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Starring role (B.A.P) por Rintarou-kun

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Notas del fanfic:

Me desaparecí por casi medio año, pero he vuelto, por si alquien me ha extrañado XD. 

Notas del capitulo:

Esto es algo corto y escrito de manera rápida; no he escrito por casi un año y sinceramente no sé si me sigue gustando cómo lo hago, pero aquí estoy, esperando que algún día pueda deshacerme de la pseudo depresión que tengo; ya saben, no me siento del todo triste, pero tampoco me siento del todo bien, sigue habiendo días que me siento dejada de lado o sola, pero hago lo mejor que puedo para mejorar. Si leyeron hasta aquí, gracias, y espero les guste ^^.

Yong Guk me había gustado desde el primer día que lo vi, había algo en él, quizá fue su mirada, su manera de hablar, su forma de reír o tal vez su penetrante mirada; no lo sabía con exactitud, pero estaba dispuesto a averiguarlo.

                                             _____________

 

–Him Chan, creo que me gusta alguien.– le dije un día a mi pelinegro amigo.

 

–¿Sí? ¿Lo conozco?

 

–Creo que sí.– mentía, sabía que Yong Guk y Him Chan habían sido amigos desde la secundaria, pero primero quería tantear el terreno.

 

–¿Y cómo es él?– Him Chan sabía que era gay y no le molestaba, de su parte siempre había recibido nada más que apoyo y a pesar de que podía llegar a ser ruidoso y molesto, era una de las personas más dulce que conocía.

 

–Un poco más bajo que yo, muy varonil, de voz muy gruesa.– sabía que con eso el sabría de quien hablaba, la voz de Yong Guk era simplemente inconfundible.

 

–Junhong, todos son más bajos que tú.– me dijo riendo ligeramente mientras abría la puerta de la cafetería a la que habíamos decidido ir.

 

–No me molestes.– le contesté, golpeándolo suavemente en el hombro.

 

–Tu y yo sabemos que no puedes negar que eres una jirafa.– lo miré con molestia y el sólo río en respuesta–. Volviendo al tema, dime más de éste chico. ¿De dónde lo conozco?

 

–En realidad, sé que sí lo conoces. Los dos han sido amigos por un buen tiempo.

 

–Por favor, no me digas que tú también.

 

–¿Yo también?– pregunté confundido.

 

–¿A ti también te gusta Yong Guk?

 

–¿Cómo que a mí también?– pregunté ligeramente celoso.

 

–Ni siquiera sé que le ven.– respondió sin responder realmente mi pregunta.

 

Dejamos de hablar un poco mientras ambos ordenábamos nuestros cafés para luego buscar un lugar para sentarnos.

 

–Desde la secundaria Yong Guk siempre le ha gustado a muchos chicos y chicas por igual, lo cual no entiendo porque es un bruto sin tacto­–. Hizo una pequeña pausa mientras se sentaba y prosiguió una vez se hubo acomodado–. Es mi amigo, pero no puedo negar lo evidente.

 

Reí nervioso, no estando seguro de cómo reaccionar a la nueva información adquirida.

 

–Yo te recomendaría que te olvidaras de él.– me dijo dándole un sorbo a su café.

 

–¿Por?

 

–Siempre termina rompiéndole el corazón a la gente. Ni siquiera sé si lo hace a propósito o no.

 

–Oh.– dije y le tomé a mi café, me sentía algo decepcionado, pero había algo en Yong Guk por lo que no quería renunciar a él.

 

–De verdad te gusta, ¿no?

 

–Mucho.– le contesté.

 

Suspiró y me miró fijamente.

 

–Si te soy sincero no quiero presentártelo.

 

Him Chan debió haber visto la indignación en mi rostro porque se apresuró a explicarse.

 

–Eres mi amigo Junhong, uno al que quiero mucho, y no quisiera que también te hiciera daño, no podría perdonárselo.

 

–Correré el riesgo.– le dije con la sonrisa más convincente que pude plasmar en mi rostro.

 

–Esta bien.– dijo con pesadumbre.– Pero tienes que prometerme que cualquier cosa que te haga, por pequeña que sea, me la dirás.

 

–Te lo prometo.– le dije demasiado feliz como para contener una ligera risa que escapó de mis labios.

 

–No sé qué le vez.– me dijo con fastidio y yo le aventé un sobre de azúcar que él esquivó con gracia.

 

Platicamos de otras cosas y reímos; Yong Guk ya no volvió a aparecer en la conversación, pero en mi corazón ya se había instalado la ansiedad de poder conocer a aquel chico que se había robado mi corazón.

 

Una semana pasó y creí que Him Chan había decidido no presentarme a Yong Guk; pero cuando estaba a punto de mandarle un mensaje y reclamarle lo vi caminando hacia a mí, lo saludé desde lejos y me iba a acercar, cuando vi que no estaba solo, a un lado de él se encontraba el chico que últimamente había ocupado la mayoría de mis pensamientos, quise acercarme pero mi cuerpo no reaccionaba, solo podía ver a Yong Guk, totalmente embobado.

 

–Hola, Junhong.– me saludó Him Chan y me abrazó–. No le dije que te gusta, así que trata de no babear tanto.

 

Se separó de mí y sonrió como si no me hubiera dicho nada.

 

Nos presentó y platicamos un poco los tres.

 

–Bueno, tengo que irme. Tengo clases.– habló Yong Guk, tomó sus cosas y cuando estaba a punto de irse lo detuve.

 

–Yong Guk, hyung.

 

–¿Sí?– me miró con expresión neutra.

 

–¿Podría tener tu número?

 

–Claro.– me dictó su número; le agradecí con una sonrisa extraña y el sólo se despidió para después alejarse por el corredor de la universidad.

 

–Eres muy obvio.– me sacó de mi ensoñación Him Chan.

 

–¿Qué más da? Tarde o temprano sabrá que me gusta.

 

–No sé que decirte, no quiero que te haga daño.

 

–No lo hará si no lo permito.– le sonreí a mi amigo para después despedirme de él, también tenía que ir a clases.

 

Paso una semana en la que vi varias veces a Yong Guk, sin atreverme a acercarme a él sólo lo saludaba de lejos. Pasó otra semana y por fin pude reunir el valor necesario para mandarle un mensaje sencillo: “Hola”, era todo lo que decía.

 

“Hola”, me respondió a los cinco minutos.

 

“Me preguntaba si quisieras ir a tomar un café o algo conmigo.” Quizá estuviera yendo muy a prisa, pero qué más daba, uno no vive por siempre.

 

“Claro, ¿por qué no?” fue su contestación.

 

“¿Te parece el viernes después de clase?”

 

“Por mí está bien”

 

“Vale, nos vemos entonces.”

 

“Adiós.”

 

Dejé mi celular con manos temblorosas y sin creer que acababa de invitar a Yong Guk a una cita.

 

Los días pasaron con una tortuosa lentitud, hasta que llegó el viernes.

 

–Hola.– Escuché la voz de Yong Guk y alcé la vista del libro que había estado leyendo mientras lo esperaba a la salida de la universidad.

 

–Hola.– le contesté sonriente, y sin más comenzamos a caminar hacia nuestro destino. Un restaurante pequeño sin mucha gente.

 

Al llegar nos sentamos envueltos en un silencio incómodo y desesperadamente comencé a buscar un tema de conversación.

 

–¿Qué tal las clases?– pregunté la primera cosa que se me vino a la mente.

 

–Bien, ¿y las tuyas?

–Bien, también.

 

El principio de nuestra conversación fue algo incómodo pero después todo comenzó a fluir fácilmente, no teníamos muchas cosas en común y no entendía la mitad de las cosas de las que me hablaba, pero estar con él era reconfortante.

 

Después de esa primera cita hubo más, pero siempre fui yo el que lo invitaba, el que tomaba la iniciativa, el que comenzaba las conversaciones, el que mandaba el primer mensaje.

 

Las salidas se volvieron menos frecuentes, las conversaciones más cortas, los mensajes más cortantes, más espaciados, hasta que un día dejó de contestar, dejé de verlo por el campus y si lo llegaba a ver, él actuaría como si no me hubiera visto. “No te estoy dando un no definitivo, Junhong pero necesito aclarar mi mente.” Citaba su último mensaje.

 

Dije que no dejaría que me rompiera el corazón, pero había mentido, me había enamorado tanto de Yong Guk, que el que me ignorara se sentía como si algo quemara por dentro.

 

                  _______________________________________

 

–¿Estás bien?– me pregunta Him Chan, me ha encontrado leyendo en una banca a solas y yo no sé qué responderle.

 

–Claro, ¿por qué no lo estaría?– le respondí.

 

–Te ves demasiado delgado y tienes muchas ojeras.

 

–No es nada, solo he tenido mucha tarea y no he dormido mucho.– le respondí, respirando hondo para que mi voz no se quebrara.

 

¿Qué le diría? ¿Que me había enamorado como un tonto? ¿Que me ilusioné sin tener razones para hacerlo? ¿Que no había comido ni dormido bien por pensar en Yong Guk? No podría, me sentiría más patético de lo que ya lo estaba haciendo.

 

–¿Te rompió el corazón, verdad?– fue todo lo que me dijo y ya no pude contener las lágrimas.

 

–Ven.– fue todo lo que dijo y me envolvió en sus brazos–. Lo siento tanto, no debí habértelo presentado.

 

–No fue tu culpa, fue mía.

 

–Sí fue mía, yo sabía que él no podía enamorarse.

 

–¿Qué?– pregunté suave, separándome de él.

 

Suspiró pesadamente, se pasó la mano por el cabello negro y comenzó a hablar.

 

–En preparatoria Yong Guk se enamoró por primera y creo por única vez. Era una chica preciosa, muy dulce con todo el mundo; creo que Yong Guk había encontrado al amor de su vida.

 

–¿Y qué pasó?

 

–Ella no pensaba lo mismo, quería a Yong Guk, pero no lo amaba.

 

Me le quedé viendo sin saber qué decir.

 

–No era una mala persona por no sentir lo mismo que él, pero Yong Guk no ha podido superarlo.– me miró de manera extraña, quizá con compasión y siguió hablando.– Sabía que él aceptaría salir contigo si se lo pedías, siempre es lo mismo, pero esperaba que contigo la historia fuera diferente y que lograras enamorarlo, pensé que lo lograrías, eres muy guapo y aparte uno de los chicos más amables que he conocido. Lo siento mucho, Junhong.

 

–Recibí un mensaje suyo. Decía que necesitaba aclarar su mente y lo comprendí; no quiero ser la segunda opción de nadie, Him Chan, no quiero que si quiero a alguien dude de lo que siente por mí.

 

–¿Y entonces por qué sigues tan triste?

 

–Sólo me está costando asimilarlo.

 

Río y me revolvió el cabello.

 

–Eres más fuerte de lo que pareces.– me dijo.

 

–Gracias.– contesté sonriente, limpiando los últimos rastros de lágrimas de mi rostro.

 

–Ya no llores, mejor vamos a comer algo.

 

Asentí con la cabeza y sonreí y él me sonrió de vuelta.

 

Había heridas que aún necesitaban sanar, pero sabía que poco a poco el dolor sería menos hasta convertirse en un simple recuerdo. Esperaba encontrar a esa persona especial y esperaba sinceramente que Yong Guk lograra superar a su primer amor y volver a ser feliz, aunque no fuera conmigo.

 

–El amor puede llegar de la persona y en el momento que menos esperas, Junhong.– me dijo Himchan, sacándome de mis cavilaciones.

 

Lo miré extrañado, pero él solo me sonrió y siguió caminando.

 

Notas finales:

Tuve un sentimiento de nostalgia que no se fue todo el tiempo que estive escribiendo, pero me ha gustado cómo ha quedado al final la historia. El final es abierto y el Himlo se los dejo a su imaginación, espero les haya gustado y espero que nos leamos muy pronto <3.


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