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Our History por LittleAyla

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¿Y ahora dónde mierda se ha metido ese dobe? No dejaba de preguntarse Sasuke, y es que ya llevaban dos horas esperando a que el rubio llegara para poder empezar la misión. Kakashi les había dicho a Sakura y a él que se separaran para buscarlo mientras él se quedaba con el enfadado cliente al que debían escoltar a otro país.

Ahora mismo Sasuke estaba delante de la puerta del departamento de Naruto mientras le daba fuertes golpes a esta, pero nadie la abría.

- ¡Usuratonkachi! ¡Abre la puerta en menos de dos segundos o yo mismo la tiraré! - gritó irritado, pero siguió sin haber respuesta.

Totalmente molesto, Sasuke levantó su pierna derecha y la estrelló contra la puerta, haciendo que esta saliera volando y permitiéndole el acceso a la vivienda. Pero, en cuanto puso un pie dentro de esta, un abrumador olor de feromonas lo asaltó, haciendo que abriera los ojos sorprendido y se cubriera rápidamente la nariz.

Claramente era el olor de un omega en celo y no sabía de qué sería capaz si este le nublaba la mente. Además, había algo en particular con ese extremadamente dulce olor, que se le pegaba al instante en sus fosas nasales y en su paladar, intentando despertar a su alfa interior.

- ¿¡Dobe?! ¿¡Estás aquí?! - gritó pero tras dar una mirada se dio cuenta de que el sitio estaba vacío y la ventana abierta.

Frunció el ceño, para empezar, ¿por qué mierdas allí dentro olía a omega en celo? ¿acaso Naruto no era un alfa? y, en segundo lugar, ¿por qué carajos la ventana estaba abierta si no dejaba de nevar? Daba la sensación de que Naruto había salido huyendo, ¿des de cuando el rubio huía de algo?

Se acercó a la ventana para ver si le daba alguna pista, pero al acercarse a esta vio que en la cama había una mancha de sangre, al igual que en el marco de la ventana. También se dio cuenta - gracias a su particularmente buena vista - que en la calle había pequeños rastros de sangre.

Decidido y, aunque nunca lo reconocería, preocupado por su compañero de equipo, salió también por la ventana siguiendo el rastro de sangre.

Corrió por toda la ciudad apartando a la gente con empujones hasta que llegó al bosque de las afueras. Allí volvió a aparecer, aunque débil, el mismo olor que tenía el apartamento de Naruto y sin dudarlo siquiera un instante, corrió aún más rápido en la dirección que este le indicaba.

Cuando el olor se volvió excesivamente abrumador, capaz de nublar su mente en cualquier momento, se detuvo. A partir de aquel momento debía detenerse y avanzar con precaución y concentración, de lo contrarío sus instintos más primarios lo controlarían. Y por lo que empezaba a sospechar, era mejor que no lo hicieran. Mucho mejor.

Sus pies lo llevaron casi sin darse cuenta hasta un pequeño riachuelo que atravesaba el bosque. Se dio cuenta de que en la orilla habían las ropas de Naruto así que él debía estar allí cerca. Dio un salto, quedando encima de una rama para así poder analizar mejor el lugar y encontrar al rubio. Sus ojos no tardaron en localizarlo.

Estaba dentro del helado río con solo sus calzoncillos, agarrado de una roca a unos quince metro de su ropa y respirando dificultosamente. ¿Qué le pasaba? Parecía tener mala cara y tras volver a mirar su ropa se dio cuenta de que la chaqueta naranja estaba manchada de sangre.

Saltó del árbol y corrió hasta donde estaba Naruto. Por alguna extraña razón su corazón latía demasiado rápido y sentía como se encogía de solo pensar que estaba en peligro. No entendía por qué reaccionaba de esa manera por el estúpido dobe rubio.

- ¿Naruto? - llamó la atención de este cuando llegó a su lado, dándose cuenta de que el asfixiante olor que impregnaba el lugar le pertenecía a él.

El aludido giró su rostro hacia Sasuke mirándole con cierto temor. Naruto sabía que era un omega pero por alguna razón todos siempre lo habían confundido con un alfa, así que nunca dijo lo contrario. Pero ahora su primer celo había llegado y Sasuke, un alfa de verdad, estaba frente a él mirándolo con los ojos muy abiertos.

- Vete - dijo con dificultad antes de escupir un poco de sangre.

No sabía qué sucedía con él. Sí, su primer celo había llegado pero no era para nada normal que estuviera sangrando y que sintiera como el sello en su estómago ardía con rabia. Además, su cuerpo estaba tan caliente que había tenido que meterse en el agua para poder calmarse un poco.

- No, necesitas ayuda - respondió Sasuke, arrodillándose hacia él encima de la piedra - Te llevaré al hospital - Naruto se tensó ante esas palabras.

- ¡No! ¡No puedes llevarme allí! - gritó - Hay demasiada gente.

Sasuke soltó un bufido.

- Para empezar te sacaré del agua, vas a enfermarte aún más si sigues allí dentro.

El azabache extendió sus brazos y los pasó por debajo de los brazos del rubio, levantándolo y sacándolo de fuera del agua. Pero como no podía ser de otra forma, Naruto empezó a removerse entre sus brazos.

- ¡No! - chilló - ¿Es que no te das cuenta? ¡Soy un omega en celo y tu un alfa!

- Lo tengo controlado - murmuró poniendo a Naruto encima de la misma piedra. Cubrió su nariz con un pedazo de ropa - ¿Ves? Así el olor disminuye. Puedo controlarme lo suficiente.

Pero Naruto apenas lo escuchaba, sus piernas temblaban violentamente y se dio cuenta de que en cualquier momento dejarían de sostenerle. Además, su cuerpo volvía a arder como el mismísimo infierno y las manos de Sasuke encima de su piel no ayudaban en nada, al contrario, esa zona quemaba aún más.

- No te llevaré al hospital pero sí con Kakashi-sensei - dijo Sasuke - tal vez él sepa qué te pasa.

Intentando no mirar demasiado el rostro de Naruto, que estaba increíblemente sonrojado haciéndolo ver demasiado tierno, pasó uno de sus brazos por la cintura del rubio y obligó a este a que pasase su brazo por sus hombros, para que así pudiera sostenerse.

- Primero debes ponerte algo de ropa - murmuró el azabache dando un salto hasta la orilla del río, pero el rubio parecía no poder sostenerse y antes de caer al suelo, acabó levantándolo entre sus brazos y llevándolo en volandas.

Lo dejó en el suelo y después de ayudarlo a ponerse por lo mínimo los pantalones y la chaqueta, volvió a cargarlo en brazos y empezó a correr hacia donde se encontraba Kakashi. Soltó un suspiro, estaba más que claro que deberían cancelar la misión.

- Naruto, ¿por qué estabas en el río? - preguntó tras unos minutos en silencio.

- Mi... mi cuerpo arde - el rubio hablaba con dificultad - y el agua del río es fría, dentro estaba un poco mejor.

- ¿Y ahora? - debía intentar mantenerlo despierto, se daba cuenta de que en cualquier momento el omega podría desmayarse.

- Tu olor... tu olor es relajante - Sasuke se sorprendió ante eso, los omegas no solían poder captar el olor de los alfas a menos que estos estuvieran en celo - hace que me sienta protegido - confesó casi sin darse cuenta - Pero duele mucho - lloriqueó aferrándose más al Uchiha, haciendo que este se quedase sin respiración por unos segundos.

- Está bien, aguanta un poco más, ya llegamos - lo tranquilizó.

Unos minutos después logró visualizar a lo lejos el pelo blanco de su maestro

- ¡Kakashi-sensei! - gritó llamando su atención - ¡Naruto necesita ayuda!

El profesor se sorprendió al descubrir el tono preocupado de su alumno y aún más cuando se dio cuenta que entre sus brazos reposaba un rubio con muy mal aspecto y un abrumador olor. Rápidamente pudo deducir la situación y antes de que Sasuke llegara a su altura se giró hacia el cliente.

- Me temo que no podremos cumplir con la misión - dijo rápidamente - lo mejor será que vuelva a hacer la petición, mis disculpas - el hombre se fue de allí enfadado tras esas palabras y gritando que no volvería a solicitar sus servicios.

Cuando Sasuke llegó a la altura del peliblanco dejó a Naruto en el suelo pero en ningún momento se alejó de él.

- ¿Qué le sucede? - preguntó Kakashi mirándolo con atención.

- Está en celo - dijo Sasuke rápidamente - pero ha estado tosiendo sangre y dice que su estómago le arde - habló con dificultad puesto que sus colmillos se habían manifestado. Estaba haciendo esfuerzos enromes para no marcar a su rubio compañero y Kakashi se dio cuenta de ello.

- De acuerdo, deberías irte Sasuke, ya has cumplido al llevarlo hasta aquí. Si te quedas podrías llegar a marcarlo - Sasuke apartó la mirada, avergonzado. Su maestro tenía razón pero la idea de dejar al rubio no le gustaba para nada.

- N-No... - Naruto habló - No quiero que se vaya - Kakashi se sorprendió por eso - Su olor... su olor es agradable. Necesito su olor.

El peliblanco abrió los ojos como platos. Un omega no debería ser capaz de detectar el olor de un alfa, a menos que... Miró a Sasuke que no apartaba la mirada del omega y suspiró. No había más opciones.

- Bien, pude quedarse - aceptó - Naruto, ¿dónde te duele más?

El chico señaló encima de su ombligo y Kakashi no dudó ni un momento en levantarle la chaqueta. Efectivamente, tal y como pensaba, se trataba del sello del kyuubi, estaba a punto de romperse. Maldijo entre dientes, nunca podría haberse imaginado que Naruto era un omega, eso solo dificultaba las cosas.

- Es el sello, está a punto de romperse - le explicó a Naruto y este lo miró con horror, mientras Sasuke no entendía nada, ¿de qué sello hablaban? - el kyuubi es alfa, tus feromonas lo están descontrolando a tal punto que en cualquier momento será capaz de romper el sello. Tenemos como mucho diez minutos antes de que lo logre.

- ¿De qué sello habláis? - preguntó Sasuke confuso e irritado, no soportaba no entender la conversación.

Kakashi soltó un suspiro y miró al azabache.

- El zorro de nueve colas que casi acaba con la aldea fue sellado en Naruto - Sasuke abrió los ojos como platos y enseguida entendió la situación.

- ¿Qué debemos hacer entonces? ¡No podemos permitir que el sello se rompa! - ya se encargaría de procesar las palabras correctamente después, ese no era el momento para quedarse paralizado.

- Un alfa debe marcarlo - Naruto se tensó ante esas palabras, él no quería que lo marcaran, se negaba rotundamente a eso.

- ¡No! - exclamó el rubio.

- Si no lo hacemos el kyuubi romperá el sello y tú podrías morir, Naruto - Kakashi estaba extremadamente serio.

- Pero Kakashi-sensei... - intentó hablar el rubio.

- Si el sello se rompe significaría que el Cuarto Hokage murió en vano. El problema... es encontrar un alfa con suficiente poder para imponerse al kyuubi - pensó Kakashi en voz alta - Es un gran problema.

- ¡No! ¡No quiero ser marcado! ¡Me niego! - su cabeza negaba con fuerza y sacando fuerzas de donde no le quedaban empezó a arrastrarse por el suelo, alejándose de ambos alfas - ¡Alejaos de mí! - gritaba fuera de sus cabales.

Kakashi le mandó una mirada severa pero los ojos totalmente rojos de Naruto le hicieron caso omiso a este y empezó a dar patadas con sus piernas para que no se acercaran a él.

- ¡No quiero que me quiten la poca libertad que me queda! - bramó - ¡Todos siempre han decidido por mí! ¡Quiero al menos poder decidir esto en mi vida! - de sus ojos cayó una pequeña lágrima, la cual rápidamente escondió

- Naruto, es cuestión de vida o muerte - dijo Kakashi con severidad.

- ¡Me da igual! ¿¡Es que acaso no puedo escoger ni siquiera la persona a la que perteneceré por el resto de mi vida?! ¿¡O el momento de mi muerte?! - a ese punto sería imposible hacer entrar en razón a Naruto y el tiempo se esgotaba.

Sasuke, que se había mantenido callado durante la breve discusión, habló.

- Yo podría hacerlo - dijo con seriedad.

- ¡He dicho que no quiero! - ambos alfas ignoraron las palabras del rubio.

- Eres solo un niño Sasuke-kun, además no estoy seguro de que tengas suficiente poder para hacer eso.

- ¡Yo lo haré! - repitió con decisión - Los alfas del clan Uchiha tenemos un veneno en los colmillos que elimina cualquier rastro de otro alfa - además, no permitiré que nadie más toque a Naruto, aunque claro, eso nunca lo admitiría - No hay más que hablar, yo lo haré - repitió por tercera vez - además, ya casi no hay tiempo.

- ¡No voy a permitirlo! - gritó Naruto.

Sin darle tiempo a decir nada a Kakashi, se quitó de un tirón la tela que cubría su nariz dejando a la vista sus colmillos. Un escalofrío recorrió a Naruto al verlos pero no se dejó intimidar por ellos y cuando el pelinegro estuvo lo suficientemente cerca de él le lanzó un puñetazo que lo hizo volar metros atrás.

Sasuke lo fulminó con la mirada cuando se levantó y volvió a acercarse al rubio con pasos rápidos, el cual lo miraba con odio y rabia. Esta vez esquivó los golpes de las piernas del omega y las inmovilizó rápidamente con las suyas propias. Ahora solo faltaba que dejara de darle puñetazos por el pecho y el rostro.

Cuando el puño derecho de Naruto impactó contra su mejilla aprovechó el momento para cogerle de la muñeca, dejando su brazo por encima de la cabeza del omega. A continuación cogió su brazo derecho y lo inmovilizó igual que el otro.

Pero aún así Naruto no dejaba de desafiarlo con la mirada.

- ¡Déjame, maldito cabrón!

Pero Sasuke lo ignoró totalmente mientras, aguantando los brazos de su presa con una sola mano, apartaba el cuello de la chaqueta con la otra, dejando a la vista el delicado y apetecible cuello del rubio.

- ¡No!

Naruto empezó a revolverse violentamente bajo el cuerpo del azabache, intentando librarse de este, pero parecía totalmente imposible. No sabía que Sasuke pudiera tener tanta fuerza. Pero no se dejó intimidar por eso y siguió revolviéndose e intentando liberarse de su agarre.

Naruto - un escalofrío recorrió la columna vertebral del rubio ante el tono de voz de su compañero de equipo - quédate quieto.

Y, por alguna razón, su cuerpo se paralizó completamente, siguiendo las órdenes de ese alfa. Naruto apretó los dientes con fuerza, dándose cuenta de lo que había sucedido. Sasuke tenía La Voz y la acababa de usar con él.

Definitivamente, tenían un buen comienzo.

La lengua de Sasuke recorrió el punto en el que su cuello se unía con su torso y Naruto intentó soltarse otra vez, pero la mirada del azabache le hizo volver a quedarse completamente quieto - aunque muy a su pesar - y cerrar los ojos con fuerza.

Cogió aire e intentó relajar su respiración, dándose cuenta de que no había más remedio, que debía someterse a las órdenes de alguien más. Otra vez. Que debía entregarle la poca libertad que había conseguido a Sasuke. Que de ahora en adelante tendría que pasar el resto de su vida con él, sometiéndose a él, siguiendo sus órdenes, cumpliendo sus caprichos, satisfaciéndolo, dándole hijos.

Ni hablar.

Sus ojos se abrieron de golpe e, instantes antes de que Sasuke clavara sus colmillos, volvió a removerse entre sus brazos, consiguiendo liberar uno de sus brazos y darle un puñetazo tan fuerte como el primero, volviendo a lanzarlo unos metros atrás.

Aprovechó la oportunidad para levantarse y salir corriendo de allí, forzándose a sí mismo a correr lo más rápido posible, ignorando las punzadas de dolor en sus piernas y los temblores que las azotaban. Sentía a Sasuke a unos metros de él e, incluso estando de espaldas, podía ver su mirada fulminante y enfurecida.

¡Detente! - gritó el azabache con La Voz.

Pero no fue eso lo que detuvo los pasos de Naruto sinó los calambres y el dolor abrasador justo encima de su sello. Sus rodillas flaquearon y un líquido empezó a salir de su nariz. Pasándose una mano se dio cuenta de que era sangre. Unas violentas arcadas lo obligaron a apoyar sus manos en el suelo y curvar su espalda hacia adelante, vomitando todo el ramen que había comido en las últimas horas.

Incluso él podía notar como el sello empezaba a romperse.

- Mierda, le quedan segundos al sello - oyó la voz de Sasuke extremadamente cerca y al cabo de unos segundos las manos del azabache le obligaban a inclinar su cabeza hacia un lado, dejando su cuello y clavícula totalmente al descubierto - Oye dobe, agradece que al menos soy yo y no un viejo pervertido - le murmuró antes de clavar sus colmillos, enterrándolos en esa piel canela que tanto lo fascinaba.

Naruto se quedó sin respiración. Dolía, dolía mucho. Sentía como el veneno que Sasuke había mencionado antes entraba en contacto con su sangre y se esparcía con rapidez por todo su cuerpo, haciendo que el ardor en este incrementara. Su visión empezó a volverse borrosa y el suelo a sus pies era peligrosamente inestable, todo a su alrededor daba vueltas y lo único estable que parecía haber en el mundo eran las manos fuertes del azabache que sostenían su cuerpo.

Empezaron a aparecer puntos negros en su campo de visión, mareándolo aún más y provocándole náuseas. De lejos oyó la voz de Sasuke diciendo su nombre con preocupación y sintió como todas las fuerzas abandonaban su cuerpo, dejándolo a merced del azabache. Finalmente su visión se nubló completamente y cayó inconsciente en los brazos de un muy preocupado Uchiha.

 


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