha con agua caliente y dormir como un tronco hasta mañana. Le sorprendió encontrar a Naruto despierto tan tarde pero no comentó nada al respecto— Deberías dormir, sabes que el doctor dijo que no es bueno que te mantengas despierto tan tarde.



—¿Dónde estabas?— arrastró la letras y su voz salió más grave de lo habitual por el llanto que lo acompañó hace un rato. Sin embargo, Sasuke no se percató de aquel detalle, al menos no de momento. Ni tampoco de que los ojos del blondo se veían rojos e hinchados. O de la poco comun seriedad del Uzumaki.



—Ya lo sabes, en la oficina— contestó despreocupadamente, mientras se quitaba el saco y lo colgaba en un perchero dentro del closed.


"¿Me crees estúpido?" quiso gritarle pero las palabras no salieron.


—¡Te llamé a la oficina y no estabas! — rugió Naruto, harto de estar conteniéndose. Con ese estallido reveló toda la rabia que Sasuke no había podido percibir. Dejando a un lado las sutilezas, dando paso a los sentimientos de odio, así como el rencor y la decepción que poco a poco iban poseyendolo.


Ahora que lo sabía todo, odiaba que el teme lo siguiera engañando de forma tan descarada.


—¿Uhm?


Solo entonces Sasuke se tomó el debido tiempo para observar a su esposo. Su rostro expresaba enfado. Pero había algo más... Cuando se percató de ese hecho todos sus sentidos fueron adueñados por la preocupación. No entendía que le ocurría. Poco a poco fue acortado la distancia que los separaba.


Intentó ahuecar una mano su mejillas izquierda, pero el rubio se alejó rápidamente con un movimiento brusco.


—¡No me toques!


Uchiha abrió los ojos sorprendido. ¿Naruto había llorado? ¿Porque...? ¿Estaba enojado con él porque había llegado muy tarde? ¿Acaso olvidó algo? ¿Alguna fecha importante? No que él recordase... ¿Estaría de mal humor por el embarazo?


Trato de tomarlo con calma. Escuchó por allí que los embarazados primerizos traen consigo ese tipo de síntomas. Mal humor o cambios de humor repentinos. ¿O se trataba de otra cosa? La preocupación por Naruto y el bebé no le dejaron pensar bien. Además, ver a Naruto tan triste hacia que se le apretujase el corazón.



—Naruto... ¿Qué sucede? ¿Te duele algo?


"¡No me duele nada, maldito!" trato de gritarle pero las palabras nuevamente no salieron.



—¿Ahora te haces el desentendido? Bastardo infeliz...— sonrió sin una pizca de gracia— Dime, ¿Cómo es que te fue en la oficina? ¿Te la haz pasado bien con tu secretaria? ¡Vamos, habla de una maldita vez!



Algo hizo "click" en la cabeza de Sasuke. Sus ojos se abrieron sobremanera al oír las últimas palabras. Sin embargo, trató de ganar tiempo y hacer como que no entendía nada.



—¿De qué hablas?



—¡Arg! ¡De qué me estás poniendo los cuernos con tu secretaria! ¡ESO ME PASA! — levantó entonces el celular que había agarrado en todo momento.


Uchiha lo tomó sin vacilar. La primera cara que puso al ver la imagen fue de sorpresa. Luego tensión y por último aturdimiento.


—Puedo explicarlo... — empezó a decir, pero Naruto estaba tan furioso, tan fuera de sí que no quería oír excusas baratas. Mucho menos ahora que sabía que Sasuke era un mentiroso.



—¡No tienes nada que decir que ya sepa! ¡Está todo muy claro! — sin pretenderlo comenzó a llorar— ¡Me vista la cara de tonto por todos estos meses! ¡Pero qué crees! ¡La foto que tienes en la mano no es la única que me llegó! ¡Hace más de una hora que mi buzón de mensajes empezó a sonar y me llegaron mas fotos de la toda la mierda que has tratado de ocultar! ¡Tú, y la zorra de tu secretaria! ¡Me engañaron!



—¡Naruto, tranquilizate!— dijo él— ¿Escucha, de acuerdo? ¡No es lo que crees! Solo escúchame.


En ese instante, los peores miedos de Sasuke empezaron a surgir. Era una realidad que Naruto sabía la verdad y no sabía cómo manejar esa situación. También está el hecho de que tenía miedo de decir algo que empeorara más las cosas.


—¿Qué mierda me va a decir? ¡Eh! — dijo muy alterado, rechazando cualquier tipo de contacto cuando Sasuke intentó tomarle de la mano. No estaba en su naturaleza ser sutil, mucho menos podía tranquilizarse. Solo quería estar lejos del mentiroso con el que se casó. ¿Tan poco significaba su matrimonio como para haber roto su promesa de amarse por siempre? ¡Maldito sea! — ¿Vas a decirme de tu amante? ¿Acaso vas a negarlo? Dime una cosa, ¿Ella te complace más en la cama? ¿Fue porque sientes asco de mi? ¡Habla maldición!



—¡Ella no es mi amante!— lo dijo con tanta convicción que Naruto tuvo dudas por un segundo. Pero no sirvió de mucho, porque al instante soltó un grito de rabia que logró asustar al moreno.


—¡Mentiroso!


Sasuke jamás imaginó que ese día llegaría. Naruto no tenía porque enterarse de esa forma. No ahora. Talvez nunca. Y ahora no sabía qué hacer.



Jamás en la vida se había sentido tan presionado ni tan desarmado. Se le caía la cara de vergüenza. Naruto lloraba y gritaba con más fuerza. Iba a hacerse daño si seguía así. Estaba siendo histérico. Bueno, razones no le faltaban.


—Naruto...


—¡Ya no me mientas...!— estuvo a punto de ahogarse con su propia saliva y por el aire que escaseaba tan de repente en esa habitación. Todos sabían. La gente sabía que lo que más odiaba eran las mentiras. Detestaba enormemente a esas personas que engañaban a sus amigos, hermanos, padres y parejas. Pero la traición era lo peor de todo. Ser traicionado por la persona que amaba, por el padre de su hijo, el hombre al que había entregado su cuerpo, su corazón, hasta su alma...


¿Cómo Sasuke pudo hacerle ésto?


Sasuke supo entonces que no tenía caso seguir ocultando lo evidente. Las pruebas eran innegables, y Naruto ya las había visto. Si seguía negándolo, era probable que solo se pusiera más histérico. Y eso no era bueno en su estado.


—De acuerdo...— inspiró profundamente para darse valor— ... Es verdad. Yo tuve, cierto acercamiento con ella.



Los sollozos del rubio incrementaron y Sasuke se odio por ello. ¿Sería correcto disculparse ahora? Aunque nada de lo que dijera remediaria la situación, Naruto merecía que le contara como ocurrieron las cosas. Pero antes iba a disculparse.



—Naruto, escucha. Sé que fue un error tremendo lo que hice, pero te juro que yo no siento nada ni remotamente por ella. Sé que estas molesto y estás en tu derecho. Ahora debo decirte, déjame explicarte cómo se dieron las cosas. No es como parece...


—No es como parece...


De repente el llanto de Naruto cesó. Levantó el rostro y miró fijamente a Sasuke. Éste sintió un escalofrío recorrerle por todo el cuerpo.

Los ojos azules se habían transformado en dos témpanos de hielo. Ya no había amor en esa mirada, ni alegría, ni sonrisas... Solo odio. Un sentimiento tan absorbente que te hundes hasta el fondo sin poder evitarlo. Lo sabía muy bien, porque el mismo conocía de sobra aquel sentimiento oscuro.




Eso era todo.



La había cagado.





—¿No es como parece, Sasuke?—repitió con un claro tono de sarcasmo- ¿No tienes nada más estupido que decirme?



—Yo...




-No. No... — negó con la cabeza repetidamente— tus esfuerzos por excusarte son patéticos. Sasuke, escucha. Se acabó. Se terminó. No quiero tus pretextos, ni tus razones o tus malditas excusas. Me mentiste y es lo único que importa. No quiero nada de ti, ¿Entiendes?



Sasuke enmudeció. En otras palabras Naruto le estaba diciendo que su relación estaba rota. Pero eso no era todo. Uzumaki había cambiado de actitud radicalmente. Jamás le había visto en esa faceta tan rencorosa. Se sentían muy lejanos aquellos días en los que sonreía y reía sin razón aparente.



—¿De qué hablas?— preguntó, temeroso de oír una respuesta. Él era consciente de lo que sus palabras significaban, pero su mente no quería aceptarlas. En el fondo sabía que Naruto estaba muy dolido, puede que hasta herido, pero él pensaba que podían resolver esa situación como pareja.


Claro que Sasuke lo veía todo desde su punto de vista. No entendía o veía el terrible daño que le había provocado al rubio.


—Nuestro matrimonio, Sasuke. Se acabó, no quiero seguir con esta farsa— su boca formó una amarga sonrisa— Yo regresaré a casa de mis padres. No quiero por ningún motivo que me sigas...


—¿Qué?


Fue como recibir una brutal patada en el estómago. De todas las cosas que se imaginó, nunca esperó oír eso. Para mala suerte, reaccionó de la peor manera — ¡No! ¡De ninguna manera!


—¡Cierra la boca! ¡No te estoy pidiendo permiso! ¡No pienso vivir con alguien que me a mentido por tanto tiempo! ¡Te detesto!


Todavía no era consciente de eso, pero sus gritos podían ser escuchados por todos los vecinos que vivían en el mismo piso. Era lo malo de vivir en un edificio y no en una casa.


Por su parte Sasuke no daba crédito a lo que oía. ¿Enserio pretendía dejarlo? ¿Naruto? ¿Aún estando embarazado, ese tonto quería largarse sin más?


—¡Te has vuelto loco!— el también levantó la voz, cosa que sorprendió a Naruto— ¡No puedes irte! ¿Se te olvida que estás esperando un hijo mío?



El mayor temblaba con solo pensar que Naruto se marcharía. En otras palabras, que lo abandonaría. Quedarse solo después de haberlo dado todo para ser feliz no estaba dentro de sus planes. Era injusto. Naruto estaba siendo egoísta. ¿Qué le costaba tomar las cosas con calma? ¿Porqué tomar una decisión tan drástica? Solo por un desliz...

Pues Naruto estaba loco si pensaba irse. Así, sin más. Estaban casados ante la ley y solamente eso le daba el derecho de obligarlo a quedarse con él. No iba a darse el lujo de perderlo.


Lo amaba demasiado.



Pero Uzumaki no pensaba igual. Él ya tenía claro lo que iba a hacer. Y nada ni nadie iba a detenerlo. Ni siquiera Sasuke.



—Ya es tarde— se levantó de la cama y fue al closed directamente. Allí había una maleta que ya había preparado antes. En un principio pensó que lo mejor era irse a casa de sus padres sin avisarle a Sasuke, pero luego reflexionó y decidió quedarse para enfrentarlo. Para dejarle en claro que todo entre ellos había terminado. Necesitaba quitarse ese peso de encima de inmediato.


Al verlo Sasuke lo siguió.


—Detente Naruto. Sabes que no dejaré que te vayas, solo... — titubeó— hablemos, ¿De acuerdo?


Naruto le ignoró. Puso toda su atención en sacar aquellas dos maletas que pesaban más de lo que pensó que podría cargar. Estar esperando un hijo lo había transformado en alguien débil, tanto que llorar se había vuelto tan normal como respirar.


—¿Naruto?


"Maldito Sasuke" pensó, ¿Porque no le dejaba en paz? ¿No entendía que lo había perdido? ¿Tanto le costaba aceptarlo? No quería oír más disculpas. Aunque pensándolo bien, Sasuke ni siquiera se molestó en pedirle perdón. Hasta para eso era un teme orgulloso.


Finalmente cerró el cierre de las maletas. Las agarró por las asas y se dió media vuelta dispuesto a irse. Mientras más pronto mejor. Así podía cerrar un capítulo de su vida.


—¡Naruto, ya basta! ¡Esta bien, me equivoqué! Pero hazme el favor de escucharme antes... —fue ignorado nuevamente— ¿Naruto? ¡Naruto!



El rubio abrió la puerta.


—Adios, Sasuke.



Sasuke no lo pensó dos veces antes de caminar hacia Naruto y interponerse entre la puerta y él. Cerró la puerta con fuerza. Uzumaki se sorprendió, giró rápidamente y le dedicó a Sasuke una mirada de reproche.

—¡¿Qué rayos haces?!


—No te irás— ordenó con expresión seria. Naruto le miró incrédulo.


—¿Qué? ¡Vete al diablo! ¡Ya no quiero estar contigo! ¡Entiendelo! ¡Ahora déjame salir!— forcejeó con el mayor y se apartó de inmediato cuando Sasuke lo sujetó por la muñeca. Maldita sea, pensó, dándose cuenta de la diferencia de fuerza.


—¡No seas infantil!— volvió a agarrarlo, esta vez del brazo— ¡Podemos hablar y solucionar esto!


—¿¿Infantil?? ¿Me llamas infantil a mí cuando fuiste tú quien me mintió? ¿¿Porque eres tan cínico??



—¡Si tan solo me...!


Naruto se desquició. Sasuke había acabado con la poca paciencia que tenía. Levantó un brazo y le dió un puñetazo en la cara, tan fuerte que se oyó un golpe seco e hizo que el Uchiha le soltara y retrocediera dos pasos.



Todo quedó en silencio.



Naruto debió de abrir la puerta y marcharse de allí, aún sin las maletas. Pero se quedó parado como idiota y con la respiración agitada. De pronto empezó a sentir remordimientos por haberle golpeado. No había sido su intención hacerle daño.


Sasuke por su parte tenía la cara ladeada. Algunos mechones de pelo de su flequillo le cubrían los ojos. Aquel golpe le había dolido más de lo que parecía a simple vista. No se trataba solamente del dolor físico, era como si el golpe le hubiera lastimado por dentro.


Era la primera vez que alguien le daba un golpe tan fuerte. Y por algún motivo, todo su ser se llenó de rabia.


Se movió un poco y su mirada se desveló. Naruto se asustó en ese momento. La mirada de Sasuke tenía un brillo carmesí, lo que le hizo tener un mal presentimiento. Quiso disculparse, porque una cosa eran los gritos y otra muy diferente los golpes. Pero no tuvo ni tiempo de abrir la boca cuando Sasuke le sujetó del cabello.


A penas pudo procesar lo que pasó después.


—¡Te dije que no te irás!


—¡Ay! ¡Sasuke, sueltame! ¡Me estás lastimando! — forcejeó como pudo para poder liberarse pero el Uchiha era fuerte. Incluso sintió como le arrancaba algunos cabellos. Sorprendido, empezó a temblar de miedo. Sasuke jamás le había tratado de esa forma.


Sasuke olvidó completamente quien era. Importó poco o nada estar lastimando a la persona que decía amar. E hizo oídos sordos a las súplicas del rubio.


Naruto se desesperó y le arañó el rostro con un movimiento ágil. La mejilla de Uchiha comenzó a sangrar.


En ese momento el moreno fue poseido por una extraña fuerza. Empujó al rubio hacia atrás y éste se estrelló contra la pared más cercana. Se oyó un ruido seco y un lamento.


—¡Nhg!— en el suelo, Naruto tenía ambos brazos flexionados. Por suerte pudo disminuir la fuerza del impacto contra el piso y su bebé no había sufrido ningún daño. Pero le dolía la espalda... Se incorporó lo más rápido que pudo, pero en eso oyó las pisadas del otro. Naruto se sentó y pegó la espalda a la pared, tan desesperado que parecía querer fundirse con ella. Finalmente sintió como la sangre se le iba del rostro.


Vió como Sasuke empezaba a desabrocharse la hebilla de su cinturón.


—No... ¿Q-que vas a hacer?


No recibió respuesta.


Naruto empezó a llorar. Esto no está pasando, esto no está pasando... ¡No está pasando! ¡No! ¡Sasuke no iba a pegarle!


—S-sasuke... ya detente... — sollozó cuando vió que se sacaba el cinturón— ésto no es gracioso...


Supo que no era ninguna broma cuando le vió levantar el brazo. Su instinto de supervivencia le obligó a pararse y tratar de huir. Pero sus piernas se negaron a obedecerle. Se armó de mucho valor y aprovecho el poco espacio que tenía para correr hacia la puerta.


Pero justo en ese momento alguien le sujetó del bordillo de su chaqueta y le obligó a regresar a su lugar. Esta vez no logró poner los brazos y cayó al piso de costado.


—¡No! ¡Sasuke, por favor!— suplicó. El moreno ni siquiera pestañeó.



El primer golpe hizo que gimiera. Se hizo un ovillo con el propósito de proteger a la persona que había dentro de él. No le importaba que le pasara a él, solo quería proteger a su bebé. La hebilla dejó una marca rojiza muy cerca de su hombro. Un golpe. Dos golpes. Un grito. Tres golpes. Otro grito.
Cuatro golpes.



Sasuke no se detuvo.









000







Los pasos de una persona resonaron brevemente por el pasillo. El rubio caminaba en dirección a la que era el nuevo hogar de su único hijo, quien hace tan solo media hora le llamó por teléfono para que viniera a recogerlo.

No entendía las razones, pero intuía que se trataba de algo grave puesto que se le oía muy afectado por teléfono. Sin embargo, Naruto no le contestó cuando le preguntó que le ocurria. Solo le pidió de favor que viniera a recogerlo y trajera la camioneta de su madre.

Eso no le daba ninguna pista.

Desafortunadamente, el tránsito había sido terrible y a causa de eso llegó veinte minutos más tarde. Su reloj de pulsera le indicaba que eran veinte para las diez. Esperaba que Naruto le explicara aquel repentino llamado pues temía que pudiera tratarse de algo grave, considerando la hora que era.

Además, estaba el tema de su embarazo. Naruto no deberia cargar con ninguna preocupación en su estado. ¡Si tan solo le hubiera hecho caso! Debió haberse mudado a casa con ellos cuando entró en el cuarto mes de gestación. Kushina y él intentarian hacerle sentir mejor. Pero la terquedad de su hijo competia con la de su mujer. Ambos eran unos necios.


Su sorpresa fue leve cuando estuvo frente a la puerta indicada. Descubrió que se hallaba entreabierta. Que raro. ¿Talvez se le olvidó cerrarla por descuido? Cielos, a veces Naruto era tan despistado. Debería de darle un sermón a ese niño. Quien sabe y uno de éstos días se colaba un ladrón a su apartamento. Como tantas veces vió que ocurría en las noticias.


Suspiró. Dejó para después ese pensamiento y golpeó tres veces la puerta.


Pasaron unos segundos pero nadie abrió. Volvió a golpear tres veces, pero aún así. Era extraño. Normalmente Naruto solía correr y abrir la puerta tan pronto oía el ruido de los golpes. ¿Habría salido? No, era muy tarde. Ademas, todo estaba muy silencioso.


Golpeó nuevamente.



Nada.



Ni un ruido.



No lo pensó más y abrió la puerta. Se sentía dudoso de invadir la privacidad de su hijo y de Sasuke, pero no quedaba de otra.



Pero algo lo detuvo.


Casi se cae al suelo cuando vió un reguero de sangre (¿O sería pintura?) esparcida sobre el piso de madera. Se llevó una mano a la boca por instinto y luego se percató de que aquel rastro rojo se extendía hasta la otra habitación.


Dios.


¿Que había pasado?


Sus piernas se movieron solas. Antes de que su mente lo llevara hacia los escenarios más escalofriantes y espeluznantes, corrió a ese cuarto y empujó la puerta con manos temblorosas.


Nunca pensó que esa sangre le pertenecería a su hijo.


No obstante, lo que verdaderamente provocó que estuviera a poco de sufrir un infarto fue el lamentable estado en el que se hallaba Naruto.




—¿Na...? ¿Naruto...?





"Dios... no..."
























TBC.


EDITADO: 20/12/18
Notas finales:

Hasta aquí. No se enojen conmigo por lo que le paso a Naruto. La culpa es de Sasuke, que no sabe lo que hace, hasta que luego se arrepiente...

 

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