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Caída libre por Otogi Rinkaku Nishimura

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28 de agosto de 2014

08:00 am

 

—      El paciente presenta signos de desorden mental producto de los traumas vividos a lo largo de su infancia. Es organizado, pero bastante agresivo, tiende a presentar momentos de falta de lucidez o episodios de paranoia si no se trata de forma adecuada, no me sorprende ya que el pobre chico vivió un calvario, su padre drogadicto se descargaba golpeándolo, y luego tuvo que aguantar viendo como asesinaban a su madre frente a él… Con todo respeto, señor Kim, pero no creo que un enfermo mental sea lo que busca.

 

Un hombre algo anciano con una larga bata blanca miraba con cierta curiosidad a otro mucho más joven, el cual vestía un traje completamente negro, en tanto su vista estaba fija en el muchacho que residía tras la puerta de la sala de contención.

Una sonrisa de lado llego a presentarse en los labios del joven de cabello negro, volteando a ver al médico que le había dado aquella introducción.

 

—      No le veo lo enfermo, a decir verdad… Lo veo perfecto, solo… Necesita un poco de comprensión. ¿Dónde debo firmar para que el joven Moon JongUp sea puesto bajo mi tutela?

 

 

La posición de la organización Noir hicieron que los papeleos fueran más rápidos y más eficientes, por lo que a las pocas horas se notaba a un chico de no más de 20 años salir acompañado de dos guardias, como si el chaleco de fuerza no fuera lo suficiente como para tenerlo a raya.

En cuanto aquel muchacho fue puesto frente a la persona que había firmado sus papeles para su liberación, este solo pudo esbozar una ladina sonrisa a la par que inclinaba un poco su rostro.

 

—      ¿Y quién diablos eres tú como para sacarme de mi dormitorio, cara bonita?

 

La voz irónica y algo rasposa del más joven llegaron a hacerse presente, teniendo como resultado que dos personas que acompañaban al jefe de aquella organización se adelantaran con la idea de dar su merecido a quien se había dirigido de manera despectiva a su superior, más este con solo levantar su mano les freno.

 

—      Debo dar las gracias por tus palabras diciendo que tengo cara bonita, hace mucho no recibía un halago de esos… El asunto es este, JongUp… Yo personalmente no creo en lo que dicen todas estas personas con título en medicina, no creo para nada eso de que estas enfermo o que necesitas tratamiento. —Las palabras utilizadas por aquel hombre de impecable traje no solo sorprendieron al personal de aquel hospital psiquiátrico, si no que sorprendieron también al joven con el que hablaba, dejando en este una sensación cálida en su pecho que no había sentido hacía muchos años atrás cuando aún era un niño. — Lo que creo que necesitas, es a alguien que pueda comprenderte y guiarte. Quiero ser esa persona que te pueda ayudar en este camino, no diré que será fácil, ya que sería mentir, y detesto mentir, solo puedo prometerte que nunca te dejare solo. ¿Aceptas ser ese ángel que espero que seas, JongUppie? 

 

Al terminar de formular aquella pregunta, el joven de menor edad dio unos pasos hacia adelante, siendo detenido por los guardias que le custodiaban, pero poco le importo, solo implemento la suficiente fuerza como para soltarse de estos para poder casi correr hasta donde estaba esa persona que le ofrecía una nueva vida hasta llegar a su lado para acurrucarse contra este al no poder abrazarle por el chaleco de fuerza. Su cabeza se ocultó en una parte del blanco cuello que era ofrecido a modo de cobijo, sintiendo como los finos dedos de esa persona acariciaban las hebras de su cabello con cierto mimo.

 

—      A-Acepto, no quiero estar en este maldito lugar, se-seré el ángel que usted quiera

—      Me alegra mucho escuchar eso, pequeño, ahora… Es tiempo de que vayamos a casa. Desde hoy, mi casa es tu casa, lo mío es tuyo, y lo tuyo es mío, ¿Entendido? Mañana comenzara tu entrenamiento.

 

Las palabras sobraban luego de aquello, por lo que solo tuvieron que esperar a que los profesionales en el área libraran al de menor edad del molesto chaleco de fuerza, y este al verse libre, no dudo en esta vez abrazar a ese hombre que a su vista era su salvador de todo el infierno que había pasado.

Los delgados pero fuertes brazos presionaban la figura del mayor como si tuviera miedo a que ello no fuera más que un sueño del cual despertaría con el llamado de las enfermeras por el horario de sus medicamentos, pero las cálidas manos que le sujetaban por la cintura hacían que esa idea se esfumara, viendo con una sonrisa que era la realidad.

 

13:15 pm

 

En cuanto Jongup dio un paso dentro de la amplia casa quedo prácticamente mudo, el lugar era por demás impecable, podía notar que no había ni una mota de polvo en el suelo o en los elegantes muebles que adornaban la vivienda.

Su mano derecha fue tomada por el hombre que se había presentado ante él como Kim Himchan, siendo arrastrado por este hasta donde supuso era el baño que era al menos el triple de lo que había sido el lugar donde dormía en el hospital. Vio en completo silencio como Himchan arremangaba las mangas de su traje, poniendo a llevar la bañera mientras se sentaba en el borde de esta, comprobando que la temperatura del agua no estuviera ni muy fría ni muy caliente.

 El de cabello más largo y desarreglado veía en el mayor una especie de salvador, incluso casi podía imaginar una aureola de luz sobre su cabeza. Poco duraron sus pensamientos al verse siendo llamado con un movimiento de la mano del dueño de sus pensamientos, acercándose con cierta timidez.
Cuando estuvo lo suficiente cerca del ajeno, pudo notar como las manos de este comenzaron a desabrochar su camisa, y casi por inercia dio un fuerte manotazo en sus manos en tanto se alejó al sentir su respiración agitarse. Por un segundo su mente se nublo, elevando su mano para intentar dar un puñetazo al rostro del ajeno, más este lo esquivo, pudiendo abrazarle con fuerza.

 

—      Shhh, tranquilo, no hare nada que tu no quieras, solo quería ayudarte para que pudieras tomar un merecido baño.

 

Las palabras dichas con tanta suavidad hicieron que recobrara parte del sentido, asintiendo luego ante estas. Ya no estaba el pasado para atormentarle, Himchan no haría nada que él no quisiera.

Con lentitud pudo ir despojándose prenda por prenda hasta quedar en ropa interior, la cual estuvo a punto de quitar hasta que fue detenido al ser sujetado por las muñecas.

 

—      No debes quitarte eso, luego te prestare yo ropa.

 

De nueva cuenta había hecho caso a lo dicho, introduciendo primero uno de sus pies en la tina, dando un jadeo ante la agradable temperatura que sentía, muy diferente a las típicas duchas heladas que le obligaban a tener en ese lugar en el que había pasado gran parte de su vida. Cuando se sumergió por completo en el agua, sintió unas manos masajeando su cabello, viendo como la espuma comenzaba a formarse. Una de las manos del mayor había tomado la esponja a la cual lleno de jabón, pasando así está por su torso. Notaba de vez en cuando la punta de los dedos del mayor cuando este sin intentarlo ejercía algo más de presión con la esponja, viendo también las cicatrices que portaba prácticamente en todos lados de su cuerpo, detestando estas.

 

—      Al parecer no te gustan las marcas de tu cuerpo… ¿Verdad, JongUppie? ¿Quieres contarme un poco sobre ello?

—      Mi padre… Él fue el causante de todas las de mi torso, cuando estaba con sus malditas drogas. —El solo recordar los golpes dados por su progenitor le hicieron apretar sus dientes, a la par que su mirada se volvía carente de toda emoción. Palos de escoba, hebillas de cinturón, incluso botellas habían impactado contra su cuerpo en los castigos que su padre le daba solo por estar en su cama.

—      ¿Y las de tus manos y brazos? —Himchan pudo acariciar con sus dedos pulgares los dorsos del menor, mirando las marcas que allí había, queriendo saber la historia detrás de cada marca.

—      Había un momento donde el dolor me hacía sentir bien… Necesitaba sentirme bien cuando mi padre no estaba… Yo me las hice.

 

En vez de recibir una reprimenda de parte del que se suponía seria su jefe, solo noto como este daba un beso a las marcas de sus manos, provocando un ligero cosquilleo en su vientre que nunca había tenido antes.

 

—      ¿Quieres borrar todo esto y comenzar de nuevo?

—      ¿Eso es posible…hyung?

—      Tengo un amigo que ha de tatuar muy bien.

 

Una sonrisa fue la necesaria para convencerle, asintiendo a la idea de cubrir aquellas marcas con los diseños que él quisiera de manera gratuita.
Luego de ello el mayor le dejo solo en el baño, diciendo que iría a preparar algo para que pudiera comer, y también, preparar ropa en el cuarto frente al baño para cuando terminara de asearse. 

 

La tela más fina adorno su cuerpo una vez había terminado el placentero baño, quedándose un momento parado solo con el afán de poder disfrutar del aroma que desprendían aquellas prendas. Su aroma. El aroma de Kim Himchan podía notarse en los ropajes que ahora tenía, estrujando parte de la camisa blanca que tenía entre sus manos. Podía notar que era un conjunto de pijama, pero, aun así, estaba demasiado emocionado con solo saber que pertenecían al de mayor altura.

Explorando el lugar pudo encontrar la cocina, viendo atentamente como el dueño de la vivienda preparaba dos platos llenos de comida en la mesa, junto a los cubiertos necesarios, los vasos e incluso una botella de un vino que por la etiqueta pudo deducir era bastante caro.

La comida estaba por demás deliciosa, entre pequeñas conversaciones, algunas vergüenzas del menor cuando Himchan procuraba enseñarle a comer con propiedad o de manera más lenta, incluso ofreciéndole de vez en cuando a darle él mismo en la boca, aceptando ello con gusto internamente. Si así era en el día todo lo que había vivido, no podía esperar a la noche, sintiendo una emoción abrumadora el solo pensar lo que sería ello.

 

21:46 pm

 

El día y la tarde habían pasado con aprendizajes. JongUp había comprendido porque estaba ahí. Himchan quería hacer de él la salvación de su organización. Fuera de todo calculo, no se había espantado para nada cuando supo que debería aprender a matar a sangre fría, no era nada que no hubiera hecho anteriormente.

Pero ahora lo haría de manera profesional, y con personas cubriendo sus espaldas.

Enterarse que Kim Himchan era el cerebro detrás de una organización criminal muy conocida, y por lo tanto buscada, llego a sorprenderle. Incluso en el hospital había llegado a escuchar rumores sobre las cosas hechas por la organización Noir, y en ese instante tenía al líder de esta.

A la hora de dormir, pudo darse cuenta de que solo había una cama de tamaño King, por lo que volteo para ver al de mayor edad para preguntar dónde dormiría. No sabía si eso fue una buena o mala idea. Sus ojos pudieron ver la blanca espalda del ajeno cuando este quito su saco y camisa, dejando su torso desnudo para pasar a cambiar su pantalón de vestir por el del pijama negro que usaba, el cual hacía contraste con la pálida piel que ansiaba tocar desde que le había sacado del psiquiátrico.

 

Sus ojos hicieron contacto con los adversos, sintiendo su garganta seca al ver como aquel hombre se acercaba hasta él, hasta que pudo sentir los largos dedos acariciando su cabello como anteriormente había hecho, escuchando a la misma vez la voz profunda de su opuesto.

 

—      Lo siento, peque, no había tenido en mente la cama, había pensado que el papeleo tardaría un poco más y me daría tiempo a comprar algo para que pudieras dormir. Duerme en mi cama, ¿Sí? Mañana mandare a comprar una para ti, yo estaré en el sofá de la sala, por si necesitas algo.

 

Antes de que el más alto pudiera alejarse pudo tomar de su muñeca para retenerle, la verdad no sabía porque lo hacía, pero la idea de que ese poderoso hombre durmiera en otro lado que no fuera su cama le hacía sentir una molestia enorme.

 

—      Hyung, no es necesario eso… No puedo dormir en su cama, no se preocupe por mí, por favor, duerma usted aquí, yo puedo dormir en el suelo… No sería la primera vez que lo hago.

 

No se reconocía a si mismo al escuchar esa suave voz abandonar sus propios labios, casi como si rogara.

Sus pensamientos se vieron nublados cuando escucho una risa escapo de los labios del otro hombre, viendo como este tomaba sus manos para guiarle hasta la cama, indicándole que se sentara. Iba a negarse hasta que vio como el ajeno también tomo asiento a su lado.

 

—      Hagamos esto, ¿Qué te parece si dormimos juntos? La cama es lo suficiente grande para que entremos los dos cómodamente. ¿Sí?

 

No dio una respuesta hablado, solo asintió, viendo como conforme con su respuesta Himchan se dio la vuelta para poder abrir las mantas, adentrándose en estas para indicarle luego que hiciera lo mismo.

Con cierta vergüenza pudo colocarse bajo aquellas colchas. Sus ojos no dudaron en ver el blanco torso ajeno, sintiendo un calor recorrer su cuerpo por ello. Dicho calor fue a parar a sus pómulos cuando el más adulto se aproximó hasta él para dar un beso a su frente.

 

—      Duerme bien, JongUppie, que descanses.

 

Solo esa despedida fue la necesaria para luego notar que el de mayor edad se volteaba hasta darle la espalda.

No supo si pasaron minutos u horas, solo procuraba ver esa espalda que deseaba tocar, escuchando la acompasada respiración que le indico que el líder de Noir se encontraba completamente dormido.

Con total cuidado pudo acercarse hasta poder con uno de sus brazos el cuerpo ajeno, e incluso tuvo el valor de apoyar parte de su rostro en la espalda ajena, cerrando sus ojos para concentrarse en el masculino aroma que aquella piel emanaba.

Sus ojos se abrieron cuando un recuerdo de su madre paso por su mente, concentrándose en este sin alejarse ni un poco de aquel cuerpo.

 

 

‘’     — Mamá… ¿Por qué papá y tu duermen juntos?

—      Porque tu papá y yo nos amamos, cariño. Las personas que se aman duermen juntos’’

 

Una sonrisa de lado apareció en sus labios ante aquel recuerdo, apretando inconscientemente el agarre al cuerpo ajeno, volviendo a cerrar sus ojos para recostar su cabeza con calma sobre el mayor.

 

—      Nos amamos, ¿Verdad, Himchan hyung? 

Notas finales:

Quise relatar el punto de vista de Jongup, ya que seguro muchos quedamos con la misma pregunta, el porque hizo todo ello.

 

Habran capitulos que sean el punto de vista de otro personaje en algunas situaciones.

 

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