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CONVIDAR por Mariposa23

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Notas del fanfic:

23-buena esta es una historia algo simple. Pero teníamos muchas ganas de hacerlo!!!
Mariposa: sobretodo nos fundamentamos en el hecho tan partículas, sobre las corbatas de Castiel. Las cambia, no una sola una, cambia alrededor de las temporadas. Entonces inspirados en eso, nos preguntamos q otras cosas más podría tener Castiel, y donde las guardaría. Gracias.

Pertenencias.
Cass no entiende muy bien el concepto de esta palabra. Porque nunca tuvo algo propio, en el cielo todo era de todos. Y todos los ángeles tenían exactamente lo mismo q el otro.
A diferencia de los humanos, q tenían cosas diferentes, particulares eh incluso únicas.
Sin embargo es más fácil poner en práctica q entender primero.
Es por esa razón. Que Cass adquirió recientemente, una “maleta”; es como una caja relativamente grande, lo suficiente para ser manual, y en ella se puede transportar cosas, objetos no muy pesados y q todos quepan.
Cass la adquirió por necesidad. Cuando los bolsillos de su gabardina ya no le bastaron para almacenar sus cosas. Naturalmente q en cuanto, bajo a la tierra, es q empezó a hacerse de objetos q podía considerar como “suyos”.
Cass no tiene problemas con el espacio. No “tiene” muchas cosas
Solo tiene cosas q son importantes para él. Tal vez no para el resto, pero estas son todas sus propiedades. Cosas q Cass aprecia.
Y últimamente Cass, no se separaba del dichoso maletín. Iba a todos lados con él y solo lo dejaba cuando iba a pelear, y conste q dejaba la valija, siempre a unos pasos lejos de él; lo suficiente como para no perderla de vista.
La mayoría de los enemigos pensaba q tenía algo de mucho valor ahí, asique más de uno intento quitárselo.
Pero lo cierto es q Cass no tenía donde dejar sus cosas, él no tenía un espacio. No uno oficial, ni en el mundo, ni en norte américa. Y entendía q esta clase de cosas, cosas como un lugar, los humanos lo obtenían bajo condiciones específicas, q él aun no poseía.
Por esa razón iba a todos lados con su maleta.
La cosa es q.
No puedes tener una maleta, tan llamativamente antigua (entiéndase por una maleta de mano de cuero café, estilo de los años 50) y no esperar q te vieras como un auténtico oficinista de la época dorada de los Estados Unidos, debido a su peculiar gabardina. Llamaba mucho la atención de todos. A quien no lo aria, si es q ves a un hombre, con la sombra de una barba de días, con gabardina clásica y una maleta de los años 50 en mano, q no entiende ni un poco del sarcasmo o las anécdotas humas…obvio llamaba mucho la atención
Cass parecía salido de un comercial de la época antigua.
La situación empeoraba, porque toda esta pantomima llamaba demasiado la atención, de todos.
Sobre todo de. Dean.
Que se hacía miles y miles de suposiciones, sobre todo lo q un ángel podía portar en esa maleta. Dean no estaba seguro y conforme su curiosidad y expectativas crecían, más bizarras eran sus suposiciones.
Y es q tampoco podía preguntarle a Cass q tenía en la maleta.
No sé, era como si eso, fuera a matar el enorme misterio.
Tenía q conservar esas suposiciones en silencio y debelar la incógnita, en silencio también.
Dean se sintió tonto, eh infantil al principio, por una persecución sin sentido a la q podía finalizar, con solo unas preguntas. Pensó en retractarse y hablar con Cass sobre ello.
Pero al final se dijo q no había llegado tan lejos solo para echarse atrás.
Pues Dean había jugado sucio. Había enviado a Sammy y Cass a ver a Kevin. Y “casualmente” apresurando tanto a Cass este tuvo q, salir sin su maleta, eh ahí cuando Dean ejecutaba su plan de abrirlo y ver tenía el ángel dentro.
Asique al final, entro en su cuarto con la maleta del ángel entre sus brazos. Y la abrió.
Su corazón formo un redoble de tambores, mientras iba abriendo los seguros.
Y entonces. Rebelo el secreto.
Esas eran, ¿eran las pertenencias de Cass?
Dean estaba algo confundido, por lo q encontró dentro. Asique con calma, solo fue sacando las cosas del interior de la valija.
Lo primero era un juego. Uno de ¿dados? Dean no estaba seguro, pero seguía teniendo las palabras “sorry” escritas en vez del título…aquel juego. ¿No era el mismo q jugaba Cass cuando estaba internado en el hospital psiquiátrico?.
Lo siguiente q saco, fue una foto. Esa foto. La ultima q se todo toda la familia. Antes del supuesto gran final. La foto donde estaba Bobby en silla de ruedas, y aún estaban vivas Jo y su mamá. En esa foto también estaban Sam, él y Cass. Dean dio por desaparecida esa foto, ahora savia donde estaba y quien la tenía bien resguardada.
Continúo esculcando la maleta, encontró ahí, su collar. El q Sam le regalo, y Dean en un acto de “finito” boto a la basura. Dean no quiso tenerlo más, aun cuando durante mucho tiempo fue parte de su identidad y uno de sus escasos tesoro. Después de pasada la cólera y aclarada la situación, Dean se arrepintió de haberlo desechado, quiso tenerlo otra vez alrededor del cuello y contra su pecho. No tenía ni idea de q Cass la había recuperado. Luego encontró un, un tarro algo pequeño de miel, q parecía ser consumida, cotidianamente. Dean tuvo q sonreír al suponer q este era, seguramente un antojo muy humano de Cass. Cass adoraba a las abejas. Encontró un empaque perfectamente doblado de hamburguesas, curioso pero Dean supuso q sería muy apreciado por el ángel, después de todo a Cass también le gustaban las hamburguesas. Ahí también estaba el celular q Dean le dio para q se comunicaran, la placa del FBI q le hiso y al parecer la conservo. Tenía ahí una espada angelical, el brazalete q uso cuando estaba internado en ese hospital, un suerte azul q lo obtuvo en aquel tiempo donde se lo creía un profeta sanador, tenía su ropa de interno psiquiátrico, una corbata azul oscura, y una camisa blanca.
Dean se rasco la cabeza peguntándose ¿Qué rayos pasaba?
Al poco rato escucho el típico aleteo q anunciaba a un ángel. Dean sabía quién era exactamente y sabia q lo habían pescado con las manos en la masa.
D-¿Cass?
C-¿Qué pasa Dean?
Sintió el tibio aliento de su protector contra el cuello, ya casi acostumbrado a la falta de espacio personal q Cass no conocía.
D-lo lamento, esculque tus cosas…-hubo un silencio.-es q, ¡es q me dio mucha curiosidad! Últimamente lo llevas a todas partes, yo solo quería saber q tenías dentro. Eso es todo, lo siento Cass no quise, molestarte.-se excusó Dean, como el crio q realmente era, preocupado por como reaccionaria Cass.
C-no me molesta.-respondió el ángel con el rostro limpio de emociones-Si querías ver, solo tenías q decírmelo. Yo te mostrare todo Dean. Estas son mis cosas, ¿sabes?-Cass pareció verdaderamente emocionado de contárselo a Dean-...además ceo q tu muchas veces, me has dejado hurgar tus cosas también. Tu puedes tomar lo q sea de mí.-advirtió el ángel.
Dean presto atención a la cara de Cass quería ver el rostro de su ángel.
Mas solo encontró una apacible, tan sumisa, y cálida mirada azul. Que exponía su generosidad.
Dean no entendía a Cass a veces.
Como es q podía ser tan desesperantemente, bueno, desesperadamente inocente, tan tierno…
D-¿porque la llevas a todos lados?-le resto preguntar
C-es q, yo no tengo donde más deja mis cosas, Dean. Por eso lo llevo siempre conmigo.
Entonces Dean sintió un impulso, mas q eso, encontró la excusa perfecta para. Apartarse y moverse por su cuarto.
Ir asía su armario y despejar un cajón luego recorrer unas cosas en su escritorio eh incluso abrir un pequeño espacio en el velador; y abriendo las manos y los brazos estirándolos miro a su ángel. Para decirle…
D-bueno Cass ahora tienes un lugar donde poner tus cosas…es pequeño sí, pero, está junto a las mías así q no las perderás jamás, y eso, ya sebes, lo tuyo es mío y lo mío es tuyo…-silencio-o, tal vez…no sé, prefieras un cuarto para ti, yo…
C-quiero aquí. Contigo.-dijo Cass inocentemente, colocando ya sus cosas, en los espacios q Dean le dio. Dean solo sonrió al verlo, relativamente emocionado, para ser un ángel. Con la idea de poner sus cosas junto a las de Dean.
Eso era lo correcto ¿no?
Estar juntos en las buenas y en las malas
Entre valijas o cajas.
Ángel y protegido.
C-gracias Dean.- le dijo el ángel. A una no muy prudente distancia de la boca del cazador. Dean solo pudo volver a sonreír, ahora malvadamente.
D-sabes Cass, podemos compartir otras cosas más…no sé, compartimos espacio, cajas…tal vez te interese compartir más conmigo.-insinuó sugerente.
C-seguro Dean.-afirmo muy serio y comprometido el ángel guardián, aun q luego ladeo la cabeza.-¿y q otras cosas más compartiremos Dean?
D-oh no sé, hay tantas cosas…y tanto tiempo. Descuida Cass, ya verás cómo compartimos. Todo. Por ahora solo hazme caso ¿okey Cass?-Cass asintió. Y Dean supo q lo primero q quería estrenar, compartiendo con Cass, era su cama. A la q con cuidado empujo al ángel q se dejó hacer tranquilamente, confiando en su humano.-este es un excelente lugar para empezar a compartir cosas. ¿No crees Cass?
Cass ladeo su ostro, analizando con la mirada la cara del cazador, su actitud. El aura casi magnética y animal q presumía. El obvio instinto sexual. Sintió curiosidad.
Francamente no sabía lo q Dean tenía en mente, los humanos a veces eran muy misteriosos y raros.
Pero no importaba. Era Dean. Asique estaba bien.
Compartiría todo con Dean. Todo.
Quizá por eso, no fue raro, cuando los labios de ambos; compartieron su espacio persona.

Fin.

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