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ENLAZADOS por Rallyun

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Notas del fanfic:

¡Hola! Este si es romance, completamente =D

Bobo, estúpido, dulce, cómico, triste, hermoso. Todo eso. El tema “Pareja Destinada”

Muy cliché, ajá.

En el autobús el silencio reinó pero Tyler no veía el motivo que lo ocasionara ¿Habían chocado? ¿Una bomba? ¿Se había quedado sordo mágicamente?

—¡Me engañaste! —chilló una chica— ¡Con mi mejor amigo!

Ah, era eso. Pensó que al fin sucedería algo interesante, fastidiado se puso los auriculares y no pasó tiempo suficiente para que la música —Skinny Puppy— se reprodujera. Él había gritado con su voz Alfa, se encogió. Erick era el Alfa más… intimidante.

—¡Lo hice! ¡Y fue el mejor polvo de mi vida!

Un cachetazo. Wow, qué mujer… qué omega. Qué fuerza.

—¡Eres un idiota! —blasfemó la muchacha— Nunca entenderás que…

—No me importa —interrumpió Erick—. Piensa… Soy un adolescente, prácticamente no sé nada…

Pero dejó de escuchar, cada mañana sucedía lo mismo. ¿Se trataba de una relación toxica o se ponían de acuerdo para armar ese teatro todos los días? Al final, siempre veía que Erick no valía la pena. Solo era un Alfa con aires de grandeza ocasionada por su espectacular cuerpo, su dinero, su apellido y todo en sí. Erick era sinónimo de soberbia. A Tyler le daba asco estar cerca de menudo espécimen y compartir clases. Desde kínder. Oh Dios ¿Cómo había resistido tanto tiempo?

En resumidas cuentas, Tyler consideraba a Erick un completo patán.

¿Cómo todos se morían por ese imbécil? Incluso creía escuchar gritos orgásmicos cuando aparecía luego de los entrenamientos del equipo de básquet o en cualquier momento. Agh, que penoso viniendo de omegas.

La música se detuvo, alguien le había jalado los auriculares.

Entonces, con el desconcierto cubriendo cada poro, Tyler miró arriba. Un idiota le estaba viendo.

Un grandísimo idiota.

—¡Hey! —gritó Tyler enfurecido por la osada sonrisa de Erick— ¡Devuélvemelos!

—No —alargó cada letra con mofa, con diversión— ¿No escuchaste lo que te propuse?

A Tyler el mundo se le vino abajo. Literalmente.

Los amantes de Erick —los cuales no eran amantes verdaderos, solo acosadores— estaban fulminándole con sus ojos de demonio y parecían dispuestos a despellejarlo en cualquier instante. Como perros de caza. Auch, puto Erick.

—No te escuché. Lo siento milord —repuso con educación Tyler, mantener la calma y no parecer turbado solía funcionar para que Erick se aburriera y se largara a molestar a otro— ¿Qué necesitas?

—Pequeño y adorable Black —una sacudida recorrió los nervios de Tyler. Adorable, le había llamado— ¿Piensas hacerte el idiota e ignorar mi proclamación?

—¿Qué proclamación?

Tyler hablaba en serio, no escuchó nada. Debería bajarle un tanto al volumen de la música, quedaría sordo a los 20 a ese ritmo. Pero, inimaginable, Erick le guiñó un ojo, coqueto como un Don Juan. Sin desearlo ni esperarlo, las mejillas de Tyler se encendieron como llamaradas. Explotaban de rojo pasión, ajá.

—Adorable —murmuró el Alfa lo suficientemente fuerte para que Tyler no hiciera más que convertirse en un tomate—. Mucho más adorable.

¡Agh! ¿Por qué su organismo reaccionaba cual virgen? Aunque lo era, sí ¡Pero eso no importa! No, claro que no ¿Su casta omega le obligaba a sonrosarse cada vez que le hacían un cumplido o era su cuerpo defectuoso el que cometía tal locura? ¡Ni hablar! Era una estupidez, Erick era solo un Alfa picaflor.

Y, en todo caso, Erick solo buscaba una forma de meterse entre las piernas de alguno de sus hermanos. Erick no se fijaría por nada en el mundo en Tyler.

Porque los hermanos de Tyler eran preciosas joyas omegas.

—¿Por qué paramos aquí? —preguntó alguien a su espalda— ¿Es el chico nuevo?

Al parecer, Tyler logró detener a sus mejillas y no porque lo deseara. Se había perdido al mirar a su izquierda la casa —enorme, una mansión casi— y, especialmente, al chico nuevo. Un Alfa, supo al instante. El porte, su agraciado rostro y sus ojos. «Es un Alfa» alguien susurró por todos y no tardaron en corroborarlo.

Y Erick, que estaba pegado como hojas en un libro, no era indiferente a la situación. Un Alfa había ingresado a su territorio. Tyler deseó empujarlo por la ventana, Erick desprendía su aroma sobre él, probablemente sin intensión —sus instintos le controlaban— pero seguía resultando asfixiante y andaría con ese olor todo el día, ya había pasado.

La puerta, tan lenta como desesperante, se abrió. Todos estaban expectantes, y Tyler se preguntó si el pobre muchacho no saldría corriendo al ver esas miradas. Miradas que se lo devoraban, que violaban sin tocar.

Algo tan pequeño y frágil como un instante. Como un simple cruce de ojos de dos completos desconocidos. Y se sintió completo.

Se había enamorado.

Tal vez no lo esperaba. Vamos ¿Quién lo esperaría? Nadie sale de su casa pensando que encontraría el amor de su vida de camino a la preparatoria. Lo más lógico y sensato sería esperar a un ladrón. Pero sucedió, así de simple, así de mágico, así de instantáneo.

Cupido debería enviar cartas con anticipación, declarando algo como:

 « ¡FELICIDADES! Hoy te enamoraras a primera vista. ADVERTENCIA: No hay devoluciones pero quizá sí errores.»

Notas finales:

Gracias por leer =D


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