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ENDLESS por Mariposa23

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Hannibal, pasaba una y mil horas, limpiándole el fino sudor de la frente. Desterrando lágrimas inconscientes pero libres al fin, y saciando gritos mudos, q mueren en esos labios resecos y siempre serrados.
Hannibal esperaba, paciente, inhumano y desbocado, la llegada de su amante. Y espera, porque solo le queda esperar.
Un amante, devoto y herido. Roto en su más grande prueba de amor y lealtad. Eso es lo q había sido Will. Tan cercano a los perros y fiel como ellos, q eran como sus hermanos. Porque una vida, tan perra. Solo así de mal podía acabar.
Hannibal había hecho peores cosas con las mujeres alrededor suyo, excepto con Chiyoh. No necesito hacer demasiado con ella. Porque ella jamás se iría de su lado otra fiel creyente de las malas enseñanzas q impartía. Un ave q ya no tenía alas para escapar porque Lady Murasaki se las cortó, hace ya mucho tiempo…
Alana era un triste experimento de mujer, q no tenía la salvación de morir. Ni de ser comida siquiera. Estaba en un punto medio. Entre la tortura psicología y la tortura física. Hannibal la guardaba porque era preferible, q enloqueciera de apoco. Como aquel hombre q comió el primer bocado de Misha.
Bedelía era otra de las “mariposas” disecadas en el insectario de Hannibal, era su eterna posesión, y Hannibal gustaba mucho de la compañía, sobre todo de la buena comida, justo lo q era su ex psiquiatra. Aun q francamente, a Hannibal poco o nada le hubieran importado, Chiyoh, Bedelía o Alana. Si Will abriera los ojos. Si Will le mirara de manera fiel y perruna. Si con sus gruesos y resecos labios. Perfilara su boca, en un beso apasionado, su entrega total. Will no era uno más de los bichos de su insectario. Will en sí, era su insectario. Su estructura, su diseño.
Solo si Will despertara…
No sería por siempre invierno si hubiera un atisbo de primavera, o de verano. Aun q sea de otoño. Daba cierta pena ver las hojas muertas y sin vida en un panorama ocre eh ingrato con los días. Pero era mejor q sentir perpetuamente los copos de nieve q no desaparecen. Tintineando en la ventana calando con su milimétrico aspecto, los huesos de alguna pobre alma. Su frio q quema, un frio furioso q todo lo cubre y todo lo entierra. Un frio en gala, tan elegante q viste de blanco. Y solo el silencio lleva.
Hannibal solo espera. Haciendo, cosas y deshaciendo otras.
Ha operado a Will más veces de las necesarias, tratando de encontrar solo lo mejor, las mejores piezas de “engranes” para Will. “Donadores” anónimos le ceden a Will, mejores órganos, eh incluso. Hannibal se ha llevado el corazón de Will, literalmente, lo tiene guardado para sí, como un recuerdo sentimental, como un recuerdo macabramente poético de lo q es suyo, lo q le dio Will. Hannibal, tiene la fe puesta, en fabricarle las oportunidades a Will, y q él la tome, q tome su mano y se deje ayudar, a salir de ese sueño largo. Y los órganos, las operaciones son solo oportunidades, escalones q Hannibal le está poniendo a Will, para q emerja así él, al fin. Así q Hannibal, rehace una y otra vez, lo q puede sobre el cuerpo de Will.
Y aun si despierta sabe q no lo recordara, el daño en el occipital de Will es algo más, q considerable. Tendrían suerte si Will recuerda cómo escribir u otra clase de cosas rudimentarias.
Una parte suya, ha sido mutilada junto al ex agente. Pero la otra sigue vivía, más bien sobreviviendo. Esa parte humana suya. Pende de un hilo, junto a la vida del propio Will.
Ha utilizado cuerpos para saciar su hambre y su rabia, para exprimir su crueldad, su impaciencia, su impotencia.
Ha hecho ofrendas vividas y latentes a dioses paganos. Crímenes creativos, un verdadero arte q el mundo no presencio jamás. Ha intentado aprovechar el tiempo. Distrayendo a su dolida mente. De las heridas duras eh irreparables de su cordero.
El cuerpo del gurú de ciencias del comportamiento, ha sido amablemente donado a una comunidad de necrófilos. Sitios turbios q funcionan con lo mínimo de lo legal, pero legal al fin. Donde le metieron, se metieron y le quitaron y le pusieron, los aparatos reproductivos, hasta decir basta, por cualquier orificio del cuerpo ya existente o, últimamente creado. Sin huellas de q Hannibal estuviera involucrado; lastima q el cadáver del agente no lo sintiera, pensó para si el doctor. Porque si había alguien q merecía vivir aquello, era Jack Crawford.
Una vida llena de sexo sucio, acabaría con una muerte llena de sexo sucio. Era física, todo lo q sube tiene q bajar, todo lo q empieza debe terminar. En algo no tan diferente a lo q fue en vida.
Ha afianzado, un trono en lo alto de su angustia, fundamentado, por miles y miles de cuerpo. De jóvenes y viejos. De hombres y mujeres. Y hasta entonces no había sido tan cruel con nadie, ni con nada. Pero ahora, su poca humanidad, dormía entre los parpados cerrados de Will, enredado entre las largas pestañas almendras…
Casi le apetece arrancarse el corazón y comérselo. Se pregunta, ¿A qué sabe su propia desazón?
Todas tienen un sabor diferente. Un sabor picoso eh irreproducible.
En lo personal, le encanta.
Y ahora mismo su proprio dolor, su miedo, su desesperación. No están exentos de la lista de sus apetitos.
Por eso come. Sacia su gula. Porque una no.
Aun no puede satisfacer la curiosidad de a q sabe él mismo.
Debe vivir por q Will lo necesita. Y mientras Will lo necesite él vivirá.
Han sido largos 6 meses q espero y sigue esperando. Su vida pasa de un invierno a otro con forme rota por el mundo. Como un vago q ha perdido la razón.
Loco. Sabe q esta hace mucho tiempo.
Pero solo hasta ahora admite q ha perdido su razón.
Su cordero, su inocente. Su objeto.
Will.
Pero…
Pero es navidad.
Cuando de las suaves sabanas de seda y satén color vino y azul cobalto, emerge su regalo.
Como envuelto en pliegues de forros. El cuerpo perfecto, de ébano blanco. De muslos apacibles, y risos perfumados. Ahí está, regaloneándose para él. Mimoso como siempre.
Es navidad cuando Will ha despertado.

Uno tras otro rastro de sueño, fue espabilando dentro sus pestañas almendradas.
Podía divisar el tibio sol del verano. Un calor inusual, pocas veces visto en Europa.
Era su propio verano, era su propia primavera, porque al nacer las flores el también renacía con ellas.
Después de ese duro invierno q casi lo mata. Al fin está ahí, en pie, al lado de su hacedor.
Will no olvidaría jamás, las bravas ventiscas, el olor insípido del frio, y el entumecimiento de su cuerpo al desangrarse de manera violenta.
Ha pasado tiempo de aquello.
A lo lejos ve el prado inmensurable q se despliega magnifico ante sus ojos. Se siente tragado, consumido. Escondido por el paisaje.
Es acogedor en la medida q es distante. El castillo Lecter, le recuerda al propio Hannibal. A su manera de ser, a como lo percibe su empatía.
Lo q hay debajo del traje de carne…
Will cierra los ojos y se deja ir con el viento, es una suave caricia en su cabello, en su mejilla. Lo q lo despierta de su aletargo. Tiene a Hannibal enfrente, mirándole con los ojos ónix, o guindos, o castaños oscuros; los ojos de Hannibal juegan con los colores, le observan taladrantes de su vacío y su vasto conocimiento, como el negro del infinito espacio q esconde tantos secretos.
Sede ante su tacto, dejándose formar como arcilla entre las manos del alfarero.
Siente demasiadas cosas cuando es tocado por Hannibal.
Siente vida.
Vitalidad.
Supervivencia.
Triunfo.
Superioridad.
Siente renacimiento.
El limpio profundo de un sentimiento honesto. Aun q sea un sentimiento grotesco.
La caricia se vuelve un fuerte agarre. Cuando Hannibal lo estira. Y lo moldea a su cuerpo.
No hay otra cosa más para Will, q estrellarse contra esos parcos y delgados labios, q recubren fieros colmillos. Mandíbulas q no conocen la saciedad de su hambre.
Hannibal le devora. Le devora el cuello, la boca. Se lo come de apoco mientras lo desnuda, mientras sus manos dejan sus huellas impresas por lugares íntimos de su cuerpo.
Y es poseído. Como siempre quiso.
Porque ahora más q un objeto. Es un remplazo.
Ha avanzado en la escala, de cosas q puedes ser si eras Will Graham.
Ahora es el remplazo de la humanidad de Hannibal.
Es su alma, hecha carne.
Y por eso, Hannibal lo ama, por eso intentan fusionarse hasta q vuelvan hacer uno de nuevo, por q no son más q dos mitades cercenadas, mientras estén separados.
Y Will siente igual.
Siente q solo estará bien, si esta con Hannibal…

Y así seria.
Así serían sus últimos inviernos, o sus nuevas primaveras. Así sería el verano.
Fresco y apasionado.
Si fuera el fin.
El tan anhelado fin, de la angustia o del placer, de la felicidad, o solo el fin de una estación.
Si solo Will.
Realmente viviera.
Porque no está aquí. Porque no es el fin, y aun así está acabado.
Porque no importa cuánto espero Hannibal. Will jamás despertó.
Y aun q Hannibal hubiera dado cada vida q quito. Ya era tarde para Will, ya era el fin de Will, pero no el suyo…
No llego su regalo en navidad. Y por lo tanto, primavera y verano, jamás pasaron.
Hannibal.
Inmortalizo a Will.
A su estilo, otra vez, con la crudeza del invierno. Y un bloque de hielo, q lo hacía ver morado pero q por lo menos lo mantenía entero.
Y una procesión de santos caídos y otros corruptos por el mismo mal. Velan al difunto. Guardan sus recuerdos y perfuman el aire, con valsamos, con humos olorosos.
Algo jocosos y jactanciosos. Vulgares al querer tapar el olor de la muerte.
Y Will apesta a ella. Will es de ella.
Pero todos están ahí, junto a Hannibal en mudo silencio, porque él no los deja ir.
Porque no es el fin para nadie más q para Will.
Después de todo, Hannibal volvió a su hogar. A aquel viejo y oscuro pasado. Su castillo en Lituania; donde habría gustado de vivir con Will a su lado…
Rodeado de destruidas mujeres, y su compañía, sus santas, q cuidan de su corderito, aun si está muerto.
Las mujeres por fin, habían hallado su lugar en la tierra. Bedelía como una triste alma en pena, destazada q se arrastra, incansable por los pasillos de la enorme estructura. Alana, ocupando la celda del, comensal, de Misha. Y Chiyoh como siempre cuidando de todos los detalles, tan devota, tan sumisa, tan entregada.
Hannibal, ya no sentía ganas de hacer, absolutamente nada.
Porque o hay nada en este mundo q remplazaría a su objeto roto, a su quebrantado cordero, a su inmolado muerto.
Y hubiera querido decir q Will detuvo su corazón, q nunca más pudo moverse después de q Will muriera. Que también fue su final.
Pero no es así.
Hubo mucho dolor en el mundo. Después de él.
Mucha muerte. Aún más.
Como si la parca desaforadamente hubiera matado con algo más q indiferencia. Como en aquellos tiempos de las pestes, donde el mundo fue reducido a un tercio de la población.
Hannibal era la nueva peste, el rostro estelar de la parca.
Pero Hannibal ya no estaba ahí.
Ya no está ahí, su curiosidad, o su arte. Su placer sádico entre sus talentos. Su alma había migrado, sellada en el cuerpo occiso de Will.
Y ya solo había rabia, deje de un profundo dolor. Solo había una mitad. De un monstro. La mitad de un asesino. La mitad de un corazón. La mitad de una cordura.
Hannibal meditaba en silencio, ya prácticamente no hablaba. A veces sonaban las doloridas melodías de algún instrumento, como si Hannibal llorara, solo de esa manera.
Y cuando mataba, era como una muerte silenciosa.
Hannibal no necesitaba ejercer, no necesitaba trabajar. No con el caudal herencia de la familia.
Asique solo salía de cuando en cuando. A pintar algún nuevo escenario. De horro y sangre, desmesura en un duelo q no acababa. Que no tenía fin.
Iba y venía manchado de sangre. Para volver y luego meditar.
En un ambiente sombrío, desprovisto de vida, impávido y árido.
Hannibal no podía morir. No había muerto hace años, y no lo aria ahora.
Porque él, no tenía fin.
Y no tenía fin su dolor. Ni su pérdida.
Y no tenía fin, la ausencia.
No tenía fin….
Notas finales: 23-queridicimos cekaso y Daiana. Esta es la continuación de “Objeto” q hemos escrito para vosotros.
Mariposa: cekaso, esperamos no decepcionarte con el final q le hemos dado, lo cierto q es q fue un gran reto hacer una continuación para un fic, q nos había succionado muchas buenas ideas. Al final cambiamos de opinión y lo volvimos muy trágico, en vez de meloso, como te lo adelantamos. Supongo q nos precipitamos a hablar. Lo sentimos mucho si no te gusto.
23-Daiana, esperemos q tú también estés conforme con este fin.
Mariposa23:- Muchas gracias por todo.

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