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*It's Always Time For Love* por DrakeHeylin

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Notas del fanfic:

Este es mi primer fic sobre esta pareja, por lo que es tan solo un One-Shot, espero que les guste y me den sus opiniones al respecto.

El Disney es porque en el fic hay un personaje que pertenece a dicha categoria. 

Espero que lo disfruten...

Notas del capitulo:

Como dije, este es mi primer fic de esta pareja, me gustan mucho ambos, espero saber sus opiniones al respecto para saber si seguire escribiendo de ellos hahaha o si les gusta como los manejo.

Sin mucho más que añadir...

A leer!

 Navidad, una época de alegría, felicidad, amor y respeto. Una época para compartir y pasarla en familia o con aquellos a quienes más amamos, una época de dar y recibir, eso significa la navidad para todas las personas… o para casi todas. La noche buena se hacía presente acompañada de hermosos copos de nieve que adornaban el panorama de la ciudad. Una fina capa de nieve cubría los tejados y los árboles, las veredas y los autos de la pacifica ciudad de Berk. Algunas personas no dejaban de correr en busca de los regalos de última hora, otras se reunían alrededor del enorme árbol navideño que brillaba con luz propia en el centro de la ciudad y otros, como nuestro protagonista Hipo, miraban de forma deprimida su taza de chocolate caliente en medio de una cafetería. Hipo era un joven de 20 años, de cabello castaño rojizo y unos hermosos ojos verdes que resaltaban perfectamente con su tonalidad de piel color canela, la cual se encontraba salpicada por pecas que le daban un aire aniñado. El joven castaño se encontraba observando perdidamente el vapor salir de su taza mientras que en el exterior la nieve continuaba cayendo copiosamente.

 

 

- ¿Va a ordenar otra cosa señor? -El joven alzo su vista hacia el mozo que lo miraba atentamente y luego negó con la cabeza. El mozo solo asintió antes de volver a retirarse y dejar solo al muchacho con sus pensamientos.

 

 

***J&H***

 

 

 Por las nevadas calles de Berk se encontraba caminando de forma tranquila un muchacho con una imborrable sonrisa en su rostro, le encantan los días de nieve y más aún cuando esta llenaba las calles con ese hermoso color blanco. El nombre del joven era Jack, un muchacho albino de 23 años de edad con unos hermosos ojos azul cual zafiros y una piel tan blanca como la nieve que resaltaba sus labios rosados cual pétalos de rosa. Jack se encontraba cargando las bolsas con las últimas compras de navidad dispuesto a volver a su hogar, cuando algo llamo su atención o alguien para ser más precisos y era que había visto una melena de un inconfundible color castaño rojizo dentro de una cafetería. Guiado por la curiosidad infantil que tanto lo caracterizaba, entro al lugar y se acercó con cuidado al muchacho que no despegaba la vista de su taza.

 

 

- ¿Pequitas? -El menor alzo la vista un poco sorprendido y al ver al albino frente a él, dibujo una leve sonrisa en su rostro.

 

-Hola Jack… -El nombrado tomo rápidamente asiento frente al otro, apoyo sus bolsas a un lado de la silla y luego se alzó levemente de su lugar hasta poder unir sus labios con los del joven contrario.

 

- ¿Qué haces aquí Hipo? ¿No deberías estar con tu familia? -El castaño bajo nuevamente su vista sin borrar su leve sonrisa del rostro.

 

-Es cierto… debería… ¿Y tú? ¿No deberías estar con tu familia también? Creí que tu tío era muy estricto. -El albino sonrió de forma traviesa antes de apoyarse en el respaldo de su silla.

 

-Jajaja, lo es… pero tío Norte me mando a comprar algunos regalos de última hora ya que mi hermana vendrá de visita… y no me cambies de tema ¿Qué ocurrió que estas aquí con cara larga? ¿A quién debo golpear pequitas? -Al formular las ultimas preguntas, el rostro del joven Jack cambio a uno entre serio y preocupado, algo que enterneció al castaño.

 

-No es nada serio… bueno, al menos intento no darle importancia… y no tienes que golpear a nadie... tonto. - El albino hizo un puchero infantil al mismo tiempo que acercaba su rostro a escasos centímetros del rostro del contrario, ocasionando que un leve sonrojo apareciera en las mejillas del menor.

 

-Quiero saber, anda, dime ¿Qué acaso no somos novios? ¿No me tienes confianza? -Hipo sonrió ante la actitud infantil y dramática de su pareja antes de acercarse y darle un pequeño beso en la punta de su blanca nariz.

 

-No quiero que te preocupes…-El oji azul rápidamente negó antes tomar una de las manos del menor y observarlo con una radiante sonrisa.

 

-Tonto… me preocupas al no decirme, ahora dime ¿Qué paso? -Hipo soltó un leve suspiro antes de bajar la cabeza en busca de las palabras correctas para poder expresar lo ocurrido.

 

-Mi… padre… me echo de casa… -Jack abrió sorprendido los ojos, pero antes de poder decir nada el castaño siguió hablando.-Yo… le conté la verdad, le dije que Astrid no era mi novia y que… era gay, con eso y al enterarse de que estaba de novio con un hombre… se enfureció… no me golpeo porque mi madre no se lo permitió… pero me echo de casa y me dijo que jamás volviera… -Hipo sin darse cuenta comenzó a dejar escapar algunas traicioneras lágrimas de sus hermosos ojos verdes. Jack al ver esto estiro una de sus manos y seco algunas lágrimas antes de levantar el rostro del castaño para que lo observase.

 

-No te preocupes… aun me tienes a mí, para lo que necesites, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea… también tienes a tu madre y a tus amigos, que te apoyaran en todo. -El castaño solo trataba de esbozar una sonrisa, pero no pudo. Jack solo se limitaba a acariciar la mejilla de su novio para tratar de calmarlo. -Y dime… ¿Tienes a dónde ir? -El castaño volvió a bajar la mirada hacia su ya frio chocolate y luego observo a Jack con una sonrisa forzada.

 

-No… por eso estoy aquí, afuera hace frio y no tuve tiempo de sacar mucha ropa antes de que me echara… pero estoy bien ¿Sabes? Si algo me enseño mi madre, es a ser fuerte en los peores momentos… ya veré que hare, algo se me ocurrirá. -Jack rápidamente frunció el ceño, algo que sorprendió a Hipo, quien iba a preguntar sobre la causa del repentino cambio de gestos del mayor, pero este se le adelanto a hablar.

 

-Me molesta… y me sorprende que creas que no voy a hacer nada y te voy a dejar solo… pensé que me conocías. -Hipo iba a hablar, pero Jack siguió. -De ninguna manera voy a dejar que pases tu noche de navidad en una cafetería y mucho menos que estés solo… toma tus cosas, nos vamos. -El castaño rápidamente tomo del brazo a Jack, quien ya estaba tomando las bolsas con los regalos.

 

-Espera Jack… yo no puedo ir contigo… no quiero ser una molestia y mucho menos una carga… -El albino lo observo detenidamente unos momentos antes de golpearlo suavemente en la cabeza y darle un rápido beso en los labios.

 

-Tonto… no eres ni una molestia ni una carga, eres mi novio y si yo quiero que pases la navidad conmigo y mi familia, tú no te preocupas, solo sonríes y asientes… -El castaño iba a retrucar, pero Jack volvió a hablar en un tono más demandante. -Sonríes y asientes… ¿Entendido? -Hipo comprendió entonces que lo que él tenia de comprensivo, Jack lo tenía de terco y obstinado, por lo que simplemente hizo lo que se le pidió, sonrió y asintió para luego tomar su bolso, el cual se encontraba a un lado de su silla, y dejar que Jack le tomase la mano para salir caminando de la cafetería.

 Al salir a la calle el castaño no pudo evitar sentir un escalofrió recorrer todo su cuerpo por culpa del frio, algo que el albino noto de inmediato, por lo que sin pensarlo dos veces se quitó su gorro y su bufanda para luego ponérselos al menor, quien lo observo de forma sorprendida, luego se quitó su abrigo marrón y lo coloco sobre los hombros de Hipo.

 

 

-Así no te enfermaras… -El menor se sonrojo ante este gesto mientras que Jack solo sonrió ante lo tierno que podía ser su pareja para luego tomar su mano y seguir su camino.

 

 

 El camino hacia la casa del albino fue en calma, a la mitad del camino Jack doblo su brazo para poder sujetar el brazo de Hipo, caminando entonces como lo que eran, una pareja. El albino sonreía de forma tranquila al ver el rostro apenado de Hipo, sabía que no le gustaba del todo la idea de depender de otras personas, por lo que decidió distraerlo un poco hasta llegar a su destino.

 

 

- ¿Ya terminaste el dibujo del que me hablaste pequitas? -El castaño observo al albino y sonrió de forma sincera por vez primera en toda la noche.

 

-Si… me quedo muy bien, al menos eso creo, luego te lo mostrare. -Jack asintió feliz, sabia cuanto amaba su castaño dibujar y era por eso que estudiaba bellas artes. Hipo observo de reojo el pálido rostro de su pareja para luego con cuidado apoyar su cabeza en el hombro de este, era en momentos como ese que el castaño amaba la diferencia de estaturas, aunque nunca se lo diría en voz alta al albino. El resto del camino fue en silencio, pero no así un silencio incómodo. Al llegar a la casa de Jack, se podía ver una pintoresca casa de dos pisos cubierta por la nieve y adornada para la ocasión. Jack se adelantó hasta la puerta y puso la llave dispuesto a abrirla.

 

-Espero te guste el pavo Hipo, sabes cuánto ama mi tío esa comida…-El albino detuvo su monologo al darse cuenta que el menor aún seguía en la vereda, pero esta vez con la cabeza gacha. - ¿Qué ocurre? ¿Te encuentras bien? -El menor rápidamente se acercó y se abrazó del mayor mientras hundía su rostro en su buzo azul.

 

-Gracias Jack… por todo lo que haces por mi… sin pedir nada a cambio… -El albino solo sonrió para acariciar su cabeza de forma tierna.

 

-Soy tu novio ¿O no? Para mí lo más importante es verte feliz y con una sonrisa, ahora ¿Entramos? Ya se nos hizo tarde y mi hermana querrá matarme. -Hipo solo asintió para luego recibir una de las tantas sonrisas traviesas que Jack solía regalarle solo a él. El mayor abrió la puerta y lo primero que pudieron ver fue a una joven de blancos cabellos que observaba de forma molesta a Jack.

 

-Jackson Overland Frost ¿Te parecen horas de llegar a la cena de navidad? -La albina ni siquiera se había percatado de la presencia del castaño, simplemente comenzó a apuntarle acusadoramente con un dedo al otro albino mientras lo miraba de forma enfadada.

 

-Jejeje… cálmate hermanita, no fue intencional, en el camino me encontré con pequitas, estaba solo y no podía dejarlo así… -Antes de poder decir nada más, Jack se encontraba siendo sujetado con fuerza de su buzo al mismo tiempo que era zarandeado por la albina. Hipo al ver esto decidió intervenir por el bienestar físico del mayor.

 

-Esto… Elsa, él dice la verdad, esta vez no miente. -La nombrada detuvo todos sus movimientos agresivos en un segundo para luego cambiar su rostro de ira por uno de alegría y comprensión.

 

-Oh Hipo, hace mucho que no te veía, ven aquí pequeño. -Sin darle tiempo a reaccionar, Elsa abrazo de forma efusiva al menor para luego estrujarlo contra su pecho.

 

-Eso es injusto hermanita, yo soy tu hermano y nunca me das esos abrazos ¿Acaso no me quieres? -La joven lo fulmino con la mirada al ver su actuación dramática para luego sonreírle a Hipo.

 

-La diferencia entre tú e Hipo es que él es tierno y adorable y tú… eres tú. -El mayor de los albinos hizo un puchero infantil causando así la risa de la albina y el castaño. Elsa era una joven de 21 años, de blancos cabellos como los de su hermano, piel tan blanca como la nieve, labios rojos cual carmín y ojos celestes iguales al cielo despejado en una tarde de verano.

 

- ¿Qué es todo este alboroto? -Una estridente voz acompañada de un asentó ruso inconfundible se hizo presente, frente a ellos se encontraba un hombre robusto y alto de cabello y barba blanca y de ojos celestes igual a los de la joven.

 

-Soy yo tío Norte, espero no te moleste que trajera a Hipo a cenar… tuvo… problemas en casa. -El hombre de gran estatura puso un rostro serio y temible a la vez que se acercaba lentamente al castaño, ambos hermanos simplemente guardaron silencio mientras observaban todo expectantes. Una vez que Norte estuvo frente a Hipo, puso un rostro aún más serio y temible que el anterior, para rápidamente cambiarlo por una sonrisa alegre y divertida.

 

- ¡Muchacho! Tiempo sin verte. -El hombre abrazo con fuerza y efusividad al menor de cabellera castaña para luego alzarlo por los aires, causando una risa divertida en Elsa y una sonrisa enamoradiza en Jack. -Claro que eres bienvenido a mi mesa, cualquiera capaz de soportar a Jack y sus bromas, es bienvenido a mi mesa. Andando, la cena está servida. -Norte se perdió rápidamente por la puerta que llevaba al comedor, seguido de Elsa y dejando solos a la pareja. Jack antes de que Hipo pudiera decir nada tomo el bolso que sostenía entre sus manos y lo apoyo a un lado de las escaleras que llevaban al segundo piso, luego le extendió una mano de forma tranquila.

 

- ¿Vamos? -Hipo asintió al mismo tiempo que tomaba la mano de Jack y se dirigían juntos al comedor. En la mesa ya se encontraban Norte y Elsa, el primero en la cabecera de la mesa y la joven a su izquierda, Jack se sentó a la derecha y a su lado Hipo.

 

- ¿Y que cuenta mi sobrina favorita? ¿Qué buenas nuevas puedes contarnos sobre mi amada madre Rusia? -La joven sonrió ante las palabras de su tío y luego llevo una mano a su mentón de forma pensativa.

 

-El país es hermoso, la nieve contrasta de forma perfecta con la estructura de los edificios, la gente fue muy amable conmigo en mi estadía y saque muchas fotos, luego se las muestro. -Norte sonrió cual niño pequeño ante la noticia de nuevas fotos de su amada Rusia, pero un carraspeo de garganta por parte de su otro sobrino llamo su atención.

 

-Tío, hay algo que quiero pedirte. -El bonachón de larga barba entonces endureció su mirada y hablo serio y tajante.

 

-No te daré dinero Jack… -El albino sonrió tranquilo mientras bebía un poco de su bebida.

 

-No es dinero tío Norte. -El hombre ante esas palabras volvió a mostrar su rostro amigable y adorable. -Es solo que… a Hipo lo echaron de su casa y quería saber si… ¿Podría quedarse con nosotros por un tiempo? -El hombre nuevamente endureció su mirada, pero esta vez miro a Hipo, se puso de pie y se acercó hasta colocarse a un lado del muchacho.

 

- ¿Es verdad lo que Jack está diciendo? ¿Te echaron de tu casa? -El castaño un poco cabizbajo asintió, para de golpe recibir un efusivo abrazo de Norte, quien ahora tenía un rostro triste, cual perro abandonado. -Oh pobrecito, desde luego que puedes quedarte con nosotros, sabes que eres como el hijo que nunca tuve. -Ante estas palabras tanto Elsa como Jack fulminaron con la mirada indignados a su Tío, quien seguía abrazando de forma efusiva a Hipo.

 

-M… muchas gracias señor. -Norte mostro nuevamente su rostro molesto y se enderezo para observar nuevamente a Hipo.

 

-No me digas señor…-Hipo trago en seco, aunque llevara conociendo al mayor desde hace tiempo, no se acostumbraba a sus cambios repentinos de actitud. El efusivo grito de Norte lo saco de sus pensamientos. - ¡Llámame Tío! Eres de la familia, no me trates tan formal. -Hipo sonrió de forma tranquila mientras el gran hombre le revolvía sus rojizos cabellos.

 

-M… muchas gracias se… tío. -El hombre de gran barba asintió feliz antes de volver a tomar asiento. Elsa observo su plato y luego una idea afloro en su mente, el cómo hacer sonrojar a Hipo y al mismo tiempo fastidiar a Jack, después de todo ¿Qué clase de hermana seria si no avergonzaba a su hermano un poco?

 

-Pero tío, tienes que ponerlos en habitaciones separadas. -El hombre miro algo confundido a su sobrina, quien no tardo en seguir hablando. -No vaya a ser que Jack e Hipo no nos dejen dormir con sus gemidos, la última vez parecía que estaban matando al pobre Hipo. -Ante estas palabras el castaño se puso más rojo que un tomate y Jack escupió toda la bebida que se encontraba en su boca.

 

-Jejeje… era inevitable, después de todo nadie puede resistirse a mí en la cama hermanita y mucho menos mi pequitas ¿O no Hipo? ¿Recuerdas esa vez que lo hicimos en los baños del cine? Recuerdo que no parabas de pedirme por más, ¿Y te acuerdas de esa vez… -Las palabras del albino se vieron interrumpidas por las manos del castaño, quien ya estaba más rojo que un farol y mirando de forma avergonzada hacia el suelo.

 

- ¡Jack!... tonto. -Luego de decirle eso, Hipo golpeo levemente la cabeza de su albino novio, quien le sacaba la lengua de forma juguetona. Elsa ante lo que Jack había contado se encontraba sonrojada y mirando su plato, la broma le había afectado más a ella de lo que pensó, tendría que conseguir una foto de ellos en acción para su colección. Norte por su parte sonreía de forma alegre, le encantaba el clima que se estaba viviendo en la mesa.

 

-Jojojo, no hay nada de qué avergonzarse, es natural que quienes se aman lo demuestren de esa y muchas formas más Hipo. -El castaño quería que la tierra lo tragase y de paso matar al bocazas de su novio.

 

 

 El resto de la cena transcurrió entre bromas y risas, entre anécdotas y relatos, todo para hacer más amena y divertida aquella cena de navidad. Llegado el momento del postre, todos se trasladaron al living, donde cortaron el pan dulce y descorcharon la sidra.

 

 

-Voy al baño, ya regreso. -Hipo se puso de pie y se retiró del lugar, dejando solos a la familia Frost.

 

-Psss, Jack ¿Es verdad lo que me dijiste por teléfono? ¿Lo harás? -El albino asintió con una sonrisa.

 

-Si… creo que no hay mejor momento que este, sin duda eso alegrara a pequitas. -La albina sonrió con un leve sonrojo mientras sacaba la cámara de fotos.

 

-Jojojo, nada como navidad para buenas noticias ¿Verdad? -Los hermanos asintieron al unísono. Hipo cuando regreso del baño se asomó por la puerta y pudo ver a la familia Frost hablando y riendo… igual que él lo hubiera hecho con su madre y su padre… si estuviera en su casa. Un poco decaído y deprimido se giró sobre sus pasos y salió por la puerta de atrás de la casa hacia el patio trasero, donde se encontraban unos columpios.

 Jack observo por la puerta en espera de que Hipo apareciera, se encontraba algo impaciente, pero nada, este se estaba tardando bastante en el baño. Elsa rápidamente lo codeo y le hizo un movimiento de cabeza, algo que el albino desde luego, no supo interpretar.

 

 

-Que vayas a ver si está bien o necesita algo, tonto. -El mayor asintió con una sonrisa apenada mientras se ponía de pie y se dirigía hacia el baño. Al llegar golpeo la puerta y espero por una respuesta, pero al no oír nada decidió hablar.

 

- ¿Pequitas? ¿Te encuentras bien? ¿Estas descompuesto? ¿Necesitas que te traiga algo? -No obtuvo respuesta, así que algo preocupado comenzó a abrir la puerta, pero al no verlo ahí adentro comenzó a preocuparse, por lo que comenzó a buscarlo por la casa, pero ni bien paso por el pasillo trasero que llevaba al armario, pudo ver por la puerta trasera que Hipo se encontraba sentado sobre uno de los columpios del jardín. Sin dudarlo abrió la puerta y salió con él al patio. -Así que aquí estabas ¿Te encuentras bien? -El castaño solo asintió en su lugar. - ¿Quieres que te empuje? -Sin esperar respuesta el albino se puso detrás del castaño y comenzó a empujarlo suavemente. -Dime Hipo… ¿Recuerdas hace cuanto que somos novios? -El castaño esbozo una leve sonrisa, por supuesto que lo recordaba.

 

-Cómo olvidarlo Jack jajaja, hace 3 años… yo en ese entonces tenía 17 años, si lo pienso detenidamente eres un pervertido, coquetear con un adolescente teniendo 20 años, muy mal Jack jajaja. -El albino no pudo evitar soltar una leve risa ante las palabras de Hipo y asintió feliz ante el recuerdo de un Hipo aún más tierno y adorable.

 

-Y dime… ¿Te arrepientes de ser mi novio, o de algo que hayamos hecho juntos? -El castaño un extrañado intento girar el rostro para ver al mayor, pero al no poder verlo se puso de pie y lo observo preocupado.

 

- ¡Nooo! ¿Cómo puedes decir eso? -El albino sonrió tranquilo al mismo tiempo que acariciaba una de las mejillas de su novio.

 

- ¿Ni siquiera te arrepientes de haberle confesado nuestra relación a tu padre? -El castaño bajo algo dolido la mirada, pero rápidamente la volvió a subir con una sonrisa sincera y los ojos aguados.

 

-Aunque duela… no me arrepiento de nada Jack. -El nombrado rápidamente esbozo una sonrisa risueña que dejaba al descubierto su blanca dentadura.

 

- ¿Te imaginas al lado de otra persona que no sea yo? -Hipo esta vez se asustó por la extrañeza de las palabras de su novio.

 

- ¡Eso nunca! ¿Qué sucede Jack? ¿Por qué tantas preguntas? -Jack negó lentamente y de forma divertida para darle un pequeño beso a su castaño.

 

-Por nada… ¿Sabes Hipo? Hoy compre un regalo para ti… pero no sé si te guste. -El oji verde ladeo la cabeza hacia un lado y lo observo sin entender mucho, algo que causo ternura en Jack. -Ven…-Sin esperar más, el albino tomo de la mano a Hipo y lo sentó en el columpio nuevamente, pero esta vez se posiciono frente al castaño.

 

-A que te ref… -Jack no lo dejo continuar ya que lo callo con una mano sobre su boca.

 

-Primero déjame hablar a mi pequitas, ya tendrás tiempo de decirme lo que quieras ¿Si? -El castaño asintió y observo expectante a su pareja. Jack metió la mano en el bolsillo de su buzo azul y le sonrió a Hipo al mismo tiempo que se arrodillaba en la nieve, luego saco su mano cerrada y al abrirla le mostro una cajita de terciopelo negra que al abrirla dejaba relucir un hermoso anillo plateado de compromiso con un zafiro incrustado en él. - Hipo Horrendo Abadejo III… -El castaño ante la vista de la joya y el comenzar de las palabras de su novio llevo una de sus manos hasta tapar su boca a causa del asombro, todo mientras Jack continuaba. -… ¿Me harías el hombre más feliz de todos… aceptando casarte conmigo? Yo sé que aun tienes que terminar tus estudios… y que yo soy muy infantil e irresponsable, pero… sé que si tu estas junto a mi… no te arrepentirás nunca, hare que cada día de tu vida valga la pena… y en especial… que olvides los malos recuerdos, para juntos hacer nuevos… así que… ¿Qué dices?-Hipo no cabía de su asombro y alegría, por lo que rápidamente se dejó caer arrodillado a la nieve para pasar sus brazos por el cuello de Jack y unir sus labios en un suave beso, todo mientras de fondo comenzaba a iluminarse el cielo con los fuegos artificiales, indicando que ya era navidad.

 

-Si… acepto. -Ante la afirmación Jack abrazo por la cintura a Hipo al mismo tiempo que se puso de pie y le dio un demandante beso, alzando al menor del suelo sin darse cuenta. -Solo para que sepas Jack… ronco de noche y tiendo a patear mucho. -El albino sonrió de forma tierna mientras pegaba su nariz a la de Hipo.

 

-No me importa… roncaremos juntos y aguantare tus patadas. -Hipo comenzó a dejar escapar una lagrima de alegría mientras seguía hablando.

 

-Tampoco se cocinar y soy alérgico a muchas cosas. -El albino se acercó con cuidado y deposito un suave beso en sus labios para comenzar a bajar lentamente hasta hundir su nariz en el cuello de su castaño y desde allí hablar de forma tranquila.

 

-Yo cocinare para ti y te cuidare de todas tus alergias… ¿Todavía no lo entiendes Hipo? Yo quiero que seas feliz, no importa lo que deba hacer, yo me encargare de que cada mañana sonrías. -Tras esas palabras abrazo con fuerza al castaño para luego separarse con cuidado y colocarle el anillo en el dedo corazón de la mano izquierda.

 

-Otra cosa Jack… esto puede que no te guste, pero… me encantan los gatos y me gustaría tener uno. -Jack en esta ocasión sonrió de forma nerviosa, el los odiaba, los veía como pequeñas bestias del demonio enviadas a la tierra únicamente con la finalidad de arañar su bello rostro, pero rápidamente cambio a una sonrisa tierna para depositar un beso sobre la frente del castaño.

 

-Me acostumbrare a un gato si así me lo pides. -Hipo sonrió de forma alegre al mismo tiempo que ambos se sentaban en la nieve y contemplaban los fuegos artificiales. De pronto una estrella fugaz surco el cielo. -Mira Hipo… pide un deseo. -El castaño negó para recostarse sobre el hombro del albino.

 

-No es necesario, mi deseo ya se cumplió hace mucho. -Jack observo algo sorprendido a Hipo y luego se dejó capturar por la curiosidad.

 

- ¿Qué deseo se te cumplió? -El castaño sonrió al ver lo bobo que era su novio en ocasiones para luego darle un beso en su pálida mejilla.

 

-Eso es un secreto… -Jack hizo un puchero aniñado y comenzó a tocar insistentemente la mejilla del castaño en busca de que le dijera. -Está bien jajaja, mi deseo cumplido era un novio que me quisiera sin importar que… tonto. -El albino volvió nuevamente su vista hacia el cielo esta vez con una sonrisa mientras tomaba la mano de Hipo.

 

-Pero soy tu tonto… lo quieras o no.-El castaño negó tranquilamente para luego alzar su vista al cielo al igual que Jack y apretar el agarre de su mano.

 

-No quisiera que fuera de otra manera. -Ambos se quedaron observando con una sonrisa el hermoso cielo nocturno en el cual se veían reflejadas las luces de los fuegos artificiales.Hipo sabía que Jack estaría para él siempre y el albino no podía evitar sonreír ahora que se encontraba oficialmente comprometido con el menor, sabía que eran jóvenes y que probablemente esa había sido una decisión apresurada, pero honestamente, no se arrepentía de nada y más cuando se imaginaba despertando todos los días en compañía de su amado castaño. Y entonces comprendió aquella frase que había oído una vez… “Ni la ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama”, que cierta que era. Con eso en mente se giró para unir sus labios con los del menor, sin duda era adicto a esos labios.

 

 

***The End***

Notas finales:

Espero les haya gustado este capitulo y si gustan comenten para saber que les parecio, si les gusto, sino les gusto. Como mencione, tengo en mente 2 fics de esta pareja... asi que si les gusta mi manera de escribir o como manejo a esta pareja... esperenlos! Pronto sabran de ellos...

Un agradecimiento a mi tierna nee-chan Alexandra quien, como siempre, me ah ayudado enormemente con el titulo de este fic y con escucharme cuando le conte la idea... de nuevo, GRACIAS y Nee-chan... por soportarme te mereces un altar xD

Para aquellos que deseen seguirme pueden hacerlo por Twitter o Instagram, en ambas estoy como DrakeHeylin.1375 

Soy un torpe, pero bueno xD

Nos leemos!

Meresco?! Un review no mata a nadie... o si?


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