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MERAK [HimUp] por PaChZhKy

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Notas del fanfic:

Hola 7v7

Kim HimChan nació en la más alta sociedad y vivió rodeado de todos los gustos que pudieran ocurrirsele.
Siempre en clases de piano, de inglés, de esgrima. Con todos los fines de semana ocupados por fiestas, conciertos de ópera, llenos de reuniones. Su familia era conocida por ser una de las más refinadas y por su enorme empresa que fue pasando de generación en generación. Para nadie era una sorpresa que Kim HimChan Gobernaría la empresa como su padre lo hizo.

Kim HimChan era perfecto, carecía de emociones o motivaciones, de sueños y anhelos. Kim HimChan nació y vivió para dirigir su empresa familiar. Era su destino.

Y él no se opuso a hacer a su padre feliz.

La necesidad de aprobación paterna de HimChan fue lo único que lo mantuvo vivo durante tantos años.


Hasta que llegó él.


Cuando HimChan recibió una carta de renuncia de uno de sus sirviente, HimChan no supo que hacer. No sólo porque le encantaba tener una rutina y mantener todo bajo control. Si no porque era una persona demasiado ocupada como para buscar remplazos.

Nisiquiera tenía tiempo para buscar una digna mujer que le diera una familia.

Su padre había insinuado miles de veces que el podría arreglar un compromiso. Pero HimChan quería tener un matrimonio como el de sus padres. Que sorprendentemente no fue por dinero si no por amor.  Su padre conoció a su madre en una de las tantas fiestas a la que iba cuando era joven. Ellos habían iniciado un romance como el de Romeo y Julieta, sólo que sin las muertes y con un final feliz.
 
A la edad de treinta años HimChan todavía esperaba a su alma gemela.
 Y es que HimChan era un romántico reprimido.


Cuando Moon JongUp aparecióen su despacho con la vana esperanza de conseguir un trabajo. HimChan no tuvo el corazón para negarse a esos ojos tiernos.

Moon JongUp era vivaz, hermoso, con una sonrisa inocente y unos ojos que se transformaban en dos pequeñas lunas nueva cuando sonreía. De una actitud tranquila y una personalidad dulce.


HimChan lo deseó de una manera atemorizante desde que lo vio. Las manos de HimChan sudaban y picaban con ganas de acariciar cada vez que observará el cuerpo de JongUp.

Pero no tenía nada que lo delatara. Algo que demostrará que el deseo de Kim HimChan era correspondido con la misma intensidad.
Si tan sólo observará algo, una señal de parte de JongUp que le permitiera estar con él.


HimChan sabía que estaba mal, Moon JongUp no sólo era su empleado. Era un Hombre y como si fuera poco era cinco años menor que él.

Pero a su cuerpo y a su corazón no parecía importarles.


Fue una noche lluviosa, donde HimChan intentaba inútilmente concentrarse en la laptop que tenía frente a él, en su escritorio. Cuando JongUp entró en su oficina a limpiar.

JongUp creyó que no había problemas si él hacía la limpieza mientras HimChan trabajaba. Sin ser consciente de que era la mayor distracción de HimChan.

Todo iba bien. El único sonido que había era él de la lluvia y los truenos sonando en el exterior.

Las manos de JongUp temblando a causa de la imponente presencia de su jefe. Fueron lo que causó que el jarrón que tenía delicadamente entre sus manos cayera. Convirtiéndose en mil pedazos, convirtiéndose en basura.

Las lágrimas de JongUp comenzaron a caer.
Imaginandose como sería despedido del mejor trabajo que había conseguido.

HimChan alarmado se levantó y casi corrió hasta donde JongUp se encontraba asustado. Tomando entre sus manos su carita, HimChan intento hacer que se tranquilizara.

Mintió diciendo que el jarrón no valía nada realmente. Cuando era una de las piezas más caras de la casa.

Cuando JongUp se tranquilizó y sonrió mientras miraba a su jefe a los ojos. Con sus lindos ojitos húmedos.

HimChan se quedó tildado observando la cara de su empleado.


Esa fue su oportunidad. Lo supo en el momento que besó a JongUp y este pareció derretirse entre sus brazos. Entregandose completamente a él.

HimChan lo tomó de una manera dulce sobre su escritorio. Con el sonido de las gotas de lluvia chocar con la ventana. Y con los truenos iluminando el hermoso cuerpo de JongUp de vez en cuando.

Ese día marcó un antes y un después en su relación.

HimChan pensó que JongUp lo iba a ignorar al día siguiente, pero no fue haci. JongUp no lo ignoró ni fingió que nada había pasado entre ellos.
Sólo lo saludó y le regaló una mueca tímida y unos ojos brillosos.

Una sonrisa encantadora fue si respuestas.

Un sutil coqueteo que JongUp respondió de igual forma.

Y eso le encantaba.



HimChan era un adulto, culto, refinado, elegante. JongUp era todo lo contrario. Era joven, sencillo, burdo, salvaje, alegré.

Tenían tantas diferencias y HimChan no podía evitar ignorarlas mientra acariciaba cada sentimetro de JongUp en las noches.


JongUp lo había obligado a hacer cosas que ni cruzando sus sueños haría.

Lo obligó a ir a ese absurdo concierto de una banda de rock, que nunca había escuchado.
Y lo peor es que HimChan no se había divertido tanto en un concierto de ópera como se divirtió en aquel pequeño lugar.

Lo mejor fue cuando JongUp lo llevo al baño y cerró  la puerta. Importandole poco que otras personas estuvieran esperando su turno.

Y lo tento de una manera excitante.
Moviendo su cuerpo al ritmo de la música y sonriendole hasta que no pudo más y terminó cogiendolo contra él lavamanos.

Sin amor, fue sucio y rudo. Tomandolo en el baño de un concierto.

Pero JongUp tenía una personalidad dulce también y cuando HimChan lo llevo a un parque de diversiones no pudo evitar emocionarse.


Y si alguien tenía el coraje de preguntar él diría que ni juntando toda la felicidad de si vida. Habría sido tan feliz como lo fue al lado de JongUp en sólo dos meses.


Pero no todo puede ser felicidad. HimChan no nació para ser feliz. Y cuando su padre se enteró que su único hijo salía con otro hombre enloqueció.

Se opuso porque creía que HimChan no estaba enamorado que sólo se veía cegado por la personalidad y el amor de JongUp.

Cuando lo encontró y lo vio. Todo explotó.

Dijo que era un caza fortunas. Una ramera que era capaz de acostarse con cualquiera por dinero. Lo humilló delante de todo el personal.

Y HimChan sólo pudo callar y observar. No era lo suficientemente capaz para defender a su pareja.

Cuando su padre se fue y todo estuvo más tranquilo JongUp le dijo que estaba bien, que entendía que era su padre y que todo ocurrió debido al shock del momento.

Pero HimChan era perfectamente capaz de ver la decepción en sus ojos.
-

Sin embargo su padre no se rindió. Era tan terco como el mismo HimChan. Y se presentó en su oficina hasta que no pudo seguir poniendo excusas.

Su padre intento hacerle ver lo que según él era la realidad. Que JongUp era un hombre y por lo tanto no podría darle Los hijos que tanto anhelaba, que era cinco años menor y además de eso, sería el hazme reír de todo el mundo y tendría que soportar que todo se opusieran a su relación.

Uso todos los defectos que vio y inventó de JongUp. Hasta que lo convenció de, lo que para su padre era lo mejor. Dejar a Moon JongUp.



JongUp lloró y pidió explicaciones alegando que se las merecía.
Y HimChan sólo pudo repertir las palabras de su padre como si fuera una grabación rallada.

"Eres un Hombre".

"Todo el mundo se burlaran de nosotros".

"No puedes darme los Hijos que quiero".

"No esta bien".

"No eres suficiente para mi".

Y los ojos llenos de lágrimas de JongUp serian sus pesadillas todas las noches.


Esa misma noche JongUp junto sus pertenencias y se fue. HimChan lo dejó marcharse, lo dejó irse pensando que JongUp necesitaba tiempo y que volvería cuando estuviera listo.

Pero JongUp no regresó.

Cuando llegó a sus manos la carta de renuncia. Su mundo entero se derrumbó.

No le importaba que sus empleados estuvieran viéndolo.

Cuando su padre llegó a su lado, después del llamado de su amigo y Guardia de seguridad. Y HimChan le contó lo sucedido.

HimChan esperaba que el dolor de su pecho se fuera al ver la sonrisa orgullosa de su padre.

Pero no fue así, lo único que HimChan llegó a sentir fue asco, asco de si mismo.

Su padre lo convenció de que con el tiempo pasaría. Que todo estaría mejor cuando dejará de lado ese capricho.


Pasaron días, Semanas, Meses incluso y el dolor de su pecho se sentía como si fuera el primer día.

HimChan nisiquiera se dio cuenta cuando dejó de sonreír. Cuando todo a su alrededor perdió el color, la calidez. De un momento a otro dejó de vivir.

Todos empezaron a notar el cambio. Sus empleados, sus amigos incluso sus padres.

Era difícil no hacerlo, cuando HimChan ni siquiera parecía respirar sin sufrir.


Su padre le dijo que podría conseguir una novia y tal vez se sintiera mejor.
Creyendo que tal vez podría ayudar a su hijo a sonreír otra vez.

Y HimChan lo entendió y lo odio. Empezó a odiar a su padre. Porque era su culpa. Era culpa de su padre que sólo tuviera al amor de su vida en sueños.
Era su maldita culpa que HimChan anhelara los besos de JongUp y se viera obligado a vivir de recuerdos.

Su padre podría conseguir a cualquier mujer. Hermosa, fea, pequeña, alta, y nunca sería lo mismo. Porque ninguna de ellas sería Moon JongUp.

Ninguna lo haría sentir tan vivo como él, ni serían capaces de apretarle el corazón como JongUp lo hacía sólo sonriendo.

Lo odio tanto y se sintió tan bien, ver la cara de dolor de su padre cuando se lo gritó en frente de su madre. Enfrente de su personal, lo acusó de separparlo de su verdadero amor, lo humilló como su padre Humilló a JongUp, lo dejo como un villano.
Siendo que era también su culpa, obligándose a no ver que JongUp no estaba a su lado porque no tuvo el valor suficiente como enfrentarse a los deseos de su progenitor.

Género también un auto odio realmente fuerte.

Sea como sea HimChan no volvió a ser el mismo.


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