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Circulo vicioso por ValexWalker

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Notas del fanfic:

Hola lindas!  Aqui vuelvo con la continuacion de mi anterior shot RL.

Decidí editarlo y publicarlo aparte para que fuera más emocionante <3

En fin, espero que les guste

Nos vemos en las notas finales 

Miro las gotas de lluvia golpear y recorrer el vidrio de las ventanas del autobús, pero aunque mis ojos estén fijos en estas, mi mente divaga desde hace mucho, desconectada completamente de mi sentido de la vista y de cualquier otro sentido que quisiese captar mi atención.

En mi cabeza, solo está la imagen del hombre al que a pesar de solo conocerlo no más de cuatro meses, se ha convertido para mi mala suerte en mi razón de vivir.

Justo hoy vuelvo de su departamento, ya son casi las seis de la tarde y aunque para mí es muy temprano, él no me deja estar en su estancia pasadas estas horas.

"No sé por qué te empeñas en venir durante los días que tienes clase, deberías conformarte con los fines de semana"

Sus palabras retumban en mis oídos de las tantas veces que las he escuchado, palabras que a menudo me dirige mientras estoy sentado cerca al sofá de cuero negro en el que él se sienta a tomar un café o simplemente trabajar en su portátil mientras me presta el mínimo de atención, por no decir nula.

"¿Qué porqué me empeño en ir durante los días de semana a tu departamento?- sonrío mientras cierro los ojos y dejo escapar un suspiro de lo más desalentador. Mis oídos captan el sonido de la puerta delantera del vehículo en el que voy camino a casa, escucho como muchas personas pasan a mi lado para salir del autobús... habían llegado a su destino.

Cuando abro nuevamente mis ojos, veo la puerta cerrarse y por fin me atrevo a responder la pregunta que formulé anteriormente.

"La razón es la misma por la cual me levanto de madrugada para terminar los deberes que me dejan a diario, la razón es la misma por la que desde que te conocí no he tenido sexo con ninguna otra persona, la razón es la misma por la que de estar entre los peores en calificaciones del aula ahora no bajo del tercer lugar"

Miro las gotas que siguen corriendo libres por la ventana mientras que aquel monosílabo, ese corto sonido que nunca me atrevo a pronunciar cuando terminas de decir aquella frase que odio, se repite una y mil veces en mi mente.

"Tú"

Me preguntaba si era tan difícil el que encontraras la respuesta a tu pregunta, al principio pensé que por ser profesor de matemáticas, cosas como estas te resultaban difíciles, pero cuando unos días después de conocerte me llamaste a tu oficina, que ahora ya no ocupas por el retorno del antiguo profesor, para reprenderme por haber jalado el curso de literatura y decirme expresamente que te encargarías de que no volviese a sacar unas notas así de vergonzosas... supe que estaba totalmente equivocado.

En solo 3 días hiciste que entendiera lo que no aprendí durante todo el año, esos días a pesar del esfuerzo que tuve que hacer me hicieron muy feliz, puesto que fueron días en los que sentí que te importaba, días en los que crei que lo que me dijiste luego de la primera y hasta ahora única vez en que me has hecho tuyo había sido real; sin embargo luego de aprobar el curso, luego de mejorar mis notas en el transcurso del mes, sentí que te alejabas cada vez más de mi hasta llegar a como estamos ahora.

A veces trato de ser como solía, Colonello-sensei me ha buscado muchas veces, pero lo he rechazado por cierto pelinegro de rizadas patillas que me hace llorar frecuentemente aunque trate de evitarlo.

Sabía que esto llamado "amor" no era nada bueno, pero nunca pensé que llegara a doler tanto, si tan solo tuviera el coraje de alejarme de ti, si tan solo pudiera decirme a mí mismo "ya basta estúpido, ya basta de sufrir por él", no estaría ahora, como todos los días, en esta línea de autobús a las seis con diez minutod de la tarde rumbo a mi casa, en donde de seguro mi hermano estará en su habitación jugando videojuegos y mi madre estará ausente, ya sea por trabajo o por algún hombre, en fin... creo que aparte del físico, en estas cuestiones tenemos la misma suerte.

Sigo observando las gotas de lluvia golpear la ventana contra la que mi cabeza está recostada desde que me subí al autobús, suspiro nuevamente y trato de, si al menos es imposible dejar de pensar en Reborn-sensei, al menos intentar que solo los recuerdos de nuestra primera vez tomen posesión de mi mente.

Luego de diez minutos más, Lambo bajó del autobús y camino lentamente hasta llegar a la puerta en la que había una pequeña placa dorada donde sobre esta se podía leer Familia Bovino.

-Tsk...

Para el adolescente su hogar dejó de ser una familia desde que su padre se había marchado, sabía que no era culpa de su madre, las circunstancias los llevaron a esa situación y era mejor dejar las cosas como estaban.

A veces el menor se preguntaba si la ausencia de su padre había sido la razón por la que había buscado tantos hombres desde que cumplió los catorce años. El era gay, sí, pero no por eso significaba que debía comportarse como ramera.

-Estoy en casa

El adolescente a pesar de saber que no recibiría respuesta, decía esa frase siempre que entraba por la puerta y se disponía a quitar sus zapatos.

Caminó hacia el comedor y encontró la comida preparada aunque fría, sonrió porque a pesar de todos los problemas y el distanciamiento que pudiera tener con su madre, esta nunca se olvidaba de él.

Llevó el plato al microondas y presionó el pequeño botón indicando los 2 minutos que serían necesarios para que su comida estuviera lista

-Hoy tengo que estudiar para mi examen de ciencias, dormiré temprano para poder levantar luego

Transcurrido un tiempo, el sonido característico que indicaba que su cena estaba lista hizo que se levantara de la silla donde momentos antes se había sentado a esperar.

Tomó el plato y se fue a su habitación, debía comer y darse una ducha para luego ir a la cama.

-Mañana será un día algo tedioso

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Luego de terminar el examen, Lambo tomó su mochila y se dispuso a ir al lugar donde, a pesar de siempre querer evitarlo, sus pies lo guiaban a diario.

El menor luego de unos treinta  minutos de camino bajó del autobús en el que estaba y caminó hacia la morada del profesor universitario.

Estaba por entrar al edificio en donde se hallaba el departamento del pelinegro cuando lo que observó allí, en la entrada, lo dejó más que anonadado.

Ahí estaba él, con su usual traje negro, su usual fedorra, siempre elegante y con esa aura dominante que lo caracterizaba; sin embargo, no estaba solo, lo acompañaba una hermosa mujer de cabellos rubios y esbelta figura, quien lo abrazaba por el cuello y lo besaba de una manera demandante

Su mente le decía que se fuese de allí, que diera media vuelta y corriese hacia el lugar donde debería ir sin desviamientos cada día al salir de su escuela, pero el corazón y todo lo que había guardado durante esos meses sin poder expresarlo libtemente, se apoderaron de sus acciones y como si lo que ocurría frente a él no estuviese pasando se acercó aún más y pasó al lado de ellos.

Dedicó una mirada llena de dolor al profesor y se adentró en el edificio, fue corriendo hacia el ascensor y presionó el botón con el número diez para luego dejar salir las lágrimas que ya no podían ser retenidas por sus verdes ojos.

Mientras tanto, en la entrada, un pelinegro muy enojado despedía a la rubia, esta le tomó del brazo como rogándole que no la dejase, pero él solo la apartó, se dio me di vuelta y entró al edificio justo como momentos antes su niño lo había hecho .

"Su mirada me reprochaba tantas cosas... maldición"-pensó Reborn mientras esperaba al ascensor y se preparaba para lo que seguramente le esperaba nueve pisos más arriba.

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Cuando entró a su departamento no esperó encontrarlo de ese modo, pensó que al apenas escucharlo girar el pomo de la puerta, el chico se abalanzaría sobre él y le reclamaría lo que había pasado hace unos minutos, pero frente a todo pronóstico que su mente pudiese maquinar de las posibles situaciones a enfrentar y de todas las posibles acciones que podía tomar frente a estas, ninguna cuadraba con lo que observaba en ese momento.

Lambo estaba sentado sobre uno de los sofá de cuero negro de su sala, tenía la cabeza gacha y no emitía ningún sonido. Sus rebeldes, pero hermosos cabellos negros tapaban sus ojos y sus dedos estaban entrelazados, como si tuviese miedo siquiera de dejarlos expuestos.

El pelinegro cerró la puerta del departamento, se quitó sus zapatos de cuero en la antesala, en donde en un perchero dejó también su fedorra, y se aproximó al menor. No sabía que hacer o qué decir, por primera vez el gran Reborn-sensei se había quedado sin ideas.

Luego de un instante de silencio incómodo para los dos, por raro que pareciera, el primero en hablar fue el estudiante.

-No creo que sea necesario decirte que a partir de hoy me perteneces. Si te atreves a acostarte con alguien más aparte de mí, estate preparado para las consecuencias- el adolescente levantó la mirada y fijó sus ojos en los del profesor, le sonrió mientras de cada uno de sus ojos caía una lagrima- sabe Reborn-sensei, esa frase fue la que me hizo llegar a creer que podía llegar a ser importante para alguien

El profesor se sorprendió al mirar la expresión del menor, quiso decir algo pero pensó que lo mejor era dejar que Lambo terminase lo que tuviese que decir.

-Nunca pensé que luego de conocerte podría cambiar tanto, pensé que toda mi vida carecía de sentido, que en lo que me había convertido desde que cumplí catorce años, en una puta que se acostaba con cualquier hombre por conveniencia, no cambiaría; pero... - el llanto de Lambo se hizo más fuerte- pero el amor que siento por ti lo hizo, logró hacerlo

El menor llevó ambas manos hacia su rostro mientras dejaba que más lágrimas fueran liberadas de sus ojos esmeraldas.

-Fuiste la primera persona con la cual me di un beso, fuiste la primera persona por la cual sentí algo más que simple deseo, y serás la única persona por la cual sienta este amargo sentimiento llamado amor

Lambo poco a poco retiró las manos de su rostro, limpió un poco de sus lágrimas con sus muñecas y se paró del negro sofá para luego tomar su mochila que yacía a su lado

-Te pido disculpas por estos meses en los cuales invadí tu departamento, disculpa por las veces en las que te viste obligado a ayudarme, debió ser muy difícil para ti el tener que enseñarle todo a alguien como yo, quien pasaba los cursos haciéndole diferentes tipos de favores a muchos profesores, disculpa también por haberte interrumpido hoy, por mi culpa aquella hermosa mujer tuvo que irse ¿no? Jaja- lambo sonrío dolido- solo causo problemas, bien yo...- el menor agachó la mirada- ya no vendré más, no tienes que preocuparte de ahora en adelante, adiós Reborn-sensei

Comenzó a caminar lo más rápido que pudo, lo único que quería era salir de aquel lugar e irse a cualquier otro donde no sintiera su corazón destrozarse a cada segundo, pero apenas pudo dar el primer paso cuando sintió que alguien lo jalaba fuertemente y lo aprisionaba en un abrazo.

-Pero qu...

-¿No te parece que ya hablaste suficiente? ahora me toca hablar a mí Lambo, así que escucha atentamente que no repetiré nada de lo que diga ¿está bien?- el pelinegro tenía una mirada tan profunda que hizo al adolescente temblar ligeramente

-S-Sí- el menor asintió y se quedó completamente quieto entre los brazos del profesor

-Sé que mis acciones son las que te han llevado a decir toda la mierda anterior así que no te culparé por eso- el pelinegro hablaba al oído del chico provocando que este se pusiese cada vez más nervioso- si mi comportamiento fue por razones de moral, por miedo o por alguna otra cosa ya no viene al caso, ya está hecho. Escucha, esa frase... la frase que me dijiste no significa otra cosa más de lo que parece, la verdad es que antes de tener sexo contigo no pensé que me llegarías a importar tanto, luego de probar tus labios yo... maldición mocoso no soy bueno en este tipo de cosas- Reborn se separó del adolescente, lo observó a los ojos y acarició sus mejillas sonrosadas con toda la delicadeza que pudo tener- me expreso mejor con las acciones Lambo

"Mi rostro se acercó al tuyo lentamente, así como lo hacen las hojas cuando caen de la copa de los árboles de sakura en una tarde de otoño, así como los cisnes blancos mientras nadan juntos alrededor de un bello lago, se acercó, y al hacerlo, una sensación de nerviosismo invadió mi ser estoico, ser que por ti, cambia tan rápidamente como lo hace de posición una nube en el cielo.

Al estar cada vez más cerca pude sentir tu aliento, ese aliento que me vuelve loco y hace que el ello tome mis sentidos, que hace que mi olfato busque inmediatamente tu aroma... el cual mi nariz aspira profundamente y al hacerlo, deja que mi cuerpo se embriague con ese adicto olor que no tiene nada que envidiar ni a los más caros perfumes ni a las más dulces rosas.

Mi boca, mi boca se va uniendo a la tuya y lo hace lentamente para poder disfrutar cada segundo, cada roce de tus exquisitos labios que desde la primera vez que mi ser tuvo la oportunidad de probar se convirtió para el en algo más adictivo que la misma droga. Mi lengua delineó tu boca, tenía que pedir el consentimiento de dejarla explorar tu caliente y pequeña cavidad, aquella por la que juro podría volverme loco.

Cuando entreabriste tus labios, la encargada de distinguir los sabores que pruebo a diario saltó de alegría y se abrió paso entre las dos delgadas y dulces murallas que se unen cuando ríes de forma tímida para saborear con cada vez mayor desesperación cada rincón de ella, robándote suspiros y pequeños gemidos que mis oídos aprecian más que cualquier composición de Mozart... que cualquier melodía hecha y por hacer.

Sin embargo, todo lo que tiene un inicio irremediablemente tiene un final, por más que uno no lo desee y luche desesperadamente por que no ocurra... aunque mis manos te aferren con fuerza y locura para que no te alejes de mí... de mi cuerpo... de mi boca.

El oxígeno exigió estar presente en nuestro acto de entrega, sin saber que con su presencia nos obligaba a separarnos, pero no dejaremos que él nos venza... ¿verdad?, porque yo sé que cuando alejemos nuestros labios, me miraras a los ojos, lo harás y me sonreirás solo como tú sabes hacerlo, sin tener que envidiarle nada a ningún ángel... a ningún ser etéreo, y luego esa sonrisa me hará entender que puedo volver a acercarme a ti, me hará saber que el circulo vicioso se cumplirá de nuevo, como el día y la noche, como el nacer y el morir; y al final de cada beso susurraré para ti aquellas dos palabras que para el mundo son las más indicadas pero que para mí no se acercan siquiera a lo que siento por ti, te prometo que susurraré aquellas palabras...y lo haré todo lo que esta corta vida mía me lo permita"

Cuando Reborn se separó del menor este lo miró sorprendido, el mayor tomó su cabello y lo acarició lentamente, pegó su frente con la del adolescente para luego suspirar y comenzar a hablar nuevamente.

-¿Entendiste todo lo que quise decirte con ese beso, Lambo?

El menor no pudo evitar que más lagrimas se escaparan de sus ojos. Lo había entendido todo y precisamente por eso no podía evitar sentirse intensamente feliz.

-La mujer de antes, ella no significa nada para mí, lo que viste...

Lambo se paró de puntas rápidamente y calló al mayor con un beso, Reborn sonrió de lado entre este y abrazó la cintura de su niño posesivamente, como si temiese que desapareciera en un instante.

-No tienes que decirme nada más- el menor acarició con una de sus manos el rostro del maestro- ya me lo dijiste todo Reborn

-Mi nombre suena mejor sin el sensei en tus labios- el mayor abrazó nuevamente a Lambo e hizo que este apoyara su cabeza en su pecho

Se acercó al oído del chico y susurró con voz ronca y pausadamente.

-Sé que entendiste todo lo que quise decirte, pero hay dos palabras que quiero repetir, yo...- el pelinegro se puso nervioso por primera vez en su vida,ya que si él había sido la persona que le había quitado la virginidad de los labios al adolescente, este, le había robado la suya en cuanto a sentir amor se trataba, porque sí, el reconocido profesor estaba completamente rendido ante él- te amo

Reborn se separó un poco y observando fijamente los ojos de la persona que hacía su corazón latir como nunca antes, repitió lo dicho.

-Te amo, Lambo

Nuevamente se fundieron en un beso, en aquel círculo vicioso sin final, en aquel contacto que es capaz de transportarte a universos desconocidos si lo compartes con la persona amada.

¿Cómo demostrarlo? ¿Cómo demostrar el amor? Hay muchas maneras, pero la más simple y sincera que puede existir para profesar ese sentimiento que se apodera de ti y te embriaga completamente, siempre será tan solo un beso.

...

Notas finales:

¿Un poco cursi no? jaja 

En fin... espero sus comentarios para saber que les pareció xd

BESOS!!!!

BYE BYE


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