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Innecesario por Sigma

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Notas del fanfic:

Amour Sucré (My Candy Love/Corazón de Melón) © ChiNoMiko.

Notas del capitulo:

¡Hola!

Esperando que estén muy bien, voy a tratar de resumir qué pasa con este fanfic. Les agradecería bastante que leyeran todo.

Lo publiqué hace mucho tiempo en el foro de Corazón de Melón. Cuando lo terminé, le escribí a una administradora para que supiera que ya lo podía marcar como finalizado (así no lo borran). Ya que no me respondía, empecé a preocuparme y le escribí a varias administradoras más, incluso a las que ni siquiera estaban a cargo de esa sección en el foro. Nunca recibí respuesta, ¿y qué creen que pasó? Eliminaron el fanfic.

Me sentí muy triste porque yo sí avisé que estaba terminado, me pareció un tanto injusto que lo eliminaran. Además, perdí todos los comentarios de apoyo súper bonitos que me dejaron las usuarias que seguían el fanfic. No voy a mentir: me dolió.

Supongo que las administradoras tenían mucho trabajo o algo y por eso no vieron/respondieron mis mensajes, realmente no quiero que esto se lea como una queja hacia ellas, pues no lo es. Sólo les estoy compartiendo cómo sucedieron las cosas y cómo es que este fanfic desapareció del foro.

En fin, después me animé a publicarlo por aquí, pero lo eliminé porque noté algunos errores que no había visto en la primera versión.

El año pasado publiqué en mi blog que quería corregirlo y por fin lo estoy haciendo.

¡Ah! ¡Otra cosa! Este fanfic ya tiene bastante tiempo. Lo escribí antes de que Arnaud y Victoria (los padres de Armin y Alexy) aparecieran en el juego, por eso aquí los padres sí se presentan como padres biológicos. NO SON ARNAUD Y VICTORIA.

Otra cosa, otra cosa… Por favor díganme si estuvo mal poner este fanfic en la categoría "Otras series manga". Lo hice porque sé que también existe un manga de Corazón de Melón, pero aun así no sé si debería dejarlo sólo en una categoría…

¡Otra cosa, otra cosa! ¿Antes me gustaba el incesto? ¿O por qué escribí esto? Vaya.

Espero que les guste este primer capítulo.

¡Nos leemos en las Notas Finales!

Capítulo 1. 

Con un tanto de fastidio, dejó salir un suspiro y se sentó junto a su hermano gemelo, acostándose segundos después y recargando su cabeza en las piernas de éste con toda la confianza del mundo.

Estaba aburrido, pero en verdad aburrido. El pobre podía asegurar que no se había enfrentado a ese mismo aburrimiento nunca antes en sus cortos siete años de vida. A veces sentía que vivir en un lugar demasiado tranquilo iba a terminar por volverlo loco. ¿Por qué sus padres no querían mudarse a la ciudad? No entendía. La ciudad era grande, preciosa, había más gente… Parecía un sitio lleno de diversión y aventuras, un verdadero sueño. Quería estar allá, sin duda.

—¿Estás bien, Armin? —Preguntó con preocupación el otro niño, queriendo comenzar a animarse a acariciar tímidamente el cabello de su hermano. Apenas alcanzó a rozarlo, Armin se movió.

—Sí, estoy bien —respondió mientras se incorporaba súbitamente y acomodaba un poco su cabello, tan oscuro como el cielo nocturno sin estrellas—. Me aburrí, eso es todo. Ya no sé qué más hacer.

—¿Quieres que… salgamos a dar un paseo? —Ofreció.

El pequeño se estiró un poco, mientras pensaba su respuesta. Terminó por sonreír ampliamente y tomar la mano de su gemelo para guiarlo hasta la puerta. Seguramente encontraría algo divertido si Alexy lo acompañaba. ¡Era mil veces mejor que salir él solo!

—¡Vamos! —Decía el pelinegro, sin soltar la manita del otro niño.

—E-espera…

—Armin, ¿qué estás haciendo? —De repente escuchó la voz firme de su padre—. ¿A dónde llevas a Alexy?

El niño pelinegro volteó a ver a su padre y le dedicó una leve sonrisa tierna, esa que siempre ponía cuando estaba a tan sólo un par de segundos de pedir permiso para hacer algo. Soltó la mano de Alexy y se acercó más al hombre que ahora estaba ante los dos.

—Alexy y yo estamos muy aburridos —le dijo—. ¿Podemos salir a pasear? Por favor di que sí. Anda. Será una vuelta rápida y ya.

El padre de Armin y Alexy era bastante alto. Tenía lacio cabello negro y brillantes ojos de color azul. Físicamente, Armin se parecía mucho a él. Sin embargo, Alexy no. El pequeño Alexy tenía el cabello de un curioso, pero lindo color azul claro, igual que su madre.

—No sé, Armin —contestó el hombre por fin, acompañado de un suspiro—. Podría ser peligroso. Sabes que no me gusta que salgan solos, en especial porq-

—¡Tendremos todo el cuidado del mundo, papá! —Lo interrumpió, agitando sus brazos con emoción—. ¡Te lo prometo!

Era increíble. En tan sólo unos instantes, su hijo lo había derrotado por completo. Resultaba difícil negarse a algo cuando Armin se ponía así. Sonrió, todavía sintiéndose algo inseguro, y llevó su mano derecha a la cabeza de su hijo.

—Cuida mucho a tu hermano, por favor.

—¡Sí!

—Y no se vayan muy lejos —pidió—. Regresen a tiempo para la cena, ¿sí? Su mamá les tiene una sorpresa.

Ambos niños sonrieron y salieron de la casa. Alexy no soltó el brazo de Armin por ningún motivo, hasta que llegaron a un árbol de enorme tamaño, el cual regalaba una sombra maravillosa.

—Vamos a sentarnos aquí, Alexy.

—Está bien.

Se sentaron y se recargaron contra el gruesísimo tronco. Armin no tardó nada en empezar a jugar con el pasto que los rodeaba, arrancando un poco y arrojándolo directamente a la cara de su gemelo.

—¡Armin, no! —Gritó—. ¡Ya basta! ¡No hagas eso!

El pelinegro no dejaba de reír, pues la cara que ponía Alexy le parecía muy graciosa. Terminó por abrazarlo con fuerza y hacerle cosquillas para que también riera.

—A-Armin… ¡Ya! —Le pedía el pequeño Alexy entre risas—. Ya… no me hagas cosquillas…

Armin se separó de su gemelo y se volvió a acomodar en donde estaba antes. Sin embargo, algo que se movió entre el pasto llamó su atención y se acercó con curiosidad, terminando por encontrarse con un saltamontes.

—¡Es un saltamontes! —Exclamó, estirando su brazo para tratar de atraparlo.

El saltamontes huyó con un gran salto, haciendo reír a Armin una vez más. Entonces, el niño se levantó y empezó a seguirlo, dejando atrás a su hermano con cada paso.

—¡Te voy a atrapar! —Aseguró al animalito.

—¡Armin! ¡No vayas muy lejos! —Gritó el niño de cabello azulado.

—Descuida, Alexy —dijo el pequeño pelinegro con una gran sonrisa—. Tardaré menos de tres minutos…

Sabía bien que no debía dejar solo a su hermano. A pesar de eso, pensó que atrapar al saltamontes sería una cosa sencilla y se alejó, estando seguro de que Alexy estaría bien si sólo lo dejaba por unos instantes.

Armin no dejó de seguir al saltamontes para tratar de capturarlo entre sus manos. Falló muchas veces, pues el saltamontes se movía con mucha rapidez, pero no se daba por vencido.

—Ya casi te atrapaba… —Susurró, volviendo a fallar en su captura y preparándose para intentarlo otra vez.

Alexy no se movió de su lugar, pero comenzaba a ponerse muy nervioso. Contó los minutos que Armin había dicho, pero éstos pasaron y su gemelo seguía sin regresar. Pasó media hora y las cosas seguían igual.

Alexy ya no podía escuchar la risa de su hermano. Estaba lejos. Fue entonces que se sintió solo y se asustó. Con lentitud, se puso de pie y logró avanzar un par de pasos hacia delante.

—¡Armin! —Lo llamó con fuerza, pero nadie respondió.

Avanzó otro par de pasos, sintiendo cada vez más miedo que antes. Sin importar cuántas veces llamara a su gemelo, éste no contestaba. Sus ojos se humedecieron en instantes y las lágrimas empezaron a resbalar libremente por sus mejillas.

—¡Armin! —Volvió a gritar, ahora acompañado de un débil sollozo.

Un par de minutos después, el pequeño pelinegro atrapó al saltamontes y sonrió con satisfacción. No obstante, reaccionó al mirar a su alrededor y descubrir que se había alejado mucho.

—¿Alexy…? —Miró a su alrededor, siendo incapaz de reconocer el lugar en el que se encontraba. Por si fuera poco, estaba empezando a oscurecer. Olvidándose de todo, dejó en libertad al saltamontes y buscó el camino de regreso hacia el enorme árbol.

Corrió y corrió tan rápido como pudo, sin detenerse, hasta que consiguió volver al sitio en el cual había empezado su captura del saltamontes. Alexy estaba ahí, pero no estaba solo. El pequeño estaba sollozando, aferrándose con fuerza a la camisa de su padre y llenándola de lágrimas.

—¡Alexy! —Se apresuró para llegar hasta donde se encontraban ambos.

—Armin, ¿en dónde estabas? —Preguntó su padre, claramente molesto—. ¿Por qué dejaste solo a tu hermano? Sabes que él no debe estar s-

—¡Lo siento! —Exclamó Armin, interrumpiendo al hombre pelinegro—. No quería dejarlo solo… Estaba intentando atrapar un saltamontes, pero terminé muy lejos de aquí y… yo no me di cuenta… ¡En verdad lo siento!

Alexy se soltó de su padre solamente para poder abrazar a su gemelo y llorar con más fuerza entre sus brazos. Estaba muy asustado. Armin se sintió terrible cuando lo notó y no pudo hacer más que corresponder al abrazo.

—Armin… —Fue lo único que dijo Alexy, todavía con la voz algo quebrada.

—Lo siento —repitió.

—No debes dejarlo solo —su padre le dijo seriamente a Armin mientras acariciaba la cabeza del pequeño niño de cabello azul y trataba de calmarlo—. Tu hermano necesita que alguien esté a su lado siempre, ¿entiendes? No puede estar solo porque es ciego.

Armin asintió y besó la frente de Alexy, disculpándose una vez más. El pequeño sólo se pegó más al cuerpo de su gemelo, disfrutando la calidez que nadie más podía darle, ni siquiera su padre.

Continuará…

Notas finales:

Qué recuerdos me trae el estar corrigiendo este fanfic.

Bueno, así comenzó todo esto…

Siéntanse libres de dejar un comentario. ¡Hasta luego!

Sigma Min.


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