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Ambos por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

Otra vez traigo dulzura 

Notas del capitulo:

Gózenlo

 

 

Lo peor que puede pasarle a un alfa, es el rechazo de su pareja… lo peor que pudo pasarle a Hibari fue tener una cinta amarilla con la insignia de “peligro” en grandes letras negras, limitando su sector del departamento, el mismo que constaba de la sala y el comedor. Al menos la cocina era terreno neutral. ¡Era una pésima broma! Era estresante mirar esa cosa todo el maldito día, pero si arrancaba la cinta se ganaría un día más sin siquiera una mirada de fingida dulzura y ya lo comprobó dos días atrás. Sinceramente no se arriesgaría de nuevo.

Vivían juntos desde hace un año, no eran ningunos niños y cada uno tenía su trabajo estable: Tsuna con sus auditorías, él con sus pinturas… pero ¿cómo llegaron a eso? Había solamente una explicación y Kyoya no la quería aceptar por nada de ese mundo. Jamás. Tsuna no pudo haberse cansado de él.

El celo del castaño estaba a pocos días de suceder, pero esta vez fue diferente a las otras ocasiones donde se enfrentaban a esa situación especial. Generalmente Tsuna se ponía cariñoso los días previos, era dulce, su aroma embriagante y no solían hacer nada más que acariciarse con paciencia y esperar al gran día para desatar sus más perversas pasiones. Eso era “tradicional” tanto para el celo del omega como para el del alfa. Disfrutaban de esos días juntos desde hace dos años, a pesar de que apenas hace sólo uno empezaron a vivir juntos. Sin embargo, ahora todo fue un caos. El dulce Tsunayoshi se convirtió en un tímido ser que no quería ser tocado e incluso ocupó un cuarto aparte que generalmente era usado para guardar libros, lienzos y cosas que usaban ellos dos

A Kyoya ese comportamiento se le hizo insoportable, mejor dicho, intolerable. Él necesitaba de ese cuerpo delgado junto al suyo en las noches, tardes, días, cuando pasaran el tiempo en el mismo departamento, caso contrario su ansiedad subía a niveles en donde lo único que trazaba en los lienzos eran líneas indefinidas, de colores oscuros y con temática gótica. En otras palabras: sus trabajos reflejaban su mal humor. Pero lo que pasaba no tenía nada que ver con su profesión, sino con la relación estable que estaba tambaleándose y eso estaba por sobre todas las cosas. Fue por eso que enfrentó a Tsuna la misma noche en donde éste negó a compartir la habitación y el resultado fue una discusión en donde su adorado omega sollozó ante la rabia y dio un portazo al ingresar a su nuevo cuarto.

Muy extraño.

Kyoya tampoco era demasiado habilidoso con las palabras, pero hasta ese punto no había sido un problema mayor debido a que Tsuna y él se entendían bastante bien a través de sus miradas… tal vez no debió intentar forzar la puerta para que le castaño le hablara, porque después de eso su cielo –como lo consideraba-, se volvió un problema silente. Kyoya admitía que no podía negarse a la voluntad de su novio, tampoco podía controlar su mal humor, no medía palabras al estar enfadado, actuaba por impulso sin pensar mucho en las consecuencias, pero eso sólo pasaba cuando se trataba de Tsuna. Al final terminaron así, sin mirarse siquiera, saliendo a diferentes horas para no encontrarse y con una cinta amarilla limitante. Cabía recalcar que Kyoya era el que dormía en el sofá, porque Tsuna se adueñó de todas las habitaciones restantes.

A Hibari le gustaba la calma, el silencio, la paz para su descanso, pero Tsuna no cumplía con eso desde que se pelearon. En las noches Kyoya solía despertar por el ruido que el castaño hacía, no sabía si era por venganza o por algo más, pero no era tolerable. Lo veía recorrer el pasillo para entrar de habitación en habitación trasladando algunas cosas, su ropa en especial. Kyoya no pudo decir ni siquiera una palabra porque el castaño le cortó la protesta y eso era… irritante, a tal punto que su orgullo le dictó ignorarlo y seguir durmiendo en el sofá. Pero ya no podía soportarlo más, sólo fueron dos días, pero estaba en su límite

 

 

—Así que… se aburrió de ti — claro, su malhumor fue detectado y como cierto chiquillo solía visitar su hogar para ver cómo estaba su hermano mayor, Kyoya se vio acosado por esa plaga — que mal, pero ya era hora

—Largo, herbívoro

—Tienes un carácter de los mil demonios — sus ojos verdes contenían malicia y sus rizos negros escondían una personalidad molesta — era obvio que Tsuna-nii te iba a dejar algún día — antes de que le cerraran la puerta, él ingresó haciendo uso de su cuerpo de quince años, uno delgado, flexible y rápido — ¡Tsuna-nii! ¡Vine a visitarte!

—Herbívoro ruidoso

—Lambo — el castaño no tardó en hacer acto de presencia y eso sólo hizo que la ira de Hibari aumentara, porque esa misma mañana él lo llamó y fue ignorado por más de media hora — me alegra verte

—¿Puedo pasar? — reía Lambo al ver aquel plástico amarillo, adoraba cuando su hermano se ponía en faceta “retadora”. Al ver la afirmativa del castaño sonrió — gracias, nii-chan — antes de internarse por el pasillo se giró para ver a Hibari y sacarle la lengua. Le encanta molestarlo

 

 

Kyoya no vio salir a ese par hasta después de dos horas, lo peor era que cuando vio a su castaño, éste tenía muestras de haber llorado y eso sólo lo llenó de incertidumbre. Quiso preguntar la razón de esa tristeza, pero no pudo, ya que Lambo tiró de él al despedirse para alejarlo a propósito de Tsuna. Obviamente el mayor se negó a salir para platicar fuera del departamento, sin embargo, la mirada de ese niño parecía advertirle algo. Al final no tuvo opción y tenía curiosidad por lo que Lambo tenía que decirle, si es que era algo relacionado con Tsuna escucharía atentamente

 

 

—¿Qué pasa con Tsuna? dímelo herbívoro — directo y sin tacto, así era él

—Eres un idiota — dijo sin vacilar, ignorando la amenaza de esa mirada azulada — mira que querer invadir su… ¡su privacidad! — el ceño fruncido de Lambo y sus brazos cruzados daban muestras de que sabía lo que pasaba con Tsuna — alfa idiota

—Quieres que te muerda hasta la muerte, ¿verdad?

—No lo harás porque te meterás en más problemas con mi hermano — suspiró pesadamente mientras apretaba los dientes — no sé cómo alguien tan violento como tú puede hacer esas hermosas pinturas

—No te interesa

—Sólo te diré una cosa Hibari Kyoya: odio que mi nii-chan esté triste, así que te recomiendo que uses esa inteligencia de la que presumes y te pongas a leer un libro

—Sabes lo que le pasa y me lo dirás — lo agarró del brazo para que ni intentara escapar

—Ve a la biblioteca y lee un libro sobre omegas — se zafó con violencia, pero no se alejó, enfrentó la mirada atemorizante de su “cuñado” — y así le darás el tiempo a solas que necesita mi hermano — golpeó el pecho del mayor y le amenazó con el dedo — ni siquiera intentes forzarlo, porque lo perderás de ser así

—Dime lo…

—Averígualo solo — el adolescente se fue de ahí, sin decir más y con la furia desprendiendo de todo su ser

 

 

Dos horas después de ese encuentro desagradable, Kyoya estaba sentado en una cafetería revisando las hojas de un libro que acababa de adquirir. Se sentía un poco humillado por estar siguiendo los consejos de un mocoso, un adolescente que no sabía nada de la vida, pero por sobre todo le interesaba arreglar las cosas con su castaño, así que no le importaba siquiera probar los métodos recomendados por un ajeno. No tenía mucha paciencia, estaba estresado, así que ojeaba todo con rapidez, pero eso sólo llegaba a frustrarlo. Era un libro grande, mezclado con un poco de psicología, pero… ¡quería respuestas rápidas! ¿Dónde rayos podía encontrarlas?

 

 

—¡Nii-san! — Hibari suspiró porque no pensó tener otro encuentro de ese tipo en ese día. Su paciencia se estaba acabando y no quería desquitarse con quien menos se lo merecía — es raro verte por aquí sin Tsuna — una jovencita de larga cabellera negra atada en dos trenzas, ojos negros y bonitos, claramente tenía parentesco con Kyoya

—I-pin — ese fue su saludo sin emoción mientras la veía elevar una ceja con extrañeza y sentarse en su mesa — ¿qué sucede?

—Tienes un aura oscura, no había visto eso desde que te enamoraste de Tsunayoshi — posó su dedo índice en sus labios y suspiró — no me gusta. ¿Qué pasó? ¿Pelearon?

—Hum

—Si no me dices, no podré ayudarte, nii-san — I-pin sabía que su hermano mayor no era fácil de tratar, había que tener paciencia y saber interpretar las señales sutiles, así que levantó una mano para llamar a una camarera… se iba a tardar un poco

—¿Por qué estás aquí? No deberías estar en casa con…

—Si quieres cambiar de tema está bien — sonrió con resignación — pero yo sólo quiero verte feliz y sé que eso sólo pasará con Tsuna a tu lado

 

A veces Kyoya olvidaba que todos los miembros de su familia eran un conjunto de extrañas combinaciones pues ninguno compartía el carácter, pero sí la fuerza. La muchacha en frente de sí era especialmente particular, serena, brillante, calmada, pero bastante tímida dada el caso. Amaba a su familia, aunque no fuera demasiado demostrativo, y sólo a ellos pediría un consejo abiertamente cuando lograse superar su orgullosa personalidad, así que soltó la lengua sin guardarse detalles. Simplemente lo dijo todo y luego bebió del té que su hermana le pidió también. La sonrisa comprensiva de I-pin le dio la muestra de que todo estaba casi arreglado… casi… y ese casi no le gustaba  

 

 

—Ya veo porqué tenías un libro sobre omegas en mano, pero te tardarás mucho en leerlo, y por lo que me cuentas, ya no queda mucho para que el celo de Tsuna suceda

—¿Qué quieres decir? — la miró con extrañeza, al parecer I-pin era más útil de lo que él pensó inicialmente

—Quiero decir que me gustaría que ustedes dos se reconcilien antes de que esos días lleguen, porque son una pareja, porque en esos días deberían sonreír y compartir mutuamente de un milagro en su clase. Soy beta, no entiendo mucho de eso, pero lo que sí sé es que voy a ayudarte

—No me des una lección de moralismo

—Sólo te daré un consejo que te ayudará — sonrió — confía en mí

 

 

Eso olía a un juego del que Kyoya se vería obligado a participar

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

 

Ahora les traigo un fluff –o uno de mis tantos intentos de este– con la pareja Hibari x Tsuna.

Advierto que tendrá cierto cambio de personalidades que ya se han notado hasta este punto, un poquito de humor y lo cursi llegará en su momento.

No hay una trama escondida en esto, simplemente es una historia corta y nada más.

Muchos besos~

Las ama: Krat


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